Capítulo IV~"INSPIRACIÓN"
Todavía no he podido escribir mucho más de mi novela, solo he avanzado dos páginas. También han pasado dos semanas desde el extraño inicio de mi amistad con Juan, todavía no me lo creía, y aunque me esté comportando como una adolescente, no puedo dejar de pensar en él. Nunca me atreví a imaginar o fantasear con ser considerada una amiga por él, aún menos que se fijaría en mí más allá de dos palabras o para molestarme.
Últimamente me encuentro recordando el pasado, algo muy extraño en mi persona, pues prefiero mirar al futuro. El pasado tiene mucho dolor guardado entre sus dimensiones; nunca he podido olvidar la primera vez cuando me crucé con Juan y lo conocí, a partir de ahí terminé perdidamente enamorada
" Era una calurosa tarde de julio, las chicas y yo habíamos decidido dar un paseo por la ciudad y queríamos comprar ropa nueva; estábamos a punto de entrar en el instituto y la primera impresión era una de las cosas esenciales en nuestra lista. Esa tarde el tráfico se encontraba en pleno apogeo y pasamos trabajo en cruzar de una calle a otra, en una de las cruzadas se me cayó el móvil, por tanto, decidí regresar por él, no se veía venir ningún carro a la vista en ese momento, confiada fui hasta donde estaba y lo recuperé.
El regreso no fue tan tranquilo, los automóviles habían decidido seguir su camino y yo me encontraba en el medio. Corrí con todas mis fuerzas, aún recuerdo el sudor resbalando por mi cuerpo, la chispa del pánico azotando mi corazón acelerado y los fuertes e histéricos gritos de mis amigas; estuve a punto de llegar, pero un bocinazo me hizo detenerme en seco y mirar hacia el lado, era un camión que venía a toda prisa en mi dirección, pensaba sería mi fin; sin embargo, antes de hacerme puré de papa, un cuerpo se tiró sobre mí y rodamos por la acera.
El desconocido se levantó y yo creí ver una aparición, el pelo revuelto, los ojos penetrantes y la boca en una fina línea como queriendo resistir el impulso de regañarme, en vez de eso, me tendió la mano y cuando estuve de pie, mirándolo a los ojos las únicas palabras que pronunció fueron: "ten más cuidado Ojos de Sapo", luego se sacudió el pantalón, se volvió y desapareció entre la multitud, dejándome en estado de shock, y les puedo asegurar que no fue por el susto. Nuestro próximo encuentro fue el primer día de instituto. Yo iba de camino a mi aula cuando choqué contra él, me le quedé mirando fijamente unos segundos (me parecieron horas), luego le sonreí, pero en su rostro no reflejaba nada, solo dijo otra vez: "ten más cuidado Ojos de Zapo", me apartó y siguió su camino".
La verdad nunca supe el motivo de ese mote cuando apenas hablábamos, debería preguntarle, ahora somos amigos. Quien sabe, tal vez el destino me está dando una segunda oportunidad en el amor, lo malo para aclarar, todavía no me fío de él por completo, podría cambiar de opinión de la noche a la mañana y volver a ser hostil conmigo, decidir no volver a hablarme, destruyendo mis esperanzas por completo. Debo esperar a ver qué pasa.
"No necesito a nadie, no necesito ser parte de ti, conmigo es suficiente para poder llegar lejos de aquí"......, la canción de Lucía Gil "No necesito a nadie" que usaba de tono de llamada desde mi divorcio, me sacó de mis ensoñaciones.
— Hola Erika, que tal estás— le dije a mi amiga tras responderle.
— De fábula, acabo de volver del mar, no sabes lo fascinante de la navegación, la sensación de ser una con el océano, la libertad que se respira— me respondió. Ella había optado por ser bióloga marina, esta profesión siempre le había fascinado y hasta que no lo logró no se detuvo en su afán. Ahora era considerada una de las mejores biólogas del país.
— Me lo puedo imaginar, pero si de algo puedes estar segura es que "Yo", no me subiría a un barco ni borracha con el frío que hace. Solo los locos como tú se sumergen en tal travesía— mi comentario la hizo reír, en realidad no hacía tanto frío.
— Qué aburrida eres. ¿Has sabido algo de Noa? No he podido comunicarme desde el barco para hablar, la señal estaba pésima.
— Tampoco la hubieras localizado, está en Italia por trabajo y de paso iba a visitar a sus padres, ellos se encuentran en un viaje de negocios por allá, ¿sabes?
— Ah, no lo sabía, dime ¿le va a hacer un análisis sicológico a los monos? — se burló y no pude evitar soltar una carcajada. Nohelia se había decantado por la psicología, y la verdad, era muy buena. Ha ayudado a innumerables personas, eso la ha convertido en una profesional de alto prestigio y una sicóloga muy solicitada.
— No te burles de ella, su trabajo es tan importante como el tuyo y el mío. Cambiando de tema, ¿te acuerdas de un chico guapo y popular que iba a nuestro instituto unos cursos más adelante? — le pregunté a mi amiga.
— Hummm, déjame pensar— después de una pausa exclamó con un grito, por poco me deja sorda— ¡Ah sí, el guaperas que te llamaba Ojos de Sapo!, con solo decirlo me meo de la risa— dijo soltando una de sus risotadas.
— Jajaja, a mí no me parece gracioso, no fuiste tú quien pasó por todos esos bonches y nombretes— le recriminé molesta.
— Vale, vale, no me rio más— sin embargo pude escuchar su risa— ¿Sucede algo con él?, la última noticia obtenida por uno de mis compañeros fue una página de Facebook, donde exponía sus últimas creaciones.
— Sí, es cierto, unas preciosas cunitas. Mira, decidí ser su amiga.
— ¡Whaaaaaaaatttttt! — su grito hubiera espantado hasta un lobo hambriento. — Se puede saber cuándo pasó eso.
— No grites, fue hace dos semanas......— Paso a paso le fui contando el encuentro en el club y después en su empresa.
— No me lo creo, tú y el guaperas como amigos, qué sorpresa— no me sorprendió su desconcierto, yo era la primera que no entendía nada. — Oye, ¿no seguirás enamorada de él por casualidad? — sus palabras me dejaron muda.
Después del incidente no había dejado de buscar a mi salvador y al encontrarlo le confesé a mis amigas mis sentimientos por él, ambas me apoyaron e intentaron acercarnos, nunca tuvimos suerte. Lancé un suspiro y decidí responder.
— Si te soy totalmente sincera, todavía lo quiero. Fue mi primer amor, aunque él no lo supiera.
— ¿Y qué vas a hacer?, ¿le darás la oportunidad de atravesar la dura coraza tras la cual te escondes?
— Lo estoy pensando, pero tras lo de Rodrigo tengo miedo, no quiero volver a sufrir— le confesé.
— Mira, cuando Noa vuelva nos reunimos las tres y hablamos de esto con calma. Mientras tanto, si él quiere estar cerca de ti, déjalo, te equivocaste una vez, tu príncipe azul todavía no había aparecido, un beso y adiós.
— Un beso.
Colgué el teléfono estando completamente de acuerdo con ella, pero al parecer el individuo ya se había olvidado de mí. Dos días después mi teléfono volvió a sonar; esta vez no era Erika sino un número desconocido.
— Hola, al habla Flora— dije al contestar.
— Me alegra que cogieras el teléfono, no sabía si responderías— la voz del otro lado hizo a mi corazón latir como loco y a mis pulmones perder todo el aire. — Disculpa por molestarte, solo quisiera saber si tienes algo importante este fin de semana por hacer— cuando logré recuperar la respiración y las vocales, le contesté.
— Pues en realidad no, no tengo nada especial, así pues, que me propones.......
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Parada delante del armario, sigo sin poder decidir cómo vestirme. No podía creerlo, tendría una cita dentro de pocos minutos, estaba eufórica y ni siquiera trataba de disimularlo.
— Flora, si no te apuras tu pareja llegará y tú no estarás lista, ni siquiera te has maquillado, vamos concéntrate y apúrate — me apremió mi hermana, le había pedido su ayuda para vestirme— Creo que este vestido rosa chicle será ideal.
Miré la prenda que me señalaba. Un hermoso traje ajustado al cuerpo con mangas cortas y una falda en forma de tubo hasta las rodillas. La obtuve en una de las salidas que hice con las chicas, nunca tuve oportunidad de usarla; era la ocasión perfecta.
— Tienes razón, me veré sofisticada, los accesorios adecuados son la gargantilla con una rosa en el medio, los pendientes largos plateados y los zapatos de tacón alto, los cuales adquirí la semana pasada en una rebaja.
— Ya veremos, primero pruébate las cosas y luego decidimos. Salí corriendo al cuarto de baño, me vestí lo más rápido que pude. Regresé, me calcé los tacones, la gargantilla y pendientes; luego me volví hacia mi hermana.
— ¿Qué tal estoy? — le pregunté.
— Estás fabulosa, solo te falta un maquillaje sencillo, espero te dejes el pelo suelto — me dijo antes de salir para que yo pudiera terminar.
Me apliqué un maquillaje sencillo en el rostro y un rosa intenso en los labios, en el pelo me puse una horquilla con una rosa cerca del oído derecho. Me miré en el espejo y le sonreí a mi reflejo; era una mezcla de sensualidad con inocencia. Al bajar a la sala les mostré el resultado final a mis padres, cuñado y hermana, por sus caras había elegido adecuadamente.
El día anterior les había dicho lo de la cita, al principio se mostraron desconcertados, pero luego se pusieron felices por mí. Según ellos ya era hora de que saliera con alguien, aunque les aclaré mil veces que esto no era una cita sino una salida entre amigos (a pesar de ser la primera en pensar en este día como una cita). Cuando sonó el timbre respiré hondo, fui a abrirla y me encontré con la palabra seducción en persona: con un pulóver negro ajustado al torso marcando su buen físico, unos pantalones de mezclilla, unos zapatos de piel negros y un hermoso ramo de rosas en las manos. Cuando me di cuenta que lo miraba fijamente y estaba a punto de babear garraspeé y hablé.
— Hola Juan, pasa— me hice a un lado y le permití entrar. Con una hermosa sonrisa y una mirada indescifrable me tendió el ramo.
— Ten, como dice la tienda de tu madre: una flor para otra flor— me dijo y estoy segura, si no llevara maquillaje, se vería cuán roja estaba.
— Gracias, las rosas son mis favoritas— le dije con una dulce sonrisa, por un momento pude ver un brillo intenso en sus profundos y cautivadores ojos, lo malo… desapareció tan rápido como había llegado, por lo tanto, debo estar imaginando cosas.
— Estás muy guapa.
— Pues tú también te ves muy bien— dije y me puse más roja todavía. Mi pobre corazón parecía querer salirse del pecho; mientras él saludaba a mi familia deposité las flores en un jarrón y cogí el abrigo. Respiré varias veces antes de salir a comunicarle que estaba lista para partir, debo controlar mejor mis emociones o esta vez iré directo al cementerio si todo sale mal al final.
El camino en su coche fue agradable, por lo menos se relajó lo suficiente, y pude comprobar su buen sentido del humor y en varias ocasiones ciertas miradas que me dejaban descolocada. Llegamos a “Dos Corazones y una Sonrisa”, el restaurante más famoso de Londres, estaba sorprendida, no me esperaba nada esto.
— ¿Aquí es dónde vamos a cenar? — le pregunté dudosa. Cuando estuve casada con Rodrigo quise venir aquí, pero él siempre estaba ocupado corrigiendo exámenes o preparando clases. Lo postergamos tantas veces que dejé de insistir.
— Si, así es. Hoy es sábado y además de la comida disfrutaremos de buena música— luego me miró intensamente, me cortó la respiración. — Espero me concedas un baile— no fue una pregunta por lo cual no me vi obligada a responder.
Entramos y quedé estupefacta, en vivo era mucho más espléndido que en fotos, paredes blancas con matices azul cielo, mesas alargadas, cortas, redondas, lámparas en forma de espiral colgando desde el techo, el piso parecía incluso un espejo. Nos llevaron a nuestra mesa y como todo un caballero me ofreció una silla para sentarme, luego ocupó su lugar.
— Te gusta el lugar— de nuevo otra afirmación, solo me encogí de hombros y leí el menú. Pedimos bogavante y solmillo de venado, acompañado del mejor vino; como postre, suflé de chocolate y ruibarbo ponchado.
— Siempre había querido venir aquí, Noa mi amiga vino una vez en una cita, cuando me contó de este sitio quise venir inmediatamente, nunca pude— lo último lo dije con un suspiro.
— ¿Nunca pudiste o tu marido no quiso? — me encogí de hombros.
— Siempre tenía algo para hacer, me cansé de pedirle que viniéramos, un día dejé de insistir y me olvidé de ese sueño. No pensé poder venir, te lo agradezco, eres especial Juan.
— Tranquila, todavía estoy considerando dejarte plantada, por lo tanto, mantenme vigilado — no pude evitar reír, lograba ponerme de buen humor.
Pasamos la velada de lo más divertida y entretenida, él me contaba cosas que le ocurrieron en la universidad a la cual asistió y yo hacía lo propio. Al llegar el momento de bailar estaba algo nerviosa, la música era lenta, solo las parejas se encontraban en la pista. Cuando usé esta excusa mi acompañante solo sonrió, me tomó de la mano y le seguí.
Al llegar a la pista las primeras notas de Endless Love de Lionel Richie y Diana Ross empezaron a sonar, esa fue la canción que sonó el día de nuestro reencuentro; al levantar la vista me encuentro con unos ojos verde zafiro salvajes mirando directamente a los míos. Al contacto de nuestros cuerpos me puse rígida, desde el inicio de mi matrimonio no había vuelto a hacer esto. Poco a poco y con la ayuda de mi compañero de baile me relajé y disfruté de tenerlo para mi sola, cuerpo contra cuerpo y la maravillosa música de fondo.
La canción habla del verdadero amor, ¿será Juan mi verdadero amor? Esto es lo más romántico que me ha pasado en los últimos tiempos, no obstante, me pareció un corto baile, quería seguir pegada a él para siempre. No lo hice, me despegué algo turbada y aunque mi acompañante quiso disimular su desconcierto no pudo.
De camino a casa no paré de hacerle preguntas sobre su trabajo, las cuales respondía con una sonrisa (a pesar de saber alguna que otra cosa de carpintería gracias a mi padre diempre había algo nuevo por aprender). Al llegar me sentí decepcionada, no quería que la noche acabara.
— Bueno, hasta aquí la noche, lo pasé fenomenal, no recuerdo haberme divertido así en años; te lo agradezco de todo corazón, me alegra haber aceptado tu invitación
— Yo también lo pase bien, tu compañía es la mejor que he tenido en años— me dijo y otra vez pude ver esa intensa mirada.
— ¿Puedo ser completamente sincera contigo? — le pregunto dejándolo descolocado por completo.
— Eh… claro, supongo— su inseguridad y tartamudeo me dio gracia.
— Creía que esto, nuestra amistad, sería un completo fracaso.
— ¿Un fracaso?, ¿por qué?
— En realidad no tengo ni idea, simplemente como en el pasado nos teníamos tanta manía, pensaba…creía, en fin, me alegra estar equivocada.
— Flora sé cuán estúpido fui, pero no pienso repetir el mismo error dos veces, te lo aseguro— dijo con rudeza, me quedé anonadada por la pasión que mostraban sus palabras.
— Ya.... ya nos veremos otro día. — Fui a abrir la puerta del auto, me detuvo antes de hacerlo.
— Mira, me importas mucho, más de lo que me ha importado nadie; sé qué hace poco de tu divorcio, sin embargo, me gustaría una oportunidad de estar contigo — antes de poder articular palabra me agarró del brazo y me arrimó a él, colocó una mano detrás de mi cabeza y me besó.
En ese momento lo que nos rodeaba dejó de existir y solo éramos él y yo besándonos con desesperación; subí mis manos hasta su cuello y me pegué más para profundizarlo, nunca me habían besado con tanta desesperación y anhelo. Cuando interrumpió el beso ambos estábamos jadeantes.
— Juan…— hice una pausa para poder respirar— tú eres importante para mí, incluso antes de hacernos amigos.
— Sé cuántos errores cometí y puede que ni siquiera merezca una oportunidad de tu parte, aun así, no me rendiré hasta obtenerla.
— Juan, todos nos equivocamos incluso yo, pero creo que antes de iniciar una relación entre ambos, deberíamos conocernos un poco más — pensé que se negaría, una vez más me sorprendió.
— Estoy de acuerdo, tendremos que salir unas cuantas veces más antes de que mis encantos te hagan caer en mi cama— me reí, siempre conseguía sacarme una sonrisa.
— Vale, entonces estamos en contacto para planificar nuestra segunda cita.
— ¿Quién elige el lugar, tú o yo? — pregunta burlón
— Ya lo veremos— le aseguro con una sonrisa pícara — Buenas noches.
— Hasta la próxima Flora — me acerqué y lo besé, luego salí del auto y me dirigí a la casa.
Ya en mi habitación me desvestí, me puse el pijama, me desmaquillé y no pude evitar saltar de alegría como una colegiala. Estaba tan excitada de emoción, sabía que no lograría dormirme, así pues, prendí el portátil dispuesta a escribir en mi novela, sin quererlo mis manos empezaron a teclear sin parar.
La inspiración que antaño se había ido de vacaciones a las islas del Caribe, sin fecha de caducación, decidió volver y asaltarme como un bandido queriendo conservar su tesoro. El hombre de mi amor secreto logró encender la lucecita de la esperanza que llevaba apagada desde hacía mucho tiempo y lograr que la inspiración me volviera, ¿acaso podría desear algo más?
📖✏️📖✏️📖✏️📖✏️
Hola a todos, espero q les haya gustado el capítulo.
Qué les parece la forma en la q se conocieron Juan y Flora?
En el próximo capítulo conocerán la versión de Juan sobre su primer encuentro con Flora. Mil besos,
Nohelia💞
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