Jamás en la vida me había levantado tan entusiasmada para un día de clases. Pero es que hoy Uriel pasaba por mi y no podía evitar tremenda euforia. Aunque no sabía que eramos, sabía que era especial.

- Pero miren quien se levantó con el pie derecho. - Papá me sonreía desde el comedor - temprano y para rematar preciosa.

- Papá, no me digas esas cosas que me sonrojas - me acerque a besarle la mejilla  - ¿que tal estoy? - giro para que me mire, es el mismo uniforme de todos los días pero hoy me hice un peinado distinto.

- Estas preciosa mi a... - se detiene en mitad de la frase y me mira entrecerrando los ojos - ¿porque me lo preguntas? ¿acaso tu...? No. - niega efusivamente con la cabeza - ¡No, tu no!

- Pero... ¿Que te pasa, papá? - esta reaccionando de una forma extraña - ¿que hice?

- Yo conozco esa cara, y esa pregunta y el que te hallas levantado temprano y sobre todo de tan buen humor - mi papá me ve como si fuera el mismísimo diablo, incluso se toca el pecho.

- ¿pero, de que hablas? Sólo hice una simple pregunta y tu enloqueciste. - pongo los brazos en jarras, cuando papá quiere ser dramático, es peor que Jane y yo juntas.

- Tu cara lo dice todo, ¡Buen Dios! Dime... ¿Y como es él...?

- ¿Él quién...?

- ¿En que lugar se enamoró de ti...?

- ¿Ah?

- ¿De donde es...?¿A que dedica el tiempo libre...? Pregúntale... ¿porque ha robado un trozo de mi vida...?

- Papá, ya basta...

- Es un ladrón, que me ha robado todo...

- ¿Enserio? - mamá está en la puerta de el comedor con las manos en las caderas al igual que yo - ¿porque cantas esa canción, Diego?

- ¡Porque mi pequeña Lizzy ya esta caminando por los senderos llenos de espinos y tragedias!

- Ya decía yo que ayer estaba muy extraña - comenta mamá pensativa.

- ¡Ajá, y tu lo sabías! ¡Esto es alta traición! - Papá se levanta tambaleante - Jamás te perdonare, mujer ¡jamás!

- Señor Dramas, Relájate - mamá lo azota en el brazo con el trapo que lleva en el hombro - a ver Lizzy ¿quién es él?

Trató de esquivar los ojos de mamá.

- ¿Y por qué tiene que ser un chico?

- Siempre es un chico. - respondes mis padres al unísono. Se sonríen y se atreven a chocar las palmas.

- Pues... No - respondo jugando con un mechón de mi cabello. Vaya, tengo abiertas algunas puntas... creo que necesito corte urgente.

- Hasta juega con su cabello - Papá suspira y se lleva una mano a la boca - la hemos perdido, cariño. - Papá abraza a mamá.

- Ya entiendo porque Jane y yo somos raras, es toda culpa suya. - suspiró frustrada - voy a comer si no les importa. - me doy la vuelta para ir a la cocina y a mis espaldas los escucho perfectamente.

- No nos lo digas, pero lo averiguaremos. - dice mamá.

- Tenemos nuestras fuentes - agrega papá. Me detengo en seco. Me están amenazando.

- Si se refieren a Jane, de ella no conseguirán nada.

- Ella no es la única. - papá está disfrutando esto, eso es seguro.

- ¿Qué? - respondo sorprendida.

- Nada, nada. Ve a comer que se enfría tu comida. - mamá me insta a que vaya a comer.

Mi familia es tan extraña...

Lo peor del caso, es que hasta ahora me he dado cuenta de eso.

Pfff.

(...)

Ya es la hora de irnos y Uriel aún no llega, estoy que me como las uñas.

Jane ve mi nerviosismo y con la mirada me dice que me tranquilice. Trató de hacerlo pero no es sencillo.

Pasan cinco minutos más y nada. Me asomó a la ventana para ver si viene cerca, y no hay más que una mujer paseando a su perro.

Mis nervios están empezando a convertirse en desesperación.

Otros cinco minutos más pasan y estoy por arrancarme el cabello y el de Jane también. Ella ve mi cara de psicópata y se levanta para traerme un poco de agua. Si Uriel no aparece en cinco minutos llegaremos tarde. Muy tarde.

- Toma un poco, seguro que tuvo algún percance y por eso no ha llegado. - Ella deja el vaso con agua fría en mi mano, pero yo no tengo ganas de beberme el agua... tengo ganas de arrojar el vaso contra la puerta - Ok, loca de atar, dame ese vaso. ¿No tienes su número?

- No - le gruño.

- Bueno Démosle otros tres minutos más - bebe un poco de agua - sino tendremos que irnos ¿ok?

Estoy tan decepcionada y enojada, que me importa poco todo. Tomó mi mochila y voy pisoteado hacia la puerta, la abro, salgo y la dejó abierta. Comienzo a caminar como endemoniada. Oigo la puerta de la casa cerrarse, y los pasos apresurados de Jane.

Trato de tranquilizarme, tal vez no vino porque tuvo una emergencia en su casa y yo me estoy portando como un ogro. Relájate Elizabeth. Respira. Inhalar. Exhalar.

En ese momento Jane me alcanza, ya me siento mejor. Le doy un amago de sonrisa.

- Tranquila, pronto sabremos que es lo que paso ¿si? - frota mi brazo y con eso me siento persona de nuevo.

Caminando nos lleva más tiempo llegar al Instituto que en bus, obviamente. Pero llegamos a tiempo y no corrimos.

Estamos caminando hacia nuestra aula, cuando al fondo del pasillo, vemos a todo un grupo de chicos del instituto reunidos, como cuando hay una pelea. La curiosidad nos gana a Jane y a mi, así que nos acercamos para ver que pasa.

Estaba esperando muchas cosas, pero no con lo que me topo.

Allí en medio del círculo y el alboroto se encuentra Uriel, tan sonriente como siempre. Mi corazón da un latido tan fuerte que duele. Pero no esta solo.

Hay una chica con él.

Una hermosísima chica.

Que digo hermosísima, parece sacada de una pasarela de los Ángeles de Victoria.

Lo tiene sujeto del brazo y ambos se sonríen.

Parecen la portada de algun novela o película romántica.

Se ven demasiado perfectos juntos.

Y entonces caigo en la cuenta de que, no fue a traerme a la casa por ella.

Auch... No, doble Auch.