Capítulo Doce.

Consejos y advertencias.

Mia Hobbs.

Es muy agradable cuando una persona muy especial para ti te da un consejo, te sientes muy especial, segura, apoyada, entre otros. Son tantas emociones y sentimientos que son encontrados justo en ese momento; Y aunque sea para bien o para mal es un detalle único que solo la persona que te quiere se toma el tiempo de hacerlo.

Es demasiado fácil aconsejar a los demás, pero tan difícil auto aconsejarse. Supongo que a veces tenemos la mala dicha de pensar prinero en el que dirán los demás, nos alejamos de personas o dejamos de hacer alguna cosa por miedo a ser juzgados.

Pero lo que no saben, es que las críticas y el bullying son las consecuencias de ser diferentes.

— Mia, ¿Qué tienes?, — Amber, esta a mi lado jugando con la con un mechón de mi cabello.

La miro, — No me pasa nada… bueno si.

— Me estas preocupando, ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ¿Te quieres ir? ¡Dímelo!.

— Si te calmas hablamos sino no, — Amber levanta las manos en son de paz y me hace seña para que continúe hablando, — Pues… verás, yo no te he contado porque llegue con Alex y justamente hacia su casa, ya va, ¿por qué estabas tú aquí?

Rueda los ojos, — Continúa, Mia.

— Amber, Dímelo, por favor.

— Solo estaba aquí porque Thomás venía a hablar unas cosas con los chicos, pero ahora dime tú, ¿Cómo llegaste aquí y con Alex?

— pues, ayer en la noche estaba muy asustada porque habían unos hombres en la parte de atrás de la casa y…

Salta nerviosa, — ¿Te hicieron algo? ¿Robaron? ¿Te pegaron? O ¡ay, Dios mío! ¿Te amenazaron? ¡Habla, Mia! ¡Joder…!

La fulminó con la mirada, — ¡Podéis callarte y escucháis primero! ¡Cierra esa boca por Dios!

No hay algo que me cabree más que cuando me interrumpen.

Dato curiosos
Sobre mi.

— Ya, ya, me callo.

— Continuó, estaba súper asustada así que en un momento de desesperación llame a Alex, el llego a los segundo por así decirlo y se quedo a dormir conmigo para asegurarnos que no me pasara nada y pues no me quiso sola hoy por seguridad así que insistió a que viniera con él, acepte.

Entrecierra los ojos, — Oh, no me la creó, dormir, solo dormir — ríe, — aquí hay gato encerrado.

Ruedo los ojos, — No ha pasado nada, tía, así que decímelo, ¿Qué tal vas con Andrés? ¿Buscas algo serio?

— La curiosidad mato al gato, querida Mia.

— Entonces no te digo que paso entre Alex y yo en mi habitación esa noche, — hago un ademán con mis manos sonriendo.

Abre su boca en sorpresa y ríe, — Oh, vamos, tía, contamelo todo.

— La curiosidad mato al gato, palabras textuales tuyas, ¿Oh no, querida Amber?, — uso sus misma frase haciéndola reír.

Bufa, — Esta bien, ¿Qué quieres saber de Andrés y mío, chantajista?

Gruño en felicidad, — Vamos si me decís así suena muy mezquino, solo te estoy haciendo ver las cosas desde otro punto.

— Mia, pregunta rápido quiero saber lo de Alex en tu habitación, pervertida.

Rió rodando los ojos, — ¿Qué te ha dicho? ¿Ya te beso? ¿Qué son?

Suspira, — Es muy lindo, siempre esta atento a mi y me es muy detallista, pero también es un poco extraño y si nos hemos besado… pero no estoy preparada para algo serio todavía.

— Si te gusta tanto porque no le das una oportunidad.

Sonríe, — No puedo, pero, hablando de otra cosa ¡Dímelo! ¿Qué es eso que te trae tan pensativa?

Resoplo, — Verás, me bese con Alex y no era la primera vez y cuando el fue a mi casa en la mañana me le senté en las piernas y luego nos besamos, puede que tal vez lo provoque y lo emocione por decirlo así; Después me arrepentí y me levante y el me dijo 'Eres toda una niña traviesa' y no sé porque carajo le respondí 'Solo contigo'

— Wow, me alegra que te abrieras un poco más con él, se nota que lo quieres y no como amigo, Mia, eso esta bien, no es un delito besarse.

Niego con los ojos cristalizados, — No, no, Amber, siento que fui muy rápido, siento que el me ve como una chica fácil y que me siento mal porque me comporte como una vil zorra…

Amber se levanta y me da una mala mirada, — ¡No te voy a permitir hablar así de ti! Mia, por Dios, eso es algo normal, se llaman hormonas adolescentes y no eres una zorra sólo dejaste por un momento el miedo de ser juzgada.

— Amber… — intento sonreír, — Mi madre me dice…

Me interrumpe, — A la mierda lo que diga tu madre, Mia, estamos en pleno siglo XXI, no importa si no llegas virgen al matrimonio. Ya deja de atormentarte pensando en ello.

— Amber, mi madre siempre dice que una mujer ya no vale nada cuando ya nos es virgen, si yo le hago eso a ella… estoy segura que no me lo perdonara — Ella solo niega con la cabeza con el ceño fruncido, — ¿Qué pasará si Alex solo quiere jugar conmigo? ¿Qué tal si ya no soy valiosa porque no soy virgen? Dime.

— No lo sé, — me acomodo un poco más a su lado, — pero, si no lo intentas no vas a saber que pasará, no somos adivinas, Mia, aveces es mejor tomar riesgos ¿No crees?

Tiene razón.

— ¿Qué va a decir la gente?

— Mia, — sonríe, — Hagas o no hagas igual van a hablar, solo vive tu vida que solo hay una, ¿Ok? No importa lo que digan solo se feliz porque si estas feliz yo también.

— Gracias por estar allí cuando siento que mi mundo se viene abajo, no se que haría si no estuvieras aquí.

Amber me agarra las manos haciéndome levantar y le sonrió, — Escuchadme este consejo y tomalo en cuenta, — asiento feliz, — Se feliz sin importar que, total hoy vivimos y mañana no sabemos, intentalo con Alex sin importar lo que digan.

La miro a los ojos. — ¿Y si no funciona? ¿Estarás allí para recoger mis pedazos?

Sonríe envolviéndome en sus brazos en un cálido abrazo, — Cada uno de ellos.
 
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Han pasado tres horas y todavía estoy viendo la saga completa de Harry potter, o sea, no me gusta pero tampoco me desagrada, estoy en la sala y recordar las palabras de Alex me confunden un poco. No entiendo porque me lo dijo, y Amber salio hace un rato así que se podría decir que estoy sola.

—No puedes bajar al sótano, ni mucho menos curiosear por donde no debes, princesa. Eso esta prohibido.

Sí, esta prohibiendome cosas de nuevo, pero no le tome importancia, supongo que es algo normal en que el no quiera que ande de curiosa por su casa. Pero, lo que mas me hizo flipar fue que por su pantalón juro a ver visto un arma, pero tal vez solo este alucinando y sigue toda traumada por lo de ayer.

Mi iPhone vibra sacándome de mis tontos pensamientos, alguien esta llamándome pero es un número desconocido y no me parece correcto atender la llamada, pero podría ser mis padres así que deslizó aceptando la llamada para dirigir mi iPhone hacia mi oreja.

—¿Con quien habló?— pregunto al instante de contestar, pero solo se escucha una risa malévola haciendo que me siente rápidamente en el sofá.

Ríe— Escuchad bien, Mia Hobbs. La primera vez te me escapaste, cachorrita, pero ten por seguro que no tendrás suerte dos veces. Así que yo que tú tengo precaución cuando salgo pues algo malo puede pasarte.

Nunca había escuchado esa voz.

¿Cómo sabe como me llamo?

¿Acaso el es Daxon?

¿Por qué me quiere matar?

Tomo valor, resoplo, y luego, hablo— ¿És-es amenazándom-e?

—No, — ríe, — Tomalo como una advertencia, cachorrita, y te diré otra cosa, nada ni nadie es como parece, ten cuidado con quienes estas porque ellos no son ni la cuarta parte de lo que piensas. Digamos que tarde o temprano te darás cuenta que has sido engañada los últimos años y puede que no te guste la realidad. — se queda callado y yo no habló porque mi cerebro esta muy confundido para poder aunque sea articular una simple oración, — La vida es una ruleta rusa que nadie ha podido descifrar y los que quieren mueren en el intento.

«La vida es una ruleta rusa que nadie ha podido descifrar, y los que quieren mueren en el intento»