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Capítulo 85: Signo.

Bostezó, esperando su turno en la fila del desayuno. No había dormido bien, había tenido un sueño raro en medio de la noche, un sueño inusualmente largo...

— Ilkay... tú ¡Eres un idiota!

No, no había tenido un sueño reparador, sólo esperaba no dormirse en medio de la clase...

— Diablos, esta chica de nuevo —escuchó a Aarón quejarse a su lado.

Entreabrió un poco los ojos, notando que veía su celular con molestia.

— ¿Qué sucede...? —preguntó con una voz somnolienta.

— Esta chica —prácticamente le puso la pantalla del celular en la cara, en ella se mostraba la foto de una chica morena, muy guapa, usando ropa provocativa... de hecho, demasiado provocativa.

‹Espera ¿Me está mostrando una foto intima de ella? › se cuestionó su cerebro adormilado, notando que todo en esa foto gritaba que fue enviada, al menos inicialmente, sólo a Aarón— ¿Qué con ella...?

— Era algo casual, pero ahora se auto declara mi novia —refunfuñó— Sólo fue una noche, UNA noche, y además ¡Me arañó con sus dientes! —rememoró con fastidio.

Un escalofrió recorrió la espalda de Valentino al imaginarse esto último.

Entonces Jade, quien se mantenía en silencio hasta hace un momento, habló.

— Tú siempre te quejas de los orales de las demás chicas —comentó casualmente, tomando su sándwich— ¿Hay alguna a la que llames "buena" en eso? —preguntó mientras le echaba sal a su sándwich.

Esta pregunta... ciertamente no quería saber la respuesta...

— Si —admitió él, sin ninguna muestra de molestarse por la pregunta— Fue la que en ese entonces era la amante de mi padre, la sirvienta. Ella realmente hacia buenas mamadas.

‹ ¿Qué? › levantó su mirada, completamente incrédulo, sintiendo como el sueño se le había espantado con esa información. Para él, el sólo imaginarse el tener algo con la amante de su padre le repugnaba— ¿Cómo...?

— ¿Cuántos años tenías? —interrumpió Jade.

— Mmmm... ¿Trece? —pareció dudar, como si no recordará— No sé, era un crio y sólo lo hizo para que me mantuviera callado porque la vi a ella y a mi padre en la cama —le restó importancia— Además, después de mi madre la descubrió y la echó a patadas de la casa dejó de mandarme fotos o intentar algo conmigo y... ¿Tú por qué estas así? —preguntó al ver que Valentino estaba algo pálido.

— No es nada... yo... tengo que irme —se apresuró a decir, levantándose con la bandeja con su desayuno a medio comer. Ya no tenía apetito.

「 Tu madre es muy buena en estas cosas, chico

Contuvo una arcada a duras penas al recordar ese mensaje y la foto que venía junto a este. Tuvo que apoyarse en esa pared un tanto apartada para poder mantenerse en pie.

‹Esto es horrible, es horrible› pensó, sintiendo como su respiración se agitaba ‹ ¿Por qué esto se siente tan mal...? ›

Sabía que esto desaparecía de forma natural si no le daba importancia, pero... siempre volvía... siempre volvía...

‹Sólo... debo fingir que todo está bien y soportarlo› se cubrió el rostro con la mano derecha, intentando tranquilizarse.

Si se callaba nadie lo sabría, nadie más que él lo sabría...

— Valentino.

Al escuchar su nombre, Valentino levantó la mirada, viendo a la persona que menos quería ver en este momento, delante de él, dejando su bandeja en la cocina. Tuvo ganas de alejarse lo máximo posible de ella, pero no pudo...

— ¿Estás bien...? —preguntó Abigail, extendiendo su mano hacia él.

Inmediatamente apartó esta mano que le ofreció— Estoy bien.

Sólo debía seguir viviendo una vida sin incidentes y olvidar todo eso. Esos recuerdos estaban bien donde estaban, ocultos en lo más profundo de su mente.

— No te ves bien...

— Estoy bien —repitió, molesto.

Respiró profundamente y se intentó alejar de ella, pero Abigail, como si se tratara de un patito, lo estaba siguiendo.

‹ ¿Qué es lo que quiere? › se preguntó, sintiéndose especialmente incómodo hoy.

— Valentino —lo llamó de nuevo, pero él no detuvo su andar— ¿Cuál es tu signo...?

— ¿Signo? —repitió, girando su cabeza para mirarla, pero sin dejar de darle la espalda.

— Si, ¿Sabes cuál es? —preguntó con una sonrisa aparentemente inocente. Aparentemente, porque Valentino no confiaba en ella y en su sonrisa.

— No —y siguió caminando.

Nunca le habían interesado esas cosas del horóscopo, le habían dicho antes cuál era su "signo" pero era tan irrelevante para él que nunca lo recordaba.

— Pues... Según el horóscopo, somos compatibles —comentó, causándole un escalofrió. 

...o0o...

¿Alguien pidió una loca?

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