Capítulo XXIV: Al rescate
Una gran disculpa por haber estado ausente e inactivo, este mes por fin hice un examen para el cual me preparé desde el año pasado, ya que duró de la mañana a la tarde y la preparación es como un maratón. Por fin me he librado y regreso con este nuevo capítulo
Dedicado especialmente a los lectores que me han tenido paciencia y me siguen
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Narra Elsa
Era martes y habíamos salido de clases temprano, quedamos horas antes de ir al café del señor Dahl para comer, Jack nos esperaba en la puerta y sonreí al verlo.
- Bienvenidas chicas - se acercó a nosotras y saludó, Mérida se adelantó y entró por su cuenta al local, Rapunzel lo saludó con un abrazo y entró tras Mérida
- Hola mi amor - me dijo y plantó un beso en mis labios - ¿cómo estuvo tu día hoy? -
- Un poco estresada, tuvimos examen - murmuré con cierto agotamiento
- No se puede quejar, sacó la mejor calificación del grupo - escuché y volteamos para ver a Mérida asomada en la puerta, tras esto se metió nuevamente al local
- ¿En serio? ¡Elsa, eso es increíble! - sonreí con alegría ante sus palabras efusivas - ven aquí -
Me estrechó en un tierno abrazo y reí un poco, mantuvo sus manos en mi cintura y me miró tiernamente
- Te fue muy bien y me dijiste que estabas estresada - sonrió arqueando una ceja
- El examen me dejó agotada, pero no quise sonar presunciosa - le contesté con una sonrisa
- Entonces entremos, debemos festejarlo - me tomó de la mano y entramos al local
Pasamos la hora de la comida disfrutando de unas deliciosas hambuguesas y løkringer*
- Elsa, ¿Anna sigue en el hospital? - escuché a Punzie preguntar y me tomó por sorpresa
- Ahora que lo mencionas, no he sabido de ella tampoco - limpié mis manos y decidí sacar mi teléfono, marqué a su número. Esperé uno, dos, tres... cinco tonos y me mandó al buzón - que extraño - mencioné - no responde -
- Probablemente se haya quedado dormida, si fue pesado para Kristoff ¿Quién dice que para ella no pudo serlo? - me dijo Jack como respuesta
- Creo que tienes razón - le sonreí y el pasó un brazo por mis hombros
- Tranquila, linda. Ella debe encontrarse bien - su respuesta me dejó más calmada, después de todo, me hace sentir segura
- Cariño ¿te nos unes? - escuché la voz de Rapunzel y en ese momento me percaté de que Flynn se había acercado a nosotros, se veía apurado
- Sólo dame unos minutos linda, llevo estas bebidas a una mesa y estoy contigo - mencionó antes de separarse
En ese momento, el celular de Jack sonó, se limpió las manos y lo sacó de su bolsillo, en la pantalla apareció una llamada entrante que decía "Señorita Tooth", no pude evitar una mueca de incomodidad ¿qué motivo tenía para llamarlo?
Jack se percató de mi molestia, pues decidió colgar la llamada, hubo un momento de silencio en el que todos desviaron su mirada; maldición, debí controlarme, siento que yo provoqué todo
Una segunda llamada entró y mientras sonaba, una sensación de inquietud me invadió nuevamente, presentí que algo estaba mal.
- Jack... - dije pero en ese momento mi celular sonó, la pantalla mostró un número desconocido
En medio de la confusión, Eugene decidió tomar el celular de Jack y atender la llamada. Mientras tanto salí del establecimiento para contestar a ese extraño número, aproximándome a un callejón.
- ¿Bueno? - respondí casi con preocupación, no dejaba de presentir que algo malo sucedía
- ¿Elsa? - la voz de Anna sonó del otro lado, me emocioné al escucharla
- ¡Hermana! que alegría oírte ¿cómo han estado los padres de Kristoff? -
- Ellos... Elsa, lo siento - su voz sonó preocupada, débil
Ante sus palabras, sentí que la angustia me empezaba a invadir - Anna ¿qué sucede? ¿estás bien? -
- Lo lamento, hermana... - su voz se rompió y pude escuchar cómo se tornaba en sollozos
- ¡Anna! ¿Dónde estás? ¿¡Qué está pasando!? - grité alarmada, definitivamente algo malo sucedía
- Hola majestad - una voz, por desgracia conocida, tomó el mando de la llamada
- ¡Alimaña! ¿Qué le has hecho a Anna? - murmuré con una mezcla entre preocupada y molesta
- Ese no es el lenguaje de una reina - dijo burlón - descuida, tu hermana se encuentra bien -
- ¡Te exijo que me digas donde está! - sentencié
- No me dejaste terminar, ella se encuentra bien, por ahora... - aclaró su garganta mientras el temor se apoderaba de mí - digamos que la tengo refugiada -
- No puedes privarla de su libertad - dije con enojo
- Claro que puedo, majestad - rió poco - pero no quiero hablar de mantenerla conmigo, estoy dispuesto a negociar su libertad -
- ¿Negociar? Explícate Hans - exigí
- Unos 30 millones de euros creo que serían lo justo por la liberación de la bella Anna - estuve a punto de desmayarme - bajo 3 condiciones -
- N-no puedo dar esa cantidad de dinero - intenté explicar pero fui interrumpida
- ¡No te pregunté si puedes o no! Ahora escucha atentamente si no quieres que Anna sufra - me quedé callada súbitamente, la amenaza empezaba a nublar mi mente
- La primera condición es: quiero ese dinero en una hora - amenazó - me da igual si elevas los impuestos del reino, deberá estar contado por completo. La segunda condición es: me entregarás el dinero en un punto exacto, la ubicación que recibirás se borrará en 5 segundos y más te vale memorizarla - tragué saliva nerviosa - la última condición es: ni se te ocurra avisar a la policía o a alguien más, tengo hombres que estarán vigilando los alrededores y si alguien ajeno se encuentra cerca, puedes despedirte de tu pequeña hermana -
Me encontraba al borde de un ataque nervioso, mi hermana se encontraba atrapada por ese maniático y me forzaba a entregar una suma de dinero que se había reunido con trabajo para ofrecer asilo a los pobladores sin hogar, traté de razonar un poco
- P-por favor, Hans, reconsidera... - traté de hablar
- ¿Qué dijiste? ¿Qué le hagamos un corte en el brazo a Anna? ¡Será un placer! - escuché alarmada los desesperados gritos de mi hermana
- ¡No! ¡No lo hagas, por favor! - pedí desesperada
- ¿Disculpa? - preguntó secamente
- De acuerdo - saqué aire débilmente - llevaré el dinero -
En ese momento se colgó la llamada y una ubicación apareció en mi pantalla, mostrando un monte cerca del área de las cabañas en las afueras del pueblo, lo que hubiera ahí seguía siendo un misterio. Suspiré preocupada, no tenía más opción que acceder a tan descomunal petición.
Termina de narrar Elsa
Al momento en que desapareció la ubicación, la chica dejó escapar unas cuantas lágrimas de angustia, temía por la vida de su hermana, por su reino y a su vez por su propia seguridad. Sin importar lo que hiciera, una de esas tres cosas saldría afectada.
Escuchó un leve ruido a sus espaldas y la joven rubia se volteó, para su asombro Jack se encontraba de pie frente a ella, la miraba fijamente.
- ¿Jack? - preguntó asombrada, mientras unas cuantas lágrimas seguían rodando de sus ojos
- No necesitas explicarme, Elsa - respondió seriamente - escuché todo -
La joven reina se quedó sin palabras, sin que se diera cuenta, mientras hablaba por teléfono, el peliblanco la había seguido de cerca y había escuchado la conversación. No teniendo nada que ocultar, la rubia platinada se lanzó a los brazos de su novio.
- Tengo miedo, Jack - sollozó en su hombro - es muy difícil tomar una decisión sin arriesgar a Anna, a mi o a mi gente -
- Preciosa, sólo queda una opción - contestó llevando sus labios a la cabellera rubia de la chica - además no irás sola -
Elsa se quedó pasmada un momento, lo miró a los ojos y un gesto de temor apareció en su rostro - Jack, por favor no lo hagas, si se enteran que alguien más supo de esto -
- Se lo que dijeron sobre no hablar con nadie más - le habló con suavidad - pero algo me dice que si te acompaño ese gandalla no te hará daño -
- ¿Cómo puedes asegurar eso? - le cuestionó preocupada
- No tengo una explicación, Elsa. Pero de alguna forma sé que tu hermana estará bien y que si te acompaño no correrás peligro -
La chica quedó impresionada con la seguridad de las palabras del joven de cabellos platinados, los ojos de él mostraban una determinación asombrosa, entonces ella asintió y tomó su fría mano
- Digamos a los chicos que se presentó un asunto de urgencia - dijo más calmada
- Claro - asintió el chico
Se dirigieron al establecimiento y al entrar todos sus amigos los miraban con extraña inquietud
- Lo lamento mucho, se me presentaron deberes en el castillo que requieren mi atención inmediata - dijo la joven reina acercándose a cada uno de sus amigos para despedirse.
- Yo la acompañaré hacia el castillo - dijo Jack
- Que pena, justo cuando se ponía divertida la plática - respondió cabizbaja Punzie
- Lo lamento prima, pero nos veremos más tarde en casa - trató de sonreír Elsa, a lo cual la rubia de cabello largo sonrió afirmando
- Por cierto amigo - respondió Eugene - toma -
El joven castaño extendió el celular que momentos antes había tomado y lo entregó a Jack, éste lo tomó en sus manos
- Muchas gracias - respondió Jack al recibir su teléfono - ¿pasó algo? -
- Nada importante - dijo con simpleza Eugene
- De acuerdo, nos vemos después amigos - se despidió y la pareja salió del establecimiento
Mientras se dirigían al castillo, Elsa se atormentaba con los pensamientos de que sucedería con su hermana, Jack percibió la tensión y apretó suavemente el agarre de su mano.
- ¿Elsa? - cuestionó con preocupación
- Mucho está en riesgo - su voz sonó quebrada - mi mayor miedo es que algo suceda y que no pueda volver a ver a mi hermana nunca más y ¿Cómo confiar que cumplirá su palabra? Has visto todo lo que ha pasado -
- ¿Estás segura de hacer esto? - preguntó preocupado - tengo miedo que te arriesgues -
- No tengo más opción - respondió con desánimo la joven reina - ellos tienen a Anna y... - su gesto se tornó más angustiado - podrían torturarla o peor -
- Amor, tranquila - el peliblanco la rodeó con sus brazos, se separó un poco para verla a los ojos - estamos juntos en esto ¿de acuerdo? -
La chica asintió y apoyó su cabeza en el pecho de Jack, éste besó su frente. Retomaron su camino hasta llegar al castillo, fue inevitable que la servidumbre notara la cara de preocupación que tenían los jóvenes.
- Disculpe majestad ¿todo se encuentra bien? - preguntó Kai al recibirlos - ¿sabe algo de la princesa Anna? No ha reaparecido este día -
- Está todo bien - dijo Elsa serenando su voz - Anna aún está en el hospital, pero me dijo que prefiere no ser molestada -
- Entiendo majestad - respondió antes de retirarse
Elsa y Jack se dirigieron al despacho del castillo, donde se encontraba una pequeña caja fuerte, de donde extrajo una pequeña chequera. Tomó una pluma y anotó la cantidad exigida por la liberación de su hermana.
Jack observó preocupado como separó el cheque y con mucho cuidado lo introdujo en un compartimento de su bolso.
- Está todo listo - dijo lentamente la rubia con una mirada fugaz hacia Jack - andando -
El joven tomó aire y soltó un lento suspiro, mientras tomaba la mano de Elsa y salían del despacho
- Saldré un momento, por favor llame al chofer - pidió a Kai aparentando tranquilidad
- Por supuesto, majestad - posterior a esto se retiró, mientras la pareja se dirigió a la entrada
Pronto en la puerta, apareció la camioneta conducida por el chofer real. El chico ojiazul ayudó a Elsa a subir y le cerró la puerta mientras se dirigió al otro lado para tomar su asiento.
- Al hospital, por favor - pidió la reina
Arrancaron y durante el camino no se pronunció una sola palabra, la tensión se podía percibir en el aire y la mano de Elsa temblaba mientras Jack suavemente la sujetaba tratando de darle tranquilidad. La amaba y le molestaba mucho que su paz fuera perturbada por alguien que buscaba dañarla a ella y su hermana
En cuanto llegaron al hospital, descendieron y Elsa pidió al chofer volver al palacio. En cuanto éste se alejó, la jovencita ojiazul miró hacia la distancia hasta detener su mirada en un punto, tomó aire y aún de la mano de Jack empezó a caminar.
Se internaron en una parte del bosque, pasaron colinas cercanas al río, hasta dejar atrás todo vestigio de la ciudad de Arendelle. Siguieron caminando siendo Elsa la que guiaba a Jack, hasta llegar al inicio de una cadena de montañas. Ambos miraron alrededor, aproximadamente a un kilómetro de distancia se levantaban varias cabañas solitarias, a un lado se apreciaba un camino que se internaba en el bosque y frente a ellos se elevaba la falda de una montaña, escarpada naturalmente de forma que el acceso era fácil, en el momento que sus ojos se fijaron en el lugar, la mano de la joven reina nuevamente tembló.
Debido a esto, Jack se dio cuenta que habían llegado al lugar, volteó lentamente y la miró tratando de ocultar su propia preocupación - entonces, es aquí - Elsa asintió lentamente y volteó hacia Jack con miedo en sus ojos, el trató de acercarse a ella.
En ese momento, algunas hierbas en las paredes de la ladera se movieron y un hombre pareció surgir del interior de la roca, éste les indicó que se acercaran. Por sus ropas y aspecto, supieron de inmediato que se trataba de uno de los hermanos de Hans.
- Pase lo que pase, no permitiré que te hagan daño - murmuró entre dientes Jack, tratando de calmar su voz temblorosa.
- Sólo quédate a mi lado, por favor - pidió Elsa con temor en su tono
- En todo momento - le susurró finalmente mientras tomó su mano con firmeza y empezaron a subir por la ladera
- De prisa, entren - ordenó el hombre, mientras se internaba en las ramas, al acercarse se dieron cuenta que se trataba de una cueva oculta
El hombre caminó unos pasos asegurándose que la nerviosa pareja lo seguía, mientras entraban se dieron cuenta que el interior se encontraba con breve iluminación artificial y acondicionado para habitarse, como si se hubiera construido una casa dentro. El hombre se detuvo en la puerta de una habitación y tocó.
La puerta se abrió para dar paso a Hans quien salió y miró con cierta rabia a los jóvenes albinos, los ojos de Jack amenazaron con encenderse nuevamente, mientras que Elsa apretaba la mano de Jack mientras miró con desprecio al pelirrojo.
- Reina Elsa, veo que tuviste la amabilidad de llegar hasta aquí - dijo con tono burlón, ante sus miradas severas - es un gusto vernos nuevamente - mencionó con un gruñido al observar a los ojos a Jack
- Quiero ver a mi hermana - mencionó Elsa
- Ah-ah - mencionó moviendo el dedo índice de lado a lado - primero el dinero -
Con nerviosismo, la reina soltó la mano de Jack y abrió su bolso, extrajo con cuidado el cheque que había preparado y lo extendió al frente, Hans lo tomó y lo analizó un momento.
- Muy bien, Alfred trae a Anna - indicó con una sonrisa de lado mientras el hombre que previamente los había acompañado entró a la habitación, tras unos segundos, él y otros tres hombres salieron llevando a Anna amarrada de las manos y con una mordaza en su boca.
Jack y Elsa distinguieron entre ellos a los hombres que atentaron contra su vida días atrás, los miraron con furia. Franz y Alfred sostenían a Anna y la colocaron al lado de Hans, quien la tomó del brazo y soltó la mordaza de su boca.
Al mirar a su hermana, Anna empezó a llorar - ¡Elsa! Viniste hasta aquí - exclamó mientras las lágrimas salían de sus ojos.
- Sí hermana - sonrió Elsa también con lágrimas brotando - nunca dejaría que te pasara algo - se intentó acercar a Anna, pero uno de los hombres se le puso enfrente
- Lamento interrumpir esta linda reunión familiar - respondió Hans mientras sujetó con fuerza el brazo de Anna
- Tienes el dinero de mi gente Hans - dijo Elsa con seriedad - ahora déjanos en paz -
El pelirrojo la miró fijamente y en eso se echó a reír ante la confusión de Jack Frost y las hermanas
- ¡Pero que inocente! ¿de verdad pensaste que al darme el dinero todo se arreglaría? - Elsa y Jack retrocedieron con temor ante las palabras del joven, pero detrás de ellos aparecieron dos hombres más que les cerraron el paso
- Rudi, Runo ¡sujétenlos! - antes de que pudieran actuar, los dos hombres aprisionaron a ambos platinados, Anna miró con miedo la escena mientras pedía que los soltaran
- ¿¡Qué es esto!? ¡Ya te dí el dinero! - gritó Elsa desconcertada - ¡Dejanos ir! -
- ¡Silencio! - ordenó Hans
- ¡Elsa! - Jack se revolvió y logró safarse del agarre de Rudi, lanzándose sobre Runo para que soltara a su amada, Albert corrió a detenerlo y recibió un golpe en la quijada por parte de Jack
Furiosos, Franz y Alfred se abalanzaron sobre el peliblanco quien aún seguía repartiendo golpes, logrando sujetarlo entre ambos mientras Rudi le daba una patada en el estómago que lo hizo escupir y caer al suelo, los hombres se acercaron para patearlo
- ¡No! ¡¡Jack!! Por favor ¡Basta! - gritó en súplicas Elsa mientras veía con lágrimas en los ojos al hombre que amaba siendo atacado - ¡¡Basta ya!! -
Los hombres se detuvieron y uno de ellos colocó un rifle sobre la cabeza de Jack, quien yacía inmóvil en el suelo
- Tu novio ha interferido en todos mis planes, pero esto se acabó - dijo Hans mientras Elsa lloraba impotente y Anna observaba la escena aterrada, el príncipe pateó uno de los muslos de Anna para obligarla a caer de rodillas mientras sacaba su navaja de su bolsillo y la colocó bajo la garganta de Anna
- Ahora escúchenme - exigió - mi plan siempre fue ocupar el trono de este reino, bajo cualquier circunstancia - giró la navaja sobre su mano - este día ustedes dejarán de existir y yo ocuparé su lugar - los ojos de Anna se abrieron con terror tras estas palabras, mientras trataba de zafarse
Rudi sacó una pistola de su ropa y apuntó hacia Elsa, Jack abrió con dificultad los ojos sólo para ver cómo sostenían las armas cerca de las mujeres que desde hace pocos meses el consideraba su familia
- Elsa... no... - su voz salió débil mientras sentía el frío metal del rifle sobre su propia cabeza
Hans elevó su brazo en el aire - tu reinado termina aquí bruja, pero tu hermana y tu querido novio te acompañarán en la tumba - Anna cerró sus ojos llenos de lágrimas esperando su inminente fin
Justo antes de que Hans dejara caer el filo sobre ella, una flecha se clavó en su manga, inmovilizando su brazo contra la pared - ¿¡Pero que...!? -
En el momento en que Rudi, Runo y Franz voltearon hacia atrás, recibieron un golpe en la cara que los hizo caer pesadamente. Con gran asombro, todos vieron surgir detrás de ellos a Rapunzel, Eugene armados con sartenes y Mérida quien portaba su arco deportivo
- ¿¡C-cómo se atreven!? - gritó nervioso Hans, que empezaba a palidecer por lo sucedido
- Encarguémonos de ellos chicos - dijo Punzie
- Será un placer - se escuchó una voz a la vez que Astrid e Hipo aparecían por atrás
Con un grito, se lanzaron sobre los hombres, quienes ante lo inesperado de la situación entraron en caos, Astrid daba golpes con mucha fuerza y certeros que lograron hacer caer a Alfred al piso, Rapunzel posteriormente le dio varios golpes con el sartén mientras el hombre trataba de cubrirse
Eugene e Hipo patearon las armas de Rudi y Franz, dejándolas lejos de su alcance mientras los agarraban a golpes en el suelo
Viéndose liberada, Elsa corrió hacia Jack y se arrodilló para poder tomar su rostro en sus manos, con gran angustia vió que sangraba de ambas cejas y sus labios estaban reventados
- Jack... mi amor - dijo con tristeza mientras el chico abría sus ojos lentamente
- Elsa... necesitas ponerte... a salvo - tosió entre las palabras
Elsa no estaba dispuesta a dejar a Jack desprotegido, de repente Albert apareció frente a ellos y sacó una pistola de su saco, apuntando furioso - ustedes no correrán la misma suerte -
En un abrir y cerrar de ojos, una figura apareció en el aire y pateó el arma de su mano, la pareja de albinos se quedó sin palabras al reconocer a su defensora
- ¿Tooth? - exclamó Elsa sin borrar el asombro de su rostro
En menos de un segundo, Tooth, con un estilo de kalaripayattu* impresionante, asestó una patada en el rostro del hermano Westergaard, dejándolo inconsciente. Jack recordó al ver esto que la señorita Tooth había tomado varios cursos de su carrera en la India, donde seguramente aprendió a dominar esa técnica durante el tiempo que estuvo
Al reparar su mirada en Hans, vieron que había pateado a Mérida fuera de su alcance mientras trataba de sacar la flecha que aprisionaba su brazo; Franz se puso de pie y apareció frente a ellos
Elsa sintió una mano sobre su hombro y al voltearse, reconoció a Aster - majestad, póngase a salvo, nosotros nos encargamos de sacar a Jack de aquí - le indicó el hombre
La joven asintió en acuerdo y antes de que Franz lograra atraparla, Aster se lanzó embistiéndolo, esto lo aprovechó Astrid e Hipo para mantenerlo en el suelo. Elsa logró alejarse un poco mientras Jack era cargado por Aster fuera de la zona de peligro
En el momento en que Tooth se acercó para liberar a Anna, Hans logró liberar la flecha y de un empujón apartó a la mujer, ante la mirada angustiada de su marido
- ¡Ya fue suficiente! - buscó a tientas su navaja - despídete querida Anna -
Justo en el momento que tomó su arma, escuchó una voz a su lado
- Ni lo pienses - en cuanto volteó, un golpe impactó su quijada nublándole la vista
- ¡Kristoff! - gritó con gran asombro Anna al ver a su amado surgir para apartar a Hans de ella - estás aquí - conmovida, la chica dejó salir algunas lágrimas
- Sí, mi amor - desató las ataduras de sus manos, liberándola y la envolvió en un abrazo - he venido por ti -
Anna se dejó cargar por Kristoff mientras lo abrazaba llorando, desahogando todo el miedo y la angustia que pasó, el rubio se dirigió a la entrada de la cueva
En el momento que salieron, los hombres de las Islas del Sur se recuperaron de su desmayo por los golpes recibidos y corrieron fuera de la cueva buscando huir, sin embargo, al momento de salir se encontraron con la policía que iba llegando mientras el grupo de jóvenes junto a Aster y Tooth los observaban al lado de los oficiales
- En nombre del Reino de Arendelle quedan bajo arresto - sentenció el teniente Mattias apuntando con su pistola mientras sus hombres se acercaban para esposar a los hermanos
El hombre de piel oscura se acercó a Hans mientras éste respiraba agitado, con aire de furia
- Hans Westergaard, queda arrestado por máxima traición a la corona -
- No... ¡No! - exclamó gritando mientras limpiaba la sangre de su boca - esto no termina aquí -
De un movimiento rápido, metió la mano a su bota y sacó una pistola oculta, antes de que Mattias pudiera actuar, el pelirrojo disparó obligando a todos a echarse al suelo y aprovechó para huír del lugar
- ¡Alto ahí! - gritó Mattias levantándose, pero un nuevo grito desvió su atención
- ¡NO! ¡Kristoff! - la voz desgarradora de Anna hizo que todos voltearan hacia su dirección
La bala había impactado en el pecho de Kristoff
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*Løkringer: Aros de cebolla fritos que se hacen en Noruega.
*Kalaripayattu: Arte marcial india, considerada la primer arte marcial que existió, consiste en cuatro fases que incluyen ejercicios, manejo de armas y combate cuerpo a cuerpo.
Como pueden suponer, nos acercamos al final de la historia, estimados lectores. Este capítulo debía ponerlo este fin si o si, pues había estado fuera mucho tiempo.
Probablemente tengan algunas dudas respecto a este capítulo, éstas serán aclaradas en el siguiente y de esa forma cobrará sentido.
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