JAYDEN

La preocupación y tristeza se hacían presente a medida que la mañana se acercaba, no podía estar tranquilo al saber que Jenna se encontraría triste por culpa de Stevie. Quería ayudarla, por eso, tomé las fotografías, aunque no dejaría de cuestionarme si realmente fue lo mejor.

No me había percatado de que se me hizo tarde, al parecer Jenna se encontraba la mayoría del tiempo dentro mis pensamientos. Llegué a la Universidad con cierto apuro, había varios escalones por subir, pero un sonido inusual se hizo presente. Eran unos cuántos gritos y provenían justamente del pasillo en dirección al salón de clases. Me dirigí rápidamente, sentía cierta preocupación de que algo malo estuviera pasando. La rabia se hizo presente al ver a Mila, la chica que anteriormente había estado coqueteando conmigo, golpeando a Jenna. Escuché que le pedía que se aleje de mí con el propósito de conquistarme, lo cuál resultaba tan patético.

–¿Y qué pasa si yo no quiero que Jenna se aleje de mí? – La cuestioné con total enojo, mientras observaba los ojos llorosos de Jenna. Tenía marca de los golpes, nunca la había visto tan indefensa. Sentía la necesidad de defenderla en todo momento.

–Jayden... ¿Qué estás haciendo aquí? – Mila cuestionó ocultando su sorpresa mientras trataba de buscar una explicación para lo que estaba haciendo.

Me dirigí hacia Jenna, hice que la soltaran y la tomé entre mis brazos. Quería transmitirle seguridad y que entendiera que yo siempre estaría para ayudarla. Ella se aferró a mí, al parecer se encontraba muy asustada y el miedo era evidente en aquella mirada, pero también se encontraba triste por aquel motivo llamado Stevie.

–¿Qué harás si yo no quiero alejarme de Jenna? –Le pregunté nuevamente y el grito de mi voz, la hizo sobresaltar.

–Yo... lo siento Jenna. –Es lo único que Mila pudo contestar.

–No quiero que vuelvas a acercarte a Jenna, mucho menos volver a hacerle daño. Mientras yo esté aquí no permitiré este tipo de situaciones. –Expresé con total determinación, Jenna todavía estaba aferrada a mí.

–Lamento mis malas acciones. –Contestó Mila.

–Claro que lo harás, por el momento despídete de la Universidad por unos cuántos días. –Le dije mientras me alejaba con Jenna. A los pocos segundos, ella expresó su agradecimiento.

–Gracias Jayden por aparecer, de verdad, me salvaste. Tengo que admitir que tuve mucho miedo, yo... yo. –Sonaba agradecida, pero a la vez tan angustiada.

–No me agradezcas Jenna. –Soné tan amable, esta vez había resultado tan natural.

Nos dirigíamos a la enfermaría, estaba dispuesto a cuidarla durante la tarde, no me importaba nada en ese momento, pero la presencia de Stevie era una situación en la que, Jenna se enfrentaba.

–Jenna, debemos hablar. –Mencionó Stevie.

–¿De qué? –Contestó Jenna con total indiferencia.

–De lo que seguramente te contó Nicolet.

–¿Sobre lo de que eres un completo egoísta que nunca se ha preocupado de mis sentimientos? Si es eso, pues no hay nada de qué hablar, es decir, es un hecho. –Jenna contestó con total sarcasmo.

–Jenna, no es así. Eres una gran chica que se merece lo mejor, pero yo...Necesito que escuches mi versión. De verdad, puedo cambiar por ti, sabes que yo no soy ese tipo de chico, sé qué piensas diferente acerca de mí, por eso, necesitamos hablar. –Insistió Stevie.

–Stevie, no trates de arreglarlo. No hay vuelta atrás, no permitiré que te sigas burlando de mis sentimientos, sé que fue mi culpa por confundir las cosas, pero tú me hiciste creer que esta vez sería diferente. –Lágrimas de rabia se hacía presente en el rostro de Jenna. Lo mejor era alejarla de ahí, así qué, tomé su brazo y ella estuvo dispuesta a alejarse de alguien, que ahora era parte de su pasado.

Mientras nos dirigíamos a la enfermería, pude observar como Jenna se encontraba llorando y trataba de limpiar sus lágrimas con su abrigo, no podía hacer mucho por controlar sus emociones, pero si podía ofrecerle mi compañía... y un pañuelo.

Después de que la revisarán, Jenna mencionó que ya se sentía bien y que quería salir de allí. Seguíamos en un completo silencio. A los pocos segundos, ella se dirigió a uno de los asientos que se encontraban en el centro de la Universidad, inconscientemente la seguí y ya me encontraba sentado a su lado, pero seguía igual de triste y trataba la forma de consolarla.

–Puedes llorar si quieres, no te juzgaré. –Le sugerí, mientras observaba su rostro enrojecido por el llanto.

Jenna lo entendió y al instante empezó a llorar desconsoladamente, sus manos cubrían su nariz y boca para tratar de que el sonido no se haga cada vez más alto. Lloraba como aquella niña de diez años que tenía un raspón en su rodilla al caerse de una bicicleta, la diferencia era qué su corazón ahora tenía un raspón, profundo y que de seguro ella se sentía frustrada por permitir que alguien haya tomado el control de sus sentimientos.

Le ofrecí un pañuelo, ella lo tomó con delicadeza, a la vez que, su pecho se movía agitadamente y no podía hablar por la propia acción del llanto.

Al poco tiempo, trató de calmarse, mientras se dirigía a mí.

–Gracias Jayden por estar aquí, pero ahora debo irme. Te mandaré la parte del trabajo, en cuánto pueda y poder entregarlo pasado mañana. –Hizo una pausa. –También quería mencionarte que, no voy a asistir a tus clases de piano, por ahora no, pero cuando me encuentre mejor, lo haré, de verdad Jayden, gracias. –Y con eso, se dio la vuelta y se alejó rápidamente, mientras que yo me encontraba con muchas preguntas por hacerle.

Entendí que no podía perseguirla más, por lo tanto, decidí dirigirme al salón de clases. Al llegar, fui el centro de atención de mis compañeros y el asombro del maestro, pero era algo que tendría que explicarlo al maestro Wilson después, no justo ahora, no delante de todos donde pueden juzgarla.

Definitivamente, la clase de ese día fue importuna porque ya no podía observar en determinadas ocasiones a Jenna, sus expresiones al estar concentrada, confundida, triste, irritada o feliz ya no eran visibles, a pesar de que sólo habían pasado unas cuántas horas, su presencia era especial y en alguna medida, extrañaba verla y guardarla en mis recuerdos.

Al llegar a casa, únicamente quería olvidarme de todo, quería concentrarme en mí y solo en mí, pero ¿Qué caso tenía si Jenna apareció en mi vida? Pretendía escribirle un mensaje, pero a la vez, no quería causarle incomodidad. El tiempo sanaría aquellas heridas, mientras tanto, yo podría cuidarla.

A la madrugada, recibí un correo de Jenna, donde me enviaba la respectiva parte del trabajo grupal, sólo enfatizó en aquello y no había opción de hablar de cómo se encontraba.

Tenía en mente, el poder hablar con ella al día siguiente, pero definitivamente no pasaría. Jenna llegó tarde y tuvo que dar una excusa al maestro para poder entrar. En la hora de receso y en la salida, ella salió muy apurada y no tuve tiempo para acercarme a ella. Pensé que ese suceso sería en aquella ocasión, pero continuó por aproximadamente tres semanas.

Ya no hablaba con Jenna, sólo la vez en la que entregamos el trabajo y nos fue excelente. El resto del tiempo, ella no se dirigió a mí, ni a nadie en el salón. Al parecer, su miedo se hizo presente, permitiendo que Stevie controle sus emociones. Realmente, traté de entenderla,pero ella ya se estaba alejando de mí, incluso ella no quería que fuera parte de su vida, probablemente yo también debería hacer lo mismo.

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Hola queridos lectores, espero que estén bien, les traje un nuevo capítulo después de tardar mucho tiempo, jeje.

Nuestro Jayden, siempre defendiendo a su Jenna, a pesar de que las cosas ahora empiezan a complicarse un poco. ¿Qué creen que vaya a pasar después? Ambos están actuando de distintas maneras que es un poco impredecible ahora.

Gracias por leer <3