Extra uno
Tema: Catboy.
Se equivocó, se comportó como un tonto, al final lo comprendió. Según él, era difícil llegar a ser un buen líder para su equipo. Era imperfecto, sentía remordimiento ante Ninja Nocturno, y la culpa lo carcomía hasta el fondo de sus entrañas.
Hace días, el ninja acostumbraba a sentarse en lo más alto de los edificios y mirar, Ululette se lo contó ya que lograba observarlo desde las alturas, gracias a su poder.
Su mejor amigo hacia el esfuerzo por darle ánimos y brindarle su bondad. Pero no era suficiente.
Catboy no sentía más que pena combinado con tristeza, realmente una mezcla tormetoza. Por eso, los demás héroes decidieron dejar de insistirle al de traje azul, hecho que lo dejó decaído en su totalidad.
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—Un suceso, dos personas. Unos sentimientos, un corazón roto... —contaba el moreno desganado—. Vivía feliz, estaba alegre y ahora, no hago más que lamentarme. —Lo último dicho se sintió como se le quebró la voz y pequeñas lágrimas resbalaban sus mejillas.
«No debería llorar, fui yo él que lo hizo sentir mal. No merezco su perdón, lo arruiné... » pensó Connor.
Se cubrió el rostro con sus manos y siguió sollozando, se encontraba sentado sobre la cama de Greg; tiempo atrás, su mejor amigo había hablado con él sobre cosas y al final tuvo que ir a la tienda por unos minutos. Este no volvía, pero eso no lo preocupaba en lo absoluto. El ojiazul por fin admitía que hubieran sido buenos amigos, que se hubieran ayudado y que harían las cosas bien. No estaba mal esa idea, sin embargo, no había que hacer, todo tuvo final.
Le llamó la atención An yu, esa niña seria, con objetivos y motivos realistas, lo hizo dejarlo con el deseo de conocerla más. Quiso confesarle esos sentimientos encontrados, aún sin saber que el Ninja Nocturno ya le robó el corazón.
«De haberlo sabido le hubiera contado todo»
Decidió algo, charlar con el ninja. Para el día siguiente sus intentos se hicieron vanos, de nada servían. Y mas que atraer al ninja para hablar lo alejaba más.
Se desmotivaba varias veces, aunque tuvo la culpa no se rindió...
En un momento, se detuvo a revisar la montaña donde antes habitaba aquella niña de cabellos azules.
—An yu, deseo verte otra vez... —susurró a la nada.
De repente, oyó un ruido proveniente de el bosque de bambúes. Le dio miedo, pegó un grito, por lo que salió disparatado de ahí.
No supo que era Polisuki, la hermana de Luna.
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Corto, pero esa es la idea :)
Quizás hayan tres extras más, no sé
Gracias por leer!
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