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Capítulo XII: Brindis/Los patitos son lindos

Anna se encontraba en la puerta mirando hacia la profunda oscuridad de la noche, estaba inquieta, Kristoff trataba de calmarla:

-Tranquilízate, linda- susurró pasando su mano en los suaves hombros de Anna.

-¿¡Cómo quieres que me tranquilice!? Elsa está allá afuera no sé donde y no llega- decía nerviosa la pelinaranja, hiperventilaba y apretaba en la mano el teléfono de su hermana.

De repente, entre la oscura niebla comenzaron a distinguirse dos siluetas que se acercaban. En pocos segundos se pudo ver a ambos jóvenes platinados caminando hacia la puerta, se les veía felices y tomados de la mano.

Anna se quedó inmóvil y sin aliento observándolos llegar, una vez ahí, Elsa se acercó seguida por Jack.

-Anna…- le sonrió

-¡Elsa! ¡Gracias al cielo! Estaba muy preocupada - exclamó y se abalanzó sobre ella en un abrazo -¡No vuelvas a hacer esto Elsa Arendelle!- dijo en voz alta, con tono serio y preocupado.

-Te prometo que no volverá a pasar, hermana- la joven reina se separó mirándola con una sonrisa.

Anna desvió su mirada a Jack y luego volvió a ver a Elsa.

-Ahora, si son tan amables, me pueden explicar ¿qué sucede aquí?- se puso seria y cruzó sus brazos. Kristoff sólo miraba expectante.

-Bueno Anna… verás- dijo Elsa un poco nerviosa ante la actitud de su hermana.

Jack se acercó a ella y tomó su mano, acariciándola, lo que hizo que se sonrojara pero volviera a estar tranquila.

-Creo que es mejor que pasen- dijo Kristoff acercándose detrás de Anna –parece que tienen mucho que contar-

-Tienes razón- dijo Jack, luego se volteó a mirar a Elsa - ¿te parece bien, linda?-

-Claro que sí, querido- se aferró a la mano de Jack y se recostó en su hombro, después caminaron adentro, mientras Anna los seguía con los ojos abiertos como platos.

-Linda… Querido… - murmuró las palabras como si no creyera haberlas escuchado.

-Vamos Anna- le dijo Kristoff pasando un brazo sobre sus hombros.

Mientras llegaban a donde se encontraban Astrid, Hipo, Eugene y Rapunzel; éstos miraban sorprendidos como iban de la mano. Había exclamaciones de emoción entre los invitados que se encontraban en el camino.

-¡Elsa! ¡Estas bien!- la abrazó Rapunzel en cuanto llegó, la reina solo asintió mientras se separaba un poco.

Tomaron sus asientos y empezó a relatar Elsa.

-Después de salir corriendo, lo único que deseaba era estar un momento a solas. Por suerte encontré un gran parque donde me detuve y dejé salir todo el pesar que sentía, además de experimentar una gran soledad- suspiró –pensé que pasaría mucho tiempo para poder recuperarme, pero…- volteó a mirar a Jack, con una sonrisa.

Él le respondió con otra sonrisa y asintió – tras mucho buscar, encontré a Elsa en ese parque, me acerqué a ella con la intención de hacerla sentir acompañada y pues…  todo lo mágico sucedió- dijo con un suspiro y tomando la mano de Elsa cariñosamente.

-Quieren decir que… ahora… - cuestionó Astrid asombrada

-Sí- respondió la rubia muchacha y se recargó sobre el hombro del joven – Jack ahora es mi novio – cerró sus ojos sintiendo el contacto con él – y desde que llegó conmigo hizo desaparecer todo lo que me abrumaba-

La boca de Astrid se abrió tanto que pareció un agujero negro, Hipo se apoyó sobre ella sonriendo emocionado, Rapunzel ahogó un grito de emoción con sus manos y Eugene la miró divertido a la vez que volteó asombrado por la noticia.

-Fui muy afortunado de encontrarte- dijo Jack, haciendo que Elsa levantara su cabeza y lo mirara con dulzura.

-La afortunada soy yo, Jack. Has cuidado de mí, eres mi guardián- besó su mejilla. Después de esto se escuchó un “aaaaaawwww” en toda la mesa.

Anna salió de su sorpresa y se removía en su silla.

-¡Arrrrrg! ¡No puedo creerlo!- las parejas voltearon a verla – ¡mi hermanita ya tiene novio! Lo veía venir y a la vez no ¿cómo pasó todo esto? - se detuvo de repente y señaló con su dedo al peliblanco –escúchame Jack Frost, mi hermana es la reina, así que merece el mejor trato. Si algo le pasa te aseguro que…-

-Anna, así será, tranquila- interrumpió Elsa a su hermana, bajando su mano.

-Que más quisiera- dijo Jack y pasó un brazo sobre los hombros de Elsa acercándola a él – ver feliz a Elsa es lo que más deseo. Te aseguro que no debes temer Anna- le dijo con calma a la chica, quien cedió su defensa.

-Bueno Jack, es que ¡Aaaaarg! son demasiadas cosas en este día- tomaba su cabeza en sus manos frotandolas para aclarar su mente, Kristoff la tomó por los hombros.

-Tranquila bonita, lo que debes ver es que por fin tu hermana es más feliz que nunca- dijo plantándole un beso en su pecosa mejilla.

-Tienes razón- se sonrojó Anna –bueno, volviendo a lo que estábamos…- aclaró su garganta – pues ¡celebremos por la nueva pareja y el cumpleaños de él!-

-¡Vivan los novios!- los invitados estallaron en aplausos.
Astrid intervino – sé como podemos celebrar esto, vamos guapo- volteó a ver a Hipo y ambos se dirigieron a la cocina. Poco después llegaron cargando varias botellas de vino.

Todos los invitados se sirvieron y brindaron por la pareja de la reina y el chico nuevo. Después la fiesta continuó.

-¡Ven acá hermano!- exclamó Kristoff abriendo sus brazos a Jack, quien se acercó y dio un firme abrazo al rubio –de verdad estoy orgulloso de ti, mi cuñada se merecía al mejor y así fue-

-No pensé que diría esto en serio, pero, ¡bien ahí campeón!- dijo Eugene y le dio una palmada en la espalda- demostraste valor al defenderla, eh- esto provocó que Jack sonriera y le respondiera con un pequeño golpe en el pecho.

-Me quitaron todas las palabras, Jack- se acercó Hipo –pero lo único que puedo decir es ¡bravo amigo, eres un gran guerrero!- tomó a Jack en un abrazo.

-Gracias muchachos- dijo Jack sonriendo plenamente, volteó para mirar como su novia era también adulada por las mujeres.

-Que emoción, que emoción, que emoción- no paraba de repetir Punzie mientras la abrazaba.

-Tranquila prima- dijo Elsa con algo de pena.

-Recién conocí a Jack esta mañana, vinimos a su fiesta y resulta que es tu novio ¿en serio quieres que me tranquilice?- la cuestionó alzando una ceja

-Punzie, estás más emocionada que yo- rió un poco Elsa.

-Sólo te puedo decir Elsa, Jack es un muchacho muy trabajador y bueno- se acercó Astrid para abrazarla.

-Lo sé, Astrid, estoy segura de eso- de nuevo la reina se sonrojó al oír tal descripción. Ambas rubias se abrazaron.

Poco rato después, todos conversaban de nuevo sentados en sus lugares.

-Debo decir que me impresionó ver como cargaste todas esas botellas tu sola, Astrid- comentó Elsa, con su brazo apoyado en Jack.

-Bueno- intervino Hipo – aunque esta belleza puede parecer una ruda y fuerte vikinga, tiene su lado tierno-

-Ay Hipo- se sonrojó Astrid, poniendo sus manos sobre su falda.

-Por otro lado, pensé que nunca nos desocuparíamos- dijo Eugene recostándose en su asiento- vaya que estuvimos ocupados hace un rato-

-Y que lo digas, Flynn- añadió Hipo- creí que seguiríamos yendo y viniendo con cosas-

Elsa miró a Jack y su mirada se tornó un poco triste.

-Elsa, ¿pasa algo?- preguntó discretamente

-Ansiaba mucho que te desocuparas, necesitaba hablar contigo, en esos momentos- le dijo en voz baja

-Mi amor- besó su frente- pero pudimos hacer eso, quizá no de esa forma-

-No- respondió la joven reina entrecerrando sus ojos –fue mucho mejor-

Se observaron con una cálida sonrisa y Jack depositó un beso en sus suaves labios.

-¿Por nosotros?- le mostró su vaso con vino a Elsa

-Por nosotros, mi amado Jack- juntaron sus vasos y dieron un sorbo.

Ella se recostó en su hombro mientras miraban a sus amigos conversando y la curiosa interacción entre Eugene y Rapunzel.

Una hora después, la fiesta había terminado. El chofer de las Arendelle llegó por las tres chicas y Kristoff. Jack despidió a su novia con un abrazo. Poco después, los chicos se despidieron de Eugene y fueron a sus respectivas casas.

Después de todo había trabajo al día siguiente.

Sábado

Jack despertó con el ruido de su alarma, la apagó y se incorporó con una gran felicidad como no la había sentido antes. Tomó su ropa y una toalla para darse un baño. Se arregló y salió rumbo al trabajo.

Narra Jack

El día de hoy me siento increíble, incluso el día se ve más bonito que de costumbre. Tomé mi teléfono antes de salir de casa y envié un mensaje a Elsa:

“Buenos días mi pequeña princesa, hiciste de ayer mi mejor cumpleaños hasta el momento. Espero hayas dormido muy bien y tu mañana brille más que el sol.

Voy saliendo al trabajo, en cuanto despiertes estaré ahí. Te amo ❤”

Guardé mi celular y me encaminé hacia el café.

Al llegar, como era de esperarse encontré a mis compañeros y al señor Dahl haciendo la limpieza del lugar. Los sábados descansa Eugene, por lo que no estaba presente. Me saludaron cálidamente.

-¡Mi muchacho! Es un gusto tenerte de nuevo aquí, te ves muy feliz- dijo mi jefe dirigiéndome hacia la barra, donde se reunieron a su vez Flim, Flam y Vanessa.

-¡Feliz día post cumpleaños Jack! – dijeron abrazandome

-En nombre de todos nosotros, te queremos dar un regalo- mencionó Vanessa para extenderme una caja.

-Wow- emocionado, la abrí y me encontré con una chamarra muy bonita a la vez que elegante –no debieron ¡muchas gracias!- dije sin salir de mi emoción.

-Es lo menos que podíamos hacer- me dio unas palmadas en la espalda el señor Dahl –dinos algo ¿a qué se debe que estés tan feliz?- levantó una ceja.

-Se los explicaré mejor ya que termine el día- dije con una mezcla de orgullo y emoción, justo en eso marcaron las 9:00 am.

-Bueno muchachos, entonces es hora de trabajar- se dirigió a la puerta y la abrió recibiendo a las personas que iban llegando.

El día transcurrió con mucho movimiento en la mañana y relativa tranquilidad durante las primeras horas de la tarde, después de todo es fin de semana.

Me encontraba recogiendo un platillo que Hipo justo preparó para una mesa, cuando observamos con gran sorpresa a dos personas entrando.

Se trataba de Eugene, quien llevaba a Rapunzel. Hipo, Astrid y yo nos quedamos sorprendidos, mirándonos entre nosotros un momento.

Me acerqué a su mesa y los saludé con un abrazo.

-¿Qué les ofrezco?- pregunté sacando mi libreta
-Dejame ver- dijo Rapunzel viendo el menú - ¿qué es un “patito”?
-Es una bebida a base de naranja, suelen ser mi especialidad- dijo con galantería Eugene
-Bueno, los patitos son lindos, pediré una- dijo sonriendo
-Que sean dos- pidió Eugene – y unas galletas-
-Enseguida, amigos- me acerqué a la barra para dejar la orden y Vanessa empezó a preparar las bebidas.

-Jack, ¿sabes quien es la amiga de Flynn?- me preguntó y asentí mirándola.

-Es Rapunzel Corona, viene del reino Corona para estudiar dos meses aquí- me miró sorprendida.

-¿Es la princesa del reino? ¿cómo es que la conoces?-
-Es una larga historia, relacionado con lo que les contaré- dije
-Wow, de acuerdo- aún asombrada siguió preparando las bebidas.

Tras un rato que se iba en atender mesas y llevar órdenes, Astrid se asomó bastante asombrada desde la cocina y me hizo señas para que volteara en una dirección.

Pude ver que de pronto, Flynn y Rapunzel parecían platicar un poco más profundo, incluso jugaban tocando sus manos. Estabamos en la barra con Vanessa, observando.

-Vaya que es rápido el muchacho- comenté y mis amigos rieron.

-Parece que alguien va a entrar a su patán corazón al fin- comentó entre risas Vanessa.

-Espero no tengas razón, Vanessa- comentó Hipo asombrado por lo que veía

-Perdón por romper tu esperanza, pero conozco esas miradas, amor- dijo Astrid apegándose a su novio, ambos rieron un poco.

Se retiraron despidiéndose de todos y platicando por el camino, se sentía una atmósfera particular, realmente parece que hay una conexión especial entre ellos.

Terminamos las actividades cerca de las 6:40 pm y nos reunimos en una mesa.

-Muy bien chico- inició mi jefe –cuéntanos como te fue en tu primer semana de universidad y que te tiene tan feliz ¿tu cumpleaños acaso?-

-Mejor póngase cómodo, señor Dahl, que este relato será entretenido- dijo riendo Astrid

-¿Acaso tu sabes?- volteó a verla confundido y a su vez, Hipo rió divertido.

-Bueno verán, me encontré con Elsa- me sonrojé y no pude evitar una sonrisa

-¡¿Con la reina?!- preguntaron asombrados Vanessa, Flim, Flam y el señor Dahl.

-Sí…- les platiqué sobre mi encuentro con ella en la universidad, el que ella también estudiaba ahí, el sentimiento que nació entre nosotros y como conocí a Kristoff y Rapunzel, además de lo que sucedió en la fiesta, sin dar detalle de las cosas que ella me confió a mí en nuestras conversaciones.

Habría ganado una fortuna si me pagaran por lo graciosas que eran sus caras al terminar el relato.

-Jack, tiene que ser una broma- dijo mi jefe

-Afortunadamente para mí, no lo es- respondí sonriendo

-Caramba muchacho, sabes, yo había escuchado de la tragedia que tuvieron los reyes. Fue algo muy triste para todo el reino, entonces, su hija mayor se había vuelto aislada, solitaria- rascó su barba- me cuesta creerlo pero ¡Jack, nuestro muchacho! Tu lograste llegar a su corazón y a como me cuentas le has dado la felicidad que parece necesitaba ¡eres una bendición para esta tierra! Quien diría que el chico nuevo sería novio de la reina- exclamó muy orgulloso.

-Hagamos un brindis por Jack- anunciaron mis demás compañeros, los jóvenes cocineros sólo sonreían pues ellos ya sabían la historia.

Acabamos el brindis y cerramos el local, eran las 7:20 pm, saqué mi celular y noté un mensaje de Elsa.

“Te espero en el castillo a las 8:00 pm. Te amo aún más mi príncipe ❤😘

Entonces no hay tiempo que perder, me dirigí al departamento presuroso. Me di un baño rápido y, usando mi nueva chamarra, me dirigí al castillo de Arendelle.

Termina de narrar Jack

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Hola a todos, les traigo este nuevo capítulo donde transmito lo que me gusta más en una historia, el amor que se muestran estos dos chicos.

No es uno de mis mejores trabajos inclusive me bloquee un poco. Pero hice lo mejor que pude para traer hoy la continuación

Estoy abierto a las ideas que quieran aportar!!

Gracias por seguir leyendo y espero hayan pasado feliz día de las madres

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