¿Ya había mencionado que Travis vive en la casa de enfrente?

Pues sí, lo hace, y voy a contarte algo sobre los vecinos; siempre sabes cuándo hay problemas.

A ver, no es que yo sea un chismoso que se la pase espiando por la ventana, pero hay cosas que uno no puede ignorar. Por ejemplo, una fiesta a las tres de la mañana, con la música a todo volumen es algo que salta a la vista, es molesto y me declaro culpable de ello.

En el caso de Travis, los gritos de un hombre furioso y una madre llorando no podían apagarse así como así.

Las voces se escapaban de las finas paredes, la casa de enfrente era humilde, pequeña y mi madre llamaba a la policía al menos una vez al mes, cuando las cosas se ponían feas. Sin embargo, en los últimos tiempos, los oficiales parecían más reacios a acudir a la ayuda, presintiendo que de todos modos no habría nada por hacer para detener la violencia cuando una víctima se negaba a ser ayudada, pero ,i madre no se rendía.

En ese momento, yo estaba regresando de la práctica de futbol. Me tardé un poco más de lo normal en encontrar las llaves en mi mochila, estaba teniendo problemas para concéntrame, el llanto de la madre de Travis era difícil de ignorar. Calaba hasta los huesos.

El sonido de un portazo llamó mi atención. Levanté la vista y ahí estaba Travis, mirándome.

"¡No vuelvas hasta que la puta moto esté reparada!" Le advirtió su padre desde dentro de la casa.

Pero Travis no lo escuchaba, me miraba con aquellos ojos de animal salvaje, había un hematoma bajo su ojo, tenía los labios sangrando y la nariz también. Él sabía que yo era el culpable de lo de la moto, no con certeza, pero lo sospechaba.

Se me revolvió el estómago nada más verlo. Era violento, vulgar y no deseaba que aquella mirada estuviese alguna vez, dirigida a Honey.

Estoy releyendo esto para corregirlo y mi pobre Devon tiene serios problemas mentales xD