(3)
ALEC
Después de esperar la mesera de una estatura pequeña y un caminar particular, con unos dientes afilados, llega a la mesa. Kaelie es una Seelie, pero no en su totalidad. Alec sonrie cuando esta se acercó para tomar su pedido. Le agradaba, no es una mala chica, atiende muy bien y logra distraerlo cuando comienzan a conversar. La forma de tratar a sus clientes y no esconder cuando le agrada o no alguien es bueno, y eso sucede cuando viene Jace con Clarissa al restaurante, haciendo que la cara de la Seelie cambie de una agradable a una de desagrado, hasta su trato cambia por completo.
— ¡Alec! Querido ¿Qué vas a pedir?— pregunta la chica sacando una libreta y un pequeño lápiz.
— Kaelie, um... lo de siempre—responde Alec sonriendo de medio lado.
La comida del lugar es una delicia, lo único que puede saciar su hambre, y más cuando sabe que Izzy le toca cocinar.
— En un rato lo traigo—dijo y se fue.
Alec aprovecha para dar una mirada a las personas que están a su alrededor, viendo como subterráneos comen, charlan con sus invitados y sonríen, mientras que él está solo.
Sigue con la mirada a la mesa continúa, llamándole la atención esas personas que están sentadas allí, con vestimentas extravagante y llamativas. Mira primero a la mujer de pelo rubio y ondulado, que se pierden bajo sus hombros, y aquel saco de piel de algún animal que cubre la mayoría de su cuerpo. No puede ver la ropa que lleva abajo, pero si puede observar su piel de color porcelana, más blanca que la piel de el mismo. La mujer ríe mientras que con una de su mano balancea una copa que contiene un líquido carmesí. Ella es una vampiro.
Pero a pesar de eso la mujer no gana toda la atención de los clientes del lugar, si no su acompañante.
El chico parece joven, tiene piel color miel y su vestimenta es muy particular. Muy formal para ser tan joven. Su traje de color violeta resaltaba con su piel, y no puede evitar pensar y preguntarse ¿Quién en estos años usaría un traje tan brillante? ninguna persona lo usaría porque está muy fuera de lugar. No en Taki's un lugar de comida rápida.
Sigue observando cómo su manos se mueven en toda dirección, debe estar contando un chiste o un recuerdo gracioso, ya que la mujer no deja de reír; su pelo está tirado hacia un lado y cada mechón tiene un color distinto. Admite que no le queda nada mal. Dirige la mirada a la cara del chico, a los ojos y se queda fascinado, nunca había visto unos ojos tan hermosos como esos, de un color dorados verdosos con rabillos de ojos gatunos. Raros y fascinantes a la vez.
Alec lo está mirando sin ningún disimuló que cuando la otra persona le devuelve la mirada se siente enrojecer de vergüenza, haciendo que su vista vuelva al piso. Pero no puede evitar la tentación de volver a mirarlo otra vez. No quiere que el chico piense que es algún tipo de acosador.
Pero se averguenza cuando sus ojos ven a la otra persona sonriéndole, cómo si este supiera lo que iba a hacer. Alec siente como su pecho está a punto de explotar y como su respiración comienza a dificultar. No puede creer lo que va a decir, pero le llama la atención la otra persona.
Con timidez Alec le sonríe para no ser descortés y mira hacia otro lado. Sabe que está mal, no puede hacer esto, mirar a chicos cuando ha pasado casi toda su corta vida evitandolo por completo.
"La homosexualidad está prohibido para un shadowhunters"
Comienza a jugar con sus manos para calmar los temblores hasta que su pedido llega. Piensa en algo que pueda distraerlo y piensa en la situación laboral de Kaeli. Ser mesera es algo difícil, siempre sonriendo, siendo amable ¿No le dolían después lo pómulos por tantas sonrisas? ¿No sentía la necesidad de tratar mal a una persona por ser descortés con ella?
Mira la comida notando que el apetito ha disminuido lo bastante para ya no querer comer, y todo es culpa de la persona de la otra mesa. Hace un esfuerzo por lo menos para comer la mayoría y recuperar energía, no quiere usar una runa para ello ya que no es de urgencia.
Cuándo siente que ya nada más entrará en su estómago, su bolsillo trasero vibra, lo saca antes de que el timbre llame la atención de las otras personas y mira la pantalla al causante del sonido, Jace. Duda en contestar. ¿Es bueno responderle? ¿Cuáles serían las consecuencias si lo hace? Suspira y responde, no puede ignorarlo, jamás podría hacerlo.
— Alec— Se escucha del chico rubio a través de la línea.
— ¿Qué sucede?
— ¿Dónde estás? No nos hemos visto desde esta mañana, después de lo ocurrido.
— Estoy en Taki 's.
— ¡Iré en este instante! Clary levántate, vamos a Taki 's.
— ¿Qué? No, Jace...
Pero la línea ya se ha terminado, escuchando solo el ruido que hacen los celulares cuando una llamada acababa. Quiere pegarse la cara con la mesa por haber sido tan despistado y no haber supuesto que Jace traería a aquella chica como su moco personal.
Del otro lado de la sala el joven de traje formal, que no es tan joven, sonríe, olvidándose de la presencia de su compañera por ver las expresiones del muchacho de ojos color zafiros que le parecen muy graciosas.
Alec sigue haciendo muecas, no quiere ver a Clarissa, se niega a verla cuando está disfrutando su soledad. Piensa en huir del restaurante, pero no quiere ser un cobarde.
Se masajea la frente para pasar un poco la frustración, llamando a Kaeli para pedirle un café negro. Quiere estar tranquilo antes de que lleguen sus invitados. En un momento de distracción dirige la mirada a la persona de quién se había interesado, comenzando a arrepentirse ya que la otra persona también lo está mirando, causando que su cara arda de vergüenza. Cada vez que lo mira, más lo relacionaba con un gato. Siente la necesidad de saber si también ronroneaba o no.
Voltea la mirada apenado a tal pensamiento, no puede interesarse en la primera persona que vea ¡Es homosexual! ¡Pero no para exagerar! Suspira porque sabe que este tema no saldrá de su cabeza por un largo tiempo. Debe dejar de pensar por un rato, relajarse y encontrar su paz emocional antes de que comience a volverse loco.
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