La música había cesado, pero el eco de los aplausos aún resonaba en la mente de Mc mientras salía del escenario tras su primera presentación de ballet en años. Emociones encontradas la invadían: la alegría de haber vuelto a danzar, pero también la nostalgia de todo lo que había dejado atrás.

Necesitaba un momento a solas, así que subió a la azotea del teatro, donde el viento fresco nocturno acariciaba su rostro.

Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida cuando escuchó unos pasos suaves detrás de ella.

–Disculpa, ¿te encuentras bien?– Una voz masculina, suave y cautivadora, rompió el silencio.

Se giró lentamente, encontrándose cara a cara con un chico cuyos ojos azules la miraban con curiosidad. No podía evitar notar lo familiar que era su mirada, como si ya lo hubiera conocido de alguna manera.

— Lo siento, no quería asustarte — continuó, con una calidez reconfortante en su voz — Solo pensé que podrías necesitar compañía.

— No te preocupes, estaba buscando un momento de tranquilidad —respondió Mc, devolviéndole la sonrisa. — ¿Estás aquí por alguna razón en particular?

El chico titubeó por un momento antes de responder. — En realidad, sí. Soy... bueno, soy la persona con la que has estado hablando últimamente y no ha vuelto a contestarte por idiota.

Los ojos de Mc se abrieron de par en par, sorprendida por la revelación. — ¿Tú... eres él hacker?

El chico de cubrebocas negro asintió con timidez. —Sí, soy yo. Lo siento por dejar de contestarte de repente. Hubo un malentendido y... bueno, las cosas se complicaron.

El corazón de Mc latía con fuerza mientras se enfrentaba a él. Al fin estaba frente al chico que había estado en su mente estos últimos días.

— Te vi en el escenario — dijo con voz suave — Fue hermoso.

Mc se mordió el labio, sintiendo un torbellino de emociones. Había extrañado tanto hablar con él, pero las palabras parecían atrapadas en su garganta.

Dio un paso hacia ella. — Lo siento por haberme alejado, Mc. No fue justo para ti.

Las lágrimas empezaron a emerger en los ojos de Mc. — Yo te extrañé mucho Donfort — confesó, con la voz temblando — Pensé que nunca más te volvería a hablar.

Donfort extendió la mano y secó una lágrima de su mejilla — No importa lo que haya pasado, siempre estaré aquí para ti.

Sin embargo, en un impulso repentino, ella extendió su mano y retiró el cubrebocas que él llevaba puesto.

Su corazón dio un vuelco al descubrir el rostro de Jake uno de los integrantes de la banda más famosa del momento Nymos. Una mezcla de sorpresa e incredulidad se reflejó en sus ojos, y de repente, todo pareció una broma de mal gusto.

¿Cómo podía ser real? ¿Cómo podría alguien como él interesarse en alguien como ella? Con un nudo en la garganta, se alejó, sintiendo que todo era demasiado surrealista para ser verdad.

Pero en los ojos del chico, había una sinceridad que ella no podía ignorar. Aunque su mente gritaba que era imposible, su corazón latía con la esperanza de que tal vez, solo tal vez, esto podría ser real.

Con el corazón aún acelerado por la sorpresa, Mc reunió el coraje para enfrentarse al chico.

¿Por qué nunca me dijiste la verdad? — preguntó con voz temblorosa.

El chico bajó la mirada por un momento antes de responder con sinceridad. — Tenía miedo — admitió, su voz apenas un susurro. — Miedo de que no te interesaras en mí como soy, más allá de mi carrera musical. Quería conocerte genuinamente, sin que eso interviniera. Pero también temía que al revelar mi identidad, cambiaras tu forma de tratarme, o peor aún, que pensaras que jugaba contigo — Sus palabras resonaron en el aire, cargadas de vulnerabilidad y honestidad.

Mc se quedó sin aliento ante su confesión, sintiendo el peso de sus propias dudas disiparse lentamente.

En los ojos del chico, encontró la misma chispa de interés y ternura que había sentido desde el principio.

Con un suspiro de alivio, Mc se lanzó a sus brazos, abrazándolo con fuerza, sintiendo como si un peso se hubiera levantado de sus hombros.

No tienes que temer más — dijo con determinación. — Quiero conocerte, no al chico famoso, sino al verdadero tú.

Dispuesta a dejar atrás los malentendidos y darle una oportunidad a lo que podría ser una historia verdadera y única.

En ese momento, en la tranquila azotea bajo el cielo estrellado, se dieron cuenta de que su amor podría no ser algo pasajero y que solo había estado esperando el momento adecuado para florecer.

Lo que nuestros protagonistas no sabían eran que una persona los estaba vigilando por la ventana desde el edificio de al lado.

🕯️🕯️🕯️

Que bonita pareja que se sabe la de dialogar 😭