23 "En las nubes"
Narra Alexis:
Me siento en las nubes, por Mateo y literalmente me siento en las nubes. He llegado a la cima del cerro, donde está el mirador. Mientras me recupero y normalizo mi respiración, tomé de mi botella con agua. Sigo jadeando, ha sido una muy buena corrida. Veo la ciudad, desde aquí se ve todo muy pequeño y yo me siento el rey. Y pienso que en alguna parte de mi reinado se encuentra un chico, un chico hermoso al que tuve el placer de tocar y tenerlo en mis brazos. Hay un ocaso hermoso. Lo único que quiero es que llegue el lunes para verlo. Para estar con él, con Mateo.
Estoy yo y una familia viendo en el mirador. Aun jadeo un poco. Suspire y me prepare para irme.
...
Ya es lunes, ayer había acompañado a Federico a cortarse el cabello y yo igual me lo terminé cortando. Me hice mi típico corte estilo militar.
Llegué a la escuela. A la primera hora no hice nada. Solo una aburrida clase de matemáticas. Debo empezar a poner al menos un poquito de atención, si no ahí es cuando Mateo me tiene que estar explicando absolutamente todo.
Tocaron para el primer receso. Kei me fue a buscar a la sala de artes.
—Que guapo —dijo saludándome. Me pidió que la acompañara al gimnasio a buscar no sé qué cosas.
—¿Kei por qué siempre te metes en todo? —le pregunté. Siempre en los actos, siempre en las obras de teatro o en los debates.
—Así los profesores me adoran. Es eso o tú ya sabes —dijo burlona haciendo el gesto con la lengua en su mejilla interna y su mano. Le regañé explicándole que perderá tiempo y que yo me muero por ver a Mateo. Esta solo se rió, si supiera lo que pasó esa noche...
Llegamos a la cafetería y lo divisé, distraído y conversando como siempre con la emo.
—¡Uh! —silbó Kei molestándome con fuerza y seguido se carcajeado con fuerza.
—Cállate enferma —le dije, tapándole la boca. Ella me lamió la mano—. ¡Asquerosa! —me quejé y nos reímos.
Narra Mateo:
Le estoy ayudando a Angélica a estudiar, va a tener un examen luego y esta eufórica.
—¡Cálmate niña! —exclamé explotando, me tiene los pelos de punta. No para de ojear su cuaderno con unos apuntes.
—Hola —escuché decir a Keila. Levanté mi vista y los vi. Lo ví... Angelica los saludó. Bajé mi vista rápidamente. No hagas contacto visual, no hagas contacto visual...
Seguí con Angélica, pero para este entonces yo ya estoy todo nervioso y acalorado, él, como si nada. Se ha cortado el cabello. Maldito... se ve mas atractivo de lo que ya es... ¡Ahg! Por favor no de nuevo, esto es el infierno... Como si fuera poco se sentó a mi lado y a la muy desgraciada de Angélica justo se le ocurrió ir al baño. Llegó Boris y estos tres comenzaron a bromear y conversar como siempre, y yo... Succiono el jugo con fuerza, mirando hacia mi bandeja petrificado.
—Oye Mateo, ¿vas a ir al paseo? —me preguntó Keila de repente.
—¿Mmm? —reaccioné torpemente y la miré. Asentí.
La mano de cierta persona en mi muslo interno izquierdo me paró el corazón y me heló el cuerpo. La mano del infeliz a mi lado...
Narra Alexis:
Que buena broma a dicho Boris... Apreté con suavidad...
Mateo se trapicó con el jugo. Lo miré tranquilamente, haciéndome el tonto. Ya está todo rojo. Tose y tose, no fue para tanto tampoco...
—¡Alegría! ¡Alegría! —exclamó Boris riéndose mirando la situación, solo una parte de esta. Yo me reí, Mateo sigue tosiendo.
—¿Estas bien? —le pregunté mirándolo fijamente a los ojos. Me siento un maldito, pero simplemente me pude contener y debía llamar su atención de alguna manera. Asintió, le sonreí y le di golpecitos algo bruscos en la espalda. Me miró nerviosamente y justo tocaron la campana.
...
Ya es de noche y estoy en mi cama. Recuerdo su reacción y me rió solo. No había dicho nada en todo ese rato... e igual hoy no lo vi nada. Hoy no me acuerdo muy bien por qué, pero toda la escuela salió más temprano y no tuvimos segundo receso.
...
Martes. Estoy demasiado contento, hoy Mateo viene a mi casa... «Le robaré uno que otro beso, lo molestaré» dice mi yo interior con decisión.
Llegué a la escuela, mi primera clase es con Kei y siempre hacemos todo juntos. Aunque justamente esa clase estuve con Boris y Rodrigo ya que a Kei la sacaron de clases por ese proyecto en el que anda metida.
Tocaron para el receso, fui a la cafetería, en nuestra mesa solo está la emo, chateando en su celular.
—María Angélica —dije molestándola y me senté a su lado.
—No me digas así —dijo al momento en que me dio un beso en la mejilla. Yo solo me reí. Comencé a comer y ella igual. Me he comprado una hamburguesa y está muy buena. Aprobada. Pero estoy algo desanimado. Boris hoy falto, Kei anda haciendo sus cosas y a Mateo no lo veo por ninguna parte.
Empecé a hablar con la emo. Le comenté los mejores lugares en donde se podría hacer el tatuaje. Al final quedamos en que yo la acompañaría, aunque eso no se si fue más en broma o de verdad va.
Narra Mateo:
Me había quedado en la sala todo el receso. Lo intenté, pero no pude. Simplemente no puedo verlo, ni estar con él. Me pongo a pensar cosas totalmente fuera de lugar y es desesperante. En el segundo receso fue lo mismo. Ya tocaron para salir de clases y busco alguna excusa para cancelar las tutorías de hoy, pero mi mente no inventa nada... Miré en dirección a mi casillero y lo visualicé guardando las cosas en el suyo. No me queda de otra que ir...
Al notar mi presencia me miró y rápidamente y me saludó. Esta muy alegre.
—Hola —dije intentando sonar lo menos nervioso posible, pero fue inútil—. Esto... Alexis hoy no podré ir a tu casa... Mi abuela vendrá hoy... Y pues... no la veo mucho —balbucee haciendo una mueca, estoy muy nervioso.
—Claro, no te preocupes —dijo sonriendo. Me dio una electricidad en mi cuerpo. Me da rabia, que yo sea el que está muriéndose con estos pensamientos y el como si nada. Siendo el... El que siempre es, el máximo... El mejor.
Monarca.
Narra Alexis:
Muy bien... Hoy sí que sí, estoy seguro que hoy día sí. Me he estado controlando toda esta semana de estar a solas con él. Incluso llegué a pensar e idear un plan para llevarlo a los baños y ahí tal vez pensar en cómo besarle contra su voluntad...
Solo bromeo.
Llegué a tutorías. Lo vi como siempre sentado con su netbook, con los ojos pegados en este. Me miró y lo saludé.
—¿Y tú donde te habías metido? —le pregunté y le tiré el lóbulo de la oreja... Y por primera vez no se quejó, simplemente bajó su vista tímidamente.
—Es que... No se p-porque los profesores siempre me piden ayuda en algo —dijo nervioso. Algo le pasa... Yo solo sonreí enternecido...
Trabajamos bien... Como siempre... Pero es evidente que algo le pasaba. Esta cortante, todo el tiempo lo noté nervioso y no seguía mis platicas. Ni siquiera me miraba, cuando yo solo deseo que lo haga.
...
Jueves. Me empiezo a enojar. ¿Qué es lo que hice ahora? Se que lo de la cafetería no estuvo bien... Pero me está evitando y odio que lo haga. ¿No sé si deba darle espacio? Pero es que yo de verdad quiero estar con él... Me pone triste, nunca nadie me logra poner triste... Y esa noche... Ay pendejo... Se que es por eso, pero ¿cómo te vas a poner así?
Sonreí, es un maldito. Me encanta. Pero es un maldito... Y ahora Mateo... ¿Qué te pasa?
Ahora es lo mismo, pero con Mateo, reconózcalo mijo >:'
Muchísimas gracias por leer. No olviden votar y comentar.
💓💓💓
—Dolly
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