- Y me dijo que tendré que hacer guardia nocturna esta vez - Dije suspirando por el celular, Matías guarda silencio por un buen rato - ¿Matías? -

- Debías de encararla, te dije que quería que me acompañes - Dice irritado.

- Sabes que no puedo... -

- Es tu amiga ¿No? Sí puedes -

- No... me lo dijo, es mi amiga pero también mi jefa, no me dejará ir... -

Él se ríe amargamente.

- Si... claro... ni siquiera lo intentaste -

Apreté los labios sintiendo frustración porque no me crea.

- Te estoy diciendo la verdad, Matías, eso fue lo que ella... -

- ¿Sabes? Si no querías venir... solo lo hubieras dicho... no tenías que inventar una excusa... - Su tono de voz era dolido.

Sentí una opresión en el pecho.

- No, no es así, yo si quería ir, yo... -

- Ya, no importa... hablemos mañana... te daré tiempo para considerar si en serio quieres estar conmigo... Zaira... -

Fruncí los labios y él cuelga, yo bajé mi celular y sentí un nudo en la garganta.

- No fue mi culpa... - Murmuré.

Apreté los puños y chasqueé la lengua con ira, pero guardé ni celular y salí de la habitación en la que estaba.

No me quedaba de otra más que seguir con mi trabajo, era lo que tenía que hacer.

- Oye, cambia ese rostro que asustas a los pacientes - Bromea Karla al pasar por su lado.

La ignoré y seguí caminando, no quería hablar con ella ahora mismo, estaba molesta y bastante.

***

***

Bostecé, estaba muy cansada, en la guardia casi ni una siesta pude tomar, los pacientes estaban que necesitaban muchas cosas a la vez, y no hubieron tantas enfermeras como para ayudar.

Y luego en la mañana y tarde lo mismo, aunque estuve ignorando aún a Karla en todo el día, solo quería irme y ver a Matías para aclarar las cosas.

- Hey, Adams - Siento unas manos en mis hombros que llaman mi atención - Cielos, estás demasiado tensa -

Resoplé cansada y noté como Josh, un amigo de otra área, comenzó a masajear mis hombros.

- ¿Qué haces por aquí, Josh? - Pregunté.

- Pues, tenía que traer algunas cosas pero como te vi, quise venir a saludar - Dice sonriendo.

Él siempre fue así con todos, ve a alguien y lo saluda al instante, es muy amigable y siempre está feliz, supongo que es por su novio quien consigue eso. Si, Josh es gay y tiene un novio igual de agradable que lo consiente demasiado.

Se veían muy bien juntos.

- ¿Y por qué estás tan tensa? - Dice.

- Pues... nada, solo estoy pensando mucho en algo - Dije suspirando y disfrutando del masaje.

- Hm, sea lo que sea, no lo hagas mucho que entonces mi masaje no funciona - Aprieta su pulgar en el centro de mi espalda y yo me doblegué y quejé con diversión.

- Está bien, está bien, ya lo entendí - Dije riendo al igual que él.

- ¡Zaira! -

Me tensé y dejé de reír, miré a Josh y sonreí un poco.

- Lo siento, tengo que irme... - Dije.

- ¿Está todo bien? ¿Quién es? -

- Él es... -

Antes de que pueda decir algo, Matías llega a mi lado, me agarra por el brazo y me apega a él.

- ¿Quién eres y qué haces con mi novia? -

- Matías, está bien... es solo un amigo y él... -

- Tú cállate, no quiero escucharte -

Cerré la boca.

- Oye, no le hables así, ella no hizo nada malo - Dice Josh molesto.

- Mejor respóndeme ¡¿Quién mierda eres tú?! -

- ¿Qué sucede aquí? - Karla aparece separando un poco a Josh de Matías.

- Nada... ya... nos íbamos... - Dije avergonzada y tratando de llevar a Matías pero él no parecía querer irse.

- No me has respondido maldito imbécil -

Matías camina hacia él pero alguien más aparece que lo separa y lo aleja de Josh.

- ¿Y tú qué quieres con mi pareja, imbécil? No te atrevas a tocarle ni un mísero cabello a mi novio -

El rostro de Matías se vuelve un poema, Josh se sonroja y Karla y yo no pudimos evitar la mirada de picardía hacia Josh en cuanto apareció su novio Ian.

- Ian... está bien... tranquilo - Dice Josh agarrando la camisa de Ian por la espalda y agachando un poco la cabeza.

Ian lo mira por encima del hombro pero vuelve a mirar desafiante y amenazante a Matías.

- Tsk - Se da vuelta, agarra a Josh por la cintura y se lo lleva.

Hermoso...

- Imbécil - Escuché a Matías antes de agarrarme la muñeca la cual ya me había lastimado y me jala para salir.

- ¡M..Matías, e..espera! - Dije adolorida pero él hacia oídos sordos y me acerca al auto, vi en el suelo de la entrada un ramo de flores aplastado y supuse que era de él.

- Zaira, sube al auto, ahora - Dice.

Yo me quedé congelada un momento y él golpea el techo del auto.

- ¡Que subas! - Dice sobresaltándome, agache la cabeza e iba a subir.

Pero escuché pasos apresurados, cuando me fijé, vi a Karla mirándonos preocupada pero yo negué con la cabeza antes de subir, Matías cierra de un portazo la puerta y luego rodea el auto para subirse.

Acelera sin más y casi me golpeo contra los vidrios, nos alejamos del hospital sin que el ambiente se calmara, tenía miedo de abrir la boca, debía admitirlo...