
42
Si alguien, alguna vez, se atrevía a decir que Travis era un debilucho le cortaría la lengua por mentiroso.
Mientras lo llevaba a su casa, a encerrarlo en alguna habitación para asegurarme de que Ofelia no lo viera, me dio al menos diez buenos golpes bien asestados y tuve que proteger mi perfecta nariz de una deformación forzada. No era por presumir, pero yo me enorgullecía mucho de mi perfil y un tabique desviado no estaba entre mis planes.
De igual forma conseguí salir librado de ese asunto, en realidad me fue bastante bien teniendo en cuenta que mi contrincante estaba usando una muleta para tratar de asesinarme. Así que, cuando pude meter a Travis a su cuarto me di por bien servido.
¡Bravo! ¡Una buena acción para Devon!
Mala suerte para mí, por ser tan consiente de la manera en que realizaba todas mis acciones, porque mientras husmeaba en la andrajosa habitación de mi vecino, me di cuenta de que él tenía todo lo que a mí me hacía falta.
Era un ser humano tan común que me daba envidia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro