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✴ C A P I T U L O 1 ✴

[Reproduce Para Ambientar Mejor El Capítulo]

👬💝

Las constelaciones centelleaban a lo lejos, en lo alto del cielo. La cresciente de esta noche era más brillosa que es comúnmente, aún en la oscuridad. La cuál rodeaba a toda la ciudad. Se podía apreciar su fulgor y su calor...

Las personas caminaban de un lado a otro, sin rumbo alguno. Sin tomarle la mínima importancia a este fenómeno astronómico, que es muy peculiar ante los ojos de un muchacho que admiraba el firmamento con cierto aíre nostálgico.

Sus pupilas se agrandaron al divisar una estrella fugaz en tan desolada y lúgubre soledad. En donde estaría atado toda su vida, sin poder escapar de ese abismo...

Suspiró y se dió la vuelta para apoyar su ancha espalda en el barandal del puente.

Sacó un cigarrillo, posicionandolo entremedio de sus labios para sujetarlo y buscar un encendedor en su bolsillo trasero. Sumergió su mano en la tela de su pantalón y lo encontró, con su dedo pulgar encendió la llama, la colocó cerca de su palma para que no se apagara y lo acercó para que prendiera la punta.

Con muchas ganas, le dió la primera calada, experimentando como el humo del tabaco se esparcía por sus pulmones, cada vez que lo hacía.

Su tranquilidad era la recompensa, después de un día atareado de inmenso trabajo y papeleo tras papeleo en una gigantesca empresa. Se merecía un mínimo descanso y eso es lo que hizo, no tardó ni un segundo en venir a este sitio.

De alguna manera le transmitía paz...¿Será porque venía con su madre a este lugar? Ese recuerdo aún vive en su mente y lo atesora cada día que pasa. A pesar de que fuese un cariño fingido, esa mujer le había dado vida y sufrió un gran tormento a causa suya...

Le dolía, pero nunca lo admitiría, porque gracias a esa mujer conoció a su madre adoptiva, la cual ama y daría la vida por ella si hiciera falta. De no ser por esa pelirosa hubiera muerto entre las calles por desnutrición y abusado por su padrastro...

Su rostro se veía tan impasible.  Disfrutaba estar solo, sin compañía de nadie, sin que nadie le interrumpiera sus pensamientos. Sorbió la punta del cigarrillo para inhalar el sabor a tabaco, exhaló para liberar una niebla grisácea en el aíre.

Entrecerró sus párpados, percibiendo el aroma de las plantas y el rúgido del viento que le azotaba desde la distancia.

Adoraba esa sensación. Hasta que un ruido le distrajo, provocando que aterrizara nuevamente en el planeta tierra. Abrió los ojos y frunció el ceño, preparándose para encararle a ese alguién que le arruinó su viaje.

Sin embargo, su rostro cambió a uno de desconcierto al divisar a un pequeño adolescente corriendo a donde se hallaba.

Se detuvo un segundo para calmar su respiración o de lo contrario tendría una puntada cerca de la costilla, si no paraba en este preciso instante. Se inclinó un poco y apretó sus parpados, debutando si pedirle ayuda o no al que esté presente allí adelante suyo.

La colilla cayó en el suelo, justo en el preciso momento en el que se oían pasos detrás del pelinegro.

Sus ojos se abrieron perturbados y sus orejas se elevaron como si fueran antenas satelitales. Su cola se erizó como un plomero para sacar polvo a los muebles, al escuchar como esos pisadas rezonaban en el terso cemento.

Su semblante impasible ya no estaba, solo se veía un rostro atónito. No entendía lo que sucedía...


— Ayudame Nya~ — Suplicó el minino con preocupación en su tono de voz — Me...me persi...

Los pasos ahora eran más veloces y se aproximaban cada vez más hacia ellos. Dando a conocer que pronto estarían presentes en la escena...

El azabache se escondió rápidamente detrás del fornido dorso del mayor. Con sus frágiles manos apretó la tela del traje de el rubio con mucho temor, cerró los ojos y agachó sus orejillas pardas hacia atrás.

El joven se giró para contemplar su reacción. Se notaba a leguas que le daba miedo que lo alcanzaran y que se lo llevaran...no quería imaginarse a que clase de sitio se lo llevarían.

Negó con la cabeza para deshacese de esas ideas tan negativas que rondaban por su cabeza.

Pov Mikaela

Pobrecillo...
De seguro cuánto has sufrido, ¿Has debido de pasártelo muy mal verdad? Quizás, piensas que todo está perdido, pero...

No lo estás, no ahora que estás conmigo. Te haré mío y asi nadie podrá meterse contigo mi querido nekito...

Si piensan llevarte...

"Tendrán que pasar sobre mi cadáver"

No pienso entregarte tan fácilmente...a nadie...

— Entiendo — Asintió calmadamente, con expresión neutra — Te ayudaré. Porque tu desde ahora me pertenecerás

—¿Q...Qué? — Articuló sin poder creérselo, abriendo los ojos cual platos.

Sus pupilas aceitunadas vibraban y brillaban ante la propuesta del desconocido hombre. Apenas le conocía y quería que fuera de su propiedad, eso no lo esperaba para nada...

Agachó su cabeza con un leve sonrojo en sus mejillas, su tono era tan imperceptible que apenas se notaba.

Él de tez morena solo pensó que estaba totalmente loco si se le cruzaba eso por la cabeza, ya que no aceptaría y se negaría ante su petición. Aunque el le haya echado una mano...

¿La razón? Todos son iguales, nadie quiere ser su amigo y solo piensan en el sexo, satisfacer su sed carnal y eso no lo haría jamás...

Debía admitir que al principio le emocionaba, diciéndose asi mismo que era diferente al resto...¿Qué ingenuo no creen?

De pronto dos hombres se pusieron enfrente del peli dorado. El diminuto chico se hizo bolita detrás de su espalda para ocultarse de esos bastardos que intentaron robar su inocencia de una forma despiadada.

Mikaela les fulminó con la mirada y con sus tonificados brazos acurrucó más al jovencito para evitar que lo pillaran.

Los dos sujetos rieron macabramente ante su intento fallido de protección, se acercaron amenazadomente al cobrizo haciendo que retrocediera.

Buenas noches — Saludó el castaño más alto — Chiquillo estamos buscando a una putita...¿Lo has visto por aquí? — Inquirió divertido

— No. No lo he visto — Respondió seriamente — Ahora váyanse — Demandó un tanto enfadado

— Mira mocoso — Se aproximó el peliazul, apuntándole con el dedo índice en el pecho — Sabemos que está ahí — Señaló detrás de su espalda

— Si nos lo entregas, no habrá problemas. Te pasaremos por alto, o sino veras que bien te va — Amenazó

— Ustedes no saben con quien se meten — Sonríe sádicamemte — Fuera de aquí...es mi última advertencia — Les tira la colilla de cigarro en la cara

— No hasta que...

— Pedazos de miérda. Si no se largan de aquí juro que los haré añicos si le tocan un pelo — Siseó entredientes
— En el nombre de Mikaela Tepes...

El grupo palideció, en cuanto pronunció su nombre. Todos arrancaron despavoridos como si le hubiesen colocado un ají en el culo.

El esmeralda abrió sus ojos y pestañeó reiteradas veces para ver si esto era producto de su imaginación o no, o si era una mala jugada fantasiosa. No, no lo era, ese chico había arriesgado su vida por un completo extraño...

El de ojos azules suspiró aliviado, porque todo acabó de una manera pacífica, ahorrandose de mancharse las manos y evitandose problemas de por medio. Al mismo tiempo, se volteó para fijar su vista en el de tez bronceada, que se hallaba temblando de miedo con unas cuantas lagrimas a punto de salir de sus cristalinos ojitos.

El jovencito apenas podía sostener sus piernas, por lo que se agarró del abrigo del azafranado, puesto que le costaba confiar en los demás y no sabía las intenciones que se albergaban dentro del mayor...¿Por que le ayudó? ¿Qué le pediría a cambió? ¿Esa frase que emitió que significado tiene?

"Me Pertenecerás"

Esas palabras se camuflaban para invadir su cabeza, llenandola de dudas e inseguridades.

Aúnque, le dificultaba tragarse el cuento acerca de su amabilidad...¿Acaso sería falsa?

No obstante, aun así ese acto de bondad se valoraba más que cualquier cosa en este mundo. De alguna manera le lastimaba que alguién fuera tan atento con una escoria como lo es él...

Sin poder contenerse, dejó escapar una lágrima que iba cayendo poco por su mejilla, hasta que...

— ¿Por qué lloras? — Preguntó angustiado, agachándose a su altura para sacar un pañuelo de su chaqueta y limpiar sus lágrimas, mientras que con la otra sostenía su pómulo derecho — Has debido de pasar por mucho...¿Verdad?

— Yo...—Le costaba formular las palabras adecuadas — Gracias. Jamás nadie hizo algo así por mi, nya y...

— Ya no —Interfirió de manera cortante — Porque te llevaré conmigo

— Te lo agradez...

El adolescente no pudo continuar, ya que su cuerpo pesaba más de lo normal y una enorme calor se hizo presente de repente en todo su cuerpo.

Todo a su alrededor daba vueltas, girando de una forma desesperada, presintiendo que de un segundo a otro iba a caer en el cemento.

Su vista comenzaba a nublarse, tornándose completamente negro, afirmando sus sospechas de que se desmayaría...

— ¡Despierta! — Exclamó ya desesperado — Abre los ojos porfavor — Pidió acariciandole su cabello azabache

— Ten...go ham...bre...sed...n..y...a

— Está quejandose...— Se acercó a su pecho para oír lo que decía.

El ambar parecía quebrantarse al escuchar lo que susurraba desde sus pequeños labios. Le rompía el corazón, el hecho de saber que pasaba tantas necesidades solo siendo un niño...

— Estás ardiendo en fiebre...— Balbuceó espantado, tocando su frente. Contemplando su respiración dificultosa y quejumbrosa

— Ten...go...ham...bre...sed...nya...

— A mi lado...— Puso los frágiles brazos del chico alredor de su cuello.

— Te prometo...que eso...— Agarró sus flacuchas piernas para rodearlas hacia su cintura — Desaparecerá...

💏

Buenas noches o buenos días :V. Primero que nada te quiero dar las gracias por darle una oportunidades a esta insignificante historia, de verdad son los mejores 😍😘

Espero que les haya gustado y les deseo lo mejor del mundo para todos

¡Adios!

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