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Capítulo 17 parte 2

Siento la tardanza, la verdad me costó mucho terminar de escribirlo ya que no me gustaron un par de cosas, pero aún así son cosas que deben ir por la trama, así que eso, disfruten. 

Narrador Omnisciente.

—¿Algo?—le pregunta Stiles.

—Nos están buscando—Scott dirige su vista hacía su amigo estando pálido—alguien va a tener que salir—Stiles mira a su novia quien estaba muy mal y vuelve a sentirse culpable por estar mintiendo, es que simplemente no podía, Peter no la merecía—. Tenemos que decirle la verdad sobre Peter. Va a ver el resto de la lista negra en algún momento.

Stiles se acerca a Scott para poder hablar lo más bajo posible.

—Recuerda que Peter es el único que no está en esa lista, lo que lo hace afortunado con el benefactor. Si se entera va a querer ir tras él, sabes que lo hará y entonces él se meterá en su cabeza como hace con todos—susurra bajo mientras se aseguraba de que la chica no estuviera escuchando—incluido nosotros—le recuerda—. Lo dejamos andar por ahí como si no hubiera pasado nada, como si fuera uno de los buenos. Scott, él no es uno de los buenos... si ella se entera, se irá. Quizá es lo que espera, y si él gana, nosotros perdemos.

—Ya estamos perdiendo—susurra con complejidad Scott, sintiendo como la enfermedad cada vez avanzaba peor y se lo dio a conocer a su compañero cuando alza las manos mostrando sus uñas llenas de sangre negra.

(...)


—Creo que sé que es esto—le cuenta Deaton a Melissa luego de ver el estado que se encontraba el cerebro del beta de Satomi, quien había muerto producto de la enfermedad. Aunque, el veterinario intentó salvarlo junto con Melissa, no pudieron, ya la enfermedad había avanzado mucho, pero al menos pudieron examinarlo y ver si pueden salvar a todos en la escuela—Si tengo razón y Scott y los otros están infectados, no es bueno. Van a morir sin un antídoto.

La noticia deja más preocupada a Melissa, ella no iba a permitir que su hijo muriera, ni que ningún otro saliera afectado.

—Satomi, ¿puede venir conmigo? Hay alguien que la a estado buscando—la enfermera McCall se deshace del equipo de protección que ocupó antes de acerca a la mujer y guiarla hacia el ascensor.

Deaton se queda en la morgue para asegurarse de limpiar el cadáver y poder llevarlo a otro lado, mientras que Melissa y Satomi subían hacía las habitaciones. Ninguna comentaba nada, aún estaba muy presentes para ellas la angustiante situación, pero Melissa esperaba que Derek fuera la respuesta.

Mientras tanto, Derek se encontraba en la habitación de Ellie, sentado en la orilla de la camilla mientras la veía como un tonto enamorado, contemplando las facciones de su rostro, como su cabello liso estaba perfectamente acomodado en su pecho, el cual, baja y subía con calma a medida que ella respiraba. Cuando escucha que golpean la puerta se coloca de pie viendo a Melissa asomarse.

—Derek. Creo que hay alguien a quien buscabas— al momento de decir eso, Satomi entra a la habitación viendo al joven.

(...)

—Es un variante de moquillo canino. Hace unos años, un brote en Yellowstone mató al 40% de la población de los lobos. 

—¿Qué le hará a nuestra población de lobos?—le pregunta Melissa a Deaton alarmada.

—Fue alterado para infectar más rápido.

—¿Dices que lo usan como arma?—le pregunta Derek.

—Infectó a toda mi manada...

—A todos menos a ti—señala Deaton mientras miraba a Satomi—esa es la verdadera cuestión. ¿No te infectaste? ¿O eres inmune? Si tu manada estaba infectada, ¿quien estaba disparando en la entrada del bosque?

—Aparentemente otro asesino—le responde Satomi—. Preferiría enfrentarme a un arma antes que a una especie de viruela

—Como si tuvieras opción.

Satomi sin contestarle a Melissa, fija su atención en el chico que estaba a unos pasos junto a ella, era algo que no pudo evitar.

—Lo siento—se disculpa cuando Derek nota que lo estaba mirando—acabo de darme cuenta de cuanto me recuerdas a Talia. Solía visitarla mucho, sabes. ¿Me recuerdas?

Derek sonríe levemente al recordar su niñez.

—Recuerdo el té. Siempre traías ese té que olía horrible—comenta algo divertido y la mira.

—Llevaba ese té como un presente. A tu madre le encantaba.

Mientras ellos recordaban viejos tiempos, Deaton comenzó a unir cables.

—¿Qué clase de té?

—¿Qué?

—El té del mal olor, ¿qué clase era?

—Reishi. Reishi púrpura salvaje. Es muy raro 

—Tambíen es un remedio muy poderoso contra enfermedades. Satomi, no te infectaste porque has sido inoculada. 

—Okey, okey... ¿qué tan raro es?—pregunta Melissa —¿podemos encontrarlo?

—No tenemos que hacerlo—comenta Derek al recordar algo—mi madre guardó un poco, está en nuestra bóveda.

(...)

Stiles luego de despedirse de Malia, y de asegurarle que iba a volver, sale de la bóveda yendo hacia arriba, buscando al señor Yukimura por todos lados, pero al no encontrarlo se dirige hacía la sala de arte en donde mantenían a los enfermos y logra ver a la mamá de Lydia, así que se acerca a ella, mientras que Natalie, al sentir los pasos apresurados de alguien se gira viendo al joven.

—Stiles, no te ves muy bien, quizá deberías recostarte—dice al ver al chico pálido, sudado y con marcas rojizas en sus ojeras.

—Está bien. ¿Ha visto al Sr. Yukimura?

—Sí, él está bien, está ayudando a los otros alumnos. 

—De acuerdo—Stiles se gira yendo a la salida, pero se detiene cuando ve al entrenador en una de las camillas, así que rápidamente se gira hacía la Sra. Martin—¿El entrenador es el único adulto que se enfermó hoy?

—Que yo sepa.

—¿Por qué es el único?—se pregunta a sí mismo.

—¿Stiles?—lo mira preocupada, se notaba que la enfermedad ya lo estaba afectando—creo que deberías recostarte.

—Sí, no, está bien. Enseguida regreso—sale rápidamente de ahí antes de que ella lo obligara a recostarse.

Mientras tanto en la bóveda, los chicos seguían estando fatales. Cada uno estaba reaccionando diferente a la enfermedad. Scott estaba muy mal, la sensación de fiebre cada vez era peor, se preguntaba ahora, en esa misma instancia si iban a sobrevivir a ello, si ya era el fin, que el Benefactor había ganado. No quería darse por vencido... alza la vista vista al escuchar el sonido de un papel y fija su vista en Malia, quien tenía la lista negra en sus manos. Se levanta con algo de dificultad y da unos cuantos pasos viendo como doblaba el papel.

—Malia...—ve a la chica mirar la hoja y supo que estaban cada vez peor—¿Malia?

—No puedo ver—le dice a la chica asustada mientras su respiración era cada vez más agitada— no puedo ver nada.

Scott parpadea cuando de la nada su vista comienza a tornarse borrosa, fija su vista a su mano viendo como le costaba ver con claridad, como poco a poco los colores se iban apagando. 

Arriba de la bóveda, yendo hacía la oficina del entrenador. Stiles estaba buscando por todos lados alguna respuesta de porque él era el único infectado entre los adultos. Al no poder encontrar lo que buscaba cierra el cajón con cierta violencia y se sienta en la silla con la respiración agitada. Él debía encontrar algo, estaba completamente seguro de que la respuesta la iba a encontrar ahí, ¿pero dónde? De pronto su vista va a unos papeles que el entrenador tenía en su escritorio, tenía el timbre de "Aprobado" en color rojo, parecían unos permisos. Stiles comienza a revisar una por una hasta que ve una que salía "Aprobado" con tinte negro. Algo raro sentía con eso, tenía una corazonada. 

Stiles estira su mano, tomando así la taza del entrenador y al acercarla a él, logrando ver como estaba marcado sus huellas con el mismo tinte negro de la hoja. Eso le recordó cuando todos tuvieron que poner su dedo en el tinte para marcar el registro en el examen y supo que el asesino era el encargado del examen.

—Me pregunto cómo se enfermó ese idiota—Stiles pega un salto cuando lo escucha, lo cual hace que la taza caiga al suelo quebrándose y fija inmediatamente su vista al asesino—También me pregunto dónde están sus amigo—Stiles comienza a retroceder lentamente al ver como el sujeto le colocaba a su arma un silenciador—ya que para que el Benefactor me pague, debo tener pruebas de que están muertos.

—Confirmación visual...

El asesino, al cual sería perfecto apodarlo "el químico", se sorprende que supiera sobre ello, pero aún así le apunta con su arma sonriendo triunfante.

—Exacto.

Mientras que todo eso sucedía, en la sala de arte los estudiantes mágicamente comenzaban a curarse, a tener mejor aspecto, ánimos de levantarse y algunos, poder volver hacer el examen. Lo que ninguno sabía, es que ellos fueron infectados, pero al no ser de ninguna especie sobrenatural, no iban a morir, simplemente iban a pasar un mal susto. En cambio, Scott y las chicas cada vez estaban peor.

Malia se afirma con fuerza de unos baules metalicos, estaban tan asustada por no ver nada, que al escuchar un ruido se sobresalta.

—¿Que nos está pasando?

—¿Scott?—Kira se arrastra nerviosa por el suelo y se sobresalta al sentir como sus manos tocaban repentinamente un charco de agua—no puedo... no puedo ver nada.

Scott podía oír a las chicas, pero ya no podía verlas, su cuerpo se convulsionaba y aunque tratara de afirmarse, sentía que ya no les quedaba nada.

Arriba, el químico empuja a Stiles para que saliera de la oficina y que comenzará a caminar hacía los vestidores mientras sostenía su arma en la espalda del joven. 

—Aún tiene un poco de fiebre, Sr. Stilinski, pero debería saber algo. El virus no mata humanos, así que mejorará. Así que ¿no cree que debería decirme dónde están? ¿No debería al menos vivir uno?

—Creo que los vi en la biblioteca... o tal vez en la cafetería. Definitivamente uno de esos dos.

Él jamás iba a entregar a sus amigos y eso hizo que se impacientara al químico. 

—Voy a acontar hasta tres y después voy a matarlo —Stiles al oír su advertencia se gira para enfrentarlo cara a cara.

—¿Crees que puedes asustarme?

—No, creo que puedo matarlo. Pensé que las cuenta regresiva lo haría más emocionante—le responde poniendo una cara de psicópata— entonces... Uno...—coloca el cañón de su arma en la frente del chico, mientras que este no quitaba la vista de sus ojos, aunque por dentro comenzaba aterrarse, ya que sabía que iba a morir—Dos...—los ojos de Stiles se llenaron de lágrimas y cierra sus ojos mientras su cuerpo temblaba y al escuchar el disparo pega un salto sintiendo como un líquido le salpica en todo el rostro.

Stiles abre los ojos viendo como el químico cae al suelo producto de una bala que atravesó su frente. Algo shockeado, escupe la sangre que le había caído en la boca y ve agitado hacía la oficina del entrenador a uno de los equipos del control de enfermedades con el arma en manos, pero cuando se quita la mascarilla amarilla logro ver que era el agente McCall.

—¿De donde diablos saliste?—le pregunta Stiles teniendo la voz algo ahogada.

—Stiles, escucha. Recibí un llamado de Melissa. No sé que significa—se acerca al chico—dijo que hay un antídoto. Está dentro de una bóveda, hongos Reishi.

—Espera, ¿en una bóveda?

—En un frasco en uno de los estantes—le explica— dijo que le dijera a Scott, está dentro de la bóveda.

Stiles al saber que el antídoto estaba junto a los chicos, no pierde el tiempo y sale corriendo a toda prisa hacía el sótano. 

(...)

—Tengo que ir a la escuela—Derek sale de la morgue con Satomi siguiéndolo con prisa.

—¿Qué hay de los otros en el mirador?

Antes de que Derek pudiera responder el timbre del ascensor suena y las puertas de abren dejando ver a una rubia con chaqueta de cuero café apuntando a Satomi con su arma. Derek rápidamente actúa y se pone enfrente de Satomi, recibiendo él el disparo y cae al suelo. Satomi se acerca a la chica esquivando con ágiles movimientos las balas y cuando llega a ella, usa la punta de una de sus varas de metal y lo clava en su cuello, matándola enseguida. 

Derek se para en el momento que Deaton y Melissa salen para ver que sucedía.

—Puede que haya aprendido a controlar mi ira, pero aún se cuando usarla.

Derek lleva su mano a su herida sintiendo como no sanaba bien, pero eso no era importante en esos momentos.

— Ellie. Subiré para ver si está bien—entra al ascensor junto a Satomi y aprieta el botón para llegar al piso en que estaba ella—. Vamos, vamos...—murmura para si mismo mientras veía como los números avanzaban lentos.

—¿Quien es Ellie?—le pregunta con curiosidad la mujer al ver la clara preocupación en su rostro, aunque tenía la sospecha de que era la mujer que estaba en la camilla cuando lo fue a buscar con Melissa.

—Ella es una persona muy importante para mi, Satomi, espero que esté bien. Si hay un cazador tal vez esté otro—la mira.

—Estás enamorado, puedo verlo en tus ojos—lo mira con atención y escucha el timbre del ascensor y las puertas se abren.

—Vamos.

Derek avanza con rapidez por el pasillo, todo parecía normal, pero no se queda tranquilo hasta que entra al cuarto y ve que seguía igual, pero al menos no había entrado nadie a asesinarla, así que suspira con alivió y toma la mano de la chica que seguía cálida y suave.  Satomi mira la escena con cierta ternura, se sentía feliz porque el joven allá encontrado el amor, tal cual como su madre hubiera querido.

—¿Qué le sucedió?—por el olor detectó que no era humana.

—Cazadores, intentaron matarla. Ahora se encuentra en coma por el momento.

—Ella va a encontrar el camino de regreso, ya lo verás.

—Peter tardó 6 años en despertar...—le dice sin esperanza.

—Por supuesto—se acerca viendo a Ellie, notando sus rasgos—. Puedo ver que es una Argent.

Derek suspira.

—Las cosas no fueron fáciles al inicio, pero logramos estar juntos. Tenemos nuestra familia—le cuenta con una pequeña sonrisa.

Satomi sonríe al oír eso, no podía creer que fuera padre.

—Felicidades, espero algún día conocer a tu hijo.

—Son dos de hecho—Derek saca de su billetera la foto de sus hijos y se la muestra.

—Tienen tus ojos—comenta fascinada tomando la foto—son muy lindos—le entrega la foto viendo a la chica—Me sorprende que a pesar de que sus familias fueran rivales por décadas, ustedes encontraron una forma de unirlas. Tu madre estaría feliz, Derek. Haz logrado lo que ella jamás pudo lograr.

—No pensé que íbamos a lograrlo a decir verdad... aún no se si lo lograremos - confiesa Derek con una sonrisa triste, ya que sabía que la pérdida de sus poderes estaba acabando con él; la herida aún no sanaba.

(...)

Stiles llega a la bóveda corriendo y choca contra la pared golpeándola, estaba cerrada y él no era ningún licántropo con apellido Hale, así que las cosas se habían dificultado más aún.

—Oye, ¿Scott? ¿Scotty?—llama Stiles alzando la voz para que lo escucharan, mientras tanto Scott al oír a su mejor amigo llega a la pared con dificultad—. En la bóveda, ahí dentro con ustedes. Se llaman hongos Reishi. ¡Scott!—Stiles intentaba con desesperación alertar a su amigo, aunque él respiraba cada vez con mayor dificultad, no podía ni siquiera hablar, pero pudo perfectamente entenderlo y se gira apoyándose de la misma pared—Scott, ¡abre la puerta!—golpea Stiles la pared—. Está ahí contigo. En un frasco en uno de los estantes, ¡Scott!—respira agitado mientras golpeaba con más fuerza—Scott, ¿puedes oírme?— grita más desesperado mientras intentaba inútilmente mover la pared para que se abriera, pero luego de tantos intentos, Stiles se dio cuenta de que ya era inútil, que sus amigos ya se habían ido, que había llegado tarde. Se arrastra por la pared dejándose caer.

Scott estaba al otro lado de la pared mientras escuchaba la respiración agitada de su amigo. Ni siquiera sabía por donde empezar a buscar el Reishi, no sabía de que aspecto era ni como olía, no sabía si podía lograrlo, si alcanzaba el tiempo, además de que no podía ver. Ya definitivamente se había rendido.

—Reishi... Scott, lo vi. En un frasco en uno de los estantes—le avisa Kira, quien estaba tirada en el suelo, débil—Reishi...—susurra sintiendo como iba a perder la consciencia otra vez.

Scott luego de oirla, sabía que debía al menos intentarlo, no se podía rendir con facilidad, así que con mucha dificultad se levanta y agarrándose de las paredes comienza avanzar. Ya cuando se encontraba en equilibrio cierra sus ojos y con dificultad logra cambiar el color de sus ojos, así viendo con mayor claridad. Puede ver como las chicas estaban tiradas en el piso, pero luego cuando enfoca su vista a los estantes puede ver una hierba resplandecer, así que rápidamente comienza a moverse, pero tropieza y cae al suelo, aunque alcanza afirmarse y sigue avanzando hasta que logra llegar a los estantes y con la poca fuerza que le va quedando se afirma de ellos para poder levantarse y estira su mano intentando tomar el frasco, pero no consigue agarrarlo, ya que con su mano hizo que cayera al suelo rompiéndose y al momento del impacto, el polvo de la hierba se libera y así comienza a esparcirse en el aire. 

(...)

Luego del incidente en la escuela y que todos se encontraran a salvo, obviamente menos el químico quien de seguro descansaba en el mismo infierno y hablando de infierno, Breaden había sido dada de alta en el hospital y Derek la lleva a su loft para que pudiera descansar, pero fue lo que menos hizo la chica. Braeden no podía dormir, no cuando sabía que estaba en la misma cama que utilizaba Ellie con Derek, que estaban sus hijos en el cuarto de arriba y de que sabía sobre la herida de bala que recibió Derek para salvar a Satomi, le preocupaba. Así que se pone de pie siendo lo más silenciosa posible y camina donde Derek quien dormía en el sofa. Ella se sienta en la mesa de centro y con cuidado, acerca sus manos a su playera que estaba con una mancha de sangre y lo mira de vez en cuando para asegurarse que este bien dormido, y una vez que logra levantarlo, puede ver como la herida seguía fresca, no estaba sanando. Frunce el ceño con confusión cuando de la nada siente las manos de Derek tomar las suyas.

—¿Qué haces?

—Protejo mi inversión—le contesta y Derek hace un gesto como si le creyera—¿por qué no te estás curando?

—Algunas heridas llevan más tiempo.

—Y algunas dejan cicatriz, pero no para gente como tú, ¿qué te pasa? Dilo.

—Quizá esté cansado—se excusa y suelta sus manos al darse cuenta que no las había soltado y se gira dándole la espalda.

—Derek—lo llama la chica—muéstrame los ojos.

—Ya los viste.

—Muéstrame tus ojos de verdad.

Derek, ya harto de estar ocultandolo solo se vuelve girar, pero no la mira a ella si no al techo y suelta un suspiro antes de verla a los ojos, pero no le muestra los verdaderos.

—Está bien, ¿por qué no me dice qué te pasa realmente? 

(...)

—Es un rasguño, pero fijate que no se infecte - dice Braeden mientras le colocaba bien el parche en la herida, no había podido sacarle información, pero no se iba a rendir tan fácil, ella necesitaba saber que era lo que le sucedía. Derek suspira y se coloca su polera mientras la observaba—. Seguro es algo que nunca antes tuviste presente—rodea la mesa y apoya sus manos en ella—¿Cómo está todo, entonces? No te brillan los ojos, no sanas...

—El olfato, el oído, la velocidad, todo—contesta al fin Derek sintiéndose mal por lo que le estaba pasando. 

—¿La fuerza?

—Aún puedo ganar una pelea.

Braeden alza sus cejas sin creerle nada y pone su codo en la mesa y su mano extendida hacía él. Detek soltando un suspiro se inclina repitiendo la misma acción que la chica y toma su mano mientras sonreía algo divertido.

—¿Estás listo?—le pregunta mientras lo miraba fijamente a los ojos y el asiente—uno, dos...—le golpea un leve puñetazo en su herida haciendo que se incline hacía abajo con dolor  y aprovecha para tirar su mano contra la mesa.

—¡Dios! Hiciste trampa. Eso es trampa—se queja con dolor Derek.

—Gané. Cuando un humano se enfrenta a un sobrenatural, necesitas torcer las reglas un poco. Te voy a enseñar a torcerte—dice mientras Derek alzaba su vista para mirarla. Braeden toma su bolso que estaba lleno de armas y lo abre sacando de ella un arma y la pone en la mesa, frente de Derek—. Esta es una Sig Sauer P226 de 9 mm. 

—No me gustan las armas.

—Eso es porque nunca aprendiste a usarlas.

—O porque me dispararon varias veces.

Ambos sonreían levemente, era obvio que estaban coqueteando.

—Esta te va a gustar—le asegura mientras le sacaba el cartucho al arma—. El cartucho legal en California contiene diez. Siempre debes recordar cuantas veces disparaste, quedarte sin balas te pueden matar. Además, te hace quedar como un tonto—le vuelve a colocar el cartucho y toma la mano del chico acercándose a ella y hace que tome el arma—pero usar un arma no consiste en aprender a apuntar y disparar.

—¿Por qué?—le pregunta mientras la miraba con atención.

—Porque cualquier persona puede moverse 6,5 metros en 1,5 segundos. Si tienes un cuchillo, pueden destriparte antes de que puedas disparar. Con un arma, necesitas distancia—rodea la mesa hasta quedar enfrente de él—Haz la prueba. Apúntame con el arma. 

Derek sonríe sin poder creer lo que le estaba pidiendo, pero aún así lo hace y una vez que la apunta con su arma ella ágilmente le quita el arma y Derek se queja con un poco de dolor cuando le tuerce la muñeca.

—Okey—la apunta entendiendo como iba todo.

—¿Quieres probar de nuevo?—le entrega el arma y el la toma mientras se prepara mentalmente y una vez listo vuelve a apuntar, pero vuelve a ocurrir lo mismo y suelta un suspiro con algo de frustración. 

—Una vez más.

—Puedo hacer esto todo el día—sonríe mientras se acercaba unos pasos hacía el y mirándolo siempre directamente a los ojos y sin darse cuenta, ambos ya estaban bastante cerca. Derek se deja llevar por el momento y su distracción y la besa, ella corresponde inmediatamente su beso, sin darse cuenta que había caído en la trampa y el chico le apuntaba con el arma a un costado de su abdomen—hiciste trampa—susurra cerca de sus labios con una leve sonrisa.

Derek se separa, pero no aleja su mano de su mejilla, era muy suave.

—Aprendo a doblar—sonríe con cierta arrogancia Derek y Braeden lo agarra de su polera acercandolo a ella y esta vez, ella lo besa.

Ambos se besan de manera apasionada, dejándose llevar por el momento. Derek toma sus piernas y la alza, para luego dejarla sobre la mesa sin dejar de besarla, podía sentir como la temperatura del lugar aumentaba con cada roce de sus lenguas, el de sus manos tocando sus cuerpos y que decir de sus cuerpos ansiosos por llegar a más, pero todo para Hale volvió a caer en la realidad cuando escucha el llanto de Madison y se aleja de golpe de la chica.

—Esto no puede volver a repetirse. Nunca—espeta teniendo la respiración muy agitada y se gira yendo hacía las escaleras.

—Derek—lo llama la chica bajándose de la mesa, pero al darse cuenta que no iba a escucharla suspira pasando su mano por su cabello. 

Derek llega a la habitación de los niños y toma a Madison en brazos y trata de calmarla para que no despertará a su hermano, al parecer había tenido una pesadilla, ya que no había tardado nada en dormirse en sus brazos. Acomoda a su pequeña nuevamente en su cuna y se queda observandolos a ambos con la culpa atormentandolo.

¿Cómo lo había permitido? ¿Por qué se dejo llevar así? Sabía que lo que hizo iba a acabar con su relación y eso lo tenía mal.

(...)

—Derek... ¿podemos hablar?—Braeden se acerca con cuidado, viendo como Derek alimentaba a sus hijos, o eso parecía intentar.

—Estoy un poco ocupado ahora—le responde tajante mientras intentaba que Tyler comiera de su puré de manzana.

—Lo sé, y creo que necesitas un poco de ayuda.

—Estoy bien, puedo con los dos.

Breaden suspira y fija su atención en los pequeños, viendo lo inocentes que eran y que como todos, merecían a sus padres juntos. 

—En verdad lo siento, me arrepiento mucho de como pasaron las cosas a noche. 

—Yo también lo siento—suspira Derek y con el babero le limpia la boca a Madison—las cosas no han sido muy faciles para mi, extraño a Ellie y se que lleva poco en coma, pero no se si podre con la espera.

—¿A que te refieres con eso? Ella despertara, ¿verdad?—le pregunta sin saber como sentirse, pero definitivamente no le alegraba saberlo.

—Peter tardó 6 años...—mira a sus hijos sintiendo como su corazón le dolía—y al despertar se convirtió en una persona diferente. No quiero pensar en que pasen 6 años, quiero que se despierte ya...—el celular de Derek comienza a sonar y dejando la taza con la cuchara en la mesa, lo saca y contesta viendo que era Melissa—¿Alguna novedad? 

Derek tenemos un problema.

—¿Qué ocurre?—se pone de pie preocupándose inmediatamente.

Ellie está perdiendo el control, sus garras están a plena vista y aún no a despertado. Necesito llevarla a la morgue antes de que alguien la vea.

—Voy en camino—cuelga y mira a Braeden— necesito que te quedes con ellos por unos minutos ¿sí? Llamaré a alguien de confianza, ella llegara pronto, de verdad—toma su chaqueta mientras Braeden lo miraba como si hubiera dicho una locura.

—¿Qué? Derek, ¿qué se supone que debo hacer?— los señala sin tener la menor idea de como cuidar un bebé, menos dos.

—Solo termina de darles su puré de manzana—al terminar de decir eso ya se había ido del loft.

—¡Derek!







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