Al anochecer, el Ninja Nocturno se encontraba corriendo hacía el museo mientras era seguido por sus ninjalinos.

—Siganme —ordenó cauteloso.

Los ninjalinos traían consigo unos pergaminos. Ya que anteriormente el ninja les había ordenado robarlos del museo, sin embargo, se olvidó de llevar uno de los libros sobre ninjas, por eso mismo regresaba.

Luego de llegar al museo, abrió la puerta y entró. Eligió con cuidado el libro que utilizaría esa vez.

—Estoy seguro que los insectos en pijama se apresurarán. Por eso necesito llegar a la montaña antes.

Tres ninjalinos se quedaron al lado del ninja y dos al lado de la puerta vigilando que nadie se acerque.

Por el cielo de afuera se vio un destello de tres colores: azul, verde y rojo, lo que significaba que los héroes ya estaban en su cuartel. Ninja Nocturno vio esto y salió a las calles. Pensó en otro plan, se negaría a perder esta vez.

El ninja se alejó del museo, para después irse rumbo a la Montaña Misteriosa.

Mientras tanto, la protectora de la montaña esperaba la presencia de los héroes. Seguirían aprendiendo sobre la montaña: le encantaba enseñarles los preceptos. No por nada era estricta, y aunque tuviera pocos sentimientos guardados para si misma, no permitiría que nadie lo supiera. Porque ese era el deber.

—Otra noche más para enseñarles.

An yu salió de La Pagoda y admiró las plantas.

—Hola, ¿cómo estas? —Acarició las flores con una sonrisa—. Muy dulce.

De pronto se abrieron las puertas, dejando ver a alguien inesperado.

—Hola... An yu. —Abrió los ojos con sorpresa, era él.

—Ninja Nocturno... ¿qué... qué haces aquí? —Estaba perpleja.

An yu tomó su bastón y vio como el ninja se acercó.

—Me pregunto. ¿Debería confiar en ti? —dijo An yu.

—No lo creo.

«Ah, ya recordé, es un villano. No hay que confiar en ellos» razonó ella.

—Bien. Los héroes ya vienen, es mejor que salgas corriendo.

—Mmm, tampoco no lo creo —rió con una sonrisa vanidosa.

—Aght, Ninja Terco. —An yu rodó los ojos. Para después intentar tocar su flauta, hecho que no logró ya que el ninja se lo arrebató.

—Ja, es mejor que no intentes eso conmigo.

An yu lo observó con seriedad mezclada con rabia. ¿Dos semanas era mucho para pensar, verdad?

Mientras esto sucedía, los héroes en pijama llegaron corriendo muy exhaustos, excepto Catboy.

—Catboy, que suerte tienes al tener tu súper velocidad —admitió Gecko.

—Si quieres te cargo para que no se te complique.

—No, gracias —Sonrió por lo bajo su amigo.

Ululette oyó sonidos arriba en la montaña, le pareció interesante así que le avisó a sus amigos.

—Chicos, hay que ver que está pasando en la Montaña Misteriosa, ¿recuerdan que An yu nos mostrará más de ella?

—Es verdad. No falta mucho para estar arriba —informó el líder.

El trio de héroes se apresuró hasta llegar a La Pagoda.

Y, mientras subían, An yu y Ninja Nocturno mantenían una pequeña pelea.

—Devuélveme lo que no es tuyo —pidió con firmeza.

El ninja rió y negó con la cabeza—. No te voy a hacer caso.

«No eras así en dos semanas atrás»

En eso, los ninjalinos llegaron con los pergaminos, pero se quedaron observando a los dos rivales.

—¿Qué hacen ellos aquí?, ¿planearán hacerle mal a la montaña de nuevo? —interrogó An yu.

—Exacto. Porque... Soy un villano.

—Un villano tan desalmado. No creo que puedas cambiar.

«Es muy obstinado» pensó la protectora de la montaña.

—¡Detente, Ninja Nocturno! —gritaron los héroes.

El menor dejó escapar varios suspiros—. Ya detuvimos a Romeo, pero no será difícil detener a otro villano esta noche.

Ninja Nocturno les dio una mirada rápida a los ninjalinos, dándoles a entender que era momento de manchas pegajosas.

—¡Ja, sueñan insectos en pijama! —exclamó él.

—¡Súper alas de búho! —Ululette aleteó tirándole sus plumas, el ninja se alejó un poco, mas no le dieron las plumas.

—Manchas pegajosas —dijo el ninja y las manchas quedaron envueltas en los héroes y An yu.

—An yu, debemos hacer algo. Deberías hablar con él.

—Es inútil —susurró ella.

—No, no es inútil. Supongo... Que a ti te escuchará en vez de nosotros. Quizás tú puedas calmarlo un poco —habló el mayor de los tres.

—¿Pero y cómo hablo si estoy envuelta en manchas?

—Descuida, te ayudaremos a salir de ellas.

An yu tuvo un debate mental pensando que era mejor, desde la última vez que vio al ninja en esas semanas, al recordar sus palabras no supo como negarse al respecto. Era porque An yu tenia un aire de esperanza sobre el villano.

—Bien. Hablaré con él...

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Y aquí está.

Es todo por hoy!!