I
Este escrito pertenece a la gran AbbyTaisho quien me dio su permiso para hacer segunda parte, disfruten.
Les dejo el escrito para que no se pierdan.
***Tu Lord***
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La joven amaba el aire fresco y puro del Sengoku es por ello, que en los días que solía permanecer en esa era, los atesoraba muy felizmente.
El sol radiaba pero la cálida brisa lograba apaciguar cualquiera molestia producía por el astro Rey.
Se econtraba recolectando hierbas medicinales cerca de un muy bonito lago donde había un enorme y hermoso pastizal lleno de las más coloridas flores incluso algunas que en la modernidad, nunca había visto.
Su madre la mataría por ensuciar su nuevo y precioso uniforme de último año, no tenía dudas de ello, pero valdría la pena el posible futuro regaño con tal, de tener ese contacto tan genuino y único con la naturaleza.
Se descalzó y le permitió a sus pequeños pies, sentir la frescura del cesped sonriendo y jugando con sus dedos en este.
Dejó su canasto casi repleto a un lado y se tiró en el pastizal con todo el peso de su cuerpo totalmente despreocupada, sintiéndose por primera vez, el único ser humano en aquel lugar.
Su falda se levantó casi por completo, su camisa quedó enrrollada mostrando su plano vientre y el comienzo de aquel blanco encaje de su brassier.
El pendiente de su obligo relucia brillando, ese mismo que en un pacto de complicidad junto con sus mejores amigas habían hecho tan solo unos meses atrás.
Otra sonrisa de dibujó en su jovial y rojizo rostro mientras que sus sus largos y ondulados cabellos estaban totalmente esparcidos en el suelo.
-- Descansaré, será solo un minuto--
Se dijo para sí misma y con ese pensamiento cerró lentamente sus párpados, sin ser consciente que desde un gran árbol tras ella un demonio reposaba, observando cada detalle de su ser..
( Mí hembra)
-- Jamás--
( Deliciosa)
-- Débil --
( Hermosa)
-- Humana--
Esa fresca brisa que contrarrestaba el poniente sol, soplaba con un poco más de fuerza haciendo que la pequeña falda escolar dejase expuesto un pequeño triángulo en color blanco.
El demonio no pudo evitar clavar su vista en la diminuta intimidad de la fémina, sin saber que era aquella fina tela que recubría aquel monte de Venus sagrado.
Su miembro se había endurecido con el simple aroma que ella desprendía y ahora se econtraba tan duro y caliente que sentía un dolor intenso en toda su longitud, su pene había comenzado a dar leves movimientos involuntarios bajo su hamaka, volviendo su deseo por la hembra que tenía solo a metros de distancia, incontrolable.
Un gruñido se escapó de su boca mientras iba acariciando con su mano sobre la tela de seda que lo recubría, para aliviar a su hombría.
( La deseas )
Sesshomaru tronó su cuello, ignorando por completo a su bestia, para echar su cabeza contra el tronco no podía dejar de acariciar su abultada erección mientras la veía dormir con sus piernas totalmente expuestas, su nivea piel que relucia como si de porcelana se tratara y ese delicado y dulce aroma que lo embriagaba y lo invitaba a hundirse en ese pequeño cuerpo humano, todo su ser la deseaba, su corazón palpitaba y no solo eso.
- Debí haberte matado cuando tuve la oportunidad -
Fue el pensamiento fugaz cuando apretó su falo atraves de sus ropajes.
-- Inaceptable --
Kagome giró mostrando más de lo debido y
Sus ojos se enrojecieron y por primera vez gimió por lo bajo, está vez sus cabellos cayeron cubriendo parte de sus rostro levemente deformado.
Sesshomaru por primera vez se estaba dejando llevar por sus más bajos instintos aunque lo niegue todo su ser vibraba cuando estaba cerca de ella
Ahora que la joven estaba tan expuesta a él y tan alejada su aldea era su oportunidad de seducirla hasta marcarla como suya.
La Azabache había comenzando a removerse sobre el césped, su reiki era tan elevado, trataba de hacer que despertara de su profundo sueño.
Sus poderes sagrados sentían el elevado Yuki del Demonio, una clara advertencia por parte de él de que si alguien interrumpía cerca, lo mataría.
El demonio de un saltó, bajó del árbol quedando a unos metros de distancia del pequeño cuerpo sus plateados cabellos se mecían y su mokomoko ondulaba,
Miró su hermosa figura totalmente expuesta para su vista, le causaba curiosidad lo que la hembra llevaba en el ombligo humano.
Le atraía lo pequeña que se veía y lo diminuta que era su cintura sus perfectos atributos eran perfectos.
- Yako deseas morir? Me incitas a tomarla cuando su Reiki nos puede purificar?--
Kagome no soportó más el calor de su poder espiritual que parecía quemarla y abrió los ojos, econtrandonse con los dorados que la observaban desde arriba con su característico rostro, tan perfecto, pero con carencias de expresiones.
__ Sesshomaru.. __ Susurró, temerosa.
Se arrastró un tanto hacia atrás poniendose de pie rápidamente y tratando de no efectuar ningún movimiento porque sabía bien que no tendría oportunidad contra el demonio más poderoso de la era feudal.
El Platinado en un abrir y cerrar de ojos se posicionó frente a ella, analizando la perfección de su rostro que siempre lo había maravillado y agachó su cabeza hasta la de ella, pegando su frente totalmente agitado.
Kagome solo pudo temblar, más él...
Él solo sonrió....
__ Tu Lord __
Todo su cuerpo temblaba cuando comenzó a olfatear su cuello.
Ella solo estaba paralizada y por una extraña razón echo su cabeza hacia un lado.
El demonio sonrió y un ágil movimiento la envolvió en sus mokomoko.
__ Q.. qué haces?__
Agitada, con temor con todo un extraño cosquilleo en su cuerpo se sintió aprisionada de una manera que le producía una cientas caricias en su cuerpo dejándola totalmente relajada.
Con sus colmillos reluciendo sonrió pasando su fina lengua en un extraño color morado por sobre de sus labios.
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