•••

Hace quince años, el mundo de Michael se desmoronó en un solo golpe, en una noche que aún lo perseguía como un eco interminable. Su vida había sido dura, pero siempre había tenido un propósito: proteger a su hija, lo único que le quedaba de su esposa fallecida. Ella, su pequeña, a sus quince años de dulzura e inocencia, era el reflejo de la mujer que había amado con todo su ser. Cuando su esposa murió, todo lo que quedaba de esa vida que habían construido juntos estaba encapsulado en los ojos de su hija, en su risa, en sus gestos que le recordaban tanto a ella.

Pero una noche, todo le fue arrebatado. Aquel hombre temido y respetado por todos, decidió que podía tomar lo que quisiera. Y lo que quiso esa vez fue lo más preciado de Michael. No fue una discusión, no hubo advertencias. Se la llevaron sin piedad, una noche de tormenta.

Michael nunca olvidó el frío de esa noche. La manera en que todo se detuvo en el momento en que vio su cuerpo, inmóvil, en el suelo. Se suponía que él debía protegerla, se lo había prometido a su esposa en su lecho de muerte.

Pero allí estaba, incapaz de hacer nada, viendo cómo todo lo que amaba se desvanecía. Nadie en el pueblo hizo nada porque desconocían del suceso... pero la policía sabia quién había sido responsable, y aun así el miedo paralizó a cada uno de ellos. El hombre poderoso lo había decidido, y para todos, eso significaba que el destino de su hija estaba sellado.

La injusticia de aquella noche se clavó en el alma de Michael como una herida que nunca sanaría. No hubo justicia, no hubo retribución. Solo silencio. Y en ese silencio, algo en él murió junto con su hija. Lo que quedó fue un hombre destrozado, con un odio tan profundo que lo consumió lentamente. Ya no era solo el dolor por su pérdida lo que lo devoraba, era el deseo de venganza, de hacer pagar a todo aquel que le había arrebatado lo más querido.

Con el paso del tiempo, Michael se volvió una sombra de lo que había sido. No le importaba que el mundo lo viera como un lunático o un monstruo. Porque en su mente, ya lo había perdido todo.

Si no podía traer de vuelta a su hija, si no podía cumplir la promesa hecha a su esposa, entonces el único consuelo que le quedaba era destruir a quienes le habían quitado su razón de vivir.

Aquella noche, hace quince años, fue el punto de inflexión. Michael había cruzado un umbral del que no podía volver, porque su dolor lo había transformado, moldeado hasta convertirlo en alguien que solo vivía para vengarse. Él sabía que, para el mundo, se había convertido en el villano de la historia, pero para él, simplemente era un hombre que había perdido todo. Y cuando te lo arrebatan todo, ya no queda nada que perder.

•••

🕯️🕯️🕯️

Bienvenidos a el otro lado de la moneda ;)

Pero... ¿qué tienen que ver las chicas con esto? ¿Por qué atacarlas a ellas?

Ahora si a dormir q yo mañana me despierto temprano, xoxo