— ¿Por qué? ¡¿Por qué estás terminando conmigo?! —cuestionó la chica, envuelta en lágrimas, viendo como su primer novio, aquel que fue su primer beso y su primera vez, rompía con ella.

‹Que aburrido› pensó el chico, desviando la mirada a otro lado, mientras escuchaba el llanto de esa tonta que se había entregado a él tan fácilmente ¿Cuánto había tardado esta vez...? ¿Dos meses...? ‹Terminemos con esto›

Valentino Berardi, el conocido como el playboy de la academia "Belial". Un joven de diecisiete años, de piel besada por el sol, cabello castaño y ojos aceitunados con miel, con una sonrisa con hoyuelos y una voz grave que derretía a las chicas.

No era raro que estuviera rodeado de chicas lindas y populares, a las cuales siempre decía dulces palabras. Las chicas lo adoraban, y a él le encantaba.

‹Es sólo un juego›

Después de terminar con su doceava novia "secreta" del año, decidió que ya había estado saltando las clases demasiado, era clase de educación física, así que tampoco era demasiado. Que las chicas se lo comieran con los ojos era demasiado bueno para perdérselo.

Con cada flexión, con cada abdominal y cada carrera, podía sentir las miradas de las chicas, incluso desde las ventanas de otras clases estaba siendo observado.

Consciente de este hecho, se echó su cabello para atrás y sonrió, escuchando muchos suspiros de fondo.

‹Eso es, adórenme más› pensó, con una amplia sonrisa.

Para desgracia de Valentino, al cambio de hora se les unió otra clase, la clase de su archienemigo: Romeo Miller, ese bastardo que se creía un chico malo usando su chaqueta de cuero.

La división de la atención femenina entre Romeo y Valentino fue obvia, sobre todo porque gran parte de las miradas iban de un lado a otro.

Gruñó al ver a ese tipo hacer estiramientos con una chica. Le estaba quitando la atención.

Competir con ese idiota de Miller le molestaba ¿Acaso no era obvio que ÉL era el mejor?

— Joder, ese tipo me molesta —declaró, sentándose en el patio después de clases con su grupo de amigos.

— Relájate, todos saben que ese idiota no presta atención a las chicas. Seguro que es gay —rió uno de sus amigos, fumando un cigarro.

— Dame eso —le quitó el cigarrillo, dando una profunda inhalada.

Extrañaba esa sensación, con esa nerd fea no podía fumar libremente.

— Por cierto, mi dinero —exigió, extendiendo su mano a Jade, el "tesorero" del grupo— Me acosté con esa fea en 47 días.

— No entiendo como tuviste estómago para hacerlo con ella, Valentino —sonrió Jade, sacando de un bolsillo de su chaqueta un fajo de billetes— Pero, tenía buen trasero.

— ¡Pero su rostro era horrendo! —soltó una risotada Aarón, quitándole el cigarrillo y dándole una inhalada que acabo con este.

Valentino ignoró estos comentarios, no le interesaba el dinero, aunque pensar en el hacía que sus rostros fueran más agradables. El reto de conquistar a una chica y acostarse con ella era lo emocionante, o lo era, las chicas de esta escuela eran demasiado fáciles...

—... ¿Me estas escuchando? —preguntó Jade, notando que Valentino no respondía.

— No —admitió sin una pisca de vergüenza.

—... Como iba diciendo, estas últimas chicas han sido demasiado fáciles para ti, ¿No crees, Valentino?

— En efecto —dijo mientras prendía otro cigarrillo.

— ¿Qué te parece un reto mayor...?

Esto llamó su atención, estaba aburriéndose de salir con chicas "nerd", eran muy fáciles. La idea de un reto definitivamente era más interesante que seguir haciéndolo con ellas.

— ¿A quién tienes en mente? —cuestionó, sabiendo que había ciertas chicas inalcanzables, como la prima de ese idiota, Rebeca Miller. No era imposible, pero un romance con una modelo juvenil sería demasiado mediático.

Jade sonrió, esa sonrisa enigmática que tenía cuando tenía un plan malvado, y sacó un periódico. En la primera plana había una chica con una bandana para ciclismo, no le prestó mucha atención a que decía en la foto, ni siquiera necesito leer, conocía a esa chica, ¿Quién no la conocía? Era casi la mascota de la escuela.

— ¿Aylin Miller? ¿Es en serio? —cuestionó, con cierto escepticismo.

— Claro que es en serio —parecía ofendido— Nunca se ha sabido que tenga un novio, seguramente es virgen.

— Buen chiste, esa chica se la pasa en los clubes de la escuela —incluso era una de las editoras del periódico escolar ¿Cómo se supone que iba a ligarse a esa chica si se la pasaba ocupada?

— Oh, acaso... ¿Tienes miedo? —cuestionó Jade, siendo secundado por Aarón.

— Claro que no —negó de inmediato— Me acostaré con ella, en menos de seis meses.

— ¡Esa es la actitud! —exclamó Aarón, golpeando su espalda.

A lo lejos, una figura escuchó la conversación de esos tres— Interesante~.