Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 38

- Estoy demasiado confundida, bueno, no confundida, aturdida más bien – Jane esta tumbada en la cama con la cabeza colgándole por el borde, el rostro se le comenzaba a enrojecer. – me siento como si me hubieran dado un golpe en la cabeza, aun estoy atontada.

- Te comprendo, yo me siento igual, pero no me puedo imaginar que mi amor platónico tenga  una hija…
Pero no estamos seguras, aún cabe la posibilidad de que sea su hermana o su prima o alguna otra cosa. – Jane se levanta cuando ya su rostro está completamente escarlata.

Después de una súper cena, que yo le llamo la noche de la gula, fue increíble pecar con esa deliciosa comida, volvimos a casa y compartimos un poco en familia, Uriel se gano un poco más a papá, aunque él no quiera aceptarlo. A mi mamá la tuvo desde el primer momento. No tocamos el tema de Ken, era demasiado incomodo para todos, además mamá siempre ha sabido que Ken es el amor platónico de Jane.

- Jane tengo que contarte una cosa. – medite si contárselo o no, y no me gustan los secretos con mi hermana, así que se lo diré. – antes de salir de casa de Ken, alcancé a ver la forma en la que interactuaban Ken y la niña. No quiero asegurar nada, pero parecían padre e hija, además la niña nunca llamo mamá a la señora Villegas.

- ¿Enserio viste eso? – Jane me ve con ojos suplicantes, quiere que se lo niegue, se que puede parecer ridícula la reacción de Jane pero solo alguien que ha amado en silencio puede comprenderlo.

- Ya sé que es duro, pero jamás jugaría contigo acerca de eso. – la veo con ternura instándola a que se acerque para que pueda abrazarla - incluso sonrió, ¿puedes creerlo? Y tengo que aceptar que si no tuviera a mi hermoso novio, pudiera haber babeado, se veía guapísimo – bromeo con ella, para que deje esa cara larga.

- ¿De verdad sonrió? – Jane me ve como si le hubiera hablado de que vi a un dinosaurio en mi baño. – creo que nunca lo he visto sonreír. Todo en él era: cero expresiones o ceño fruncido, ¿se veía así de guapo? A ti nunca te ha parecido guapo.

- Pues si, en realidad se veía bastante guapo – trato de describirle qué y cómo fue que lo vi, es tan lindo como le brillan los ojos de emoción. Es como una niña en una dulcería.

Como si se tratara de un cuento de hadas, hablamos de Ken, reímos como tontas hasta que Jane después de todo el ajetreo de hoy cae dormida.

Sea lo que sea, que pase con ellos, o más bien con Jane, la ayudaré y apoyaré en todo, pero mientras tanto a dormir, mañana será un nuevo día.

-----------------

Al siguiente día me encuentro con una escena muy parecida a la de ayer, solo que sin el incidente de mi falda y el clavo, algo que por cierto quiero borrar de mi memoria.

- Pero que sorpresa más agradable, esta si es una buena forma de empezar el día. – le sonrío a Uriel feliz – ¿vienes por mi?

- En realidad vengo por ti y por Jane – me responde él muy seguro, bueno obviamente si viene por mí, Jane también iba con nosotros, pero me decepcioné un poco por la forma en la que lo dijo, como si fuera una salida de tres amigos.

- Claro, eso era obvio – le doy la espalda mientras me encamino hacia la cocina – ¿ya desayunaste?   - pregunto muy solícita.

- No, pero no tengo hambre gracias, después de la cena de ayer creo que no comeré por una semana – bromea, estoy a punto de llegar a la cocina cuando, de un jalón de mi mano, Uriel me manda a un rincón bajo las escaleras.

– ¿Crees que pueda darte un beso? – es sincero siempre, tímido otras veces, pero nunca lo había visto tan atrevido, y aun así no es de una forma indebida.

- Claro – le susurro no muy segura, no he visto a mis padres y pueden aparecer en cualquier momento. Sin más por esperar se inclina hacia mí y presiona sus labios en los míos por un largo rato, hasta que un sonido extraño sale de sus labios, abro los ojos para ver de qué se trata y él me ve sorprendido también, creo que fue un pequeño gemido.

Después de un segundo vuelve a besarme, esta vez con más fuerza, ahora es él quien muy tímidamente toca mis labios con su lengua. La mía un poco más atrevida va en su encuentro y cuando trato de hacerlo más apasionado siento que Uriel se retira, no entiendo porque siempre hace eso, pero aunque sé que no debería hacerlo, lo hago. Pongo mis manos en su cuello y como Dios me ayuda, porque mis pies casi no tocan el suelo, hago que siga besándome, presiono fuerte mis labios en los suyos y así seguimos hasta que de pronto siento como sus grandes manos comienzan a acariciar mi cintura, sin más pretensión que acariciar, aunque yo estoy empezando a sentir que sube la temperatura.

Cuando no podemos más, nos separamos, descanso mi mejilla en su pecho al tiempo que el acaricia mi espalda.

- Quiero que vayamos a traer a Ken – suelta en el silencio que sigue a nuestro increíble beso. Levanto la mirada hacia él, creo que sigo aturdida y no comprendí lo que dijo.

- ¿Qué dijiste?.

- Vamos por Ken, él necesita ayuda, necesita amigos. – me acaricia la mejilla mientras una sonrisa se dibuja en su rostro, una sonrisa de convencimiento.

- Exacto, necesita amigos, nosotros no somos sus amigos –  replico.

- ¿Y no quieres ser su amiga? – me responde muy afectado por mi comentario.

- Pues claro que no, ¿recuerdas del lugar tan inmundo del que lo sacamos recién ayer? – mis palabras son más duras de lo que quería, pero es la vedad, ken no es un tipo con el que quiera relacionarme. Que sea el amor platónico de mi hermana, no quiere decir que lo quiera en verdad como su novio.

- ¿Por qué hablas de esa manera? Jamás te había escuchado referirte así de una persona, lo juzgas. – me regaña, siento como si en este instante estuviera hablando con mi abuela.

- No lo juzgo, solo reacciono en base a lo que conozco y he visto de él. Y déjame decirte que no es algo bueno o bonito.

- Eso es juzgar porque no lo conoces, no sabes nada de él, solo porque lo viste en un momento de conflicto ya crees que lo sabes todo acerca de él y lo estigmatizas, lo mandas a un lugar en el que a ti no te gustaría estar. – el tono enfadado que usa realmente me espanta, jamás me había hablado así, en realidad él nunca le había hablado así a nadie. No sé porque razón está defendiendo a ken, no tiene sentido, él ni siquiera es su amigo, él tampoco lo conoce.

- No me vengas con esa doble moral, tú tampoco eres su amigo, en el instituto, te recuerdo, tú incluso te burlaste de él, le hiciste bullying ¿y ahora vienes a decirme esto? – me pongo a la defensiva, él no tiene derecho a hablarme de esa manera, menos aun después de lo que hizo.

- Yo no me burle de él, te lo expliqué ese día, no sabía de que hablaban los chicos, pero hoy mismo que tengo la oportunidad, me disculparé con él otra vez.- su cara está totalmente tensa y parece triste, creo que lo que dirá a continuación no va a gustarme nada. - haré lo que tendría que estar haciendo, no gastando mi tiempo contigo. – cada palabra que salía de su boca era como un golpe a mi corazón. Es increíble como unas pocas palabras pueden hacer daño. No sé quién de los dos estaba más sorprendido, al reaccionar sobre lo que había dicho estiró su mano hacia mí, pero mis pies ya estaban en movimiento.

- Lizzy… - intentó volver a tocarme, pero me moví lejos de su alcance. Me sorprendí cuando al ver sus ojos estos estaban cristalizados, rápidamente mi sorpresa se volvió rabia, ¿cómo se atrevía a parecer la víctima cuando fue él quien me lastimó a mi?

- ¿Así que gastando tu tiempo conmigo? – mis palabras estaban teñidas de sarcasmo – pues que no sea yo quien te detenga de todo lo importante que tengas que estar haciendo; tus obras de caridad, tu voluntariado o lo que carajos sea que haces, ya que yo jamás fui digna de saber nada importante acerca de ti.

- Lizzy… por favor – sus ojos me rogaban y aunque estaba a punto de llorar, quería que mi rabia guiara mis palabras ahora mismo.

- Ve y haz tu obra del día, samaritano, y luego regresa, pero eso sí, te aseguro que no voy a estar aquí sentada esperándote – me giré de nuevo hacia la cocina, cuando Jane apareció por las escaleras.

- ¿Ya estas lista, verdad? – me preguntó ajena a la tensión que reinaba en el mabiente – no quiero llegar tarde, quiero saber si Ken asiste a clases – y el bendito ken aparece, por él acabó de tener una discusión con mi recién estrenado y terminado novio.

- Tengo que hacer algo antes, pero… - le doy una mirada despectiva, sobre el hombro, a Uriel.- Uriel vino para que lo acompañemos a traer a ken ¿por qué no van ustedes dos por él y yo los alcanzo en el instituto? – Jane está sorprendida por un instante y luego su rostro resplandece con  la sonrisa más grande que le he visto.

- ¿Crees que sería correcto? – me pregunta de repente indecisa. Niego con la cabeza.

- Si no lo intentas, no lo sabrás.- me encogo de hombros, mientras me adentro en la cocina.

- Entonces allá nos vemos – dice Jane desde  lejos. Escucho como pisadas pequeñas y alegres prácticamente corren hacia la puerta, mientras le siguen otras más pesadas y lentas.

Finalmente escucho como se cierra la puerta y aunque siento un dolor desagradable en el pecho, no lloraré, no es el fin del mundo y por supuesto no lloraré por un tonto amor adolescente…

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro