Capitulo 21
Marisa:
Después de marcharse Noé me quedé un rato más con mi hermano hablando de todo un poco hasta que llegó el momento de volver de nuevo a casa.
Junto a mi hermano pasé dentro, todo estaba en silencio, era raro puesto que no era muy tarde para irse a dormir. Inspeccioné las habitaciones hasta que me topé de frente con mi padre.
Con su mirada fría y llena de rencor comenzó hablándome no si antes darme un bofetón.
—Eres una mujerzuela. Me das asco.
—Padre retire lo dicho ahora mismo—Intervino Edu enfrentándose a mi padre.
—Qué he echo señor para tener a estos hijos que solo me traen problemas terminando por avergonzarme.
—Somos tus hijos, qué clase de padre habla así de sus hijos. Si tanta vergüenza te hacemos pasar lo mejor es que nos vayamos—Grito furiosa dejando que mis lágrimas rueden por mi rostro de la misma impotencia. Sin darle tiempo a decirme más cosas, me fui para mi habitación encontrándome a mi madre llorando.
—Mamà te juro que no he echo nada malo.
—Déjalo María Isabel, no crees que ya nos has lastimado con tus acciones. Viéndote con ese hombre que tiene un hijo y no quiere saber nada de él.
No crees que te puede hacer a ti lo mismo.
—Eso no es cierto mamá, Noé quiere a su hijo. Por Dios bendito madre porque juzgas a una persona sin conocerla y encima te crees todo lo que se dice de él
—Vete Marisa Isabel, espero que no te pase lo mismo y tengas que venir suplicando.
—Prefiero hundirme en mi propio dolor que venir a pediros auxilio. Adiós madre.
Me despedí de mi madre sintiendo como el fuego de la incomprensión se extendía dentro de mí. Agarré mi maleta salí de mi habitación mirando con mis ojos empañecidos a mi madre sintiendo un dolor insostenible en mi pecho.
—Edu vámonos, tenemos que ir a buscar a Lisa y Esmeralda.—Pronuncié lo mas serena que me permitía mi estado de flacidez.
Entrada la noche lleguemos a la ciudad, Lisa quiso que Esmeralda se quedase con ella en su casa así le haría compañía y le ayudaría con los gastos de la casa.
Mientras tanto mi hermano y yo nos fuimos a su casa. Quería descansar y poder hablar con Noé puesto que ya comenzaba a preocuparme.
Al entrar en el apartamento de mi hermano sentí como un alivio y paz. Eso es exactamente lo que necesito paz, a pesar de seguir con este escozor de haber tenido que escuchar las palabras hirientes de mis padres.
¿Por qué lo hacen? Me cuestiono una y otra vez mientras termino de aclararme el cabello y terminar de ducharme.
Mientras termino de secarme el cabello escucho como mi hermano está discutiendo con alguien. Algo curiosa salgo para el salón donde me encuentro plantada en mitad a Clara con su rostro rojo del mismo coraje.
Sin pararme a meditarlo me puse al lado de mi hermano haciéndole caras a esa niña pija consentida.
―Se puede saber a qué viene este griterío Clara.―Le pregunto con mis ojos cargados de furor.
―Vengo a reclamarle a tú hermano porque no te ha dejado en el pueblo, y dejas de meter tus narices en asuntos que no te importan.
― ¿Qué? ―Digo asombrada sin saber de lo que habla Clara.
―Ay, no me vengas haciéndote la inocente. Sé perfectamente que estás viéndote con mi hermano, y el único consejo que te doy Marisa, es que te alejes de él y no aspires a algo que no vas a tener.
―Pero bueno chica, deja de ver telenovelas. Qué me estás contando, lo primero me gusta Noé y mientras nos llevemos bien no voy a alejarme porque tú me lo digas.
―No ves Edu, te lo dije, tu hermana está colada por mi hermano. Lo acabas de escuchar ¿No?
―Marisa, eso es cierto. ¿Tú estás enamorada de Noé?―Me pregunta mi hermano con un arranque de irritación.
―Yo...yo...haber no he dicho eso exactamente, he dicho que me gusta, y hay muchas maneras de que te guste una persona.
― ¡Basta ya! Te dejé bien claro que te alejases de Noé y ahora tratas de darme una explicación que ni una niña de cinco años me daría. Que te crees que soy tonto o qué.
―Edu, espera no hace falta que te pongas así. Escúchame.
― ¿No crees que sea demasiado tarde Marisa?
Aquella respuesta me sorprendió mucho, como podía ser que mi hermano fuese tan idiota y se dejara convencer por esta arpía antes que escucharme. Miré a mi hermano moviendo la cabeza desilusionada, ¿por qué se comporta de esta manera, cuan él mismo ha estado hablando con Noé?
Sin más, le di la espalda a mi hermano y fulminando a esta arpía, víbora, mala persona me marché de la casa de mi hermano.
Al salir a la calle llamé a un taxi, no sabía exactamente dónde ir, y en ese momento quería estar solo con una persona.
Al llegar al piso de Noé llamé repetidas veces pero no se encontraba. Algo cabizbaja volví a montarme en un taxi y me fui derecha a casa de Lisa.
Al llegar a casa de Lisa me la encontré medio desnuda, tan solo llevaba puesto una bata su pelo alborotado y sus mejillas rojas. Me quedé un poco alucinando mirándola mientras ella intentaba arreglarse un poco.
―Esto Lisa ¿te encuentras bien?
―Sí, porque lo preguntas.
―Como te veo...no sé...algo...Y Esmeralda ¿Dónde está?
―Ha ido a la pensión que hay a dos calles más abajo.
Ni tiempo me dio de reprocharle lo que había hecho, cuando escuché la voz de Hugo que la llamaba. No dije nada más, solo le desee que tuviese buena noche y me largué de allí buscando la pensión donde supuestamente estaría alojada Esmeralda. Al llegar a la pensión pregunté por su habitación y el recepcionista me indicó cuál era su habitación.
Al tocar la puerta de la habitación de Esmeralda, esta me abrió con sus ojos llorosos. No quise decirle nada, tan solo me disculpé y la abracé pretendiendo consolarla. La pobre muchacha se veía tan mal, que hasta yo me sentía como una idiota sin tener culpa de nada.
Durante un buen rato hablé con Esmeralda y al final quedó todo claro. Lisa le había pedido que si podía dejarla a solas con Hugo y ella sintiendose que estorbaba se vino para la pensión. Antes me había llamado a mí pero como siempre se me olvidó de ponerle el sonido al móvil. Y en una ocasión que llamó pudo escuchar la voz de Clara de fondo cuando descolgó Edu.
Esa misma noche Esmeralda me confesó que siempre ha querido a mi hermano, incluso han estado hablando por las redes sociales, pero claro me querido hermano nunca le dijo que estaba "liado" por llamarlo de alguna manera con Clara.
Después de hablar con Esmeralda, ambas acabemos abrazándonos algo más sonrientes. Yo personalmente la noche la pasé fatal, no dejaba de dar vueltas en la cama pensando en todo. Primero en mis padres, después mi hermano y para rematar en Noé.
A la mañana siguiente acompañé a Esmeralda a su nuevo trabajo, era un taller de costura, donde cosían ropa de marca. Me despedí de ella quedando en vernos en la tarde, para a continuación me marché para mi puesto de trabajo, necesitaba con urgencia hablar con Noé.
Al llegar al edificio, lo primero que hice fue ir directa a la oficina de Noé, respiré hondo antes de tocar la puerta. Antes de tocar pude escuchar parte de una conversación. Sigilosamente abrí la puerta, con discreción y sin ser vista me escondí tras un mueble.
Pero qué era lo que mis ojos veían. Noé hablando con una mujer de pelo cobrizo, y figura delgada. Él estaba acariciando su rostro dándole una sonrisa dulce. Pero lo peor que me sentó fue tener que presenciar como la abrazaba con tanta delicadeza y dulzura. No lo pude soportar más y sin hacer ruido salí de su oficina encrespada conmigo misma, culpándome de ser tan idiota y creer en todo lo que me decía. Seguramente habrá pasado la noche con ella, ahora me explico porque no estaba cuando fui a su apartamento. Agarro todo el aire que puedo dejando a un lado el dolor que comenzaba a nacer en mi pecho. Sola, en el baño me repetía a mí misma si de verdad debo o no seguir haciéndome ilusiones absurdas referentes a Noé. Cierro mis ojos fuerte para ahuyentar las lágrimas que comenzaban acumularse en mis ojos repitiéndome a mí misma que tan solo han sido fantasías mías y con cada detalle que él ha tenido conmigo solo ha conseguido que me entusiasme puesto que yo nunca he recibido esa clase de atenciones.
Me lavo mi cara e intento calmarme para volver a ser la que soy. Pero para mi mala suerte nada más salir del baño me encuentro con Noé de frente.
―Tú no sabes que espiando a la gente no vas a tener muy buena vejez.
―Y tú engañando a las personas vas acabar en el infierno.
―Ella es Elsa, mi ex mujer. Está en tratamiento psicólogo y cada vez que le da un bajón me busca. Solo trato de ser cortés con ella Marisa, no quiero que vuelva a intentar quitarse la vida y menos por mi culpa. Sé que debería mandarla hacer puñetas, pero mientras que esté en ese estado no puedo.
―Oh vaya, no sabía yo esa faceta del buen samaritano viendo de ti.
―Puedes opinar lo que quieras de mí, pero quiero que sepas que contigo soy sincero.
―Ya. ¿Y dónde estuviste anoche que fui a buscarte a tu apartamento y no estabas?
― ¿Y dónde estabas tú que fui a casa de tú hermano y me encontré una escena un poco porno entre nuestros hermanos?
―Por culpa de tú hermana la liosa tuve que marcharme.
―Marisa, cualquier cosa que haga o diga mi hermana házmelo saber por favor, no deseo que sus palabras te ofendan. Clara...no es mala es un poco...a ver cómo te lo digo...
―Enredadora, chismosa, falsa, mala persona, cuentista....sigo.
―No hace falta. Marisa, me siento muy solo, no tengo a nadie, mi propia familia me ha dado la espalda dándole la razón a Naiya y ahora quieren que me vaya de la empresa puesto que mi padre le ha vendido todas sus acciones a Naiya.
― ¿Y te vas a ir?
―Acaso tengo otra alternativa. Lo menos que quiero es enfrentarme a ella, ya estoy agotado y a nada le encuentro sentido, solo quiero pasar más tiempo con mi hijo y formar mi hogar.
―Pues mira Noé, Alejandro Magno no conquistó tierras por ser un cobarde, y tú tampoco lo eres, y si hay que enfrentarse al enemigo se enfrenta uno, pero no dejes que te avasallen y menos dejarles el camino libre. El que algo quiere algo le cuesta. ¿No crees?
En segundos los ojos verdes de Noé brillaban con tanta intensidad que no pude resistirme a su beso aterciopelado y lleno de cariño. Oh dios mío, pero como puede ser que hace cinco minutos estaba decidida a dejarlo y ahora caigo rendida ante sus encantos envuelta en este sentimiento que me confunde tanto y al mismo tiempo deseo estar con él. ¿Acaso me estoy enamorando de Noé?
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