(13)
ALEC
Se despertó alarmado, la bebida ya había perdido efecto en él dejándole un gran dolor de cabeza por la resaca, se sentó y refregó sus ojos, podía sentir una punzada dolorosa en su estómago y en la parte derecha de su cabeza. Miró a su alrededor porque estaba todo oscuro, porque sabía que esa no era su cama, podía sentir algo al lado de él y eso lo hizo desesperar ¡Está durmiendo con alguien! cayó de la cama pegando con la espalda y su trasero sobre el suelo.
— ¡Auch!—se quejó sobándose
Con las pocas claridad que entraba por la ventana observó la figura de una persona estirarse mientras se quejaba en voz baja, toco su cuerpo ya quería creer que no era verdad de que él no había tenido sexo con cualquiera, pero estaba en bóxer ¡Su ropa no estaba! trató de levantarse pero la cabeza lo devolvió al suelo con una punzada, vio como la figura de la cama se acercaba hasta su orilla, una figura oscura cual no puede reconocer, necesitaba una runa de visión con urgencia.
— ¿Alexander?—preguntó la sombra.
Alec reconoció esa voz, era de Magnus.
"¡Oh no! No, no y no, yo no dormí con Magnus, esto no es real."
Las luces se prendieron después de que Magnus diera un aplauso y Alec lo vio, estaba sentado en la cama con una mano refregando su ojo derecho, sus pupilas de gatos estaban presentes mostrando una escena extrañamente tierna, el Nephilim trato de quitar la mirada, cual se desvió a su abdomen, se quedo sin aire, estaba al desnudo mostrando su piel miel, haciendo que remojar sus labios. Siempre había visto entrenar a Jace, cual se le quedaba mirándolo por tanta musculatura, pero Magnus a pesar de mostrar una mini pizca de musculatura pudo llamar toda su atención, superando por mucho a su Parabatai.
Se dio cuenta el momento en el que estaban y lo que él estaba pasando comenzó a avergonzarse y trató de taparse con lo que encontró observando la sabana de la cama que tenía más cerca, Magnus estaba encima de esta, no lo pensó tiró de ella haciendo que el brujo cayera hacia atrás quedando la mitad de su cuerpo en el piso y la otra mitad dentro de la cama, Alec se tapó como pudo buscó con su mirada su ropa, pero no la encontraba, la habitación era grande, volvió la mirada al brujo porque tenía que pedirle explicaciones.
— Magnus, Magnus—lo llamó Alec.
Pero Magnus no respondió, el Nephilim se asustó ¿Y si se pegó fuerte? ¿Y si estaba desmayado? Se paro dejando la sábana de lado para ir a comprobar que estuviese bien, se agacho cerca de su cara, su pelo colorido estaba ahora lacio y todo desparramado en su cara, lo corrió con cuidado para observar que Magnus estaba bien, solo estaba durmiendo, al parecer no se había despertado todavía.
Alec no podía dejar que Magnus estuviese durmiendo así aunque se haya aprovechado de él, lo cargó y lo acostó bien, después aprovechó para mirar la hora notando que era madrugada ya, podría irse pero necesitaba que Magnus le diera explicaciones sobre lo sucedido. Recorrió la habitación y encontró una puerta cuando lo abrió, hizo dos pasos hacia atrás al ver que en esa habitación contenía mucha ropa colorida, ropa con brillos, ropa con purpurinas y mas ropa colorida, este necesitaba un pantalón así que se adentro a la habitación en búsqueda de algo que fuese negro y no tuviese nada de brillo. Cuando se estaba por rendir por tal fracaso encontró un pantalón gris, solo que contenía purpurinas negras dispersas que hacía que la vestimenta fuera rara.
Salió de la habitación-armario y la cerró para mirar la cama, el brujo seguía durmiendo así que este suspiro, colocó el pantalón y fue hacia la cama acostándose, esta vez estaba vestido así que no tenía que taparse y no le preocupaba la persona a su lado porque si no se despertó con el golpe no lo haría ahora, después de unos momentos el sueño lo venció.
MAGNUS
Se despertó con un dolor en su mejilla derecha, acariciándose un poco el dolor desapareció tocando la piel de una persona a su lado, sonrió, Alexander no se había ido aún. Recordó todo lo que había sucedido en la madrugada, Alec despertando, cayéndose, él despertando y llamándolo, Alec tirando de su sábana y él cayendo y de ahí no recordaba más, miró al Nephilim que tenía al lado, su espalda al descubierto estaba marcada con runas que este no pudo evitar acariciarlas, su piel era fascinante de un color nívea, el brujo quería marcarle, quería sentir la satisfacción de dejar una algo suyo allí, pero se detuvo y detuvo su pensamiento. Miró el reloj, aún era temprano haciendo que comenzará a refunfuñar, jamás se despertaba tan temprano como ahora.
Se quedó en cama mirando al techo, tenía que mandar al pequeño Nephilim al instituto como le había dicho a su Parabatai, pero no quería despertarlo se sentía bien ahora mismo con alguien a su lado, cuando estaba por cerrar los ojos la música de su celular comenzó a sonar, estaba personalizado así que sabía que era Raphael. Tomó su celular, de la mesa de luz que estaba al lado de su cama y contestó.
— Raphael querido tanto tiempo, anoche no me has saludado, que mal amigo eres —dijo Magnus en un susurro.
— Oh vamos Magnus, no es hora de esto— murmuró Raphael— es algo de suma importancia.
— ¿Qué sucede, mi pequeño Rapha? —preguntó Magnus.
Mientras hace esa pregunta se dedica a sentarse en la cama y bostezar, ya no podría volver a dormirse hoy.
— Camille volvió a atacar a un mundano, necesito hacer la transformación a este chico—dijo Raphael.
— Raphael ¿Otro mundano más? Déjalo que muera, se van a sobrepoblar—dijo el brujo cansado.
— ¡No! Vamos Magnus, ayúdame con este mundano— suplicó el vampiro.
Magnus estaba a casi de decirle que fuese a pedirle favores a otra persona, pero suspiró de manera larga, era Raphael, si no lo ayudaba él vendría a media noche y lo mataría, no aún peor ¡vendría a romper toda su preciada ropa! No tendría por qué enfrentarse a esto.
— Está bien, ya te mando un portal Raphael.
La llamada se cortó, a veces su vampiro amigo era tan amargado, no pudo evitar quejarse, no quería levantarse hoy. Sintió como su compañero de cama se movía para darse vuelta de la posición en la que estaba, ahora Alec dormía hacia arriba, el brujo no creía que alguien tuviese ese efecto en él, pero allí estaba con su garganta reseca y viendo con atención cada parte del niño Nephilim.
— Oh pequeño Alexander, quisiera tenerte como decoración en esta casa— susurró Magnus.
Su teléfono volvió a vibrar con un mensaje del brujo.
<<Vamos Magnus ¿El porta para cuando? Raphael>>
El brujo volvió a quejarse, no lo dejaba tener su momento de paz para mirar al Nephilim, se levantó poniéndose unas pantuflas de gatitos y camino hacia la sala, no se iba a vestir, no tenía ganas y si lo hacía tardaría un buen tiempo y Raphael no era de muchas paciencias. En la pared de la sala hizo el portal, no era tan difícil, después de usar reiteradas veces el poder en un portal se hacía menos costoso y pesado, el portal se abrió, era hora de esperar que llegara su invitado con el mundano casi muerto. Raphael no tardó en aparecer traía a un mundano en brazos cobijado, haciendo que el brujo se llevará una sorpresa, el mundano era uno de la banda que había tocado anoche y Raphael lo traía en brazos, no en el hombro como una bolsa de papa o arrastrándolo como sabía hacer las otras veces, si no en sus brazos, vio como lo ponía en unos de los sillones teniendo la mayor precaución.
— Raphael.
Nota la cara de amargura en el vampiro cuando miraba al mundano mientras está examinando que estuviese bien aquel chico.
— Ayúdame a revivir al mundano—susurró Raphael.
El brujo fue hacia él y colocó una de sus manos en el hombro del chico, nunca había visto a Raphael así menos en el comienzo de sus etapas de vampiro que eso sí había sido difícil, pero jamás había visto mal a Raphael cuando pedía ayuda para revivir a un mundano y ahora lo estaba haciendo.
— Te ayudaré Raphael— dijo Magnus.
— ¡Simón!
Magnus y Raphael voltearon a ver quién era, Alec corría hacia Simón tratando de despertarlo y después comenzaba a balbucear aterrado casi como si quisiera llorar, el brujo sintió que tenía que decirle a Alec que Simón no iba a ser más un mundano después de este día, si no un vampiro.
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