Capítulo 6
Tanto Marisa como Lisa se sentían muy nerviosas a pesar del mojito que se habían bebido para que sus nervios no estuviesen revoloteando en su estómago.
Se encontraban felices por poder cenar junto a Noé y Hugo. Lisa no paraba de hablar de lo histérica que se encontraba por poder tener una cita con Hugo. Desde que empezó a trabajar en la empresa se fijó en el. Hugo con su simpatía y encanto consiguió sin saberlo que ella se fuera fijándose más él. Y ahora va hacer un pequeño sueño realidad.
-Marisa tú crees que le voy a gustar a Hugo.-La indecisión de Lisa caló en Marisa. Ella también se encontraba pérdida en sus emociones. Había dejado a su ex novio, y se había jurado a sí misma que estaría un tiempo sin enamorarse, quería descubrir ese mundo al cual sus padres le han prohibido descubrir. Al conocer a Noé había algo en su interior que le grita que se acerque a él. Ahora Marisa deberá luchar en contra de su corazón si no desea volver a ser lastimada por un hombre.
Fuera en la calle, apoyados en su autos se encontraban Noé y Hugo hablando. Hasta que de pronto Hugo abrió sus ojos en par en par sin poder creer lo que veía.
-Joder. ¿Pero esa es Lisa y Marisa?-Noé volvió su cabeza hacia la dirección que miraba Hugo. Al ver a las chicas tan diferentes vestidas se quedó atónito. Sus ojos verdes escanearon a Marisa notando como su corazón martilleaba con fuerza.
-Hola. ¿Qué tal estáis?- Dijo Marisa sin apartar sus ojos de Noé. Sin duda se alegró de la reacción de Noé.
-Pero chicas estáis preciosas.-Hablo primero Hugo. Después sin salir de su asombro se dirigió hacia Lisa.
-Lisa estas hermosa. -La voz de Hugo sonaba en un susurro en el oído de ella. Lisa no tardó en estremecerse esbozando una sonrisa tímida dedicada para Hugo.
Noé, no fue menos y se acercó a Marisa contemplándola de arriba abajo admirando su belleza y sin poderlo evitar se acercó a ella dándole un pequeño beso en su mejilla mientras le susurraba lo hermosa que estaba.
Las palabras de Noé no le fueron indiferentes a Marisa. El organismo de Marisa no tardo en alterarse, las palabras de Noé habían conseguido ese efecto.
Minutos después se montaron los 4 en sus correspondientes coches y se dirigieron hacia el restaurante donde iban a cenar.
Al entrar al restaurante, Lisa que se encontraba demasiado asombrada por todo lo sucedido, seguía sin poder creerse que fuera a pasar una velada junto a Hugo. Casi le costaba controlar su respiración de como la hacia sentir Hugo con sus miradas y palabras llenas de halago hacia ella.
Marisa
Por Santa Rita, que nunca me encontrado tan nerviosa como esta noche. Pensar que Noé me ha dicho que voy preciosa y ese gesto que ha tenido con darme un beso en la mejilla. ¡Oh siii! Como me gusta el condenado.
Pero...Es mi jefe. Y además, yo de momento no quiero hombres en mi vida. Deseo disfrutar de todo lo que me he perdido durante estos años por culpa de mis padres. Quiero descubrir mundo y poder llegar a desvelar todo lo referente acerca del sexo. Saber lo que se siente cuando un hombre te acaricie, te desarme entre sus brazos...Mierda, como no me calme creo que me voy a lanzar al pescuezo de Noé para que me haga un favor.
«Mis ganas, pero es lo que hay, yo a Noé nunca podré llegarle a gustar. Somos de dos mundos muy distintos donde el sería mi maestro y yo su aprendiz»
Me siento junto a Lisa que parece que el mojito le ha echo efecto. La muy jodía no deja de sonreír y lo más gracioso, habla sin atragantarse. Me encanta ver a Lisa así, tan decidida tan llena de vida y sobretodo feliz.
La cena da comienzo, reconozco que estoy algo nerviosa. Lo mejor para hacer desaparecer los nervios es echar un buen trago de vino para que el alcohol te ayude hablar por ti.
Yo me bebí una copa de un trago, sentía como mi gaznate ardía, tanto como mi cuerpo al tener que ver al bartolo de Sergio, el primo de Juan. Nunca nos hemos llevado bien, y aunque esté sentado a pocas mesas de dónde nos encontramos nosotros no iba a malgastar saliva para saludarle. Qué le den morcilla al creído y antipático primo de mi ex. Que me quiten lo bailado aquí disfrutando al lado del mi sexy jefe.
La verdad que estaba resultando entretenida y divertida la cena. Lisa y yo que íbamos con un puntejo de vino, puesto que no dejamos de reír, junto a Hugo y Noé, se notaba que ellos también se lo estaban pasando bien con las burradas que decíamos.
De pronto, vi que Sergio se levantó y sin dejar de mirar hacia nuestra mesa se acercó hasta a mí.
-¿Marisa eres tú?-Preguntó Sergio con esa sonrisa de idiota que pone. Desde luego a Sergio lo tuvieron que hacer en día de fiesta porque ojo que cosa más tonta de hombre.
-Hombre Sergio, que tal todo hermoso.-Agradecí llevar unos grados de vino de más, porque si no, no sé qué le hubiera echo. Seguro que estamparle el plato en la cabeza.
-Vaya. Dejame verte estás...no sé... diferente...te ves hermosa.
-Pues mira como siempre he estado. Y tú que haces por aquí. -Cada vez que miraba a Sergio, peor me caía. Y pensar que el muy desgraciado sabía lo que me estaba haciendo Juan y se callaba... y ahora viene a mostrarme su encanto masculino. Será imbécil.
-Pues tengo un caso muy importante con una constructora y he venido hablar con mi cliente. Pero de verdad Marisa te veo tan guapa, nada que ver en comparación como cuando estabas con mi primo. Quién lo diría.
A que te juro que le arreo con la botella de vino en la cabeza. Dios, pero como una persona puede ser tan insistente e insoportable.
-Pues mira me alegro que tengas mucho trabajo. Ahora si me permites tengo que acabar de cenar con mis amigos.
-Toma este es mi número, estaré por aquí unos días. Llámame.
-Pa' que, si no necesito un abogado.
-Un abogado no, pero alguien que te consuele quizás.
-Marisa es una mujer fuerte que no necesita que nadie la consuele. Si nos disculpa caballero.-Yo iba a soltarle una fresca, pero se adelantó Noé y creo que le ha dejado las cosas claras al bartolo de Sergio ¡Ay, como me río, Sergio se ha ido con el rabo entre las piernas!
-Noé gracias por el detalle.
-Ni me las des. Ya me estaba hartando con sus trucos de Casanova.
-Esto...yo...-A ver cómo le digo que la mujer que tiene ante él no ha sido la misma que cuando estuvo con el pastoraco de Juan.-Noé, esta mujer que tienes ante ti ha cambiado porque...
-Marisa. Tú eres así. Todos nos equivocamos y cometemos errores. Lo peor es no saber valorar a esa persona que tienes a tú lado, y cuando te das cuenta de tu error es cuando te ves solo.
-Hablas por experiencia.
-Si. Mírame, Marisa. Tenía todo y ahora no tengo nada. Tenía el amor de ella y no supe verlo y menos luchar por ella. Ahora ella es feliz, y yo no hay día que no me arrepienta de todo el mal que le hice. La soledad es la que se encarga todos los días de darme las respuestas a mis acciones.
-Noé, no quiero verte así. Pienso que aunque hayas obrado mal, todos tenemos derecho a una segunda oportunidad.
-Todos menos yo. No hay día que mi conciencia me deje tranquilo. Espero algún día estar en paz.
Escuchar a Noé hablar así tan mal del mismo con sus ojos cargados de agua, se ve que está arrepentido. Siento pena por él. No puedo explicarlo como un hombre como el tan atractivo y seguro de si mismo haya acabado tocando fondo. Ah no. Por San Martín que yo me tengo que enterar porqué Noé hablar así.
Terminamos de cenar y Noé me acompaña hasta mi casa. Me quedo un rato con él en el coche. Lo miro mientras el me habla de mí proyecto, y contra más lo miro más pena siento por el. Sigo sin entender porque se castiga de esa manera. En mitad de la conversación me llama mi hermano. Respondo al cansino de mi hermano. Minutos después me despido de Noé dándole un beso en su mejilla. Creo que esto se va volver una costumbre.
Al entrar veo como el cansino de mi hermano me fusila con los ojos.
-Edu. ¿Qué pasa?
-Qué pasa. Se puede saber qué hacías montada en el coche con Noé Robles.
«Po' vaya. Menudo cabreo ha pillado este»
-Es mi jefe. Y me ha invitado a cenar. ¿Tiene algo de malo?
-Sí. Que no vuelvas a salir con el fuera de tu trabajo. Aléjate de él. Si te veo otra vez con él te mando de vuelta para casa. ¿Entendido?
Ni tiempo me dio de contestarle a mi hermano, cuando se giró muy enfado dirección hacia su habitación cerrando con un golpe fuerte. Yo me quedé plantada en mitad del salón sin saber a qué había venido el comportamiento de mi hermano y porque se ha puesto de esa manera.
Conozco a mi hermano y sé que oculta algo. Algo que pienso averiguar si o si. Por San Pancracio que tengo que saber lo que le ocurre a Noé y porque demonios me ha hablado así mi hermano. Si me quedo con la duda no puedo dormir. ¿Pero a quien debo preguntarle para que me resuelva la incógnita?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro