No paraba de pensar en ti, en nuestro casi beso con un baile de luciérnagas de fondo, que parecían polvos mágicos cayendo, en cuando casi nos hacemos poesía en tu habitación, eso fue magia porque quería pintarte lo que sentía en tu cuerpo y escribirte todos mis besos en tus labios, en los días sin ti que me estaban quemando como un fuego interno que provocaba incendios. Me di cuenta que sin ti no me sirve de nada la oscuridad porque tú eras lo único que alumbraba. Lo bueno es que las vacaciones de navidad habían acabado y podía evadirme con el instituto otra vez y pensar en algo más que no fueras tú. Llegó el fin de semana me arreglé y fui al campeonato de María, estaban Belle, Luca, Peter, Eric, John, Alicia y luego llegaste tú y lo triste fue que hiciste como si no me conocieras, habíamos pasado a ser extraños y dolía porque todavía había amor y la llama no se había apagado. Intenté olvidarme de las balas que me disparabas con tu silencio y empecé a hablar con Luca, él había venido de Francia, de Nimes para estudiar la carrera en Estados Unidos de Biología marina, por eso congeniaba mucho con Belle, los dos como eran, apasionados del mar.María ganó el campeonato y recibió un abrazo de todos nosotros y un sonoro beso y un – estoy orgulloso de ti, princesa- de Peter.

Después iban todos a celebrarlo pero como ibas tú, decidí volver a casa.