Final parte 01
Capítulo final
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Aquellas voces familiares resonaron en los oídos de ellos, algo que al Ninja Nocturno no le costó asimilar, entonces, los adversarios giraron sus rostros para encontrarse a Catboy y Gecko.
—¿Ustedes, insectos en pijamas? —El primero en hablar fue Romeo, el ninja aun seguía enojado por lo antes dicho del científico.
—Sí, estuvimos "vigilándolos" desde atrás —recalcó la heroína.
—Eh, sin contar eso. ¿Por qué se juntaron aquí hoy? ¿que no siempre están atacando?
—Haber, gato pulgoso, hoy estamos los tres hablando y arreglando problemas, cosas que no comprendes y no te incumben —atacó el niño inventor.
—Pero no hay necesidad de pelear, y más si están en las calles de nuestra ciudad.
—Ushh, lo lamento, insectos en pijamas —bufo el científico.
El Ninja Nocturno le dio un codazo al contrario, lo que hizo que este hiciera una mueca de dolor que no pasó ni segundos para que se le pasara. Luna tomó al ninja y se lo llevó para estar a solas, Romeo se percató y rápido se apresuró en seguirlos. Hicieran lo que hicieran, el de cabello combinado lo iba a impedir.
Al llegar al otro lado, la albina lo arrojó al césped y su contrario apenas pudo reaccionar.
—¡Luna!
Ella soltó una risa traviesa «Que hermosos ojos tiene, luce asustado y eso lo hace más él»
—¿Sabés, Ninja?, eres una joya única que sin duda estaría en mi repisa como reina en el espacio. —Luna acercó su mano hasta su mentón y lo agarró—. O quizás podrías ser el rey del mismo, dime tú, puedes decidir.
La sonrisa que la niña lunar le daba, lo hacia pensar en lo mal que estarían esas situaciones. De sólo pensarlo, le provocaban escalofríos.
—¡No!, ¿qué te pasa? —contestó el ninja.
—¿Qué me pasa te sigues preguntando? bueno, tú me hiciste actuar así, con tu vocesita linda, tu rostro y tu person... —Luna fue interrumpida.
—¡Lunita, será mejor que te detengas! —gritó el de gafas.
Ninja Nocturno abrió la boca sorprendido, Romeo lo estaba ayudando.
—¡No hagas eso, o voy a cometer una tontería!
—Hazlo, no me importa. Siempre que quiero algo lo consigo, nadie se opondrá entre el ninja y yo. —La villana puso sus manos en su cintura.
El científico intercambió miradas confusas con el ninja.
••
An yu, luego de tantas vueltas, razonó que lo correcto era olvidar todo. No volver jamás. Viviría ocultándose del mundo real, quizás encerrada en algún lugar, lejos de todo: de la ciudad, de la montaña o cualquier sitio que le recuerde que estuvo ahí. No pensaba volver a saber de nadie.
Le haría caso hasta el infinito a la Montaña Misteriosa, cualquier cosa. Antes, cuando si tenía todo lo de "protectora de la montaña" oía y no atentaba a sus sugerencias, las meditaba y examinaba antes de ponerlas en práctica, ese era su deber. Nunca desafió a la montaña, siempre respetó los preceptos y normas, incluso estudió junto a los héroes «ay que recuerdos» pensó la peliazul.
«Ellos estarán lejos de mí, pero tengo que comprender que es lo mejor. Les dejaré algo a ellos, no creo que luego se acuerden de mí pero valdrá la pena»
Esa noche, la niña dragón guardó lo poco que conservaría y esperaría a que la tan esperada madrugada se complete para poder marcharse. Antes de meditar ante todo, An yu observó que la montaña había enjaulado el gong, para que nadie le hiciera algo. La Montaña Misteriosa sabía lo que hacía.
—No tengo de que preocuparme, muchas gracias...
La de ojos carmesi envolvió como si fuera un regalo su bastón.
«Oh, querida flauta, no sabes lo mucho que voy a extrañarte»
••
El ninja seguía confundido con ella, Romeo después de tanta habladuría se resignó.
—¡Torpes, ahora no sirven para nada! —exclamó el científico, pasó sus manos por su rostro, enojado.
—Tú no sirves para nada, ¿quién te quiere? —replicó la albina.
—¡Callense! —El Ninja Nocturno intervino—. Romeo... sigo sin entender porqué te crees mejor, ¿por qué no nos dejas en paz? La ciudad no necesita de ti, causaste muchos problemas.
—¿Y tú si eres bueno? ¡Ambos sabemos que eres un villano, como yo, como Luna. No estas de parte de los buenos. Deja de creerte, tonto!
El ninja no supo que contestar, ¿era un villano o se empezaba a considerar héroe? no hallaba respuesta. Siempre consideró no estar en ningún lado exactamente, porque el estar en uno u otro era como una etiqueta mal diseñada.
—No le hables así otra vez, Romeo. ¡Te lo advierto!
—No tendrías que dirigirte así, "Lunita"...
—No te guardo respeto.
—Estas loca, es insano lo que sientes por él.
—Eras cabeza hueca con tus bobos pensamientos sobre "conquistar al mundo".
—Al menos si tuve valor en algo... no pudiste enamorarlo...
—¿Y tú como sabes de esas cosas? -Luna sintió intriga por el uso de palabras de su ex-amigo.
—¿Cuál? ¿las del "amor"? —pronunció con dificultad, no estaba acostumbrado a decir esas cosas-. Pues soy un científico, debo saber todo tipo de temas.
—¡Ustedes dos son tal para cual!, cargan con las mismas tonterías.
Los villanos observaron al ninja.
—¿Yo? ¡Ja!, no tengo nada que ver con Romeo.
—¡Nunca me agradó ella!, siempre fue usada a mi favor. ¿Quién la querría?
—Ugh, no puedo con sus excusas. ¡Mejor arreglen sus problemas solos!
Ninja Nocturno corrió por la vía pública, topándose con los lobeznos, Armadylan rodando por sitios, ante eso, no vio a los héroes lo cual le pareció extraño.
«¿Dónde están héroes?»
Tenía la corazonada de que algo le tenía guardado el destino. Se apresuró a saltar por los edificios...
••
Los héroes luego de no saber que pasó con Luna, Romeo y el ninja, se fueron a buscarlos.
—Ululette, cálculo que están tramando algo. Estoy exhausto. —Catboy se sentó en el suelo.
—¿Por qué lo estás?
—No logramos detener a Romeo la última vez...
—¿Y eso qué?, intentaremos las próximas veces. Hay oportunidad.
—Siempre me esforce.
—Juntos, Catboy, los tres.
—Chicos, estaba pensando en si mejor vamos a visitar a An yu —dijo Gecko.
—An yu... ¡si!, eso es lo que necesito —confesó con nervios el moreno.
Al oír eso, sus compañeros se inmutaron.
—¡Vamos!
Al estar en el portal transportador a la montaña, estuvieron apunto de entrar, sin embargo, hallaron una carta en el suelo. El de traje azul la tomó, y empezó a leer.
Amigos héroes, quiero agradecerles por todo... con ustedes formé un equipo, ganamos batallas mucho tiempo, los instruí en la montaña y llegamos a ser grandes amigos. Les quiero informar que me retiro de la montaña, les digo porque desde que leen esta carta deberán protegerla. No volveré, por lo que, sólo les pido guardar todos los secretos. Los ayudé a seguir los preceptos, ahora ustedes, amigos héroes, tendrán que seguir aprendiendo solos. Sé que lo lograrán. No se preocupen por nada, porque cuando lean esta carta ya me habre ido.
Al terminar, Catboy no evitó derramar unas cuantas lágrimas. Dejó la carta a un lado y con una mano se tapó la cara. Sus amigos también sintieron un vacío inundarse en sus corazones. Gecko fue el primero en lanzarse al piso y la heroína le siguió, abrazándolo por detrás de la espalda.
—A-an yu, amiga. —Al líder le costaba asimilar el asunto, An yu se había ido, ya nada podría hacer. Pensaba detenerla, pero no tenía caso—. ¿Por qué no fuimos antes?
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