Valentino se quedó atónito al percatarse de ello, acaso... ¿Ludwig estaba enamorado de Aylin?

‹No, no puede ser› pensó, frunciendo el ceño. Jamás los había visto hablar, ¿Ella siquiera sabía de su existencia...?

En ese momento Aylin notó que Ludwig la estaba mirando.

Valentino se quedó de una pieza cuando Aylin saludó con una sonrisa a Ludwig, quien se sonrojo levemente y apartó su mirada al verse descubierto.

— ¡Bien chicos, se acabó la clase! —exclamó el profesor.

— Pero aun...

*Riiiiiiiing*

Valentino tomó su mochila y comenzó a dirigirse a la puerta con el resto del club, algo ido. Estaba confundido, y a su vez, estaba molesto, con todos.

— Berardi —escuchó al profesor antes de cruzar la puerta.

Resopló, deteniéndose— ¿Qué sucede?

Aiden elevó una ceja ante esta respuesta, y sonrió— Berardi, soy su profesor, no su amigo. No me faltes el respeto.

A pesar de que el profesor se veía tan tranquilo y tan infantil como en clases, por alguna razón su mirada le provocó escalofríos.

— S-Sí.

— Bien —toda atmosfera aterradora se esfumó de golpe, como si jamás hubiera existido en primer lugar— Quería hablar de tu rendimiento en las clases.

— Si, si, sé que soy malo y que jamás venceré a Ludwig —habló, claramente fastidiado.

— Obviamente jamás vencerás a un miembro del equipo de tenis de mesa siendo apenas un alumno principiante —informó mientras se encogía de hombros. Parecía ligeramente serio, sólo un poco.

‹ ¿De qué habla este tipo? › pensó con cierto escepticismo.

Debió notar su cara porque siguió hablando— Los miembros del equipo tienen un entrenamiento mucho más intensivo que la de los alumnos regulares, Berardi, partiendo porque tenemos dos clases a la semana en lugar de una —le explicó mientras levantaba el dedo índice— Tu ni siquiera debiste ser emparejado con Siegel en primer lugar, así que desde la próxima clase se te asignara otro compañero —concluyó.

Suspiró— Está bien.

— Eso es todo~, ya puedes irte.

Valentino acomodó su mochila en su hombro y se fue, sin darle una segunda mirada al profesor.

¿Cuánta era la diferencia entre un miembro del equipo y un alumno inscrito en el club? No debía ser mucha. No es cómo si le importara realmente cambiar de compañero, ya se había acostumbrado a perder de manera fulminante.

Sin embargo...algo le preocupaba y le estaba atormentando.

‹Necesito preguntarle›

Necesitaba hablar con Aylin, ahora mismo, no podía haber ido muy lejos en menos de cinco minutos. Y así fue, estaba caminando por los pasillos mientras comía de manera distraída un sándwich.

— ¡Aylin! —exclamó, llamando su atención.

— ¿Mm? —"preguntó" sin dejar de comer.

Valentino se apresuró a llegar donde ella y una vez frente a frente...

— Ludwig ¿Lo conoces? —expresó su duda.

¿Por qué se sentía tan ansioso...?

— Si.

— ¿De dónde? ¿Son amigos? —insistió.

Aylin le dio esa mirada plana a la que ya se estaba acostumbrando. Era obvio que sospechaba

— Se podría decir que si ¿Por qué preguntas? —cuestionó.

— Debes dejar de verlo.

— ¿Ah? —Puso mala cara, dando su último mordisco al sándwich— No quiero —sentenció, comenzando a alejarse.

Antes de que ella se alejara, la tomó del antebrazo— ¡Pero él-...!

Valentino o pudo continuar la frase pues Aylin se dio la vuelta y le puso la otra mano en la cara para luego acercar su cara a ella. Había una diferencia de más de diez centímetros entre ambos.

— Escúchame Valentino y escúchame muy bien porque no volveré a decirlo. Debes tener muy claro que no soy de nadie y tú no eres nadie para decirme con quien juntarme y con quien no debo juntarme, no eres mi padre ni mi hermano. Así que haré lo que yo quiera y me juntare con quien a mí me dé la maldita gana ¿Entendido?

Valentino asintió frenéticamente, siendo soltado por Aylin quien se dio la vuelta y se fue, sin darle una última mirada. Podía sentir muchas miradas sobre él, era humillante.