Capítulo 22
NOÉ:
Tras terminar de hablar con Marisa, me fui directo a mi oficina, en aproximadamente media hora mantendría una reunión con Caden. Cerré mis ojos por segundos dejando soltar el aire despacio de la misma impaciencia que tenía.
Al entrar en la oficina, él ya estaba sentado hablando por su móvil. Nada más verme terminó su llamada y con un breve apretón de manos hicimos el amen para no partirnos los dientes en ese mismo momento.
Tomé asiento detrás de mí escrito, no sé de algún modo no me agradaba la presencia de Caden pero al mismo tiempo ninguno de los dos podíamos ocultar la repugnancia que nos teníamos mutuamente.
―Bueno Caden tú dirás.―Empecé hablando yo mientras dejaba a un lado mi aborrecimiento por él para entrar en el tema que me importaba de verdad.
―Como ya sabrás le hemos comprado Naiya y yo a tú padre, por petición de él, sus acciones. Por lo cual en esta reunión debemos ponernos de acuerdo puesto que vamos a ser socios.
Apreté mi mandíbula al máximo profesando una a una las palabras de Caden, y encima no podía culparlo puesto que la culpa de que esta situación se mantenga es de mi padre. Lo miré en silencio escuchando sus proposiciones hasta que entró Naiya. «Lo que me faltaba» pensé para mis adentros, mientras me levantaba de mi sillón y le estrechaba la mano en forma de saludo.
―Siento llegar tarde, pero había dejado a Andrés con tus padres.
―Te agradezco ese gesto mientras yo trabajo, después iré a verlo.―Naiya y yo nos miremos cada uno con una mirada distinta. Ella sonrió a su marido y yo aparté mis ojos hacia la pantalla de mi portátil, considerando que esta reunión va ser más larga de lo que yo pienso y lo peor de todo que no vamos a llegar a ningún lado.
MARISA:
―¡¡Wuau!! Menudo subidón de adrenalina Sancho. De verdad tenías que haber venido a mi pueblo te perdiste lo mejor.
―Ay mi Marisita si yo te contara. Resulta que este fin de semana he visto a mi Arturo en compañía de otro. Y por lo que he visto, yo creo que ya he dejado de existir en su vida.
Desde luego que mal me sentía tener que escuchar las palabras de Sancho, pero lo peor era tener que ver como sus ojos azules se cargaban de agua. Se veía tan derrotado, tan desalentado y agotado por querer a una persona y tener que separase de el por no saber tomar tus decisiones correctas.
―Sancho por favor no quiero verte así. Venga voy a preparar unos chupitos de tequila y verás como nos se levanta el ánimo.
Bueno el que dice un chupito dice tres. Como siempre nuestro mini bar nos salva de toda depresión que podamos tener. Dispuesta a beber otro veo que Lisa me dice que vaya a enseñarle los nuevos diseños a Hugo.
―¿A Hugo?
―Si, Marisa a Hugo, Noé está reunido.
―¿Y con quién está reunido?
―Deja de hacer tantas preguntas y comportarte y ser un poco más responsable de tu trabajo.―Sin más Lisa nos da la espalda y se marcha. Sancho y yo nos quedamos mirándonos asombrados por la actitud de Lisa.
―Pero tú has visto eso. Y a esta que le pica ahora.
―No sé Marisita pero a mí me da el olfato que algo le ocurre y no bueno precisamente.
―Pues no sé qué le puede suceder, de todas formar hablaré con ella más tarde.
Me despido de Sancho y me dirijo con los nuevos diseños hacia la oficina de Hugo. Antes de llegar a la oficina me encuentro a Lisa sentada detrás de su mesa tecleando algo en el ordenador.
― ¿Lisa estás bien?―Le pregunto con la intención de ayudarla. Pero lo único que hago con mi buena voluntad es llevarme una mala respuesta por parte de ella.
No me agrada que me diga que me importa cómo se encuentre. Sin más la dejo que siga con su rabieta y con su trabajo. Camino para la oficina de Hugo pero antes de llegar pero reparo en la oficina de Noé, una sonrisa boba sale de mi rostro, lo que daría por pasar y verlo trabajando pero no debo se encuentra reunido y yo debo respetarlo.
―Hola Hugo, me habías llamado.
―Sí Marisa pasa y siéntate vamos a ver los nuevos diseños.
Frunzo mi ceño viendo como Hugo se pasa su mano por su cabello, hasta diría que se halla algo nervioso. Tomo asiento y le extiendo las carpetas con los nuevos diseños.
―Marisa, desde cuando conoces a Lisa.―Me pregunta Hugo algo inquieto.
―Pues...todo el tiempo que llevo aquí trabando. ¿Por qué lo preguntas?
―Por nada. Dejémoslo así.
Desde luego entendía menos la situación o es que se me había pasado la mano con los chupitos de tequila, porque no me enteraba de nada.
―Hugo te noto algo nervioso, ¿Te ocurre algo rico?
― Más o menos. Noé está reunido con Caden y Naiya, y no tengo ni idea de cómo le estará yendo, y encima no me ha dejado que intervenga.
―Tranquilo muchacho no te alteres que la subida de la presión no es buena.
―Marisa, Caden y Noé se llevan a matar y encima está Naiya, y eso no va traer muy buenas consecuencias.
―Que me estás queriendo decir. Que entre Noé y Naiya aún hay algo.
―No, pero sé perfectamente que Naiya va joder todo lo que pueda a Noé por todo el daño que le causó.
―Ya entiendo. Bueno te tengo que dejar, Sancho y yo tenemos mucho trabajo para el próximo desfile. Hay te dejo algunos de los diseños, ya me dirás algo.
No podía continuar hablando con Hugo. En un punto llevaba razón, Naiya solo quiere venganza y por su puesto va saber que Noé no está solo.
Toqué la puerta de la oficina de Noé interrumpiendo de alguna manera lo que estaban haciendo.
―Buenos días.―Dije ante un inminente silencio.
―Buenos días Marisa, que se te ofrece.―Me pregunta el pobre de Noé con la vena en la cabeza hinchada. Al parecer la reunión no se está dando muy bien.
―Venía para mostrarte los nuevos diseños pero siento haber interrumpido.
―Pues si Marisa, tú no sabes cuando tú jefe está reunido o no.―Me dice Naiya fulminándome.
―Pues para ser sincera no lo sabía. Si no como iba a venir a interrumpir esta reunión. Y por cierto de que va. ―Pregunto mientras tomo asiento en una butaca bajo la atenta de desconcierto de todos.
―Sinceramente no va bien, al parecer no llegamos a un acuerdo.―Responde Noé intentando aguantar una risa mientras el matrimonio siguen observándome con asombro.
―Y eso ¿Por qué?
―Por las condiciones que me están proponiendo.
―La verdad esto es de locos, pero porque le tengo que dar explicaciones yo a una empleada.―Dijo descompuesta Naiya sin apartar sus ojos de Noé y de mí.
―Porque Marisa es más que mi empleada Naiya, es mi novia. Al igual que tú mantienes informado a tu marido yo mantengo informada a mi novia.
Dios mio que me pinchen porque me acabo de quedar consternada con la revelación de Noé. Yo su novia...
Sinceramente no sabía cómo tomármelo, pero aun así decidí seguirle el juego a Noé y le dediqué una sonrisa dejando que mis mejillas cambiasen de color.
La reunión siguió y como antes me había dicho Hugo, las cosas no estaban llegando a buen fin. Al parecer tanto Caden como Naiya quieren que Noé no tome decisiones sin su previo consentimiento. Aquello me estaba hirviendo la sangre, asique no me quedó de otra que levantarme y ponerme al lado de Noé para hacerle cara a ese par de dos.
―Vamos a ver, que yo me entere. Estáis queriendo decir, que Noé a pesar de que trabaje como un gilipollas, no tiene derecho a tomar decisiones sin que vosotros deis el visto bueno. Vamos si os parece bien se hará y si no...a al carajo todo.
―Mira Marisa deja de hablar y vete a cumplir con tu trabajo.―Las palabras de Naiya me sonaban amenazantes.
―Basta Naiya. Esta reunión no está llegando a ningún lado. Y yo decido si Marisa deberá de acudir a su trabajo o no. Además ella lleva razón estas llegando lejos con lo que me estás diciendo.
―Yo solo estoy mirando el porvenir de mi hijo.
― ¿Es que Andrés solo es tu hijo Naiya?
―Tú no te metas Marisa, contigo no va la cosa. Esto es una cosa entre Noé y yo.
―De acuerdo, Caden y yo nos marchamos para dejaros solos. Vamonos Caden a tomar un café.
Llena de rabia agarro a Caden del brazo y lo saco de la oficina. Fuera él me mira desde su posición con cara de pocos amigos, al parecer no le ha prestado nada bien lo que ha sucedido hay dentro.
―Mira Caden, no te conozco de nada, y tú tampoco me conoces, por lo cual dejemos de evaluarnos. ¿Te parece?
Caden el pobre se veía un poco agobiado, echó un vistazo a la puerta y a continuación nos marchemos hacia la cafetería.
Ambos nos sentamos un poco incomodos, pedimos un café cada uno, después de que el camarero no lo pusiera seguíamos en silencio. Y yo como soy así, empecé hablando.
―Mira Caden yo no tengo nada en contra tuya ni de tú mujer. Naiya la conozco porque es amiga de mi hermano y sé más o menos la historia de lo que ocurrió entre ella y Noé, como también sé que Noé quiere pasar más tiempo con su hijo.
―Eso te ha contado. Marisa no te veo mala chica, pero si deseas seguir mi consejo te diría que te alejes de Noé, él no es hombre para ti.
―Gracias por tu consejo. Pero debo decirte que todas las personas cometemos errores, y merecemos una segunda oportunidad. Hasta hoy, Noé se ha portado bien conmigo. Si es hombre para mí o no, eso se verá. Pero también te aconsejo que le digas a tu mujer que causándole daño a través de su hijo solo está consiguiendo que las cosas vayan empeorando más. Ese niño se merece estar con su padre, él no tiene la culpa de lo que los adultos hacen. Es un niño. Recuérdaselo a tu mujer porque al parecer su ceguera de odio hacia Noé le está impidiendo ver la realidad. Noé es el padre de Andrés y no tú. Ahora si me disculpas debo irme a trabajar. Chao Caden.
Admito que me pasado tres pueblo en decirle eso a Caden, pero las injusticias me superan y más después de haberlo vivido yo.
Casi llegando a mi puesto de trabajo escucho una voz, me volteo y me encuentro con Naiya. Suspiro armándome de valor, al parecer la guerra no acaba cuando uno quiere.
―De qué vas Marisa. ¿Eh? Dime.
―Lo primero tranquilízate, que estás un poco alterada y lo segundo si quieres que hablemos, ve al grano.
―Solo te voy a decir una cosa, eres una estúpida por hacer todo lo que haces por Noé. No te voy a preguntar si estas o no enamorada de él, pero quiero que entiendas que todo lo que te digo es por tú bien. Yo también estuve enamorada de él, y sabes, sufrí mucho. Demasiado, pero mi mayor recompensa fue mi hijo. Y por el lucho, y si te digo todo esto es para que se te caiga la venda de los ojos. Acaso no te das cuenta que él solo te está utilizando porque está solo. Solo, Marisa y necesita una tonta como tú para demostrar lo que no es. Te lo digo por tú bien, aléjate de él ahora que estás a tiempo, lo menos que deseo es que pases por todo lo que pasé yo. Te aprecio mucho aunque no me creas. Ahora piensa en lo que te he dicho y por favor no llores por alguien que no merece la pena.
Sin más, Naiya se marchó dejándome enredada en mis pensamientos acerca de Noé. ¿Será verdad que Noé me esté utilizando? Y si fuera verdad, ¿Por qué me mentiría? ¡Ay Diosito ayúdame porque yo ahora mismo ando un poco liada con esta historia. No sé si de verdad el hombre que me hace sentir tan especial, tan querida y comprendida me esté traicionando disfrazando algo que no existe.
Entro en el taller y busco a Sancho, una vez que lo localizo le hago una señal para hablar con él.
―Sancho necesito desahogarme con alguien, estoy algo confundida.
―Toma primero esta cerveza y a continuación hablamos, puesto que yo también ando un poco confundido.
―Perfecto, menudo apoyo me buscado yo. ―Los dos sonreímos, mientras le cuento a Sancho lo ocurrido el me escucha en silencio hasta que termino entre pequeñas lágrimas.
―Ven Marisita, apóyate en mi pecho y llora, en ocasiones las lágrimas limpian el alma, y en este momento de desolación necesitamos limpiarnos de alguna manera. Yo no soy quien para aconsejarte, pero también te digo que hagas lo que tú corazón te dicte. Él es que nos da su sentencia si actuamos bien o no. Pero desafortunadamente su veredicto nos lo dice cuando nos ocurren cosas malas o actuamos inapropiadamente.
―Sancho...¿Qué debo hacer? Ya he sufrido una vez por un hombre al cual me ocultaba las cosas haciéndome parecer una imbécil y no deseo pasar por lo mismo.
―Mi consejo es que seas tú misma. Con tus ideas y conceptos de la vida. Tomate tu tiempo y empieza a vivir, a disfrutar de lo que antes se te ha negado. Lo que no hagas hoy no lo harás después, la vida es corta o larga pero nuestras experiencias están ahí con nosotros.
―Gracias Sancho, eres un encanto de hombre.
―Eso me lo dicen todos. Por cierto has visto ese morenazo que no deja de mirarte...mmm...está para comérselo y no dejarse nada.
―Ja,ja,ja. Aquí el que no se consuela es porque no quiere. Sigo hablando con Sancho mientras preparamos a los modelos. De pronto me toca preparar al morenazo que se refería antes Sancho. La verdad que de cerca es guapísimo, tiene una sonrisa preciosa, y un cuerpo de gym perfecto y lo puedo comprobar mientras le tomo las medidas.
―Hola soy Jonan, mucho gusto.
―Hola soy Marisa, mucho gusto en conocerte y saber tus medidas. ―Los dos sonreímos ante mi comentario. Pero para que mentir, el muchacho es guapillo, pero mi mente no deja de pensar en Noé y en todo lo que me ha dicho Naiya. Y aun así la duda sigue rondando por mi mente si estaré haciendo bien o no respecto a Noé, si de verdad siento algo hacia él; seguir adelante o alejarme y continuar con mi vida.
Anochecido, saliendo del trabajo me encuentro con Lisa. Al parecer se hace la disimulada, me quedo observándola deduciendo que narices le ocurre a esta para que se comporte así.
―Lisa, no te hagas la tonta si me has visto. Espera necesitamos hablar.
―Qué quieres Marisa.
―Tranquila, no te voy a someter a un interrogatorio. Solo quiero saber que narices te pasa para que estés tan esquiva conmigo si no te hecho nada.
―Lo sé, pero quiero estar sola Marisa.
―Lisa, somos amigas y para eso estamos. Si estas mal y necesitas que te eche un cable dímelo. Pero tampoco hace falta que te comportes de esta manera, si es por lo que le hiciste a Esmeralda, tranquila que ya está todo solucionado. Bueno tú misma, que tengas buena noche.
Madre del amor hermoso, pero que día más extraño llevo hoy. De pronto siento que Lisa me llama, me giro y la veo abrazarse a mí dejando caer sus lágrimas. No le digo nada, solo la acojo entre mis brazos intentando aliviarla mientras ella me cuenta lo que sucedió anoche entre ella y Hugo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro