Honey apareció frente a mi casa cuando me encontraba en medio de una sesión de autocompasión.

Cuando la vi, un pequeño halo de esperanza revoloteo en mi corazón, pensando que quizás aún tenía una oportunidad con ella, tal vez había cambiado de parecer y decidió que debíamos volver. Mi mente trabajó a mil por horas, pensando en cómo dejaría atrás cualquier rencor, sería comprensivo y la perdonaría sin importar todo lo que pasó.

Ella estaba borracha, después de todo, quizás no quiso decir todo lo que dijo en aquel video. Tal vez sólo había terminado conmigo por la presión que ponían sus padres sobre ella.

Nosotros hicimos exámenes para la misma universidad, íbamos a vivir juntos, ya habíamos recibido nuestras cartas de aceptación, también puede que aquello al final fuera demasiado.

Yo estaba dispuesto a darle su espacio.

Sin embargo, una vez que vi su expresión, supe que no estaba frente a mi casa para volver, lo supe por la manera en la que me miró. También me di cuenta en ese momento que a pesar de que tratase de engañarme a mí mismo, ella nunca me había querido como yo a ella.