Capítulo X: La fiesta de Jack
Jack despertó con la cabeza doliendo. Aún lo atemorizaba la duda sobre si podría hablar con Elsa nuevamente. Se dio una ducha para calmarse. Preparó sus cosas y se dirigió a la escuela.
Al llegar a su salón, algunos compañeros ya enterados, incluido Kristoff, lo felicitaron por su día. El profesor de la primera clase inclusive le entregó una carta de felicitación escrita por el mismo.
En otro salón
En su salón, Elsa escuchaba las clases con cierta dificultad, su mente estaba más calmada pero sentía preocupación de encontrarse a Jack a la hora libre. En menos de lo que esperaba, la campana sonó anunciando la llegada de dicha hora.
Mérida se acercó amablemente a ella.
- Hola Elsa, iremos a desayunar los chicos y yo al jardín, ¿gustas acompañarnos?-
- No sé Mérida- lo pensó un momento, dudosa – bueno, iré con ustedes-
- ¿Todo está bien?- le preguntó frunciendo el ceño la pelirroja rizada
- S-sí, no quiero hablar de eso por favor- dijo ella apartando la vista
- De acuerdo- volteó a ver a sus dos amigos –listo chicos, vámonos-
Dicho esto, salieron del salón, la pelirrubia los siguió tomando un paquete de galletas de su mochila y su botella de agua.
Jack y Kristoff salían de su salón.
- Kristoff, vamos a la cafetería, tengo un anuncio importante que darles- dijo Jack entusiasmado.
- Que oportuno Jack, voy por mi novia, hoy viene a desayunar conmigo y tiene a una invitada especial que llegó ayer, se trata de una prima suya- dijo con emoción en su voz igualmente.
- De acuerdo, entonces los veré allá- dijo y se separó de su amigo.
Llegó a la cafetería y tomó una mesa libre. Esperó 5 minutos –“por favor ven, Elsa”- pensaba angustiado.
Al poco rato, vió llegar a Kristoff, junto con Anna y a su lado una chica esbelta de 20 años, con cabello rubio dorado, bastante largo, de ojos verdes, grandes y alegres. Vistiendo una filipina blanca con ropa térmica por abajo y pantalón púrpura, con zapatos blancos.
Llegaron hasta Jack, quien se paró a saludarlos, Anna lo recibió con un abrazo.
- ¡Feliz cumpleaños Jack! Kristoff me contó, ya me superas oficialmente en década- Jack rió
- Te presento a mi prima- dijo mirando a la chica de cabello dorado –Rapunzel Corona, es la princesa del reino Corona en Alemania-
- Un gusto Jack y feliz cumpleaños- dijo Rapunzel abrazándolo.
Tomaron asiento.
- ¿Qué te trae por aquí Rapunzel?- preguntó Jack
- Bueno, estudio medicina en mi país y decidí venir 2 meses de intercambio a aprender en esta universidad- relató en un tono alegre.
- Vaya, que aventurera- exclamó Kristoff –ambas primas rieron-
- ¿No han visto a Elsa?- preguntó Jack ciertamente preocupado.
- No, espera- Anna marcó al teléfono de su hermana, sin éxito –le traté de marcar dos veces antes al entrar, no contesta- dijo Anna
El peliblanco se preocupaba conforme pasaban los minutos, mientras trataba de seguir charlando con los demás. Por dentro sentía gran ansiedad y preocupación.
En otro lado
Elsa comía sus galletas en silencio, sentada en el pasto. Mientras, Mérida platicaba con sus dos amigos, una pareja de jóvenes con el pelo negro llamados Dina y Matt.
Mérida miraba de reojo a Elsa, sabía que algo la tenía preocupada, por lo que decidió darle su espacio y mantener entretenidos a los novios de pelo negro.
Elsa reconoció que le estaba pasando. Se había decepcionado un poco por la rápida despedida de Jack la noche de su cita, después de ese momento mágico. Vio las llamadas perdidas de su hermana, pero no se sentía preparada para ver de nuevo a Jack. Realmente le gustaba y lo sabía muy bien, pero tenía miedo de pasar otra decepción. Por lo que mantuvo su lugar durante la hora libre.
En la cafetería
Después de un rato, Jack se dio por vencido al ver que Elsa no llegaba. Los demás lo miraban con algo de desconcierto.
- Bueno chicos- anunció – quiero invitarlos a una fiesta que celebraré esta tarde por mi cumpleaños-
- ¿Fiesta? ¡increíble!- exclamó Rapunzel en tono jovial.
- Así es, será en la casa de un amigo, a partir de las 8 pm- les explicó
Les dio detalles de la ubicación, se ofrecieron a llevar bebidas y botanas y poco después se despidieron hacia sus edificios.
Llegó la tarde y desde las 7 pm Jack se había arreglado para preparar todo. Se vistió con una camisa de color azul marino, pantalón de vestir marrón, zapatos cafés informales y su inseparable sudadera.
Se dirigió a la casa de Eugene, que estaba a 15 minutos de donde vivía. Esa era la sede de la fiesta. Consigo llevó unas bolsas de botanas.
Tocó la puerta y su amigo de cabello marrón abrió.
- ¡Jack esqueleto congelado! ¡Feliz cumpleaños! - le dio un abrazo.
- Me alegra también verte, Flynn – dijo con algo de sarcasmo en su voz
- Mis papás salieron durante el resto de la noche, así que adelante, siéntete en casa- le mostró el camino con su brazo - ¿Qué tal la universidad?-
- Algo pesada, el trabajo también lo era. Pero son diferentes situaciones, como podrás imaginar-
Pasaron al jardín de su casa, que era un espacio realmente grande, las mesas de botanas estaban a los lados, las de bebidas al fondo, en uno de los lados había un pequeño barandal que separaba de otro jardín. Jack acompañó a Eugene a la cocina de su casa, donde sacaron recipientes para todas las botanas, las acomodaron y las dejaron ahí mismo.
Dieron las 8 pm y se escuchó el timbre nuevamente. Abrieron, eran Hipo y Astrid quienes llevaban bocinas para el sonido. Los acompañaban algunos amigos.
En el castillo de Arendelle
- ¿Cómo que no vas a ir Elsa? – preguntaba Anna incrédula a su hermana.
- No me siento bien Anna- contestó algo dudosa Elsa, sentada en su cama.
- Elsa, ¿que pasa?- empezó a preocuparse
- No pasa nada, Anna. Solo… no quiero ir- bajó su mirada, Anna detectó astutamente que su hermana tenía un conflicto interno.
- Elsa… hermana, mírame. Por favor- le levantó la barbilla - ¿Qué puede ser tan malo como para no ir? ¿acaso sucedió algo con Jack?-
Al escuchar mencionar al peliblanco, las cejas de Elsa se arquearon hacia abajo.
- No te pido que me digas Elsa, ni quiero obligarte. Pero piensa en algo, lo que haya sucedido, ¿puede ser difícil arreglarlo?- su hermana se quedó en silencio
- Ya veo- dijo Anna en tono bajo –te dejo un momento Elsa, tengo que ir a arreglarme- dijo y se fue a su habitación.
Elsa se quedó pensativa, no tenía hasta ese momento deseo de ver a Jack, a su vez estaba preocupada de que el no la quisiera como ella a el. De pronto, una luz se encendió dentro de ella, la mirada de Jack, la última vez que se vieron. Pensó que probablemente, el estaba demasiado nervioso esa vez, lo percibió, pero el pesar que había durado hasta ese momento, la hizo sentir desanimada.
Empezó a pensar en los momentos divertidos de esa salida, en cómo se sintió ella y como se habría sentido en el lugar de él. Entonces, abrió los ojos, quizá había una esperanza, aunque remota. Ella, realmente estaba enamorada de él y eso era más fuerte que la decepción.
Se paró de su cama, movida por una alegría que renació recientemente en su interior. Corrió hacia la puerta y llamó a su hermana.
- ¡Anna!- gritó con fuerza
La pelinaranja se asomó desde su cuarto, cubierta con una toalla, estaba por entrar a bañarse -¿Qué pasa hermana?-
- Iré con ustedes- dijo con una sonrisa
- ¡Esa es mi hermanita la reina! Entonces ¡no hay tiempo que perder!- se metió rápidamente a su cuarto.
- Estoy un poco insegura, pero quiero verte Jack- se dijo a sí misma la chica rubia entrando a su cuarto, esperanzada.
En 20 minutos ya estaban arregladas.
Anna con su blusa y chaleco estilo noruego, y una falda color azul, con botas negras típicas. Estaba peinada con sus dos trenzas, llevaba una capa morada.
Rapunzel con su vestido morado estilo alemán, con amarres por el frente tipo corsé y zapatos de piso morados.
Elsa con un vestido azul con capa, similar a su favorito, pero con la falda llegando a la rodilla, zapatos de tacón azul hielo y su trenza francesa favorita.
Las tres salieron y Kristoff las estaba esperando en la puerta del castillo. Anna lo abrazó y lo ayudó con las bolsas de botana.
El chofer los recibió y subieron a la camioneta.
En la fiesta cada vez llegaba más gente, al parecer, los amigos de los amigos invitaron a otros amigos, por lo que pronto se llenó más de la mitad. Esto trajo algunos problemas, pues las botanas y refrescos se agotaban, teniendo que ir Eugene y Jack a la tienda rápidamente, mientras que Hipo y Astrid iban y venían de la cocina con botanas preparadas. A pesar de ser el cumpleañero, era organizador y trataba de llevar el control de la fiesta para que fuera perfecta.
Tuvo un descanso cuando dieron las 9:30 pm, justo para escuchar una camioneta llegando. Se quedó asombrado al ver que las Arendelle habían llegado, bajaron Kristoff, Anna, Rapunzel y… no lo podía creer, temía que no acudiera pero ahí estaba, Elsa, tan hermosa como siempre.
Jack se quedó esperando cerca de la puerta, respirando hondo.
- ¡Jack!- lo llamó Anna
Se acercó con algo de timidez, pero fingiendo alegría
- ¡Hola! Bienvenidos, por favor pasen- pasaron saludándolo
En el momento que se acercó a Elsa, lo invadieron los nervios y la culpa nuevamente, esta vez no pudo ocultar una sonrisa nerviosa
- H-hola Elsa- sonrió lo que pudo
- Hola J-Jack, fe-felicidades- se encontraba igual de nerviosa e insegura.
- Estoy m-muy feliz que hayas v-venido- dijo Jack
Elsa iba a hablar cuando escuchó que llamaban al peliblanco.
- ¡Jack! Necesito tu ayuda- llamó Hipo desde la entrada al jardín que daba a la casa.
Jack volteó y miró a Elsa con algo de preocupación, ella solo sonrió un poco para que no se preocupara.
- Por favor pasa, Elsa- le dijo
Elsa caminó hacia la mesa donde se encontraba Anna y compañía, acompañada de Jack. A su paso, algunos invitados que la reconocieron hicieron reverencia. Jack le pidió disculpas y fue a ayudar. La joven reina tomó asiento y trató de integrarse a la plática.
- Y dime Punzie ¿cómo están mis tíos Ari y Fred?- preguntó a su prima tratando de recobrar su ánimo.
- Bien Elsa, ocupándose del reino, pero a la vez han estado muy interesados en saber de Arendelle- respondió animadamente la chica de cabello dorado.
Empezaron a platicar muy animadamente, tomaban botana y se sirvieron refrescos.
La fiesta estaba en su apogeo.
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Todos los invitados bebían, platicaban, otros bailaban.
Botanas volaban de aquí allá.
Había risas y bromas entre algunos.
En cierto momento, Jack logró juntar a sus amigos del café y se dirigió con ellos hacia la familia Arendelle.
- Disculpen, quiero presentarles a mis amigos y compañeros del trabajo; ellos son Eugene, Astrid e Hipo- luego se dirigió a los ya presentados – les presento a Elsa, Anna, su novio Kristoff y Rapunzel-
- Es un placer majestades- hicieron una reverencia
- Por favor, llámenos por nuestros nombres- insistió Anna
Narra Elsa
Los amigos de Jack nos saludaron respetuosamente, son personas muy agradables. Sin embargo, Hipo y Jack se regresaron a la cocina, pues dijo que necesitaban sacar unas botanas del horno.
Me siento feliz de verlo, pero a la vez me pesa que no tenga oportunidad de platicar con él. Se ve muy atareado, quise ayudarlo en ese momento, pero insistió en que disfrute la fiesta.
Sinceramente, me es muy difícil disfrutar si no puedo tener un rato para conversar con él. Quiero saber realmente si siente algo por mí pero a la vez, estoy segura que me pondría nerviosa.
Suspiré viendo como se alejaba. Kristoff me miró y me puso una mano en el hombro.
- Voy a ayudar a Jack y sus amigos- guiñó el ojo –espero que eso pueda desocuparlo un poco- me susurró
Le sonreí en agradecimiento. Se puso de pie y se dirigió a Anna
- Mi amor, iré a ayudar a Jack ¿de acuerdo?- le preguntó con una sonrisa
- De acuerdo corazón, pero me traes botana cuando te desocupes- dijo divertida
Kristoff le dio un beso en la frente y se retiró hacia la casa. Me uní a la plática de Anna y Astrid, pues Rapunzel platicaba muy animadamente con Eugene.
- Y dime Astrid, ¿Cuánto tiempo llevas con Hipo?- preguntó mi hermana a la chica rubia.
- Si te contara, ya son varios años, llevamos unos 4- dijo mientras suspiraba
Anna quedó con una cara graciosa al escucharlo – ¡es increíble!- exclamó
- ¿Llevas poco con Kristoff?- preguntó Astrid
- Si, apenas vamos a cumplir 3 semanas- dijo tímidamente mientras se agarraba las manos.
- Puedes acudir a mí para consejos de mujeres, cuando necesites- le dijo Astrid, echaron a reír.
Se dirigió a mí – Reina Elsa, ¿tu tienes novio?- desvié un poco mi mirada
- N-no, no tengo- dije algo desanimada. En otras circunstancias estaría despreocupada, pero esta no era una. Astrid levantó una ceja al ver mi reacción.
Anna se inclinó a su oído y le susurró algo, sólo vi como Astrid expresó – ohhh-
Estoy casi segura que le comentó sobre mi reacción cuando veo a Jack, de cómo me sonrojo cuando escucho sobre él. Incluso ahorita estoy sonrojada.
Traté de seguir platicando con ellas de otros temas.
Llegaron Jack, Hipo y Kristoff con la botana, se dividieron para repartirla, Kristoff vino con nosotros, Hipo hacia el lado opuesto y Jack cerca del fondo.
Anna y Astrid rápidamente empezaron a vaciar la charola que llevaba Kristoff.
Me di cuenta que mi vaso se encontraba vacío, por lo que me paré y le dije a Anna que iría por más refresco, ella asintió y siguió platicando con Astrid. Punzie ya estaba riendo con Eugene, vaya química.
Mientras avanzaba hacia la mesa de bebidas al fondo, pasé al lado de Jack quien seguía repartiendo botanas.
Seguí avanzando y de pronto siento que tocan mi hombro, me volteé y ví a dos muchachos en estado de ebriedad, uno de ellos abrazando a una chica con aspecto gótico.
- Oye preciosa, ¿bailamos?- dijo el que estaba solo, haciéndose el galán.
- No, gracias- dije de forma contundente
- Hazle caso a mi amigo, ninguna mujer le ha dicho que no- dijo el acompañado.
- Oye, por favor, ten cuidado con lo que dices, ella es la reina- dijo la chica tratando de razonar con su amigo ebrio.
- Ahhh ¿eres la reina? ¡Mejor aún!- empezó a reír estúpidamente.
Estaba molesta, me dispuse a seguir mi camino.
- Espera, primero le pido permiso a tus papás para que pueda bailar contigo- volvió a reír.
Empecé a sentirme muy incómoda al escuchar mencionar a mis padres –te advierto que te calles- le dije fúrica.
- Cuida tus palabras- le dijo la chica nuevamente –¿no recuerdas lo que le pasó a los reyes?-
Lágrimas de coraje se agolpaban en mis ojos, no podía resistir eso.
- Ahhhh- respondió el tipo como si recordara algo.
Lo que escuché a continuación bastó para romper el delgado hilo que separa la furia de la nostalgia. Así como mi resistencia y serenidad.
Termina de narrar Elsa
Jack de pronto vio que Elsa daba la vuelta y se dirigía hacia él bajando la mirada, alcanzó a distinguir su expresión: estaba enojada. Se quedó estático mientras se acercaba, pasó cerca de el sin mirarlo y se dirigía a la salida
- ¡Elsa!- gritó, pero su voz no alcanzó a llegar a ella, había demasiado ruido por la música y las voces de los asistentes.
Miró preocupado cómo salía hacia la calle y se alejaba en la oscuridad de la noche. En ese momento, notó que los chicos con los que ella estaba hablando se reían. Se dirigió furioso hacia ellos y les cuestionó en voz severa.
- ¿¡Qué le hicieron malditos!?-
- Estamos conquistando mujeres, ella no es la excepción- respondió uno de ellos, el de la chica, en tono ebrio.
- Y yo le dije que no se resista, después de todo sus papás ya no pueden cuidarla- dijo entre risas otro de ellos.
Al escuchar tales comentarios de un tema tan delicado para Elsa, Jack sintió como las venas saltaban en sus brazos y puños, mientras una furia lo invadía, saltó sobre el último que habló tirándolo al suelo de un golpe.
Las voces se fueron apagando en la fiesta conforme los invitados miraban la escena, Jack estaba a punto de rematar con otro golpe cuando Kristoff y Eugene se acercaron corriendo para separarlos.
- ¡Haber quietos!- gritó Eugene poniéndose frente al ebrio que yacía en el suelo
- ¡Basta Jack! ¡tranquilízate!- exclamó Kristoff tomando a Jack entre sus brazos mientras el peliblanco se sacudía tratando de escapar.
- ¡Ya basta Jack!- se acercó Eugene al peliblanco y lo tomó por los hombros haciendo que lo viera de frente -¿Qué sucedió aquí?-
Jack apretaba los dientes con rabia mientras respiraba agitado, le tomó unos segundos recuperarse y empezó a hablar.
- Estos idiotas insultaron a Elsa…- les contó lo que había visto, cómo Elsa salió de la fiesta y lo que dijeron ambos hombres. Jack de pronto abrió los ojos recordando a la pelirrubia -¡Elsa! Debo buscarla- exclamó en un tono angustiado.
- Nosotros nos encargamos de ellos Jack, tu ve- dijo Eugene al peliblanco. Éste asintió y dando vuelta empezó a abrirse paso para salir de ahí. Llegó a la calle y empezó a correr en la dirección donde la vio desaparecer.
Mientras tanto, Eugene y el pelirrubio sacaron del lugar al par de sinvergüenza arrojándolos a la calle, la chica que iba con ellos sólo les siguió el paso avergonzada de lo sucedido, pues con el susto el alcohol se le había bajado. Se marcharon corriendo todo lo que podían a casa.
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Tengo listo el siguiente capítulo, saldrá mañana
No lo publiqué ahorita para que se pueda percibir la emoción y suspenso
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