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Capítulo XX: Misterios/ Pasión

Atención: este capítulo contiene material solo para mayores de 18 años, si continúas leyendo estás por tu cuenta

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En el capítulo anterior

-Jack – lo miró dulcemente – no necesitas estar pagando una renta –

-¿Q-qué me quieres decir Elsa? – preguntó sorprendido

-Que no necesitas gastar tu dinero pagando una renta – lo miró recuperando la felicidad – múdate conmigo al castillo –
Jack quedó sin palabras ¿acaso escuchó bien?

-¿Cómo dices? – pidió

-Ven a vivir al castillo, conmigo Jack – le dijo casi pidiendo - estaremos juntos – la chica le sonrió casi llorando nuevamente

-Elsa ¿Por qué haces esto? – la miró con un brillo en sus ojos

-Porque te amo, Jack y quiero ayudarte – le dijo mirándolo fijamente, perdiéndose en sus ojos

-Elsa… - suspiró

Sus labios se juntaron en un beso dulce y apasionado, ambos se abrazaron con delicadeza

-Te ayudaré a mover tus cosas esta tarde – dijo mirando a su novio y colocando una mano en su pecho

Jack sonrió y la acompañó a la puerta, pues debía volver a clases. Se despidieron con un nuevo beso y la observó irse sintiendo como el derrumbe de su mundo se aligeraba.

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Elsa volvió a la universidad y entró a la cafetería, quedaban aún 15 minutos de hora libre. Al llegar vió que Mérida se había unido a los rubios. En cuanto llegó, todos sus 3 amigos la miraron con notable inquietud

-Elsa ¿encontraste a Jack? – preguntó con apuro Kristoff

-Sí – dijo la joven –como dijiste, estaba en su departamento –

-¿Está bien? ¿Qué fue lo que sucedió? – volvió a preguntar, de nuevo apurado

Elsa bajó la mirada, un poco triste – parece que fue expulsado de la universidad por una razón que desconoce –

Todos abrieron sus ojos con sorpresa e incredulidad - ¿¡Qué!? ¡Es imposible! – exclamó Kristoff, haciendo voltear a varios alumnos en la cafetería por su alto tono de voz – Jack es el alumno con el mejor desempeño y reputación en nuestra carrera – dijo mientras hacía ademanes desesperados con sus manos

-Lo sé Kristoff – lo miró la joven reina con las cejas deprimidas – pero según me dijo, el rector no le dió explicaciones o motivo para eso, sólo le pidió que se retirara de la escuela –

-¿Y cómo se encuentra el? – preguntó Mérida, provocando que Elsa desviara la mirada

-¿Cómo iba a encontrarse tras todo esto? Estaba deshecho, se había esforzado mucho para llegar hasta aquí y sin saber por qué, lo expulsan – una lágrima recorrió su mejilla al recordar la escena – Jack... – dijo bajando la mirada. Punzie le ofreció una servilleta, la cual tomó para limpiar su lágrima, estropeando un poco su rímel.

-Esto es injusto – exclamó Kristoff indignado – exigiré una explicación a ese rector, me va a escuchar – se levantó de la mesa bruscamente, pero Rapunzel lo tomó de la manga de su camiseta

-No Kristoff, todos estamos muy preocupados, pero estando alterado no conseguirás un buen diálogo, no conviene meterse en problemas por esto – lo miró con súplica en sus ojos, logrando que el rubio cediera

-Está bien – suspiró y se sentó nuevamente – pero es una injusticia, no podemos quedarnos callados –

En ese momento el timbre sonó, anunciando el regreso a las clases

Rapunzel tomó aire – por el momento, tratemos de estar en calma. Ya pensaremos en una forma de ayudar a Jack o hablar con el rector ¿de acuerdo? –

Kristoff se levantó un poco molesto de su lugar – de acuerdo, nos vemos mañana – dijo y salió de la cafetería.

Mérida y Rapunzel le pusieron la mano a Elsa en sus hombros en señal de apoyo

-Elsa, todo estará bien – dijo la rubia sonriendo – Jack sólo necesita de tu apoyo para sentirse mejor –

-Así será prima – empezó a formar una sonrisa en su rostro – quiero creer que he dado un buen primer paso –

-¿Primer paso? – preguntó confundida Mérida

-Sí – Elsa suspiró – les confieso que Jack vivirá en el castillo a partir de ahora – en este punto sus amigas quedaron asombradas

-¿Cómo ha pasado eso? – preguntó Mérida sin salir de su sorpresa

-Es la mejor forma en que podría apoyarlo – dijo Elsa dedicando una sonrisa a sus amigas

-Vaya, Jack será parte de nuestra familia – dijo Rapunzel con ligera emoción – bien por ti Elsa, te conviene tener a tu hombre cerca para ayudar a relajarte después de todo el trabajo del día –

Elsa rió tímida con un sonrojo en las mejillas – basta prima, la situación de Jack no es para tomar a la ligera, quiero verlo recuperarse – comentó – es hora de ir a nuestro salón –

-Te alcanzo allá Elsa, creo que iré al baño – dijo Mérida, manteniendo su posición y contestándole con una sonrisa

-De acuerdo, nos vemos allá – dijo la platinada y se alejó hacia su salón

En cuanto se alejó, Rapunzel y Mérida se miraron con cierto temor

-Esto es muy extraño – susurró la pelirroja

-Lo sé, ¿no crees que es curioso que haya pasado todo en este tiempo? ¿Qué alguien puede estar tras todo esto? – de igual forma susurró Rapunzel, en respuesta

-Es lo primero que sospecho ¿Qué dijeron Astrid e Hipo? – preguntó con curiosidad Mérida

-No obtuvieron mucho – suspiró con pesar – sólo les informaron que el símbolo pertenece a la familia real de Arendelle, pero generaciones atrás – llevó la mano a su mentón – es confuso por que el diseño es viejo, pero luce como nueva –

-No podemos quedarnos con eso – comentó la escocesa – el viernes debemos investigar nuevamente –

-De acuerdo – dijo Punzie con una sonrisa de complicidad –

Ambas chicas se despidieron y tomaron rumbo a su salón
Las clases pasaron y al salir, Elsa llamó a su chofer, quien llegó a la entrada de la universidad y tomaron rumbo al departamento de Jack. Al llegar, el peliblanco ya esperaba con sus maletas preparadas, durante la mañana se había encargado de anular el contrato con el casero y le entregó las llaves. Por lo que se quedó esperando en la calle dos horas a que Elsa saliera, no importaba en lo más mínimo, pues lo hacía feliz la idea de vivir con ella.

Vio a la camioneta acerarse y se puso de pie, sonriendo. La pelirrubia descendió y fue a saludarlo

-Hola – besó su mejilla – ya estamos aquí Jack, ¿estás listo? –
-Para ti lo estoy, siempre – sonrió y provocó que Elsa también lo hiciera de forma tierna

Jack con la ayuda del chofer, guardó sus maletas en la cajuela y colocó su mochila encima de ellas, aunque por el momento no la ocupara. Ayudó a Elsa a subir y el siguió, sentándose a su lado, tomó su mano haciendo que lo volteara a ver. El chofer arrancó; mientras la joven dedicó una mirada entre preocupada y tierna a Jack

-Amor, ¿estás mejor? – preguntó intrigada

-Un poco mejor – sonrió levemente – aunque permanezco en un estado en que no puedo aceptar que esto me haya pasado ¿sabes? -

-Ay Jack – exclamó Elsa – verás que será mejor, encontrarás una solución – pasó una mano por la cabeza del chico y éste le sonrió para apoyar su cabeza en el hombro de la chica.

Durante el regreso al castillo, Elsa permitió que Jack fuera con su cabeza sobre su hombro, esto de alguna forma la hacía sentir bien.

Al llegar, Jack tomó sus maletas y se encaminó con Elsa hacia la entrada del castillo. Los guardias los saludaron, y les abrieron el paso. En cuanto se abrió el recibidor, Kai apareció delante de ellos.

-Buenas tardes majestad, bienvenida de nuevo – se inclinó en reverencia y luego miró al peliblanco – y buenas tardes a usted joven Frost –

-Muchas gracias y buenas tardes – respondió el chico

-Kai, Jack se quedará con nosotros, ¿podrías hacerme el favor de…? – dijo Elsa y fue interrumpida

-¡Hermanaaaa! – Anna apareció corriendo en dirección al recibidor al escuchar su voz, en cuanto a distinguió a Elsa se abalanzó de un salto sobre ella - ¡llegaste! –

-Anna, por favor – dijo Elsa tratando de mantener el equilibrio y avergonzada por el echo que Jack estuviera viendo eso – por favor Anna, ¿no ves que aquí está el? –

Jack reía ante el recibimiento de Anna, quien tras las palabras de su hermana, se detuvo y lo miró sumamente avergonzada

-¡Jack! este… yo – desvió su mirada de los ojos del chico y se percató de su carga - ¿para qué son esas maletas? –

-Descuida Jack, yo le explicaré todo – sonrió hacia su novio y volteó a ver a Kai – por favor, guíe a Jack hacia la habitación que tenemos disponible en el segundo piso, junto con sus pertenencias – solicitó

-Claro majestad – se inclinó en reverencia – por aquí joven Frost – empezó a caminar seguido de Jack, llevando cada uno maletas

-En un momento voy contigo Jack – le dijo antes de que se alejara junto a Kai en las escaleras, obteniendo una respuesta afirmativa de parte de él

-Elsa ¿Jack se quedará este día con nosotras? – preguntó algo confundida la pelinaranja

-No Anna – rió un poco – en realidad el vivirá con nosotras

-¿Cómo? – quedó sin aire

-Tranquila Anna, te explicaré –

Entonces Elsa empezó a contar sobre lo ocurrido ese día, además de lo que le había comentado Jack y que ella lo invitó a vivir al castillo.

-No puedo creerlo, eso es horrible – dijo con pena en su voz – debió ser muy difícil par el ese momento –

-Sí Anna, pero espero que con esto pueda ayudarlo un poco – sonrió

-Vaya, no puedo creer que él estará con nosotras desde ahora – rió un poco Anna – solamente te pido que vayan con cuidado, hermana – le dijo

-¿A que te refieres Anna? – preguntó la joven reina

-Tu sabes de que hablo – jugó con sus manos algo nerviosa, mientras Elsa levantaba una ceja – en caso de que ustedes dos se queden solos… –

Elsa enrojeció al tiempo que sus ojos se abrieron más allá de su límite

-¡A-Anna! – le dirigió una mirada molesta y llena de vergüenza – n-no era necesario que mencionaras eso –

Anna rió un poco y se dirigió a la mesa del comedor, Elsa meneó la cabeza y tomando aire se encaminó a la habitación de Jack.

Narra Jack

Me encontraba admirando los pasillos que recorría mientras Kai me guiaba a mi habitación, vaya que es grande y sobre todo, lujoso. Puedo decir que es justo lo que imaginaba al pensar en un castillo por dentro.

Hasta ese momento, solo conocía el recibidor y la sala, ahora puedo apreciar todo con mayor detalle. Había retratos colgando en los pasillos, algunos mostraban los rostros de los que seguramente fueron destacados personajes en la historia del reino, más adelante y para mi gran sorpresa, pude distinguir un retrato, más grande que el resto, donde pude apreciar a dos personas vestidas con la indumentaria real, acompañados de dos niñas, una de cabello naranja y mirada divertida; la otra era rubia y por sus bellos ojos supe de quien se trataba, estaba ante el retrato de Elsa, Anna y sus padres cuando vivían. Me quedé admirado, lucían amables, pero a la vez poderosos, sin duda una admirable familia. Dentro de mi mente les agradecí el poder permitirme estar con su hija, pese a que no los haya conocido, siento como si estuvieran mirándome en ese momento, queriendo averiguar mis intenciones con ella.

“Les prometo que haré todo lo que esté en mis manos para hacer feliz a Elsa y mantenerla a salvo, pues la amo con toda mi alma y no me perdonaría si algo le sucede” – fueron las palabras que pensé frente a la pintura

-Joven Frost – escuché de pronto al sirviente - ¿gusta continuar? –

Me volví hacia el, un poco apenado

-Este… si gracias… perdón – carraspeé – solamente admiraba el retrato –

-Los reyes Agnarr e Iduna, que en paz descansen – comentó manteniendo su seriedad – sin duda unos grandes gobernantes –

-Lamento que se hayan ido – dije avanzando hacia el, mientras proseguíamos el paso

-No se apure – respondió – todos los echamos de menos, sin embargo, debo decir que sus suegros son mejor recordados por las buenas acciones que hicieron por su reino –

-No lo dudo – le comenté y llegamos ante una puerta

Kai sacó un manojo de llaves de su bolsillo e introdujo una en la cerradura. La puerta se abrió para dejar ver una lujosa habitación con una cama grande, una chimenea con un sillón, televisión y una ventana de forma ovalada que mostraba una vista al fiordo, la luz del sol vespertino entraba perfectamente por ella.

-Wow – no pude evitar decir – realmente es genial –

-Póngase cómodo – dijo y señaló a una puerta en el interior de la habitación – en el baño encontrará toallas limpias y todo lo necesario para su aseo personal –

-Entendido, muchas gracias – mencioné

-Para servirle, señor – dijo y se retiró con su firme andar

Coloqué mis maletas en la alfombra cerca de la cama y enseguida salí hacia el pasillo, me dirigí nuevamente a donde se encontraban los retratos; en otro rincón encontré uno donde Elsa y Anna parecían jugar riendo. Lo observé con cariño.

-Jack – escuché la voz más dulce para mis oídos a mis espaldas, giré y encontré a Elsa mirando curiosa lo que hacía - ¿qué haces? – sonrió un poco

-Sólo observaba los retratos – coloqué mis manos en mi espalda – vaya que tus padres tenían un gran porte –

-Sí – bajó un poco la mirada y suspiró – oye, no los sigas viendo – dijo riendo tímidamente

-¿Por qué no? – pregunté extrañado

-Porque salgo yo cuando era pequeña – rió un poco nerviosa, cubriendo su boca con su mano

-Lamento decir que ya lo hice – dije con una sonrisa triunfal y avancé hacia ella – y no tienes por qué temer –

-Amor – rió un poco – pero era sólo una niña –

-Una niña muy hermosa – le dije mirándola a los ojos – la más hermosa que haya visto – besé su frente y eso provocó que se sonrojara

La abracé y sentí como ella se sorprendió por la acción, sin embargo, paso su mano sobre mi nuca suavemente. La miré y me sonrió tiernamente, aun sonrojada

-Venía a invitarte a comer – me dijo recuperando un poco la calma – mi hermana nos está esperando –

-De acuerdo – respondí feliz – será un honor que me permitan sentarme a su mesa, copito –

Elsa ocultó una sonrisa de emoción en sus manos, aunque era evidente. Esto me provocó una hermosa sensación, adoro verla así

Empezamos a caminar hacia las escaleras

-Y Jack – murmuró – ¿encontraste cómoda tu habitación? – me miró sonriendo levemente

-Es más de lo que puedo pedir – dije sonriendo – muchas gracias, mi amor -

-Quiero que tu nueva casa te haga sentir bien – explicó Elsa – los sirvientes estarán a tu disposición y te ayudarán con el aseo y tu ropa – peinó con su mano un mechón sobre su frente – sé que es algo nuevo para ti todo lo que acostumbramos –

- No te apures por eso, hermosa – tomé su mano – mientras pueda seguir mirando tus ojos me siento feliz, donde me encuentre –

-Ay, Jack – sonrió desviando su mirada y se acercó dándome un beso en la mejilla

Termina de narrar Jack

Anna se encontraba en la cocina cuando vió llegar a los peliplateados tomados de la mano

-Vaya vaya, ¿ya empezamos con confianza? – dijo pícaramente, provocando que miraran su mano y se soltaran automáticamente, acto seguido Anna se echó a reír – es broma jajaja –

-Anna, te recuerdo que también es mi casa – dijo Elsa con un tono algo serio

-Ya hermana, no lo tomes a pecho – hizo una señal con las manos pidiendo a su hermana que se calmara y luego las colocó al frente – vengan, la comida está servida ¡tenemos un nuevo producto de importación! –

-¿Qué es? – preguntó curiosa Elsa, mientras Jack hacía la misma expresión de curiosidad

-Vengan les mostraré – se dirigió a la cocina

Al entrar, Anna se dirigió al lado de una de las cocineras que picaban algo en una tabla. Tomó con sus manos una fruta de forma ovalada y oscura, la mostró a su hermana y a Jack

-Se llama aguacate – dijo con alegría en su rostro – lo trajeron de América, según he oído se puede colocar en distintos platillos –

-No había visto algo igual – dijo Jack observando la fruta

-Tenemos que probarlo – exclamó nuevamente emocionada – pasemos a la mesa, tenemos ensalada con trozos de esta fruta y salmón del Báltico –

-Vaya – dijo Jack, asombrado por el menú, provocando una sonrisa en Elsa

Tras unos momentos, pasaron a sentarse en la mesa y se sirvieron, Jack disfrutó mucho los primeros bocados de la comida, especialmente al lado de Elsa.

-Oigan realmente esto es rico – mencionó Jack asombrado

-Es verdad, tiene un sabor ligeramente salado – dijo la joven reina

-¿Y saben lo mejor? Escuché que es ligero, es un buen sustituto bajo en grasa de los aderezos -

Escucharon unos pasos acercarse, era Rapunzel, quien llegaba de clase, se le veía sudorosa

-Hola primas – saludó – hola Jack –
-Hola – dijeron los tres a la rubia
-¿Qué ocurrió prima? Te ves agitada – preguntó Anna
-Día pesado – dijo soltando un suspiro – pero por fin acabó –

Se sentó en la mesa y los acompañó a comer. Una vez que terminaron, cada uno subió a su habitación para ocuparse de sus deberes

-Jack – miró a su novio - ¿Qué harás hoy? –

-Pienso ir con el señor Dahl, requiero ocuparme para poder sentir que reconstruyo mi futuro, de cierta forma – le mencionó a la pelirrubia

-Está bien Jack – lo miró arqueando sus cejas hacia abajo – sólo quiero que – se acercó más y lo abrazó – quiero que esto no te afecte ¿sí? –

Jack puso sus manos en la espalda de ella – haré todo lo posible por estar mejor, pero te debo mucho por ayudarme de esta forma – dijo apoyando su barbilla sobre la cabeza platinada de Elsa

-No amor, no me debes nada – levantó su vista y miró a sus ojos – lo hago para que puedas estar mejor y así ambos estemos bien – le sonrió

Ambos jóvenes se acercaron y juntaron sus labios tiernamente, luego volvieron a abrazarse

-Jack, debo ir a hacer tarea y cumplir con mis labores de hoy – dijo separándose un poco – perdón –

-No te preocupes mi amor, entiendo – la miró comprensivo – ve, yo también me ocuparé – Elsa asintió

-Me avisas si necesitas algo ¿de acuerdo? – Jack respondió de forma afirmativa – hasta más tarde, cariño –

Dicho esto, Elsa fue a su habitación y cerró su puerta

Jack fue hacia la suya, tomó un baño y se arregló. Salió del castillo y tomó dirección hacia el café

-Jack, ¡que sorpresa! – exclamó el hombre con alegría viendo llegar al peliblanco

-Hola señor Dahl, necesito hablar con usted – dijo con cierta seriedad en su voz, lo que inquietó a su jefe

-¿De acuerdo? Vamos a mi oficina – giró y se dirigieron a la pequeña oficina, donde tomaron asiento

-Dime Jack, ¿Qué es lo que puedo hacer por ti? – preguntó inquieto, no había visto a su empleado favorito tan apurado antes

-Vengo a pedirle reintegración al trabajo – dijo provocando que su jefe arqueara una ceja – sucede que… -

Jack le relató lo ocurrido en la universidad y cómo fue expulsado sin saber el motivo

-Entonces no podré volver a la universidad y necesito asegurar mi futuro de cierta forma – se colocó una mano en la cabeza y respiró pesadamente

-Lo lamento mucho Jack, para tu fortuna tenemos disponible lugar para ti los lunes, miércoles y jueves, aparte del sábado que sigue siendo tu día ya agendado – dijo con alegría, provocando una sonrisa en el rostro del peliblanco

Ninguno se percató de que, afuera, tras la puerta, Eugene y Astrid escuchaban la conversación.

-Señor Dahl, no sé cómo agradecerle nuevamente – dijo notablemente esperanzado – gracias en verdad –

-Con trabajo duro muchacho – palmeó su espalda y echó a reír – es broma, tu sabes hacerlo bien, Jack – se dirigieron a la puerta de la oficina.

Ambos chicos, al oírlos acercarse, volvieron rápido a su lugar de trabajo.

Jack y su jefe salieron de la oficina, le agradeció y fue a saludar a sus amigos, sin tener oportunidad de conversar con ellos, pues estaban ocupados.

Pensó en solicitar juntarse tras salir del trabajo, pero, no sería lo correcto, tomando en cuenta que recién se había mudado con Elsa, sin embargo, pidió dos crepas de fresas con crema para llevar.

Una vez que las tuvo, se dirigió al castillo, ya era de noche.

Cuando terminaron las labores del día, Astrid, Hipo, Eugene y Vanessa se reunieron detrás del local

-¿Qué sucede? ¿Por qué me pidieron acompañarlos aquí? – preguntó Vanessa

-Verás, ha ocurrido algo muy extraño, a la vez que malo – comenzó Astrid

-¿Malo? – se inquietó la mujer castaña

-Verán, cuando Jack llegó, el señor Dahl y él entraron a la oficina, Eugene y yo nos acercamos a escuchar la conversación y… nos enteramos que… - dijo con pesar la chica de ojos azules

-Jack fue expulsado de su universidad esta mañana, no sabe el motivo, pues el rector negó darle explicaciones, entonces vino a solicitar de nuevo trabajo – expresó Eugene también apesadumbrado

-No… no puede ser – dijo Vanessa llevando una mano a su frente – oigan, ¿no saben que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas? – recapacitó y los reprendió

-Vanessa, quizá esta vez era conveniente saberlo – intervino Hipo - ¿no les parece demasiado sospechoso esto?

-Es cierto, seguramente alguien está detrás de todo, después de la aparición de esos hombres y un período de calma, sucedió esto. No es normal – dijo Astrid, pensativa

-Puede que tengas razón – mencionó Vanessa – pero ¿Qué es lo que piensan hacer? –

-Por lo pronto, retirarnos de este lugar, no podemos arriesgarnos a que alguien nos vea – mencionó Eugene – necesitaremos más pistas e información para poder avanzar –

Todos asintieron y se retiraron del sitio, luego tomaron dirección a sus hogares

En el castillo de Arendelle

Los guardias observaron a Jack llegando y levantaron sus fusiles abriendo el paso

-Muy buenas noches – saludó el peliblanco

-Buenas noches, joven Frost – contestaron y Jack sonrió ante esa acción, pues distaba mucho de la primera vez que había llegado al castillo por Elsa

Kai lo recibió en la puerta junto a Gerda, quien limpiaba los muebles del recibidor. Jack los saludó y dejó sus cajas en la cocina, luego se encaminó al piso de arriba.

Llegó al pasillo justo en el momento que vió a Rapunzel a punto de entrar a su habitación, llevaba su ropa deportiva y estaba sudando, era lógico que llegaba de hacer ejercicio.

-Punzie – la llamó Jack, la rubia volteó

-Oh, hola Jack – sonrió – ¿estabas fuera? – el chico asintió

-Sí, fui al café a solicitar turnos de trabajo nuevamente – rascó la parte de atrás de su cabeza – disculpa, ¿Elsa seguirá ocupada? –

-No la he visto salir hasta ahora, supongo que lo está – dijo un poco seria – como sea ¿lograste que te dieran el trabajo? – preguntó con una sonrisa

-Afortunadamente si – dijo Jack con otra sonrisa

-Me alegra mucho oírlo – le sonrió – perdón Jack, debo darme un baño –

-Claro, no te apures –

La chica entró a su cuarto y cerró la puerta, Jack se dirigió hacia una puerta blanca con flores pintadas, entonces tocó la puerta

-¿Elsa? –

-Pasa, Jack – una voz respondió del interior

Jack giró la perilla y abrió la puerta, observó la habitación de Elsa, era realmente bonita, pensó, con el estilo digno de la mujer elegante que es ella; se encontraba sentada frente a un amplio escritorio, con varios papeles encima, sus libretas y algunos sobres.

-Veo que estás ocupada aún – mencionó el peliblanco acercándose, pudo notar que Elsa firmaba una carta con el sello de un reino

-De hecho no falta mucho – volteó a ver a su novio con una sonrisa – en 30 minutos termino – aseguró –

-¿Si? Me alegra oír eso – le sonrió mostrando sus dientes blancos

-¿Todo salió bien? – preguntó con interés la chica

-¿Sabes? Prefiero contarte una vez que te desocupes, ¿qué te parece ir a pasear al jardín? – la miró esperando su respuesta

-Me vas a dejar en suspenso 30 minutos – rió un poco – pero claro que me gustaría –

-Entonces paso por ti en un rato más – la miró sonriendo – por cierto, Elsa, ¿puedes pasarme la clave del Wi-fi? – la joven reina lo miró unos segundos – es para entretenerme cuando necesite – dijo algo apenado

-Claro Jack – rió un poco al ver como lo puso nervioso

Le proporcionó la información y el peliblanco salió a su habitación, mientras permitía a su novia seguir con sus deberes.

Después de 30 minutos, volvió a su habitación y pronto los dos iban bajando la escalera en dirección a la puerta que lleva hacia los jardines, al pasar por la cocina, Jack se separó un poco de ella y tomó las dos cajitas que había traído

-¿Qué es eso Jack? – preguntó Elsa observando las cajas

-Una sorpresa que traje – sonrió extendiéndole una de ellas, la joven levantó una ceja sonriendo y tomó la cajita, el olor que emanaba anticipó la sorpresa

-Jack, no me digas que es – dijo con alegría, abrió la caja y su sonrisa se amplió – ¡crepas! –

-Las traje especialmente para nosotros – dijo Jack - ¿te gustan? –

-Por supuesto – exclamó contenta – muchas gracias amor –

-Ahora, ¿Qué dices si las comemos mientras nos sentamos en el jardín? –

Elsa aceptó con gusto y pronto, miraban el cielo estrellado sentados en el pasto, mientras disfrutaban sus crepas, platicaron y Elsa con alegría se enteró de que Jack consiguió nuevamente el trabajo algunos días de la semana. Un rato después, entraron al castillo, se despidieron y se dispusieron a dormir.

Esa noche Jack respiró con alegría, se sentía tan bien recibido en el castillo que no se creía merecedor de todo eso, solo era un chico de una familia sencilla que se enamoró de la reina. Pero a la vez, miraba con felicidad como uno de los sueños mas lejanos para él, se cumplía.

Pasaron dos días – Jueves

Jack llegó algo cansado del trabajo, el día había sido muy activo y solo pensaba en recostarse un poco. Notó la ausencia de Rapunzel y Anna, a lo que Alis le informó que habían salido con sus respectivos novios. Llegó a su habitación y cerró los ojos un momento. A los 5 minutos llamaron a su puerta

-¿Jack? – la puerta se abrió y dio paso a Elsa, quien lucía su vestido y capa que solía usar en días de juntas, cerró la puerta tras ella

-Elsa – se levantó rápidamente el peliblanco – hola amor, volví hace rato, perdón por no avisar –

-No te preocupes Jack, quería saber como te fue hoy – le sonrió con ternura

-Ha ido bastante bien ¿sabes? – pasó las manos por su rostro – hubo demasiado trabajo, parece que el verano ayuda mucho al negocio –

-Lo imagino – dijo riendo un poco y se sentó en la cama, al lado de Jack – prométeme que iremos pronto, deseo probar algo nuevo – pidió

-Te lo prometo – dijo riendo – incluso este fin de semana, si gustas – le sonrió

-Me parece muy bien – sonrió y se levantó de la cama

-¿A dónde crees que vas mi niña? – Jack la abrazó por detrás, impidiéndole avanzar

-Jajaja, basta Jack – rió Elsa ante el agarre de su novio – tengo que volver a la tarea –

-Sólo un rato más, ¿es mucho pedir? – dijo divertido, caminando hacia atrás con Elsa atrapada en sus brazos

Sin embargo, en uno de los pasos que dio hacia atrás, tropezaron con el borde de la cama, cayendo de espaldas, Elsa se volteó antes de caer, quedando encima de Jack.

Sus rostros estaban muy juntos y sentían la cercanía de sus cuerpos, quedaron mirándose unos segundos mientras en sus rostros aparecía un sonrojo y sus latidos se aceleraban.

-Elsa… - murmuró Jack

-¿Sí Jack? – murmuró de vuelta la platinada, mirando fijamente sus ojos azules

-Todo esto que has hecho por mí, no sé cómo agradecértelo – movió una mano a su mejilla –  te amo – mencionó con un tono cautivante

-Jack, yo también te amo – respondió hipnotizada por los ojos del chico

Cerraron los ojos y sus labios se unieron en un beso tierno, que en un momento pasó a ser pasional, la postura en que se encontraban hizo que la intensidad creciera cada vez más, sus manos empezaron a recorrer cada parte del otro, una ansiedad nacía dentro de ellos y sus cuerpos la sentían. En un momento, se separaron para tomar aire y Jack se puso de pie, jalando a Elsa hacia él.

-Elsa… - colocó las manos en su cadera, su respiración estaba acelerada – deseo tanto esto…- jadeó cerca de su boca

-Jack… - jadeó de igual forma mientras en sus ojos brillaba el deseo. Rodeó el cuello del peliblanco y se acercaron nuevamente fundiéndose en un beso voraz y apasionado, sus labios se acariciaban con deseo, sus lenguas rozaban entre sí haciendo que la intensidad siguiera subiendo.

Jack la volvió a besar y le retiró la capa, recorrió sus manos por la espalda de ella, palpando el relieve de su sostén, poco a poco las fue subiendo hasta encontrar el cierre de la parte superior de su vestido, el cual bajó para retirarlo y posteriormente desató el corsé que se encontraba debajo. La platinada metió las manos bajo la sudadera de Jack, palpando sus abdominales, lo que provocaba un fuego más intenso dentro de ella, tomó el borde de su sudadera para levantarlo y retirarla de su cuerpo.


El corsé de Elsa cayó al suelo, dejando ver su sostén de color blanco. Al notarlo, Jack se detuvo un momento

-Elsa.... – mencionó en un jadeo - ¿puedo… retirarlo? – la platinada solamente asintió con una mezcla de timidez y deseo en su mirada

Jack pasó sus manos a su espalda y desbrochó la prenda, lentamente observó cómo los senos de su amada quedaban al descubierto, dejó el sostén a un lado y admiró la preciosa redondez de sus atributos para luego mirarla a ella, se había sonrojado ligeramente y su respiración estaba agitada. Luego retiró con cuidado la corona de su platinado cabello, la colocó en un mueble cercano y con una mano desató su trenza enroscada, haciendo que ésta se deshiciera y su cabello cayera suelto.

-Que hermosa – dijo y empezó a besarla nuevamente, mientras la agarró de la cintura y se sentó en la cama, Elsa se colocó sobre su regazo, dejando ambos su calzado en el suelo.

Jack comenzó a dejar besos por su cuello, chupando y lamiendo a la vez que dejaba unas marcas, provocando gemidos de parte de Elsa. Subió una mano y empezó a masajear uno de sus senos, posteriormente empezó a presionarlo un poco al tiempo que besaba a su amada, sintiéndola gemir en el sello de sus labios.


-S-sigue Jack, me gusta – jadeó

Elsa se encontraba inmersa en un mar de sensaciones que no había experimentado antes, sólo sentía su cuerpo encenderse en cada caricia o toque y le gustaba. Las manos de Jack acariciaban sus muslos, pasaron a sus glúteos apretandolos y provocando un repentino suspiro de ella. Abrió sus ojos un poco y observó cómo Jack descendía su cabeza hasta colocar su boca en uno de sus rosados pezones, que lamía y apretaba gentilmente con los dientes, provocando que la joven reina gimiera su nombre con más fuerza. En cuanto se detuvo, pudo sentir la piel de sus pechos enchinarse por la estimulación.

Elsa fijó los ojos en él y recorrió con sus manos los abdominales de Jack, deteniéndose en la hebilla de su cinturón, lo volteó a ver algo nerviosa y él le asintió con la mirada, dándole a entender que le permitía continuar, mientras su respiración se aceleraba. La joven retiró su cinturón y abrió sus pantalones, dejando salir el gran bulto que se había formado bajo su ropa interior, lo observó un momento y pasó a bajar la prenda para exponer el miembro erecto del peliblanco, lo observó con detenimiento, quedándose sin aliento. Lentamente lo empezó a tocar y frotar entre sus manos. Esto provocó un jadeo profundo en Jack, quien inclinó su cabeza hacia atrás, gozando de la sensación que el contacto con las manos de su joven reina le provocaba.

Elsa seguía moviendo el miembro de Jack hacia arriba y abajo, mientras sentía como se endurecía cada vez más bajo sus manos, aumentando su deseo.

Tras unos segundos, Jack se incorporó y tomó la cintura de Elsa, recostándola cuidadosamente sobre la cama. Miró el contorno de sus pechos y colocó un dedo en medio de ellos, el cual fue bajando hasta llegar al borde de la falda de su vestido, la retiró lentamente para luego quitarle las mallas de las piernas y colocó sus dedos en el borde de sus bragas blancas, tragó saliva y las bajó por sus piernas hasta retirarlas.

Al momento que retiró esta última prenda que la cubría, Elsa contrajo sus piernas instintivamente, sin embargo, Jack se acercó y depositó un suave beso, lo que logró tranquilizarla, relajando sus piernas. Jack observó sus húmedos pliegues y los recorrió circularmente con un dedo, causando un jadeo de parte de Elsa al tocar su punto más sensible.

El chico se puso de pie y retiró sus pantalones y boxers, quedando ambos desnudos, se acercó a su novia y suavemente tomó uno de sus pies y lo apoyó sobre su pecho, para que de esa forma ella le hiciera saber si estaba cómoda. Acercó su miembro a la entrada de la chica y la rozó un poco, provocando un suspiro en ella. Pidió entrar y Elsa le asintió mirándolo, empezó a entrar lentamente en ella, causando que dejara escapar unos jadeos, siguió avanzando hasta sentir un pequeño bloqueo.

-Elsa – dijo preocupado – e-esto te puede doler un poco – la miró con cierta angustia

-N-no importa J-Jack, por favor, s-sigue – le contestó nerviosa

El joven asintió y empujó poco a poco hasta que sintió algo romperse, Elsa trató de ahogar un grito de dolor mordiendo su labio al tiempo que una lágrima se escapó de su ojo. Jack se detuvo un momento y se inclinó para besar su mejilla, limpiando su lágrima

-Elsa – exclamó con preocupación – ¿estás bien? Perdóname – suplicó

-E-estoy bien Jack, s-solo dolió un p-poco – dijo con dolor y agitación a la vez – p-por favor, continua –

Preocupado por lastimarla, Jack comienza despacio, poco a poco Elsa dejó de sentir que su piel ardía para dar paso a una sensación del placer más puro, movió su cadera indicando a Jack que podía ir más rápido, lo cual hizo, provocando gemidos y jadeos de parte de ella. La pasión tomó el lugar en ambos y Jack iba cada vez más rápido provocando gritos de placer de parte de Elsa al tiempo que el gruñía.


-¡J-Jack! ¡Más fuerte! ¡N-necesito todo de ti! –

Sus músculos se contraían con fuerza debido al frenesí con que sus cuerpos se movían, el sudor los cubría y dejaron de percibir la realidad para entregarse a las sensaciones de placer.
Elsa pedía a Jack ir más rápido, hasta que llegó un punto en que no podía más

-¡E-estoy cerca, Jack! ¡A-ah! –

-Y-yo igual Elsa, ¡creo que voy a…! –

Siguió una exclamación de placer de parte de ambos, mientras se fundían en un orgasmo y sus intimidades se descargaban

Se recostaron uno al lado de otro, jadeantes. Sus miradas se cruzaron

-Esta fue mi primera vez – comentó Elsa aún jadeante

-La mía también, Elsa – le respondió Jack

La chica sonrió con alegría y besó los labios de su amado

-Te amo Elsa –

-Y yo te amo a ti, Jack –

-Ahora soy tuyo, y tu eres mía – la chica sonrió y se dejó envolver por lo brazos del hombre al que se entregó totalmente

Minutos después tomaron una ducha juntos, mientras se recuperaban, observándose y besándose. Al salir, Elsa se volvió a arreglar y fue a su habitación para terminar sus tareas.

En otro lado de Arendelle

-¡Thèid sinn*! – murmuró en voz baja una chica pelirroja de ojos azules

-¿Estás segura que seguimos el rastro? – preguntó Vanessa, seguida de Hipo

-Completamente, estas huellas parecen haberse formado recientemente, definitivamente no pertenecen a un animal – dijo la princesa

Mérida usaba sus habilidades de rastreo para detectar unas huellas que se dirigían a un camino dentro del bosque, Hipo tomó aire y se adentraron en él.

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*Mérida habla nuevamente en gáelico, la palabra que dice es “vamos”

Créditos especiales a TatiCarrillo8 por contribuir con el desarrollo del lemmon

Trabajé lo que pude para lograr que este capítulo llegara a ustedes en este fin de semana, pese a ser corto. Espero hayan disfrutado el momento y sobre todo, la continuación de la historia.

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