— Me acostare con ella, en menos de seis meses.
Valentino se agarró el cabello con frustración, esa chica, Aylin, estaba en todas partes, y, a la vez, en ninguna. Tuvo que estudiarla para saber más o menos en donde estaría, y aun así le era difícil.
Esa chica estaba en un montón de clubes: atletismo, porristas, dibujo, periodismo, tenis y un montón de otros clubes más. Sólo pensar en todos los clubes en que esa chica estaba le agotaba.
Las únicas ocasiones en que no estaba haciendo algo eran en los almuerzos, ¡Pero ni siquiera estaba con las mismas personas!
¿En qué momento podía ir y hacer su movimiento si nunca estaba sola o no haciendo algo...?
Esto era como cazar un conejo hiperactivo en un bosque lleno de conejos.
— Ya ha pasado un mes, ¿Has conseguido acercarte? —cuestionó Aarón.
— Me siento como si buscara una aguja en un pajar —admitió.
Había estado mirándola por un mes, UN MALDITO MES, y aun no sabía cómo diablos hablarle sin meterse en uno de esos clubes en que estaba.
— Tú querías un desafío mayor, ¿No Valentino? —cuestionó Jade, mirando con burla el sufrimiento del chico.
— ¡Silenzio, non sei d'aiuto! —gritó, parándose del asiento y yéndose.
— ¿Qué carajos acaba de decir...? —inquirió Aarón a Jade, quien sólo se encogió de hombros.
Valentino estaba molesto, esto no era divertido ¿Por qué tenía que ser quien tuviera que buscar a la chica? ¡Debía ser al revés!
— Hola —lo saludó alguien que iba en el pasillo solitario.
— Hola —saludó cortante, no tenía ganas de fingir.
La mente de Valentino tardó un minuto en procesar a quien acababa de saludar.
Cabello negro desordenado, una bandana de color rojo que cubría la mitad inferior de su rostro, un pantalón de gimnasia, una gorra del equipo de beisbol de la escuela y una sudadera que le quedaba grande del equipo del equipo de ping pong.
‹Espera ¡¿Qué?! › volteó a todos lados, buscando a esa persona.
¡Aylin había estado ahí y encima lo había saludado!
¿Alguna vez has buscado algo mucho tiempo sólo para encontrarlo al lado tuyo y no te habías dado cuenta? Pues eso es lo que Valentino vivió en ese momento.
Ese conejo que estaba buscando había pasado a su lado y hasta le había saludado, ¡Y no se había dado cuenta!
‹ ¡Agh! ¡Soy un estúpido! › tuvo ganas de gritar, pero se contuvo.
¿Así se sentía Elmer cuando Bugs lo engañaba...?
Lo peor es que ese minuto en que tardó en procesar lo ocurrido, el conejo se había escapado.
Lo había arruinado.
‹Tranquilo Valentino, aun no lo arruinas...› se dijo a sí mismo.
No podía ir puerta por puerta buscándola, pero sabía que pasaba por ahí a esa hora, y que algún club había a esa hora.
— Disculpe, ¿Podría entregarme una hoja con los clubes de la escuela? —preguntó al profesor encargado, que se le quedo mirando raro, no era difícil saber porque. Valentino nunca se había inscrito en ningún club, no le interesaba, lo máximo que había hecho era aprenderse los horarios para recoger a sus "novias secretas".
Si quería cazar a ese conejo debía ser capaz de entenderlo, debía analizarlo de cerca.
— ¿Acaso estas persiguiendo a alguna chica? —soltó el encargado, mirándolo con incredulidad mientras tenía una hoja en la mano, como dudando si entregársela.
— Sólo quiero aprender cosas nuevas —fingió una sonrisa, aparentando inocencia.
El profesor había acertado.
Debía atrapar a ese conejo, y si para ello debía inscribirse en un club, lo haría.
Con cierto recelo, el maestro le entregó la hoja con los clubes y dos formularios para inscribirse, una era por si se equivocaba, pero él no planeaba hacer eso, no, él se iba a inscribir en dos clubes.
Si bien eso antes le hubiera parecido una locura, ahora era algo necesario.
Una vez llegó a su casa, ignoró a su padre, quien dormía en la alfombra con una botella de vino en un brazo y una rubia en el otro, y subió a su habitación.
Había muchos clubes, la escuela era muy liberal en ese sentido, pero todos estaban muy bien acomodados en el horario, así se evitaba que una persona quisiera estar en dos clubes pero estuvieran a la misma hora.
Medito un momento, viendo el horario de los clubes y recordando con quienes Aylin estaba en sus clubes, no podía permitir que lo interrumpieran.
— Definitivamente te atrapare, Aylin.
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