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99. Tic-tac

La tensión en la oficina de Alan era palpable mientras Phil y Richy esperaban frente a la computadora de Jake. En la pantalla, el programa de rastreo corría en silencio, su barra de progreso avanzando con exasperante lentitud. La habitación estaba sumida en un inquietante silencio, roto únicamente por el tic-tac del reloj de pared. 

—¿Cuánto falta? —preguntó Phil, golpeando suavemente la mesa con los dedos en un ritmo nervioso. 

Richy, con los brazos cruzados, miraba fijamente la pantalla. 

—Unos minutos más. El programa está triangulando la señal del chip de rastreo. 

—Espero que esto funcione. No tenemos margen para errores. 

De repente, el programa emitió un leve pitido y la barra de progreso alcanzó el cien por ciento. En la pantalla apareció un mapa detallado del bosque cerca del lago, con un punto rojo parpadeando.

—¡Lo tenemos! —exclamó Phil, inclinándose hacia la pantalla. 

Richy rápidamente agarró su teléfono y marcó el número de Jake. Este contestó al primer timbrazo. 

—¿Qué tienen? —preguntó Jake, su tono ansioso. 

—Sabemos dónde está —respondió Richy rápidamente—. El programa rastreó el chip hasta un lugar cerca del lago. Es una zona muy alejada. 

Hubo una breve pausa antes de que Jake respondiera. 

—Avísenle a Tony. Nos encontramos en la entrada del bosque en quince minutos. 

  

🍂

En cuestión de minutos, Jake y Tony estaban reunidos con un equipo que este último había organizado: hombres con experiencia en operaciones de rescate y defensa. Tony revisó un mapa físico, trazando con el dedo el camino más corto hacia la cascada. 

—Es un terreno complicado —dijo Tony mientras todos lo rodeaban—. La zona es rocosa y densa, ideal para esconderse. Si está ahí, es porque conoce bien el área. 

Jake asintió, su rostro endurecido por la determinación. 

—No importa lo complicado que sea. Vamos a encontrarla. 

—Igual cerca de ahí se encuentra una cascada tiene una cueva detrás. Es un lugar ideal para ocultar algo... o alguien.  – Uno de los hombres del equipo habló. 

—Dividiremos fuerzas: un grupo rodeará la cascada desde la base, y otro desde arriba. Mientras los demás nos iremos a la cabaña cerca del lago. Jake irá con este último equipo y yo voy con el primer grupo.  – dijo Tony mientras entregaba a cada equipo una pulsera especial que integraba un mapa 3D y localizador satelital para saber por donde iban caminando.

—No podemos perder tiempo. Si él sabe que estamos cerca, podría hacer algo que lamentemos. 

—¿Listos? —preguntó Tony, mirando a Jake y a su gente.

Jake apretó la mandíbula, ajustó su mochila y asintió. 
—Vamos por Mc. 

Y con esas palabras, se adentraron en la espesura del bosque, guiados únicamente por la esperanza de encontrarla antes de que fuera demasiado tarde.









🍂








La cabaña era fría y oscura, con un silencio roto solo por los ocasionales crujidos de la madera vieja y el viento golpeando las ventanas. Mc estaba sentada en una silla, las manos aparentemente atadas detrás de su espalda, pero su mente trabajaba rápidamente.

Entre sus dedos, apretaba una pequeña navaja que había logrado quitarle al hombre cuando este no prestó atención.

Sus manos temblaban mientras deslizaba el filo contra la cuerda que la inmovilizaba, cuidando de no cortarse la piel. Cada pequeño avance era un paso más hacia la libertad. Luego de liberarse las manos prosiguió con las ataduras de sus pies.

El sonido de pasos acercándose la hizo detenerse, su corazón martillando en su pecho.

—Quédate tranquila... como si nada —se dijo en un susurro, ajustando su postura para que no se notara que las cuerdas ya estaban flojas.

La puerta se abrió de golpe, y el hombre entró con una expresión furiosa. Mc mantuvo la mirada baja, fingiendo miedo. Él se movía con pasos pesados, murmurando maldiciones mientras ajustaba un pequeño radio en su mano.

—¿Así que escapaste, eh? —gruñó, hablando consigo mismo—. Maldito cobarde. Ni siquiera puede quedarse y enfrentar las consecuencias.

Mc levantó ligeramente la vista, escuchando atentamente. Entendió de inmediato: estaba hablando del padre de Hannah, Henry Donfort.

El hombre arrojó el radio sobre una mesa cercana y se giró hacia ella, una sonrisa torcida deformando su rostro. Se acercó hasta quedar a su altura, agachándose frente a ella con una mirada cargada de malicia.

—¿Sabes lo que voy a hacer contigo, niña? —dijo con un tono bajo y amenazante—. Primero, voy a asegurarme de que sufras como aquellos que murieron por culpa de tus padres, te estarás retorciendo de tanto dolor que pedirás que te mate. Después, arrojaré tu cuerpo al lago para que todos lo encuentren flotando. Y cuando termine contigo, iré por ese cobarde y me aseguraré de que pague.

Mc sintió un escalofrío recorrerle la espalda, pero mantuvo la calma. No podía delatar que ya estaba libre.

Cuando el hombre se acercó más, Mc vio su oportunidad. En un movimiento rápido, tomó la navaja escondida y la clavó en el brazo que sostenía su arma.

—¡Maldita seas! —gritó el hombre, soltando el arma mientras retrocedía por el dolor.

Mc no perdió tiempo. Se levantó lo más rápido que pudo y lo golpeó con todas sus fuerzas en la entrepierna. El hombre cayó al suelo con un gruñido de agonía, dándole a Mc el tiempo necesario para correr hacia la puerta.

El bosque era oscuro y confuso, pero Mc no se detuvo. Corría a toda velocidad, los pies descalzos golpeando el suelo frío y lleno de ramas.

Su respiración era rápida y errática, y el sonido de un disparo resonó detrás de ella, pero no miró hacia atrás.

—¡No te detengas! —se dijo a sí misma, obligándose a seguir adelante.

De repente, una raíz sobresaliente atrapó su pie, haciéndola caer con fuerza al suelo. El impacto fue tan fuerte que su cabeza golpeó contra una roca, y todo se volvió negro.

En algún lugar detrás de ella, el hombre se detuvo, sosteniéndose el brazo herido. Miró en dirección al bosque, escuchando el silencio que había quedado tras el disparo. Una sonrisa cruel apareció en su rostro.

—Dejaré que los animales hagan el trabajo por mí —murmuró, girándose para alejarse—. Tengo asuntos más importantes que atender.


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Feliz año nuevo y feliz día de reyes JAJAJA
De una vez feliz día de la calendaria 😍

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