(47)
ALEC
Se había puesto un antifaz negro con detalles brillantes que le había traído su hermana, hacían resaltar sus ojos azules haciéndole sentir incómodo y un poco nervioso por lo que estaba por pasar, se miro otra vez al espejo ¿Estaba bien vestido para ir a ver al brujo? ¿Lo reconocería? Una parte muy dentro de él luchaba consigo mismo para hacerlo razonar y que se olvidara de ir, que se quedara en el instituto descansando de las emociones que tuvo en estos días, pero él no quería, él quería ir y por primera vez hacer lo que no hizo con Jace, aclarar todo y saber si solo se hizo ilusiones por nada, quería por lo menos saberlo.
— ¡Vamos Alec! ¡Eres el último y llegaremos tarde!
Volvió a realidad y acomodó las mangas hasta los codos y salió hacia afuera encontrando a los Nephilim viéndolo con atención, su hermana llevaba un vestido rojo que se amoldaba a su cuerpo y un antifaz rojo con negro, su pelo caía como cascada onduladas por su espalda, se veía fantástica. Jace estaba acomodando su chaqueta de cuero y al igual que él llevaba los guantes de batalla y su antifaz negro como el de él haciendo relucir sus ojos dorados, y como último al lado de Jace estaba Clarissa tenía un vestido negro suelto y parecía incómoda en ello, pudo notar que la chica tenía puesto un antifaz brillante, color gris o plata.
— Odio que me miren— dijo Alec.
Al ver que todos lo miraban con atención, todos sonrieron y empezaron a caminar hacia el ascensor para ir hacia la salida.
— Alec— lo llamo Jace.
Ya estaban caminando en la calle.
— ¿Si?
El ojiazul detuvo su caminata y se colocó al lado de su Parabatai dejando que las mujeres caminaran delante de ellos, vio como su hermano lo miraba un poco serio pero sus ojos demostraban otro tipo de sentimiento, preocupación.
— Estoy preocupado por ti—dijo Jace— tu manera de reaccionar al ver que esto se puede salir de control.
— ¿Me estás tratando de decir que si él me rechaza o me trata mal me voy a comportar como un adolescente rechazado?— bromeó Alec un poco.
Jace dejó escapar una carcajada.
— Claro que no, yo no estoy diciendo eso, solo que jamás has tenido pareja— murmuró Jace— ni has dado tu primer beso, yo no quiero que esto te afecte.
El ojiazul recordó donde había recuperado un poco la consciencia y había podido sentir los labios de Magnus en los suyos, aunque fuese un pensamiento de adolescentes, él podía contar eso como su primer beso ¿No? Y lo de sufrir, Alec trató de no hablar de ese tema, si solo Jace supiera cuántas veces sufrió y se le rompió el corazón por él.
— No pasara nada Jace—dijo Alec— esto suena como una charla de una madre hacia su hijo
Quiso bromear sobre aquello para cambiar el tema y aliviar el ambiente.
— Soy mucho más sexy que Maryse—bromeó Jace.
Los dos caminaron mientras bromeaban lo que restaba del camino, Clary no había interrumpido entre ellos, su relación de Parabatai estaba normal y Alec no estaba a cada momento pensando de como Jace rompía su corazón ¿Será que Magnus cambió todo eso?
MAGNUS x2
— Magnus deja de tomar ¡Por favor!
Elias, el cantinero, le suplicaba mientras hacía su trabajo de cantinero.
— Aguafiestas—se quejó Magnus.
Y tomó de un trago su bebida para provocar a su amigo, empezó a caminar con amargura, podría estar disfrutando de la música y ver cómo la gente bailaba y tomar hasta no poder más, pero ahora al ver esto, todo le había parecido amargo, la gente sale a bailar, encuentran a alguien que la acompaña por una sola noche y ¿Después? ¿Esa persona no se arrepentirá de lo ocurrido? ¿No sentirá soledad? ¿No imaginaria una vida con alguien definitivo a su lado? Se sentía triste, su ropa había cambiado, las fiestas se deslumbraban por sus vestimentas y ahora solo llevaba una vestimenta opaca y un antifaz dorado.
A lo lejos el brujo pudo ver como llegaba Camille a la fiesta, con una vestimenta que hacía alucinar a cualquiera, un vestido suelto tapando muy poco las parte de sus pechos, tenía un collar dorado y su pelo estaba recogido de manera correcta, el brujo tenía que admitirlo Camille siempre supo como provocar a las personas que la miraban, la vampiro cruzó mirada con él y con pasos firmes y sensuales camino hasta donde estaba, el brujo agarró de su mano y dio un suave beso en sus nudillos para ver cómo la vampiro sonrió con picardía.
— Magnus Bane— dijo Camille— hace siglos que no me reciben de esta forma.
— A una hermosa dama siempre hay que saludar con el mayor de los respetos— dijo Magnus sonriendo.
— ¿Estás coqueteando conmigo?— preguntó Camille con una sonrisa traviesa.
— ¿Crees que yo te coqueteo?
No estaba coqueteando con ella a decir verdad, pero al ver que el Nephilim de ojos azules no aparecía y ver que estaba amargado fue lo primero que se le ocurrió ¿Qué mal le haría acostarse con una vieja amiga? Vio como Camille se acercaba a él y se asomaba hacia su oído.
— Estaría encantada de que lo hicieras.
Camille empezó a caminar hacia las mesas más alejadas y Magnus como si supiera le siguió a donde ella iba, cuando se sentaron y pidieron unos tragos pudo observarla, tantas veces había dicho que Camille era una mujer hermosa y cualquier hombre deseaba estar con ellas, pero para él ese deseo había desaparecido hace bastante años y ahora mismo no sabía porque estaba comenzando este juego.
— Mis niños me han dicho que Raphael y el novato.
— Simón— le interrumpió Magnus.
— Y Simón está en una relación— dijo Camille.
— Claro que sí.
— Después tendré que hablar con ellos— murmuró Camille molesta.
— He venido hasta aquí ¿Para escucharte hablar sobre mis amigos?— preguntó Magnus arqueando su ceja.
El brujo vio como la mujer vampiro pasaba la mano por la mesa y bajaba hasta su pierna.
— Claro que no mí querido Magnus—dijo Camille— presiento que esta noche será una velada muy interesante para los dos.
La mujer sonrió con picardía para bajar su vista hasta sus labios.
— Concuerdo contigo— sonrió Magnus.
Solo que el brujo no quería tener ninguna noche interesante con ella, si no que quería una noche con un Nephilim de ojos azules, pero no todos tenían lo que querían.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro