8
Cuando regresé a casa ese día, me encontré con mis padres sentados en la cocina con mueca preocupada.
Me contaron que tuvieron que ir por Diana antes de tiempo porque no paraba de llorar. Ella dijo que su amiga, Ofelia, le había dicho que no podía hablar más con ella, no hasta que yo me disculpara con su hermano.
Cuando me confrontaron al respecto, me quedaron dos caminos obvios; decir la verdad o una mentira.
Yo decidí mentir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro