Sí, lo sabias y eso lo habíamos dejado claro. Te lo expliqué todo, pero quería hablarlo de frente, quería escuchar tu voz, quería decirte todo de frente a tu cara y no detrás de una pantalla.

Y por eso te había citado en la cafetería que quedaba cerca de la escuela, cuando entré pude darme cuenta que ya estabas ahí. Tan hermosa en ese vestido azul marino y con ese suéter color crema. Bebías algo, que pronto averigüe, era un frapushino.

Me senté frente a ti, sonriéndote, tus mejillas estaban completamente rojas. Tan hermosa, con ese rubor tan natural, tus ojitos tan brillantes.

Te expliqué todo, te explique qué, desde el primer día en que te vi, sentía algo extraño. Algo fuera de lo normal, que me había perdido por completo. Pero que ahora me había encontrado de nuevo, esta vez estaba seguro a lo que sentía, a lo que era esto que sentía dentro de mí.

Sí, me declaré a ti en ese café. A pesar de que me sentía tan apenado, todo eso se me olvido en el momento que tú aceptaste mis sentimientos. 

Realmente estaba tan feliz, y lo demostré de una manera qué, al principio fue vergonzoso para ti. Probé por ver primera vez esos hermosos labios, esos labios que parecían dos fresas. Y fue como tocar el cielo, suaves y cálidos y con el suave sabor de tu bebida.

Por vez primera me sentí verdaderamente feliz, me sentí tan cómodo. Como si al fin las piezas hubiesen encajado. Como si en toda mi vida te hubiese buscado.

Realmente... estaba perdidamente enamorado de una persona que estuvo lejos, pero ahora la tenia más cerca que nada. La persona más importante en mi vida, la chica que para nada era lo que había dicho un día sobre mi chica ideal.

Y realmente me alegro, me alegro que no seas esa chica, pues eres demasiado tierna tal cual eres.

Te amo y siempre lo voy a hacer...

Jeon Jungkook…

Termino de escribir en mi diario digital, me reclino hacia atrás para después suspirar. Todo precia un cuento de hadas, todo parecía una fantasía que solo quedaría en eso, una simple fantasía…

--¡Jungkook!—escucho que gritan, sonrío de lado y genuinamente al escucharte gritar, claramente eso me provocaba una tremenda felicidad.

--Estoy aquí—digo para llamar tu atención, escucho tus pasos acercarse y segundos después asomas tu linda cabellera larga en el marco de la puerta.

--Tenemos que apurarnos, los chicos nos esperan ya, han separado los lugares—

--Vale, ya voy, solo estaba terminando de escribir algo…-- apago la pantalla de mi computador y me levanto, no puedo evitar mirarte, estas preciosa vestida así.

--Por favor no me veas tanto, estoy usando este vestido por obligación, después de todo es nuestra graduación—sonríes avergonzada.

Asiento suavemente, no quiero molestarte mas, por eso no digo nada y solo me acerco  para besar tu frente y susurro lo preciosa que te ves hoy. Tú eres preciosa siempre, pero eso es algo que no quieres aceptar, no eres consiente de ello, y es tu mejor arma.

Mi preciosa Tessa, eres lo mas hermoso que hay, y nuestra historia fue de fantasía, una fantasía que se hizo realidad.