Pasaron días para que Peter despertase, cuando abrió los ojos lo primero en ver fue a Edward, Cuatro y un hombre al cual desconocía, así como algunos científicos estudiando —supone que a él mismo— y al querer ponerse de pie lo detuvieron los cables que se encontraban conectados a su cabeza, abdomen y brazos.

—Quiten todo eso —ordena Edward.

Peter guarda silencio, su mirada luce ligeramente perdida y su cabeza duele, desconoce cuánto tiempo lleva así, espera que no mucho. Por su mente varios recuerdos lucen confusos y varias de ellos lucen oscuros. No se esfuerza por ordenar su mente, simplemente hace que todo pare.

—Bienvenido, Peter.

Peter asiente.

—Tomate tu tiempo, quiero creer que aún sigue en pie que hayas aceptado nuestra propuesta.

Peter lo recuerda, y por ese momento siente enojo rodearlo, recuerda el video, recuerda todo lo que ha visto en el tiempo que lleva encarcelado.

—Por supuesto. —responde sin emoción alguna, ganándose una sonrisa de los presentes.

—Cuatro te guiara a una habitación, aséate y nos vemos más tarde.

Edward sale de la habitación seguido del hombre que notó no despegaba su mirada de él pero que no le había dirijo aún la palabra. Cuatro lo lleva hasta una habitación, al entrar se sorprende, se ve más acogedora de lo que creyó que seria.

Hay ropa, y todo lo que necesita. «Al menos son amables » piensa.

El castaño entre al baño, cuando se desviste pasa su mano sobre su cuerpo desnudo, siente su cuerpo diferente, al mirarse al espejo ve las ojeras, lo pálido que su rostro se ha tornado, así como el brillo perdido en sus ojos.

Le abre al grifo de agua y se rosea un poco en la cara. Medita lo que pasa, medita todo lo que su mente está tratando de estabilizar.

Cierra el grifo de agua y decidí ir hacia la ducha, al abrirla siente el agua caliente cubrirlo, agradece internamente, siente su cuerpo perder ligeramente la tensión acumulada, su cabello vuelve a sentirlo más suave y menos tosco, al igual que su piel.

Vaya a saber que tanto le hicieron, supone nada bueno, pero por lo visto nada malo tampoco. Entonces recuerda su conversación con Sarah y Albert, ¿Más como él? No entiende aún, pero supone pronto lo sabrá.

Al cabo de 10 minutos —al menos lo que el cálculo—, decide salir con una toalla enredada en su cintura, al entrar a su nueva habitación se encentra con Cuatro.

—Veo que aquí no se toca —le dice Peter serio.

—No creo que haya mucho que ver —le responde Cuatro—. Supongo que abras notado el armario, ponte ropa de entrenamiento, nos esperan en 15 minutos.

Peter asiente y lo queda mirando.

—Te esperare afuera, apresúrate.

Cuando Peter termina se dirige con el agente hasta una área de la base que no creyó que existiese. Es grande, y cuando entra en una de las compuertas mira con asombro el área de entrenamiento: extensa, diversa y limpia.

Nada mal.

—El será tu compañero—le presentan al hombre que anteriormente vio—Su nombre es Wade.

—Peter—dice Peter tendiendo su mano para saludar.

—¡Se quién eres! ¡Eres Spider-Man! —le responde Wade chocando su mano con la de el en lugar de presionarla como esperaba que hiciera. Peter ve lo nada serio que luce Wade y sonríe.

—Bueno, era o soy, no lo sé.

—Bueno, ya se conocen, Wade será tu compañero y guía, pronto tendrán aviso de Edward, se supone que estaría aquí pero hubo una emergencia que se salió de control en la otra ala.

Peter se pregunta que habrá pasado mientras mira a Cuatro irse, pero se desconcentra cuando escucha a Wade hablarle.

—Así que, querida arañita, ¿Por dónde quieres empezar?

—No me digas así.

—¿Pequeña araña?

—No.

—¿Baby boy?

—No, no soy un bebe —responde molesto—. Solo llámame Peter.

—Okey Baby boy—dice riendo y Peter rueda los ojos.

—Quiero golpear algo, ¿vienes?

—Te sigo.

Al cabo de una hora terminaron corriendo, pesas, Peter ha saltado en las cuerdas flotantes mientras Wade lo observaba y al finalizar volvieron a golpear los sacos.

Peter tenía demasiada energía acumulada y no podía sentirse abasto aún. Pero estaba hartándose de golpear un estúpido saco, ya había roto tres y seguro el cuarto se avecinaba.

Detuvo el saco y se acercó a Wade.

—¿Cómo llegaste aquí? —pregunta Peter acercándose a Wade.

—Ellos me ayudaron.

—¿Qué te sucedió? —La curiosidad de Peter sería un buen remedio para desviar sus ganas de golpear.

—Tenía cáncer muy avanzado, nadie podía ayudarme, luego apareció un tipo el cual me dijo que me curaría, lo acepte y al final termine como rata de laboratorio, destrozo mi cara y me hizo por así decirlo inmortal. —Wade luce tan cómodo contando su historia que Peter se sorprende—. Volviendo a mi rostro, parecía una monstruosidad, después perseguí y mate al sujeto.

—¡Woow!

—Antes de eso fui un mercenario y de los buenos, ¡Eh baby boy! —Wade golpea el hombro de Peter— Y bueno, me topé con ellos poco después, hicieron bastantes estudios para ayudarme pero no había esperanza.

—¿Y qué paso?

—Llegaste tú, no que se hicieron, solo sé que tu ADN ayudo a componer mi rostro y ahora soy hermoso una vez más.

—Con que a eso se referían con más como yo.

—Supongo que sí, llegue a ver personas con su ADN modificado que no podían vivir establemente. Me ayudaste de alguna forma a mí, pero creo que aún no han logrado saber lo suficiente como para ser unos expertos en el área.

—Entiendo... —musita Peter y se pone de pie, debe centrarse en su nuevo propósito—. ¿Vienes o ya te desmayaras?

Wade le sonríe y se pone de pie.

Ambos comenzarían a tratar de formar una amistad, un compañerismo, han logrado conectar pero aún les falta mucho por conocerse, por entenderse y aprender el uno del otro, que sepan que al final del laberinto sin salida saldrán ambos siendo uno.

Los meses posteriores la pequeña ceniza de la flama en Peter, la que muy en el fondo esperaba que algún día Stark entrase a destruir todo por él, se esfumo. En el aire se disolvió cada rastro de esperanza en el amor que un día creyó tener, se fue volando junto a los sueños y metas rotas del chico de Queens que un día deseo ser el hombre al que todos mirasen y sintiesen seguridad porque representaría la luz para ellos.

Aquel Peter no existía más.

Meses después

La vida de Peter había dado un cambio.

Nunca creyó que existiera un Peter después de Tony Stark y de ser Spider-Man, sin embargo, lo ha logrado, su entrenamiento ha sido radialmente eficaz, su cuerpo ha notado los cambios, mayor musculatura, cuerpo más definido, su agilidad y reflejos se afinaron cada día más.

Y su seguridad en sí mismo mejoro bastante ayudando a dejar atrás cada peso de su pasado el cual —no tan metafóricamente— lucia distorsionado.

—La verdad estoy agostado, merezco un descanso—hablo Peter a Wade quienes iban caminando hacia el área central de investigaciones.

—Baby boy, después de todo tu entrenamiento yo estaría muerto —se rio— la verdad es que eres bastante disciplinado.

—Me enseñaron a serlo.

—¿Quién?

—Oh pues fue-

—¡Emergencia! El paciente XLR8 comienza a sobrecargar su gen x.

—¿No es el chico que trajeron hace unas semanas? —Le pregunto Peter a Wade mientras se acercaba a Sarah y Albert—. ¿Qué sucede?

—Su ADN se está distorsionando y si no se logra un balance puede morir—si Peter no estuviera preocupado probablemente hubiera notado que los mismos científicos se miraban asustados.

—Déjenme intentar algo —exclamó Peter.

Albert estuvo a punto de negar pero Sarah asintió, ella sabía de las capacidades que Peter poseía, en el tiempo que llevaban conviviendo Peter no dudo en acercarse y analizar los estudios hechos en base a su sangre y el resto.

—Necesito de mi sangre —le hablo a Sarah quien inmediatamente pido que hicieran caso al castaño.

Peter dejo que le sacasen sangre y cuando tuvo la muestra la mezclo con una dosis que previamente habían analizado Sarah y Albert. Ella miraba atenta, veía la forma en que Peter se movía a través de sus instrumentos, aparatos y la forma tan segura y rápida en que no dudaba de dar un paso en falso.

El pitido del aparato que media las ondas neuronales del paciente comenzaban a estabilizarse.

—Su metabolismo es bastante rápido y no cabe duda que sus movimientos también lo sean. Solo se debe mantener en constante observamiento creo que logre estabilizar su gen con respecto al mío.

—No solo lo estabilizaste —musitó viendo los resultados en pantalla—. Hiciste que parte de tu gen se fusionará con el tuyo.

Albert quien lucía sorprendido lo miraba con respeto.

—Gracias, Peter.

Peter asintió y viendo al paciente una vez más, se preguntó su nombre.

—¿Cómo se llama?

—Pietro.

El nombre sonó en la cabeza de Peter, necesitaba saber más de él.

—Si no te molesta, me gustaría conocerlo cuando despierte.

—Por supuesto.

—Vaya, arañita, eres todo un cerebrito.

—Creí que te habías ido, me sorprendió tu silencio.

—No cuando puedo tener una visión sexy de ti serio y luciendo tremendamente intelectual.

El castaño lo golpeo a modo de juego y sonrió. Ambos salieron del lugar y fueron hasta sus habitaciones.

Si algo sabia Peter es que las cosas estaban cambiando considerablemente en el mundo —pese a no salir en meses—, sabia una cosa.

El cambio estaba poniéndose en marcha.  

Actualizado: 30/09/2021