Capítulo XXV: Último enfrentamiento
Advertencia: Este capítulo contiene escenas crudas
En el capítulo anterior:
En el momento que salieron, los hombres de las Islas del Sur se recuperaron de su desmayo por los golpes recibidos y corrieron fuera de la cueva buscando huir, sin embargo, al momento de salir se encontraron con la policía que iba llegando mientras el grupo de jóvenes junto a Aster y Tooth los observaban al lado de los oficiales
-En nombre del Reino de Arendelle quedan bajo arresto – sentenció el teniente Mattias apuntando con su pistola mientras sus hombres se acercaban para esposar a los hermanos
El hombre de piel oscura se acercó a Hans mientras éste respiraba agitado, con aire de furia
-Hans Westergaard, queda arrestado por máxima traición a la corona –
-No… ¡No! – exclamó gritando mientras limpiaba la sangre de su boca – esto no termina aquí –
De un movimiento rápido, metió la mano a su bota y sacó una pistola oculta, antes de que Mattias pudiera actuar, el pelirrojo disparó obligando a todos a echarse al suelo y aprovechó para huír del lugar
-¡Alto ahí! – gritó Mattias levantándose, pero un nuevo grito desvió su atención
-¡NO! ¡Kristoff! – la voz desgarradora de Anna hizo que todos voltearan hacia su dirección
La bala había impactado en el pecho de Kristoff
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Anna lo abrazó llorando a gritos, el rubio que yacía en el suelo tosió sangre, mientras se llevaba la mano a la herida en el lado derecho de su pecho
-¡Nooo! – gritó la princesa en un gran lamento, mientras veía como la playera y chamarra de Kristoff se oscurecían con la sangre y él se debilitaba
Rapunzel rápidamente tomó un pañuelo del bolsillo de Flynn y se acercó para presionar la herida. Mientras tanto, varios de los oficiales se llevaban a los hermanos de las Islas del Sur en una camioneta fuera del lugar
Jack se encontraba mirando con preocupación toda la escena, de pronto su expresión cambió a una de total enojo, sintió como su sangre volvía a hervir
-¡Esto ya es suficiente! –
-¿Jack? – preguntó Elsa preocupada mirándolo, mientras el solo miraba fijamente hacia un punto
Sin decir más, el peliblanco se echó a correr en dirección hacia donde Hans había huido
-¡Jack no! – se escucharon las súplicas desesperadas de Elsa quien, ante el temerario proceder de su novio, temía por su vida
El joven desapareció entre varios árboles, hasta perderse tras una colina. Presa de la angustia, Elsa decidió seguirlo, corriendo lo más rápido que le permitían sus botas de tacón
-¡No! ¡Hermana regresa! – gritó Anna en súplica, mientras veía como Elsa corría hacia lo que sin duda era un peligro – ¡no vayas tú sola! – se puso de pie y empezó a correr también hacia la misma dirección
-¡Princesa Anna! Kristoff necesita atención médica urgente ¡debemos llevarlo al hospital! – la voz de Mattias la hizo frenar un momento
Anna miró hacia atrás para ver cómo los hombres de Mattias tomaban a Kristoff para levantarlo y ponerlo dentro de la patrulla, mientras Rapunzel seguía apretando la herida tratando de detener la hemorragia, luego miró nuevamente hacia adelante – Elsa – susurró preocupada.
Volvió su mirada mientras sus amigos veían preocupados como Kristoff se quejaba con cada vez mayor debilidad, lo cual la llenaba de angustia y le rompía el corazón; volvió a mirar hacia adelante con preocupación, se sintió indecisa: era su hermana o Kristoff. Cerró los ojos con fuerza tratando de tomar una decisión que quizá marcaría su carácter, se llevó las manos a la cabeza con desesperación y soltó un quejido
-Cuídala bien, Frost – murmuró y se volvió hacia atrás, corriendo en dirección hacia la patrulla y entró en ella – vamos por favor – pidió a los oficiales, Mattias sonrió complacido al ver la acción de la chica
-Llévenlos al hospital con urgencia – ordenó Mattias
-¡Si señor! – respondieron ambos oficiales dentro del vehículo, encendieron la sirena y arrancaron alejándose del lugar
-Resiste mi amor, estarás bien – murmuró angustiada, mientras acariciaba la barbilla del rubio y Rapunzel, en el otro lado del asiento, aún ejercía presión sobre la herida
Mattias entonces se dirigió a dos de sus hombres y con un ademán le señaló que lo siguieran, corrieron hacia el mismo camino por el que huyó el pelirrojo.
-Esperen aquí por favor, Astrid aguarda con ellos – pidió Hipo pero fue detenido por la playera
-De ninguna manera, yo voy a donde tú vayas, Hipo – le dijo la rubia seriamente
-Pero Astrid… – dijo con miedo de verla tan decidida
-¡Pero nada! somos un equipo ¿no es cierto? – el castaño asintió nervioso – entonces voy contigo, Hipo Habadejo y no acepto un no por respuesta –
Hipo se sorprendió a la vez que se sintió aún más cautivado por ella, la tomó de la mano y sonrió – vamos, nuestros amigos corren peligro – murmuró y Astrid le contestó con una hermosa sonrisa
-Esperen aquí – indicó a sus amigos que aún se encontraban en el lugar y, tras esto, la pareja de noruegos se apresuró a la misma dirección
Aster y Tooth miraban preocupados, pero decidieron esperar junto con Eugene quien ayudaba a Mérida a recuperarse de la patada recibida.
Más lejos de ahí
Hans corría camino abajo tras pasar varias colinas, hasta que un río muy caudaloso dentro del bosque le cortó el camino, buscó la posibilidad de rodearlo, pero la vegetación se elevaba en ambos lados del camino. Se volvió hacia atrás sólo para encontrarse con el Jack, quien le dio alcance
En un movimiento rápido, el peliblanco se lanzó hacia el canalla, derribándolo al suelo y obligándolo a soltar su pistola en el acto. Ambos rodaron por la tierra en un intercambio de golpes, Jack dio con el puño en la mejilla de Hans, al querer soltar un segundo golpe, el pelirrojo lo detuvo y dio con su cabeza en la barbilla del chico, sacándolo de la realidad lo suficiente para hacerlo rodar y posicionarse encima de él, entonces soltó un golpe en su frente; Jack alcanzó a golpear la garganta de Hans, debilitándolo lo suficiente como para volver a rodar, volviendo a intercambiar golpes
En el momento que Elsa llegó, vio angustiada como Hans se encontraba encima de Jack, ambos tenían moretones, Hans sangraba de la frente y boca y Jack de las heridas en sus cejas. La chica miró con preocupación como Hans tomó de la sudadera a Jack para golpearlo nuevamente, el albino parecía estar mareado
-¡Jack! – gritó llevando sus manos a la boca con angustia
El chico peliblanco escuchó la voz de su amada y, como si recobrara fuerzas, simplemente sujetó el brazo de Hans que lo tomaba por la ropa y apretó firmemente. El contacto de las manos anormalmente frías con la piel del príncipe lo dejó asombrado, pero no estaba dispuesto a soltarlo ahora que llevaba la ventaja. Sin embargo, tras pocos segundos el frío se volvió insoportable y Hans gritó, retirando rápidamente su brazo y liberando el agarre de Jack.
Mientras el pelirrojo se agarraba el brazo tratando de calmar el dolor que sentía, Jack aprovechó para empujarlo hacia atrás y hacerlo caer, todo mientras Elsa observaba con cierto alivio
Jack se abalanzó sobre Hans, pero éste tomó la pistola del suelo y disparó hacia donde Jack pisaba, por suerte la bala no logró darle, pero se detuvo ante esto
Elsa con angustia miró esto y se dirigió corriendo hasta colocarse enfrente de Jack, cubriéndolo con su cuerpo – ¡Detente! ¡No le hagas daño! – gritó
En ese momento, llegó Mattias al lugar, seguido de Hipo y Astrid
-¡Manos arriba! – gritó el oficial al llegar el lugar y Hans se volvió a verlo
-Se acabó, estás rodeado – dijo Jack – ya no puedes seguir huyendo –
-Pagarás por tratar de matarnos a nosotros y a mi hermana – secundó Elsa
Ante la sorpresa de todos Hans empezó a reír malévolamente
-Esto es tan divertido ¿creen que me tienen atrapado? – los rostros de todos se tornaron confusos – ¿acaso no ven que he estado manipulando todo lo que ha ocurrido? –
Elsa lo miró con enojo – estás mintiendo –
-¿Estás segura reina Elsa? ¿Estoy acaso mintiendo cuando digo que estás de pie frente a tu novio, dispuesta a dar tu vida por el? Así como dejaste que viviera en el castillo tras quedarse sin hogar – Jack y Elsa quedaron asombrados, se miraron sin parpadear
-Sí – continuó el pelirrojo mientras se pavoneaba de un lado a otro – sé lo que ha sucedido – se dirigió al peliblanco – ¿sabes, Jack, quien fue el que hizo que te expulsaran de la universidad? –
Ante esas palabras los ojos de Jack se abrieron más de lo normal con una mezcla de furia y miedo, Hans sonrió complacido al ver su reacción
-Así es, fui yo – giró el arma de fuego entre sus manos – yo amenacé al rector para que emitiera la orden de expulsión y así te fueras de Arendelle – su rostro cambió a uno serio – pero, tu noviecita fue lo demasiado piadosa como para ofrecerte un lugar donde vivir, eso estropeó mis planes – dijo con molestia
La reina y el chico ojiazul se limitaban a mirarlo con gran rabia, a la vez que los policías se acercaban, sin embargo, el pelirrojo apuntó hacia ellos
-¡No se acerquen o su reina será historia! – amenazó y el teniente Mattias detuvo a sus hombres, apurado
-Déjala en paz – gruñó Jack, tomando a Elsa del hombro y colocándose frente a ella para angustia de la joven – ya has hecho bastante daño –
-Espera, que aún no termino, Jack – dijo burlón. Jack se quedó en silencio mirándolo retadoramente
-Aún no viene la mejor parte – dijo con soberbia – ¿creyeron que lo sucedido en la fábrica de hielos fue un accidente? –
No podían creer lo que decía, todos quedaron helados ante lo dicho por el príncipe, las palabras que decía no podían ser ciertas
-Tú… – articuló Jack
-Así es – respondió – nos encargamos de averiar las máquinas una noche antes, logramos que se sobrecalentaran al momento de usarlas, todo gracias a la mentalidad de los Westergaard –
Para Hipo, eso fue suficiente y se dirigió en carga contra Hans – ¡Tú! ¡monstruo! – expresó con rabia
Hans volteó y disparó la pistola contra el chico castaño, quien cayó al suelo con un grito de dolor
-¡Hipo! – gritó Astrid con lágrimas de angustia y se acercó rápidamente hacia él, se agachó para ayudarlo, la bala había impactado en su pierna izquierda y el chico la tomaba adolorido – por favor, resiste – derramó unas lágrimas sobre el pecho de él
Todos miraban aterrados lo que ocurría, mientras que Hans habló con enojo
-¿¡Ven lo que sucede por acercarse!? Ahora nadie me podrá detener – apuntó hacia la pareja de albinos nuevamente – Arendelle será parte de un gran reino donde sólo yo gobernaré y pronto todos olvidarán siquiera que hubo una reina –
Jack apretaba los dientes con rabia e impotencia, sabía que, al moverse el canalla dispararía contra su amada o él. Elsa lloraba en silencio, sentía que había fallado y todos estaban condenados
Hans cargó nuevamente el disparador del arma – es su fin, sólo son un estorbo en lo que será el gran imperio de los Westergaard – empezó a clamar al aire, mientras retrocedía hacia el bosque – todo acabó para ustedes ¡Hans ha ganado! – levantó el arma y se dispuso a jalar el gatillo
Tan inesperado e irrepetible como fue el encuentro entre Jack Overland Frost y Elsa Arendelle, así como tan veloz como la vida que pasaba enfrente de sus ojos, unos pasos se escucharon detrás de Hans, apresurados como el viento. El pelirrojo giró su vista sólo para ver salir de entre los arbustos a un enorme oso pardo que saltó hacia él tomándolo del hombro con sus fauces, en cuanto sintió los colmillos clavarse en su carne, gritó y efectuó un disparo que se perdió en el aire. El oso se enfureció ante el sonido y de un zarpazo lo tiró al suelo.
Hans trató de arrastrarse, pero el enorme animal lo tomó por uno de los tobillos y lo arrastró hacia dentro del bosque. Todos miraban horrorizados, los gritos desesperados de Hans fue lo único que se escuchaba, junto con gruñidos del oso; de pronto, se volvieron más fuertes al tiempo que se escuchaban los sonidos de garras que cortaban carne
Nadie se atrevía a moverse, los ruidos seguían mientras los gritos cada vez eran más débiles, hasta que en un momento dejaron de escucharse. Entonces, uno de los policías corrió al bosque y al ver al oso, disparó al aire varias veces, lo que provocó que el animal saliera huyendo. Se acercó al cuerpo y lo revisó, nada se podía hacer ya.
El hombre salió hacia donde se encontraban todos y dio el aviso – todo ha terminado –
Jack y Elsa, que hasta el momento se habían quedado sin aliento, se miraron lentamente
-Ya pasó – empezó a decir la joven – terminó todo –
-Estamos a salvo – dijo el chico, tomando las manos de ella lentamente – estamos a salvo, copito –
Lentamente la abrazó, mientras cerraba sus ojos y Elsa, recargada en su hombro, empezaba a formar una sonrisa de alivio en su rostro
El teniente Mattias miró alegre la escena, luego volteó para mirar a Astrid que abrazaba a Hipo mientras lo ayudaba a ponerse de pie
Pronto todos volvieron a donde se encontraban sus amigos esperando y se marcharon del lugar
Hipo fue trasladado a quirófano para extraer la bala de su pierna, mientras que a Kristoff se le realizó cirugía a corazón abierto para extraer la bala de su pecho. Afortunadamente se detuvo antes de perforar un pulmón y ambos salieron con éxito, excepto por el detalle de que la tibia de Hipo quedó fragmentada y hubo que reemplazar su tobillo con una prótesis
Al ser trasladado a su habitación para recuperarse, Kristoff recibió la mejor sorpresa de su vida
-¿Mamá? ¿Papá? – miró a sus padres despiertos quienes lo observaban con una sonrisa desde sus camas – ¡están bien! – las lágrimas arrasaban los ojos del rubio, que no pudo contener la emoción
-Sí hijo – habló con un poco de debilidad su madre – y supimos que te operaron, es una alegría que hayas salido bien –
-Anna nos relató todo – dijo su padre – estuvo atenta a tu operación, estamos muy orgullosos de ti, hijo –
En ese momento, Anna entró junto a la enfermera, quien llevaba los alimentos respectivos. Con gran alegría se acercó a la cama de su novio y le dio un beso, después entraron Elsa y Jack
-Amigo, estoy tan feliz de verte recuperado – le dijo Jack antes de darle un abrazo
-Muchas gracias cuñado – dijo Elsa y también lo abrazó – te debemos que Anna esté a salvo –
-Que dicen – sonrió el rubio – todos lo hicimos juntos – tomó una de las manos de Anna – yo debería estar agradecido con ustedes, me apoyaron en los momentos en que más necesité de alguien, en especial tú, mi amor – miró a Anna y ésta se sonrojó
Todos se unieron en un abrazo, mientras los señores Bjorgman sonreían viendolos
En otra habitación
-Bueno, no se siente tan mal – dijo Hipo mientras observaba su nueva prótesis
-¿De que hablas? Ni siquiera parece que te hubieran operado – comentó Astrid con ánimo mientras pasaba la mano por su prótesis – te ves perfecto mi amor –
-¿De verdad? – preguntó alegre
-Sí, incluso yo ya decía que una parte de ti salía sobrando – Eugene fue interrumpido por un pequeño golpe en su cabeza – ¡auch! –
-Eugene, eso no fue nada amable – reclamó Rapunzel, molesta
-Entiendo, perdón amigo – se disculpó bajando la cabeza mientras la pareja reía un poco
-Tranquilo, ya te conozco, eres un patán – contestó y todos se rieron del chico castaño mientras Mérida sólo rodó los ojos mientras reía
A la habitación entraron Elsa y Jack
-Muchachos, ¿que les parece una película esta noche? –
Todos asintieron encantados
-Pero que sea una de acción – intervino Hipo – de lo contrario no los dejaré quedarse en esta habitación –
-De acuerdo, el dueño de la habitación elije – contestó Jack e Hipo sonrió triunfante
-Traeremos unas pizzas – comentó Mérida
-¡Oh-oh! ¿me les puedo unir? – la voz de Anna se escuchó y todos voltearon para verla asomándose en la puerta
-Anna, ¿no deberías pasar la noche con Kristoff? – cuestionó sorprendida Elsa
-Pero ellos no verán películas, no creo que les dañe el que me ausente un rato – contestó la pelinaranja
-Pero Anna… – trató de replicar la joven reina
-Además – la miró suplicante – allá no habrá pizza, por favor –
Todos rieron divertidos ante la actitud de la joven princesa, incluso Elsa que no pudo contener su risa. Por fin volvían a estar todos juntos.
A la mañana siguiente
Aster y Tooth se despedían en la entrada del hospital de los chicos, después de todo, debían continuar su luna de miel
-Hay algo que debo preguntar –
-¿Sí Jack? – respondió la mujer, expectante
-¿Cómo es que llegaron aquí y lograron encontrarnos? – cuestionó
Elsa y Anna, que se encontraban tras él, miraron con la misma duda. La pareja miró a los demás y sonrieron entre ellos para la confusión de las hermanas y Jack
-Verás, todo sucedió gracias a tu amigo Flynn – volteó a verlo Tooth, a la vez que Eugene asentía con cierta presunción
Retroceso en el tiempo
Jack salió detrás de Elsa mientras Flynn atendió la llamada
-¿Sí? – contestó con un tono serio, sospechando que quien llamaba provocó el disgusto en Elsa
-¿Hola? ¿Jack? – se escuchó la voz de Tooth un poco alterada
-Él no se encuentra –
-Espera, ¿eres amigo de él? –
-Así es señorita, si no le molesta él se encuentra ocupado en este momento –
-¡Por favor, necesito comunicarle algo importante! – suplicó para sorpresa de Eugene – espera, tu conoces a una amiga suya que tiene cabello naranja y – tomó aire – ¿es hermana de su novia? –
-¡Anna! – respondió casi sin aliento por tan inesperado nombre
-Gracias al cielo – respondió con gran alivio Tooth – por favor, necesito su ayuda, ellos corren un gran peligro –
-¿Qué le sucedió a Anna? – preguntó el castaño con temor, para ese momento sus amigos estaban poniendo atención a la llamada con la angustia en su rostro – ¿quién es usted? –
-Soy una exprofesora de Jack, pero eso es lo de menos – habló con rapidez – estoy de luna de miel con mi esposo en las cabañas de Arendelle y logramos ver a dos hombres que llevaban a Anna inconsciente, hablaban de tender una trampa para que Jack y Elsa se acerquen a ellos y – su voz tembló – acabar con su vida –
Con gran miedo Rapunzel pensó inmediatamente en los hombres de las Islas del Sur y tomó el teléfono de las manos de Flynn
-Escucha, también soy amiga de Jack – dijo apurada - ¿acaso esos hombres iban vestidos con ropa similar? –
-Si, pareciera que iban uniformados – esto confirmó las sospechas de la rubia
-¿Sabes dónde se encuentran? –
-Por supuesto, ellos se escondieron en una cueva oculta cerca de donde nos encontramos, por fortuna no nos han visto – respondió la profesora
-Eso es un alivio – suspiró Rapunzel
-Debemos advertirles – sugirió Eugene
-Espera – hizo Rapunzel un ademán con la mano para que se detuviera – si han secuestrado a Anna para atraerlos significa que buscarán terminar con su vida en caso de que su plan no salga – dijo con cierto terror
Todos se miraron atemorizados
-Oye – dijo Rapunzel nuevamente en el teléfono – ¿podemos reunirnos en un lugar? Tengo una idea –
-Por supuesto – respondió Tooth aún preocupada
-Mándame tu dirección a este teléfono…–
Rapunzel dictó su número y la dirección le fue enviada, colgó al momento que vió acercarse al establecimiento a la pareja de albinos. Una vez que se retiraron, sacó su celular y analizó la dirección
De vuelta al tiempo actual
-Entonces así nos reunimos y organizamos una misión de rescate – contó Astrid
-Fui a casa de Kristoff, pues sabía que estaría preocupado – completó Eugene
-Todo se hizo calculando las rutas para que no nos descubrieran – comentó Mérida
-Es increíble – murmuró Elsa – muchas gracias en serio – se acercó y abrazó a Tooth, seguidamente a Aster – el reino de Arendelle se encuentra en deuda con ustedes –
-Gracias por todo – se acercó Anna y los abrazó de igual forma – no sé como pagarles –
-Con saber que están todos bien es suficiente – sonrió Tooth
-Ahora querida – comenzó Aster – es hora de marchar, nuevos destinos nos esperan –
-Sí, corazón – sonrió la profesora
Todos despidieron a los profesores y los vieron alejarse desde la puerta del hospital, Jack tomó de la mano a Elsa, se miraron con una sonrisa. Era irónico como recibieron ayuda de las personas que menos esperaban, sin embargo, los rencores habían desaparecido, Anna los abrazó y ambos le sonrieron, estaban juntos nuevamente y ya nadie lo podía impedir
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