Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(25)

MAGNUS

— ¡Aquí niño Nephilim!—Gritó.

Mientras esperaba la llegada de ellos, corrió hacia una de las paredes haciendo un portal iluminando el lugar de un violeta brillante, volvió hacia Alec tenían que irse ya de este lugar, antes de que vinieran por ellos.

— ¡Alec!— gritó Jace a lo lejos.

Magnus vio como el Nephilim rubio, Parabatai de la persona inconsciente, se tiraba arriba de Alec llevándose la misma sorpresa que Magnus se había llevado al verle, lo vio como se tapó la boca de horror porque el chico de pelo azabache y ojos zafiros estaba irreconocible.

— ¡Niño suicida! —Murmuro Jace— la próxima vez te voy a atar en el sótano del instituto para que dejes de arriesgar tu vida.

Y lo abrazo, ninguno entendería la relación de Parabatai, nunca iban a entender cómo se sentía uno cuando estaba en peligro el otro, nunca iban a entender el dolor cuando se perdía a uno y nunca iban a entender cómo ese vínculo lo unían a modo de ser unos, solo Magnus que pasó por generaciones de ellos y pudo tener un acercamiento a los Nephilim.

— ¿Y la Nephilim?—preguntó Magnus.

El brujo había mirando a toda la habitación en su búsqueda, pero el chico rubio pasó su mano por el pelo de modo que daba a entender todo con ese gesto, algo sucedió, aquella chica había cometido una de las suyas.

— Está bien, tenemos que irnos— dijo Magnus señalando el portal— a mi Loft así puedo ayudar a Alexander.

Los primeros en pasar fueron el dúo de vampiro cual desaparecieron de un momento a otro, vio como Jace alzaba a Alec, cual había gritado de agonía por el dolor haciendo que su Parabatai mirara horrorizado y le mirara esperando una explicación o alguna palabra para poder parar esto.

— ¡Ve!— exigió Magnus— ve antes de que empiece a ponerse peor.

Jace fue hacia el portal sin dejar de mirar a Alec para desaparecer por ella, Magnus se quedó ahí por un momento, desde hace rato sentía la presencia de alguien más en el lugar ¿Cómo era que nadie más podía sentirlo? ¿Tan poderoso era con su nueva sangre?

— Sal de tu escondite Jonathan— murmuró Magnus.

Detrás del umbral de la puerta apareció Jonathan, su pelo plateado algo desordenado cayendo mechas de cabello por su cara, sus ojos negros hacían que la sonrisa de él fuera más macabra, el chico aplaudió con puro sarcasmo al ser descubierta.

— Muy bien brujo, muy bien— dijo Jonathan.

— ¿Por qué no nos has atacado?— preguntó Magnus—tenías la oportunidad de hacerlo.

— Todo a su tiempo brujo.

— Deja de jugar Jonathan— exigió Magnus— ¿Que estás planeando con tu padre?

— ¿Valentine? No te hagas problemas, ya no existe, no tendrás que lidiar con ese ser insignificante.

— ¿Lo mataste? ¿Mataste a tu padre?— preguntó horrorizado Magnus.

— ¡No hables de ese hombre!—vociferó Jonathan— antes de que te vayas y te deje ir ileso, necesito dos recados.

— ¿Cuáles?

— Dile a Jace que Clarissa estará en buenas manos "La sangre atrae a la sangre".

Magnus trago con fuerza al escuchar aquello porque podía entender el significado, ese chico ya no es normal, por sus venas corre sangre demoníaca, y los demonios no tienen diferencia de linaje, los límites de familia no prohíben en tener una atracción sexual y hacer algo con ello.

— Y tu padre te está buscando, te quiere de vuelta, — dijo— ahora si puedes irte.

Y Magnus desapareció por el portal sin dejar de pensar lo que el niño pelo plateado había dicho, cuando pasó por el portal su desconcentración casi lo hace caer de cara al piso, pero pudo agarrar equilibrio a último momento, el portal se cerró detrás de él.

— ¿Por qué tardaste?— preguntó Raphael que están rebuscando la sala.

— Estaba poniendo marcas para que no nos encuentren—mintió Magnus.

Magnus había aprovechado para sacudir su ropa tratando de ocultar los nervios, empezó a caminar hacia donde el rubio estaba agachado delante de un sillón mirando a Alexander, con la luz se veía más devastado, las líneas negras que debían ser venas rodeaban toda su cara y cuello, los labios se estaban poniendo blancos como su piel, la ropa rota estaba manchada con sangre seca y tierra.

— Raphael, trae todos lo que tiene esa mesa— gritó Magnus.

Mientras el brujo estaba hablando con Jace para explicarle que iba a suceder, los dos vampiros se habían encargado de buscar lo que Magnus tenía que utilizar para salvar al Nephilim del veneno que había entrado a su sangre.

— Necesito que te alejes ahora Jace— dijo Magnus— necesito trabajar.

Si podía salvar a Alexander significaba que él no era malo, que ser hijo de un demonio mayor no significaba que él era lo mismo, Magnus podía sentir todo lo que sentían las personas y eso ayudaba a hacer cosas por ellos, con algo de plata entremedio pero ayudaba. Jace se alejó, haciendo que Magnus suspirara con tranquilidad, se subió las mangas de su vestimenta y frotó sus manos, caminó hacia la mesa donde estaban sus materiales y empezó a preparar un antídoto para que Alexander no pudiera sentir el dolor y para que la sangre contaminada no se siguiera extendiendo por su cuerpo.

— Podrás salvarlo ¿Cierto?— preguntó Simón.

Magnus levantó la mirada viendo a un preocupado vampiro ¿Qué podía responder? ¿Podía salvar a Alexander? ¿Era tan bueno para hacerlo? ¿Por qué su padre volvía a aparecer ahora y llenarlo de inseguridades? Ese ser o lo que sea que fuera siempre lo hacía dudar de él mismo, sabía que tenía sangre de demonio, pero una de sus mitades era humano por parte de su madre ¿Eso no lo hacía ser un poco bueno?

— Trataré de hacerlo.

El líquido verde ya estaba listo sacándolo con cuidado del fuego y echando a una taza, fue hasta Alexander, pidiéndole ayuda a Jace para sostener la cabeza del chico y colocar la taza en sus labios.

— Toma pequeño, toma esto así puedo ayudarte— susurró Magnus.

Costo bastante que Alexander reaccionara y tomara el liquido, pero lo hizo después de unos momentos, su cuerpo irradiaba de una capa de transpiración, el brujo saco la camisa rota del cuerpo de aquel Nephilim, lo iba a salvar, no tenía que dejarse llevar por lo que había dicho Jonathan, él no iba a ser un príncipe de la tiniebla, jamás iba a ser como su padre. Juntó sus manos haciendo que salieran llamas azules y las colocó a unos pocos centímetros del abdomen de aquel chico haciendo que pequeñas llamas se empezarán a perderse en el cuerpo, un tipo de gimoteo salió de su boca, las venas negras se aclararon muy poco, dándole entender que necesitaba más poder, tensó sus brazos haciendo que las llamas azules aumentaran.

¿Podría salvarlo? ¿Podría ayudar al pequeño Nephilim? Magnus tenso todo su cuerpo enojado por lo inseguro que se sentía. El era Magnus Bane, el brujo, gran brujo de Brooklyn, pero las venas negras del cuerpo de Alexander no desaparecían ¿Era tan inútil para no poder salvarlo? Usó todo su poder haciendo que el chico empezara a gritar, las venas empezaron a desaparecer ¡Lo estaba salvando! ¡Iba a salvar un Nephilim! su cuerpo se empezó a debilitar, un sudor empezó a formarse en su cuello ¡Él no iba a ser como su padre! Después de un momento terminó cayendo al suelo de rodillas comprobando que Alexander estaba bien, después de eso la visión comenzó a volverse negra, El era Magnus Bane, el ayudaba personas, el era bueno, su sangre de demonio no lo haría cambiar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro