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Capítulo 24: Victoria.

Ahí, delante de esas dos, pudo confirmar que eran tan absurdamente parecidas eran. Ambas tenían el pelo negro, ojos azules y piel blanca, pero a su vez, las diferencias eran notables, Aylin tenía el pelo más corto y desordenado, además era un poco más baja que María y estaba usando el uniforme masculino.

Aylin suspiró, y su expresión parecía decir "que fastidio".

— Yo...—intentó hablar, intento decir la excusa que había planeado, pero fue interrumpido.

— Te doy dos minutos para explicarte —sentenció Aylin.

Esto lo puso muy nervioso— ¡E-Esa chica fue la que me beso! ¡Yo no quería besarla, ni siquiera la conozco, pero cuando me iba a apartar ella nos vio y malinterpreto la situación!

Su perfecto guion de como zafar del malentendido se fue al carajo por culpa de esto, que María tuviera una cara de "No te creo nada" no ayudaba.

Valentino hizo un pequeño balance mental, ¿Su orgullo o pagar dos mil dólares?

‹A la mierda el orgullo› concluyó de manera rápida. No había forma que pagara dos mil dólares, mucho menos si debía pagarlos por este estúpido malentendido.

Ambas féminas miraron con sorpresa como Valentino se hincaba delante de Aylin y tomaba sus manos entre las suyas.

— Aylin, sabes que tú eres mi todo, así que, por favor, considera mi versión de los hechos —suplicó. Una parte importante de estas palabras eran para que María no sospechara del contrato, por eso eligió muy bien sus palabras.

La expresión de Aylin mostraba el escepticismo e incomodidad que estaba sintiendo ante este repentino arranque de Valentino.

— No me mires así... —pidió, sintiéndose incómodo también. Agradecía que sólo ellos tres estuvieran en el pasillo, si hubiera más gente sería muy vergonzoso, aunque, honestamente, sería mejor si sólo fueran ellos dos— ¡Nunca más! ¡No volverá a pasar, lo juro! ¡Te lo pido, sólo por esta vez perdóname!

— Eh...está bien, supongo que después de todo no es tu culpa. Considérate perdonado por esta vez...

Parecía que Aylin decidió que este espectáculo era suficiente como para demostrar que, por lo menos, Valentino en serio lo sentía...

— Agradezco vuestra misericordia —dijo, depositando un beso en dorso de la mano de su novia.

María, en cambio, no le creyó nada.

— ¡Aylin, ¿Cómo puedes creerle?! —cuestionó alarmada.

— Es que... no creo que este mintiendo... —respondió, algo incómoda ante la mirada que le estaba dando su amiga.

María vio a Valentino con molestia, como si estuviera preguntando "¡¿Qué le hiciste?!". Él sonrío con sorna, conforme con su victoria.

Parecía que esos dos en cualquier momento comenzarían una fuerte discusión, pero no paso, pues en ese momento salió un hombre alto, muy alto, de piel blanca, ojos muy oscuros y pelo blanco.

Valentino no pudo evitar preguntarse porque un profesor que se veía tan joven tenía el pelo blanco.

— ¿Interrumpo algo...? —preguntó, mirando esa extraña escena delante de él.

Valentino de inmediato se levantó de su posición, sintiéndose cohibido ante la mirada severa del maestro.

— No, profesor —negó Aylin de inmediato— Ya habíamos terminado, ¿Verdad? —y sin darles tiempo de responder, entró de nuevo al salón.

—...

—...

Un silencio incómodo se formó entre Valentino y María cuando el profesor cerró la puerta detrás de él. La tensión era tal que casi se podía cortar.

Al final, María fue quien rompió el silencio.

— No me agradas —declaró, dándole una mirada llena de molestia.

— Es mutuo.

No importaba que dijera María, Aylin le había creído a él y eso no iba a cambiar, no mientras pudiera evitarlo.

Bueno, otro amigo de Aylin lo odiaba, pero ¿Qué importaba? No es como si el resto le tuviera aprecio, uno más no marcaría la diferencia a este punto.

— ¿No te vas a ir? —cuestionó, viendo que Valentino se acomodó al costado de la puerta.

Sonrió— No, voy a quedarme aquí esperando a mi novia —aseguró, haciendo mucho énfasis en la palabra "novia".

—...Me retracto.

— ¿Mm? —"preguntó", con cierta curiosidad.

— No me desagradas, Valentino. Ya te odio —sonrió.

— Que honor.

Parecía que llevarse bien entre ellos no era una opción.

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