Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8: Observando.

Tomó la hoja de clubes y repaso, repasó cada club, sabiendo que Aylin estaba en todos, o casi todos.

Observó a Aylin en el club de arquería, el primero que había en la lista, era temprano en la mañana. Pudo verla vestida con un traje que le recordaba en un traje asiático, disparando con los demás del club. Eran varios hombres...

— ¿Puedo ayudarte en algo? —escuchó una voz detrás de él.

Dio un salto del susto, un salto que casi lo hace soltar su cigarrillo.

Volteó y vio a un chico con el mismo traje que usaban los chicos del club de arquería, de cabellos cortos de color negro, una piel muy blanca y unos ojos cafés que lo miraban con desprecio. Se notaba una ascendencia asiática, pero no era nada bajo en altura.

Por alguna razón, le recordaba a esos chinos de esa banda que a tantas nerds les gustaba, ¿BTS?

— Fumar aquí está prohibido —señaló el chino, con los brazos cruzados.

— Y-Yo, no lo sabía —se excusó.

Parecía que no lo habían descubierto. Bueno, eso creyó.

— Si te vuelvo a ver espiando por aquí, te sacaré los ojos ¿Entendido? —murmuró en un tono aterrador ese chino al pasar a su lado.

Un escalofrió recorrió su espalda con esa amenaza. Ese tipo...definitivamente no estaba bromeando.

Decidió que era suficiente por hoy.

Al día siguiente, consiguió coraje suficiente y fue a ver algo más tranquilo, más normal: teatro.

— ¡Bien chicos, espero que hayan memorizado el guion! —exclamó el director. Según sabía, ese tipo era un dictador.

— ¡Si~! —exclamaron todos a la vez.

Pudo ver a todos actuando y diciendo sus líneas, pero cuando era el turno de Aylin...

— Joven, puede responderme ¿Qué hace aquí? —escuchó la voz del director, quien lo había descubierto con las manos en la masa. Al menos no había dado la voz de alarma.

— Yo...quería ver las actuaciones —se excusó.

— Lamento informarle, que no aceptamos público en las prácticas.

Ni siquiera pasó un minuto cuando el director en persona lo echo del salón de teatro.

‹Ni siquiera he podido hablar con ella› maldijo su suerte mientras jugaba ping-pong contra Ludwig.

— Ganador: Ludwig.

A duras penas pudo contener sus ganas de romper la paleta.

Ese día, se quedó hasta tarde porque el director de teatro lo delató con la directora. Terminó en detención y limpiando los pisos de toda la academia.

— Estoy destrozado...

Quien pensaría que tratar de relacionarse con Aylin sería tan difícil...

— ¡Gato!

Valentino se paralizo al escuchar la voz de Aylin. ¿Acaso estaba alucinando o finalmente obtuvo su oportunidad?

La vio ahí, con el uniforme deportivo de algún club, con un gato negro muy esponjoso vestido con un suéter color gris con rayas y...

‹ ¿Eso es un arnés? › se cuestionó, viendo a Aylin pasear a ese gato como si fuera un perro. No entendía nada, pero decidió seguirla.

Todo iba bien, muy bien, hasta que Aylin se puso a atarse los cordones en una banca, muy normal, pero... de pronto, no vio más al gato negro ¿Acaso se había escapado?

— Miau —escuchó a su lado.

— Hola...—lo saludó, notando que ese gato tenía unos ojos muy azules, ojos que lo miraban fijamente. Sin saber muy bien que hacer, se agachó y extendió su mano hacia el muy tranquilo minino, cuando de pronto...— ¡Agh...! —soltó un grito ahogado ¡Ese maldito gato lo había rasguñado muy fuerte!

Vio cómo su atacante, como si no hubiera hecho nada, volvió al lado de Aylin, quien ni siquiera notó que el gato se había ido por un momento.

‹Suficiente por hoy›

Su rutina se repitió al día siguiente, esta vez con dibujo. Ese salón tenía la puerta abierta y su campo de visión daba justo a donde estaba Aylin, pintando con los pies. No, no estaba pintando usando sus dedos, estaba sujetando el pincel con los dedos y pintando.

‹ ¿...Por qué no me sorprende? › pensó, mirándola mientras fumaba, incluso pudo verla estornudar un par de veces.

Todo iba bien, hasta que vio al profesor que dirigía el club, cerrando la puerta mientras lo miraba con recelo. Aun así, se quedó ahí, fumando, hasta que notó que todos se iban, pero... No veía a Aylin.

Intrigado, se levantó de la banca y, después de ver que no hubiera nadie mirando, entró al salón. Todo se veía normal, hasta que la puerta se cerró a sus espaldas— ¿No te enseñaron que seguir al conejo te lleva a un mundo de locos?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro