No vio a Aylin en el resto del día, y él no la buscó. Sólo quería descansar, hoy fue un día complicado...

Había llegado a su casa y había almorzado, pero cuando estaba por irse a su habitación, una notificación salió en su teléfono.

"Cita con el dentista: 7:30 pm".

Todavía le quedaba una hora, eran unos quince minutos de viaje hacia la clínica dental.

‹Me duele un poco la muela› pensó, dirigiéndose a lavarse los dientes. La anestesia le iba a dejar mal, siempre pasaba lo mismo, así que necesitaba que lo llevaran.

— Paris —lo llamó, viéndolo en el sofá con un libro— Necesito que-...

— Lo siento, Valentino. Estoy ocupado —se disculpó con una sonrisa.

Era mentira.

Escuchar el nombre de Aylin y de su odiado gemelo le puso de los nervios.

No podía aceptarlo.

‹Que se joda este idiota› pensó con su habitual sonrisa.

— Pero...

Paris cerró su libro, y sin quitar su sonrisa— Lo siento, debo estudiar. Si me disculpas.

Y sin más se fue, dejando a Valentino ahí, sin saber muy bien que hacer.

‹Y ahora ¿Qué hago?› pensó un tanto abrumado, Paris siempre lo llevaba en situaciones así en su auto.

Se dirigió al despacho de su padre.

— Padre...—lo llamó pero al verlo suspiró, fastidiado, al verlo dormido en el escritorio junto una botella de ron.

No sabía conducir el auto y con anestesia en el cuerpo no creía que fuera buena idea conducir su moto...

Tomó el celular y marcó a Jade.

Un tono... dos tonos... tres tonos...

Lo redirigió al buzón de voz.

Cortó.

Buscó el número de Aarón y lo llamó.

Un tono... dos tonos...

— ¿Hola? —escuchó la voz de Aarón, sonaba muy adormilado y adolorido, como cuando tenía resaca.

— ¿Aarón?

— Si...—arrastró ese "si".

Suspiró — Estuviste de fiesta anoche, ¿No es así?

No podía pedirle a Aarón que lo llevara si estaba con resaca, no tenía ganas de morir.

— Yo...

— ¿Con quién hablas? —una tercera voz se unió a la conversación.

*Tuuuuu....tuuuuu...*

Aarón le cortó.

Valentino suspiró por...no sabía cuántas veces había suspirado hoy, y decidió hacer lo que debió hacer desde el principio: llamar un uber.

Como se esperaba, el dentista le dijo que tenía una carie y terminó con anestesia, la cual le dejo un poco...atontado, pero con los dientes blancos y sin caries. El dentista incluso lo felicito por su decisión de dejar de fumar.

— Gracias...—pronunció con cierta dificultad al chofer por culpa de la anestesia. Hablar con la boca anestesiada era demasiado complicado para su gusto.

Caminó hacia la puerta de su casa y...

— ¿Cuál era la llave? —preguntó a nadie en particular mientras miraba su llavero, sin recordar si la llave era la circular o la cuadrada.

Al final terminó probando todas, excepto la llave de su moto. Resulta que no eran ni la circular ni la cuadrada, sino la con forma de abanico.

‹Tengo que marcar la llave...› se dijo a sí mismo, abriendo la puerta.

En ese momento, Paris vio como Valentino al abrir la puerta se cayó de cara y se quedó ahí, en el suelo.

— Valentino, no deberías estar borracho tan temprano —lo "reprendió", sin un atisbo de ayudarlo a levantarse.

— ¡No te quedes ahí y ayúdame! —reclamó. Sus pies se habían enredado con algo que había en la puerta y no podía levantarse, pero Paris sólo sonrió y se fue, otra vez. ‹ ¡Maldito! › pensó, intentando desatarse por su propia cuenta.