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Corriendo como el viento, saltando como conejo, jugando como un niño, disfrutando de la hermosa vida que tiene, así se siente Jimin, libre de todo, feliz, su cola se movía de arriba a abajo cada que daba un brinco, su pelaje naranja está tiernamente alborotado y sus lindas orejitas sobresalían de su hermosa cabecita.

Le gusta el nuevo clima, otoño, la mejor estación del año, su pelaje nuevamente se vuelve naranja-rojizo en esa época y eso le fascina en grande ya que le encantar camuflarse entre los arbustos y luego saltar encima de su hermano mayor, asustándolo de cierta manera. Corre lo más que puede, sus patitas delanteras se mueven velozmente, escapando, sus orejas pueden captar las pisadas que viene de atrás, persiguiéndolo, corre más rápido, no quiere perder, pero de la nada es embestido de un costado haciéndolo rodar cuesta abajo.

— Te atrapé! — grita victorioso el cambia forma.

Jimin se mueve inquieto entre los brazos de su hermano, no quiere aceptar que ha perdido, no.

— No es justo Hyung! — se queja el menor, cambiando a su forma humana — ¡Hiciste trampa, Hyung! ¡Tú no tenías que atraparme, yo tenía que ganar! — grita frustrado haciendo un berrinche muy infantil.

— Mimi, no seas mal perdedor, jugamos justamente y yo gané — El de cabellera rojiza se cruza de brazos, siempre era lo mismo con Jimin, cuando perdía se molestaba y quejaba.

— Pero yo quería ganar, TaeTae— se queja formando un puchero con la cabeza baja, su hermano rápidamente coloca su mano en la cabellera de Jimin y acaricia suavemente.

— En otra oportunidad, ganarás Mimi, podemos volver a jugar otro día — lo consuela.

Al pequeño Jimin solo le queda aceptar su derrota y dar un fuerte abrazo a su hermano haciéndolo caer en las hojas secas, empiezan a jugar abrazados, todo era muy feliz hasta que el feo olor llegó...

Un extraño, pero a la vez horrendo olor llegó hasta el olfato de los dos zorros presentes, TaeHyung supo rápidamente de que se trataba, mientras que el pequeño Jimin dio un tierno estornudo al detectar el nuevo olor.

Su madre apareció desde lo lejos y cogió a Jimin del cuello llevándolo hacia su madriguera, seguido atrás por su hermano, quien arrastraba rocas tratando de tapar la entrada, estando todos adentro de su casa, comenzaron a retroceder, buscando los hoyos que alguna vez habían cavado, si los cazadores logran encontrarlos, ellos escaparían por los hoyos y saldrían por el otro extremo.

Escucharon pasos venir hacia ellos, Todo estaban asustados, menos Jimin, el, estaba confundido, pero no asustado, quería saber que eran esas cosas que estaban afuera, ese olor... ¿De dónde provenía? ¿Por qué estaban escondiéndose? O más bien ¿De que...?

— Dime, ¿Encontraste algo? — pregunta cierto hombre con un rifle en la mano.

— No, no hay nada, al parecer Max se equivocó — respondió mirando al perro que los había traído hasta aquí.

— Recuerda que el amo quiere al zorro para el fin de mes, no quiero perder mi tiempo contigo y tú estúpido perro caza ratas — gruño sumamente molesto.

— Vámonos — hablo para luego irse junto a su canino amigo y su arrogante compañero.

Cuando el peligro paso, Jimin fue el primero en avecinar su cabecita de zorro por unos de los huecos de la entrada, siendo rápidamente apartado por su madre quien le gruño en respuesta.

Con la ayuda del otro sacaron las rocas amontonadas y salieron para revisar el área, encontrándola libre de peligros.

— ¿Que fue eso? — pregunto inocentemente el pequeño zorrito convertido en humano.

— Personas malas, mi pequeño, muy malas y peor aún si son alfas — respondió su madre en su forma humana.

— ¿Qué son las personas? — volvió a preguntar curioso.

— Mimi, las personas son iguales que nosotros, tiene brazos y piernas al igual que tú, pero la única diferencia es que ellos son malos, quieren hacernos daño — está vez fue TaeHyung quien hablo convertido en humano.

— Pero ¿Y si no son malas?, y si quieren ser nuestros amigos — hablo Jimin feliz, negándose a que existieran ese tipo de personas.

— Jamás, Jimin, ellos jamás serán nuestros amigos — contesto su madre, poniéndole punto final al asunto.

Bueno, al menos solo para ella, ya que el pequeño castañito todavía seguía con la duda, talvez su mami estaba equivocada... Solo talvez.

Luego de un rato, todo volvió a ser tal y como lo era antes de que esos cazadores vinieran, Jimin y TaeHyung jugando como siempre por los arbustos y su madre de vez en cuando vigilando a la distancia.

Pero había algo que Jimin no podía dejar pasar, algo que lo incentiva a mirar más allá de su nariz, de su casa, más allá de todo, esa era su curiosidad, curiosidad por esas personas que podrían ser sus amigos, quizás si va un poco más allá de los árboles los encontraría y le demostraría a su mamá que ellos podrían ser amigos.

Pero no podía hacerlo solo... ¿O sí?

— Hyung! Hyung!, ¡Vamos!, vamos a ver más allá — grito entusiasmado en pequeño zorrito en su forma humana.

— A mamá no le gusta ir por allá, Mimi, tenemos que ir a casa — cuestión el de orejas rojitas jalando a Jimin de la mano.

— Definitivamente no, quiero ir allá y será con o sin ti, hyung — sin más el pequeño Jimin se soltó del agarre y se fue corriendo feliz, libre de la vida, curioseando todo lo que esté a su alcance.

Corrió y corrió sin un rumbo fijo, solo a dónde su corazoncito le decía, la dulce adrenalina era presenciada en Jimin con sus cabellos alborotados de tanto correr, su sonrisa se mantenía hay, sus ojitos se cerraban y sus lindos cachetes se cubría en un manto de rojo, un lindo rojo.

Pobre pequeño, no sabe todo lo que le está a punto de pasar por el simple hecho de querer ir mucho más allá.

— Mamá! ¡Mamá! Jimin! Jimin se ha ido a terreno de cazadores! — grito horrorizado TaeHyung.

— ¿¡Que!? — respondió en un grito su madre, quien cambio a su forma zorruna y corrió velozmente hacia su hijo seguido atrás por TaeHyung.

Cansado de tanto correr el pequeño Jimin se detuvo por un momento entre unos árboles muy grandes, su boca trataba se recuperar el aire que había perdido mientras que sus piernas se tensaron de tanto correr.

A lo lejos vio un tipo de cueva rara, tenía una forma muy particular, como la de un triángulo, sintió mucha curiosidad por saber de qué se trataba. A unos pasos de la extraña cueva el pequeño Jimin vio a las personas, eran igualitos a él, solo que ellos no tenían orejitas ni una colita, pero eran iguales, talvez podría decirles que sean sus amigos para así llevarlos con mamá, sip, el haría eso.

Camino con cuidado, acercándose cada vez más a los cazadores, cuando estuvo a sus espaldas les tocó el hombro para así llamarlos, pobre Jimin, tan confiado...

— ¿Qué se supones que eres? — comento extrañado el hombre, levantándose para así poder verlo mejor.

— De seguro es otro loco que le gusta andar desnudo por el bosque — respondió otro hombre riéndose del pequeño Jimin.

— Hola, ¿Quieren ser mis amigos? — Con toda la amabilidad del mundo, el castaño mostró una sonrisa a los cazadores dando el primer paso para formar una amistad e ignorando los insultos que había recibido.

— Está demente — respondieron ambos hombres para después voltearse, sin darle más importancia.

Cuando los dos hombres comenzaron a alistar el plomo para sus rifles, el pequeño zorrito no pudo evitar estornudar y transformarse en su forma animal ya que aquel olor lo llevaba a poner sus instintos en alerta.

Esto no pasó desapercibido por los dos hombres, quienes voltearon para ver asombrados al pequeño zorro que se sobaba la nariz con sus patas delanteras.

— ¿Qué clase de fenómeno eres? — pregunto impactado por lo que estaba viendo sus verdes ojos.

— Esa cosa era un humano y-y ahora un zorro —

Los cambia forma de otras especies que no sean los de un lobo no son muy comunes en la cuidad, son muy poco los que habitan y siempre paran ocultos ya que los cazadores de animales los buscan para matarlos y tomar sus cabezas como trofeos, lamentablemente Jimin era uno de esos cambia formas extravagantes junto con su familia, si los encontraban, no tendrían escapatoria...

— Hoseok ¿Crees que el amo nos dará una mejor paga si le llevamos a este fenómeno? — al fin y al cabo, a estos hombres solo les importaba el dinero, no tienen una pisca de sentimientos por los animales.

— Me parecer que si, Taemin, Jungkook nos dará una muy buena recompensa por este pequeño — dijo con una malévola sonrisa en su rostro.

El pequeño Jimin no entendía absolutamente nada, pero sus instintos se pusieron más alertas cuando uno de los hombres le apunto con el rifle, supo ahí que estaba en problemas muy graves, ellos no querían ser sus amigos y ahora talvez sería su último día de vida, o la última vez que vera a su familia...


🍂🦊🍂



Empezamos con esta tierna historia, con un Jimin Zorrito♡.

Nuevamente pongo a Hobi de malo jsksjs, no puedo evitarlo, en mi concepto favorito🐿️



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