~13~
Los días y semanas pasaron, las noches se hicieron largas para los enamorados: contando las estrellas o apreciando la compañía del otro. Ninguno parecía disgustado por nada, siempre se mantenían transparentes ante la relación, ambos eran honestos.
El ninja se sentía en las nubes cada vez que la acariciaba o había tanto acercamiento, nunca se sintió como el antiguo Ninja Nocturno al permanecer junto a ella, porque creía que algo de su corazón se asinceraba tanto que nada alrededor importaba.
En cuanto a An yu, debía que admitir que era el paraíso ver la sonrisa del ninja, aún través de su máscara. Sin duda, nunca antes había sentido tantas emociones con sólo unas palabras, pero cuando se despedían mantenía esa sonrisa por él.
Inclusive habían días en los cuales no podían verse, ni siquiera unos minutos o segundos. Sin embargo, seguían en sus asuntos con normalidad, pero siempre con esa pequeña esperanza de que al día siguiente podrían verse.
Eso ocurrió hasta una noche...
Esa noche, cuando el ninja, luego de haber charlado con sus ninjalinos los abrazo en despedida y estos descanzaron, seguros de que volvería.
Él corrió por las calles, saltó por los hogares y vigiló la ciudad por media hora. Deseaba estar seguro de que nadie lo siguiera.
Las calles parecían desoladas, el ninja sintió escalofríos al ver como poco a poco una niebla se propagó entre las calles y la oscuridad, se sorprendió, ya que nunca antes admiró con detalle la niebla.
—Wow, esto es... mmm interesante —dijo mientras caminaba intentando ver claramente el paisaje.
A lo lejos se encontraban unos niños lobo, jugando entre sí, estos desde hace rato yacían espiando a cierto villano desde las sombras.
Luego de unos minutos los lobeznos corrieron hacia el ninja, quien al verlos a pasos seguidos de frente, no se le ocurrió nada mas que lanzarles manchas pegajosas, también tuvo en mente usar los dedos ninja, por si algo o alguien que desconocía le intentará asustar.
Los hermanos esquivaron las manchas pegajosas, salvándose de quedar atrapados, excepto Kevin, que ahora estaba estaba en el piso envuelto en una mancha pegajosa.
—Aght, ¿por qué siempre soy el que recibe todo, chicos?
—Porque te descuidas —respondió Rip de brazos cruzados.
—Ja, porque no eres veloz y eres amable con los héroes, pareces presa fácil —dijo Hawler entre risas.
El menor de los hermanos se quitó la mancha de encima, claro, con ayuda de Rip.
—No te hubieras despegado de ellas sin mí, Kevin.
—Pero yo sé hacerlo solo.
Los tres voltearon para mirar al ninja, el cual se marchó tiempo después, no quería problemas con los lobeznos. La fría noche envolvió al villano, que tuvo escalofríos al pensar que quisieron asustarlo.
Cuando Ninja Nocturno quiso suspirar mejor, se sacó la careta y cerró sus ojos respirando profundo, no sin antes haberse escondido entre dos casas. Nunca antes se había quitado la máscara en la ciudad, ya que le inquietaba el hecho de que alguien que no fuera los ninjalinos lo apreciara siendo su "yo" real.
—Ninja Nocturno...
El ninja saltó hasta un costado desde donde estaba con rapidez, con el corazón al mil por hora, abriendo la boca del miedo. En ese instante, por accidente dejó caer su máscara, tanto así que estuvo a punto de golpearse con una casa, no pudo controlar sus nervios.
No quería que nadie supiera su identidad.
El pelinegro, a los minutos supo de quien se trataba, era Robot.
Dejó escapar un suspiro de alivio, mas no se calmó, aseguraba de se lo contaría a Romeo. No le quedaba de otra que pensar en como lo solucionaría.
—Mmm, ¿Robot, qué... quieres? —cuestionó él, poniéndose de nuevo su careta.
—Hay problemas, el amo y la niña Luna están teniendo la guerra. —El robot corría en círculos desesperado.
El ninja pudo sentir esa desesperación, ¿qué los motivó a iniciar una pelea? ¿acaso el ninja influyó de alguna forma?, esas proguntas no lo dejaban tranquilo.
«Ellos harán caos»
Él aceptó en ir, no esperó mucho. Robot fue a revisar a Robette, quien se encontraba en el suelo apagada.
Ninja Nocturno corrió y saltó por muchas partes de la ciudad, para por fin hallarlos. Luna y Romeo se miraban con odio, él notó que esto iba en serio.
—¿¡Qué hacen peleando!?
La villana y el científico voltearon a ver al presente, el mayor frunció el ceño molestó.
—¡Ninja, no vengas! —respondió Romeo.
—¿Chicos, de verdad van a pelear?
—¡Si!, pero tú quédate aquí, no quisiera que te pase algo. —Luna llevó al ninja a sentarse en la silla al frente de ellos, quien estaba desconcertado.
—¡Luna, deja tu obsesión. No es nada interesante!
—Callate...
—¡Ya basta! —intervino el ninja.
—¡No!, Luna, siempre te apoye y te abracé cuando nadie te quería, cuando te sentiste como mugre en este mundo. ¡No puedes hacerme esto! —lloriqueo el pequeño científico.
—Mm, no entiendo de que hablan. ¿Lu, me puedes decir?
La albina posó su mirada en Ninja Nocturno y decidió responder.
—Romeo y yo nos conocemos desde hace tiempo, desde que tengo memoria no tuve amigos. Cuando no éramos villanos, cuando éramos niños normales, sin ningun disfraz para ocultarnos. —Ella siguió mirando al ninja, para después dirigir su vista al suelo, con un aire de tristeza—. Él fue mi único amigo, con el que compartí buenos momentos...
Romeo seguía derramando lágrimas en respuesta.
—Hasta que nosotros empezamos a distanciarnos, fueron meses los que transcurrieron, Romeo se hizo villano y construyó a Robot. Yo me hice villana también, junto a las polillas...
—¿Por qué se distanciaron? ¿qué fue lo que pasó? —susurró el ninja.
—Ja, ¿qué fue lo que pasó? el orgullo lo consumió a él.
—A ti igual, Lunita —dijo con burla el de cabello bicolor.
La albina al oír el apodo de "Lunita", no evitó sentirse rara, sintiendo un calor en las mejillas, claramente por la vergüenza que sentía y presenciaba.
—No me llames así, soy Luna.
—¿Y qué?, antes te decía Lunita, cuando éramos amigos.
—Wow —soltó Ninja Nocturno.
Ambos villanos estaban de frente, el ninja vio a Robette aún en el piso, por lo que fue a inspeccionarla, se agachó junto a ella y se dio cuenta que algo no estaba bien.
—¿Qué fue lo que hiciste, Luna?
El ninja dedujo que la causante del problema en Robette era la villana.
La niña lunar volteó hacia su dirección—. ¡Este tonto no me importa!, por lo tanto, tampoco me interesa si a sus robots les pasa algo... yo no tuve que ver en eso...
«No los comprendo, se supone que Luna no despreciaba a Romeo. Ellos fueron aliados y... no entiendo que sucede» pensó el ninja.
—¿Ya supe que nada tenía sentido, quieres que me alejé de ti? ¿eso quieres? —manifestó Romeo.
La villana sólo se rió de una forma tan infame que puso en duda al que estaba en el suelo, esto para el científico era la burla más grande que en su vida recibió. Ya habían sucedido tantas cosas en su día a día, ya nada parecía importar.
—¿Romeo... qué vas a hacer? —cuestionó Ninja Nocturno.
—Voy a acabar con todo esto...
••
Esa misma noche, los lobeznos corrían por las calles buscando unos huesos. Después de media hora, oyeron unas voces que provenían de la entrada del cuartel; los héroes habían salido a revisar.
—Mmm, ¡Rip, asustemos a los héroes qué tal!
La lobezna asintió y el trio de hermanos se encaminó hacia los superheroes.
Howler fue el primero en lanzar su aullido sónico, dejando aturdido al líder.
—Ohh, ¿lobeznos, que hacen aquí? —Ululette ayudó a Catboy a levantarse.
A los pocos segundos de haber preguntado, Rip le siguió con otro aullido, esta vez para la heroína. Cuando la de traje rojo fue arrojada hasta el cielo, el menor rápidamente la atrapó.
—Les pregunté algo.
La de ojos magenta rodó los ojos—. Veníamos a saludar a los buenos en pijama.
—Me acostumbré a los apodos que nos ponen los villanos —murmuró Gecko a su amigo.
Tiempo después, los héroes en pijamas caminaron por las calles cubiertas de neblina.
Ante eso, el castaño se acordó de algo.
—Chicos, recuerdo que la última vez Romeo se nos enfrentó en contra de An yu algo pasaba. Sé que la batalla no acabó, porque él no se rinde fácilmente, empiezo a creer que... la montaña no está segura...
—Empiezo a creer igual, me siento mal por ella. No merece que los villanos ataquen, nosotros debemos intentar protegerla —respondió Ululette.
—¿Pero y qué tal si algo se nos sale de las manos?
—Haremos lo que sea con tal que nada le pase —agregó ella con una sonrisa, acarició el hombro de su amigo.
••
Muchas cosas...
Muchas desgracias, penas, dudas, sensaciones, males, tristezas y temores se aguardaban en el corazón de la protectora de la montaña. Esta caminaba con una expresión vacía, sus pies temblaban, al igual que su labio inferior, se movían en una sintonía difícil de parar.
Guardaba tanto coraje dentro de si misma.
Estaba recordando esas palabras...
«¿Por qué tuvo que pasar?, ¿a qué le temí todo este tiempo?» pensó ella.
An yu, con mucha pena, corrió hasta La Pagoda y se sentó sobre el suelo, sostuvo su bastón que por la oscuridad apenas pudo visualizarlo.
—Por favor, por favor, dime si me tengo que retraer... —suplicó la peliazul.
Esperó una respuesta, subió su mirada al especie de templo y fue ahí cuando sintió un aire, ese aire que la Montaña Misteriosa hace tiempo no daba. La montaña le estaba hablando. Ella cerró los ojos y mantuvo una respiración moderada, por fin hubo respuesta...
~¡Debes dejar la montaña!~
—¿Dejar la montaña?, ¿de qué hablas?
~Retirate de aquí, no vuelvas a tocar el suelo de la Montaña Misteriosa~
Esto la dejó con tantas preguntas, ¿abandonar su hogar? estaría dejando toda su vida y sus memorias. Además el gong sería difícil de transportar, An yu razonó que quizás la montaña sabía lo que hacia y que no sería la primera vez que oiría sus ordenes.
La niña dragón se levantó confundida y sintió como era sacudida por la montaña. La Montaña Misteriosa le reprendió.
—¿Será por mi desobediencia?, no existe el bien y el mal unidos... no supe en lo que me metí.
An yu pensaba que lo mejor para ambos era eso, que se marchara y olvidara todo lo que vivió con él.
••
La noche parecía tomar un rumbo distinto, los héroes seguían su camino hasta que escucharon unas voces conocidas.
—¡Chicos, vengan por aquí, creo que oí a Romeo! —avisó el de ojos verdes.
Sus compañeros fueron a ver, también habían escuchado.
Cuando llegaron, vieron al ninja y al científico peleando, Luna tarareaba una canción sentada en una silla muy cerca de ellos, Robette debilitada y Robot con galletas en una bandeja para suavizar las cosas entre los villanos.
—¿Qué hacen? —preguntaron al unísono ellos.
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Hola! Hace tiempo no publicó algo, no sé porque me parece mucho. Pero aquí estoy ;)
Estaré escribiendo el capítulo final y publicaré una nueva historia, gracias a los que siguen leyendo, de verdad.
Y ya sé que dije "muy pronto" que publicaría este cap pero es que cosas personales, también quise mantener la inspiración para seguir contando historias y así.
Es todo por hoy!!
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