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ESPEJO DISTORSIONADO

Damián pudo sentir alivio en cuanto vio a Juliana salir por aquella apertura, contento de sentir que ella al fin estaba a salvo. 

-¡Damián! ¡Aquí, toma mi mano!-escuchó entonces y al mirar hacia un lado, pudo ver que una mano masculina estaba extendida en su dirección. 

Damián arqueó la ceja, extrañado y un tanto desconfiado de que alguien pudiera conocerlo. Él apenas había conocido a una chica durante toda su estancia en la isla ¿de qué lo conocía aquel chico?

Decidió que eso lo averiguaría cuando saliera de ese lugar antes de que volviera a derrumbarse, así que, tomando impulso, agarró la mano que le era tendida y, de un tirón, quedó deslumbrando por la luz del sol.

-¿Sol...? Pero si...

-¡Damián! ¿Estás bien? ¿Y qué estás haciendo aquí?-escuchó con mas nitidez la voz de la persona que lo había sacado.

El chef parpadeó unas cuantas veces, intentando acostumbrándose a la repentina claridad mas rápido, sus ojos se movieron enfocando al chico que estaba delante de él. Lo primero que pudo identificar en su visión borrosa fue un cabello corto y de color azul, dejándolo confundido por unos segundos, hasta que su visión se aclaró del todo y lo siguiente que vio fueron unos rasgados ojos rojos que le devolvían una expresión confusa.

-¿Juliana...?

-¿Juli...? ¿Damián, estás bien?

Damián se quedó desconcertado, por un segundo creyó que la persona que estaba delante de él era su amiga, sin embargo, casi de inmediato, pudo identificar rasgos en esa persona que no tenía la campeona, empezando que aquellos rasgos eran los de un hombre. Además, Juliana acababa de salir por el hueco, entonces ¿Cómo es que este chico se parecía tanto a ella?

-¿Quién eres tu...?-preguntó Damián con la ceja arqueada.

El chico, ahora mas desconcertado que antes, puso una expresión preocupada.

-¿Cómo que quién soy...? Damián ¿Qué te pasa...?-preguntó acercándose un paso hacia el chef, son soltar su mano como si una repentina cercanía pudiera hacer que fuera reconocido mejor, sin embargo, aquello solo hizo que Damián se sintiera muy incómodo y seguía sin entender qué estaba pasando ahí.

-¡DAMIÁN!

El grito repentino de Juliana sobresaltó a los dos, y Damián rápidamente miró hacia donde estaba su amiga. 

Entonces lo vio, aquel tipo, ese que había hecho de la vida de su amiga un infierno ¿Qué hacía allí...? ¿Por qué estaba en Alola? Entonces sus ojos se movieron y también pudo ver la manera en que agarraba a Juliana del brazo y la retenía.

Y la visión de Damián se volvió roja.

-¡ALEJATE DE ELLA, DESGRACIADO!-gritó Damián apartando de un empujón al chico que tenía delante e ir hacia donde estaba el otro como un Tauros en plena embestida.

Cass, que intentaba calmar a Juliana, apenas pudo registrar lo que estaba pasado y cuando quiso darse cuenta, el puño de Damián se estrelló contra su mejilla y acabó derribado en el suelo.

-¡CASS!-gritó horrorizado el otro chico, llegando justo para intentar detener al chef, empujándolo para evitar que siguiera avanzando- ¡DAMIÁN PERO ¿QUÉ TE PASA?!

-Auch...pero ¿por qué...?-susurró Cass confundido, tocándose la mejilla y notando el sabor metálico de la sangre en su boca, mirando con incredulidad a Damián por aquella violenta reacción ¿a qué venía esto...?

-¡Te lo juro, imbécil, que si vuelves acercarte a ella no quedará nada de ti que esté vivo cuando acabe contigo!-gruñó con furia el chef haciendo que Cass se echara a temblar de puro terror.

-Damián, amigo...-apenas pudo susurrar el de ojos dorados antes de un pequeño sonido les llamara la atención.

Todos voltearon a mirar a la mujer, la cual había retrocedido unos pasos de la escena y estaba jadeando en busca de aire mientras sus ojos, totalmente desorbitados y lágrimas acumulándose en sus ojos. Damián, cobrando conciencia de ello, se olvidó por completo de su rabia y corrió hacia Juliana.

-Hey, Julie, mírame, mírame. Estás teniendo un ataque de pánico. Mírame, estoy aquí ¿de acuerdo? Estoy aquí. Estás bien. Todo está bien.-hablaba Damián con el tono de voz mas cuidadoso y tranquilo posible, intentando servir de ancla para ella, luchando por no angustiarse por verla en ese estado que hacia mucho tiempo que no veía.

Pero por suerte, Juliana tenía los ojos alzados hacia él, no exactamente los enfocaba y dudaba si estaba viéndolo pero al menos, le estaba haciendo saber que estaba captando su voz.

-Vale, Juliana, esto puedes hacerlo, lo hemos hecho antes. Estas atrapada dentro de tu cabeza y voy ayudarte a salir de ella ¿vale?.

Juliana, con apenas fuerzas, asintió de manera temblorosa.

-Bien, Juliana ¿puedes decirme cinco cosas que puedas ver ahora mismo?

-T-Te veo...a...a ti...-susurró de manera quedada, aun con los ojos temblorosos, aunque intentaba dejarlos fijos en Damián.-El azul del mar...l-las rocas que hay detrás de ti...el cielo despejado...unos Wingull volando a lo lejos.

-Bien...muy bien. Ahora dime cuatro cosas que puedas escuchar.

-Tu voz...-susurró de manera quedada otra vez aunque los jadeos habían disminuido, luchando por mantener la concentración.-El sonido del viento...las olas del mar...y el graznido de los Wingull.

Los otros dos chicos, que se encontraban detrás y parecían haber sido olvidados, observaban la escena con incredulidad, aun luchando por entender qué era lo que estaba pasando ahí. Sin dejar de mirarlos, el chico de pelo azul tomó de la mano a Cass para ayudarlo a levantarse del suelo e intentó inspeccionar la zona del golpe, a lo que Cass, con un gesto con la mano, le restó importancia y le instó a seguir observando a los otros dos en silencio.

-¿Puedes decirme tres cosas que puedas oler justo ahora?

-El mar...-cerró ella los ojos, sintiendo el agradable aroma de lo que podía percibir.-Mi propio perfume...y el olor a tierra de la caverna.

-Genial, estás haciéndolo muy bien. Y ahora ¿Me dices qué dos cosas puedes sentir al tacto?

-Tus manos sobre mis hombros...-contestó ella con el pecho subiendo y bajando a un ritmo mas lento y la sensación de nauseas reduciéndose.-La tierra bajo mis pies...

-Bien, lo has hecho bien, solo queda una cosa ¿Qué puedes saborear?

-Mi brillo labial...sabe a manzana.-y con esto, Juliana abrió los ojos, conectados con los de Damián y, para alivio de este, Juliana había superado la crisis y sus ojos ahora estaban fijos en los suyos, totalmente coherentes y conscientes.

-Genial, Juliana ¡lo has hecho genial!-la felicitó acariciando sus brazos mientras ella suspiraba y mantenía su agarre en Damián para evitar caerse.

-Oye ¿ella está bien...?-preguntó con cautela aquel chico de pelo azul, acercándose a mirar.

Como respuesta, Damián se volteó a verlo, su rostro se contrajo al volver a ver al de ojos dorados justo detrás del otro chico y, a modo de protección, usó su ancha espalda para mantener a Juliana detrás de él.

-Lo siento mucho, no quería asustarte...-se disculpó Cass con tono de arrepentimiento asomándose de desde atrás de su compañero intentando ver a Juliana. 

-¡No le hables!-gruñó Damián, apretando los dientes como su fuera su propio Mabosstiff, haciendo que Cass y el otro chico retrocedieran un paso, a lo que este último miró a Damián de arriba abajo con extrañeza.

-Tu...-susurró el chico arqueando una ceja, y entonces pudo fijarse mejor en la mujer que se ocultaba detrás del mas mayor, que apenas asomaba la cabeza. Le tomó unos segundos de mirarla, pero bastó para que entonces la comprensión le golpeó en la cara.-Oh no, no te creo...

Entonces un agudo sonido se hizo presente, como si viniera con eco, todos movieron la cabeza siguiendo la dirección en donde tuvo lugar, y pudieron ver un pequeño Pokémon azul acercándose a ellos, en concreto a Juliana, con una sonrisa feliz como si estuviera regresando de un relajante paseo.

-Tu...-susurró Juliana al verlo.-Eres el pequeño de antes.

-¿Qué...? ¿Este Pokémon fue el que viste?-preguntó Damián parpadeante al ver aquel Pokémon que estaba hecho de teracristal. Al escucharlos, el de pelo azul sintió que la rabia subirle por la garganta.

-La madre que...¡esto es cosa tuya, liante!-exclamó el joven de cabellos azules señalando al Pokémon, el cual, al darse cuenta de que aquél estaba ahí y con esa expresión de enfado un escalofrío le recorrió entero y, con sus graciosos y lentos pasos, intentó huir de ahí.-¡Oh, no! ¡Tu no te vas, no luego de lo que has hecho! ¡VEN AQUÍ!

Y como si de un Persian cazando a un Pikachu se tratara, el chico de cabello azul se lanzó prácticamente en plancha hacia el pobre Pokémon teracristal, que intentó defenderse lanzando destellos con fragmentos pequeños de teracristal para quitárselo de encima. Dando lugar a que se levantara una polvareda de humo y pudieran verse forcejeando entre ellos. Cómica pero algo bochornosa escena, la verdad.

-Oh, hombre, creo que ya estoy entendiendo...-gimió Cass con la cabeza y los hombros hundidos mientras veía con una mezcla de lamento y vergüenza ajena como se desarrollaba aquella batalla.

Damián y Juliana, a cada vez mas confundidos, miraban alternativamente a Cass como a la pelea que se estaba teniendo lugar a unos metros de distancia. No estaban seguros de si intervenir o no, pero no parecía que en si el pequeño Pokémon estuviera en peligro.

-Esto...-susurró Cass con un tono de voz apenado, haciendo que Damián y Juliana lo miraran.-Creo que tenemos una explicación para lo que está pasando aquí pero primero creo que debéis saber que...no soy la persona que vosotros conocéis.

-¿Ah...?-dijeron ambos.

-Si, es raro y os lo explicaremos mejor cuando mi...

-¡AH! ¡PERO NO ME MUERDAS!-gritó el de pelo azul con el pequeño colgado de su brazo con la boca. Enfadado, empezó a mover enérgicamente el brazo como un molinillo hasta que el pobre Pokémon, mareado, salió volando por los aires.-OH NO ¡NO QUERÍA HACER ESO!

Juliana, olvidándose de su reciente ataque de pánico, salió de detrás de la espalda de Damián y destreza, esquivó un par de piedras para dar un salto y alcanzar agarrar al pequeño entre sus manos antes de que acabara estampándose contra el suelo. 

Lo recibió en sus manos y lo miró sorprendiéndose al ver que aquellos ojos aturdidos hechos de teracristales le devolvían la mirada.

-Hey, amiguito ¿todo bien? Parece que has tenido un viaje movido.-preguntó ella con voz suave, a lo que el Pokémon, luego de parpadear un par de veces, sonrió e hizo soniditos de alegría.

-Vaya, creo que esta vez la has liado a lo grande, Terapagos.-comentó Cass justo a su lado, Juliana apenas pudo registrar lo cerca que estaba antes de que el pelo volviera ponerse en punta y se alejara de él en dos zancadas. La expresión de Cass se volvió preocupada.-Oye, yo...

-¡Terapagos!-exclamó el chico de pelo azul apareciendo justo en ese momento y le arrebató el Pokémon de las manos a Juliana.-¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?-preguntó preocupado, examinando al pequeño por todos lados en busca de alguna lesión, en respuesta, soniditos alegres del Pokémon se hicieron notar.-Menos mal...ahora ¡pequeño liante! ¿En serio has tenido que montar este berrinche? ¡¿Tu sabes lo que has causando aquí?!

Juliana, totalmente confundida, se fijó por primera vez en el chico que estaba ante ella. Ese chico...

-Tu...-susurró ella, llamando la atención del chico en cuestión.-¿Por qué te pareces tanto a mi padre?

El susodicho, sintiéndose de repente abochornado y con las mejillas coloradas, acomodó al Pokémon Terapagos entre sus brazos, y se enderezó para hablar con ella.

-Creo que puedo decirte lo mismo, tu también te pareces mucho a mi padre. Pero no te preocupes, no somos hermanos ni nada de eso. Todo esto, es culpa de este enano-contestó rascándose detrás de la cabeza, mientras Terapagos inflaba sus mejillas, ofendido por la acusación.

-¿Quién eres...?-preguntó Juliana sin poder quitarle la vista de encima aquel chico, mirándolo con fascinación.

-Supongo que lo suyo es presentarme. Quizá te suene raro, pero todo tiene una explicación. Así que...Encantado de conocerte, mi nombre es Florian.-se presentó inclinando brevemente la cabeza.-Campeón de la Academia Uva de Ciudad Meseta en Paldea.

Juliana, totalmente desconcertada, miró al chico intentando procesar lo que acababa de oír.

-¿Y tu? ¿Cómo te llamas?-preguntó con gentileza, conectando su mirada con la de ella, dejando saber que ya estaba teniendo una idea de cual sería una respuesta sin embargo, la animaba a ser ella quién respondiera para empezar a comprender todo esto.

-Soy Juliana...-empezó diciendo ella, no muy segura de porqué estaba contestando.-Campeona de la Academia Naranja de Ciudad Meseta en Paldea.

El chico, Florian, conforme con esa respuesta, asintió y, con cuidado, tomó la mano de Juliana.

-Entonces sabes que tu y yo nos conocemos muy bien y sabes que puedes confiar en mi ¿verdad?

Juliana, justo al momento de tener aquel contacto, pareció entonces entender, pues en sus ojos, el brillo de la comprensión se hizo presente.

-Oh, no...

-Oh, si-suspiró Florian con una sonrisa resignada.

-¿Cómo es posible...?

-Te lo he dicho, todo es culpa de este enano...-alzó a Terapagos.

-¿Por qué?

-¡Porque es un berrinchudo de...!

-Ems ¿Hola? A mi también me gustaría saber qué está pasando aquí.-intervino Damián, un poco ofendido de haber sido obviado en toda aquella interacción, mientras que Cass permanecía un poco apartado solo viendo con curiosidad cómo se desarrollaba todo.

-Oh, aunque esto si que no me lo esperaba...-comentó Florian acercándose a Damián para verlo de cerca como si fuera lo mas interesante del mundo llegando incluso a dar un rodeo para verlo bien desde todos los ángulos, haciendo que susodicho se sintiera incómodo-Es exactamente igual al Damián que conozco, pero es curioso, pensaba que tendría que ser una mujer.

-¿Qué...?-cuestionó Damián entre confundido y ofendido.

-¡Cass! ¿Tu que piensas?-preguntó entonces Florian, haciendo que aludido se animara acercarse también.

-Supongo que es casualidad, aunque a mi me han reconocido también muy rápido pero a ti no, y me ha dolido, por cierto.-siseó en cuanto tocó su mejilla, que ya estaba mostrando un color purpura.

-Oh, Arceus, se me había olvidado ¿estás bien?.-preguntó preocupado Florian, inspeccionando la cara de Cass, sintiéndose estremecer ante el color que había tomado la mejilla.

-Sobreviviré. Pero creo que tenemos cosas de las que ocuparnos primero, koibito.-señaló Cass mirando a los otros dos que los observaban parpadeantes.

-Si, es cierto-asintió él con una sonrisa incómoda.-Sé que todo esto es confuso pero tenemos una explicación, así que...¿os parece bien acompañarnos a un picnic? Así podremos hablar tranquilos y sin nadie nos escuche.

Damián y Juliana se miraron entre ellos, sin embargo, fue Juliana la dio un asentimiento estando conforme con la proposición. Damián arqueó una ceja y, por un segundo, volvió a mirar a Cass con expresión hostil, antes de sacudir la cabeza y ceder. Si Juliana estaba de acuerdo con esto, estaba bien, sin embargo...

-Nos parece bien, pero si no os importa seré yo el que prepare la comida. Ya sabéis, por si acaso.-dijo Damián rodeando los hombros de Juliana con sus brazos y acercándola a él como modo de protección.

Tanto Florian como Cass observaron aquella actitud y desconfianza con dolor reflejando en sus ojos, pero accedieron a ello. Era lo mejor al menos hasta que pudieran hablar y darles una explicación.

Bajaron de las rocas en parejas a una distancia prudente entre ellos. Florian y Cass guiaban el camino mientras que Damián y Juliana los seguían desde atrás a unos metros. Cass miró a Juliana por el rabillo del ojo, lo mas discretamente posible, viendo como ella se aferraba a la mano de Damián mientras éste continuaba rodeando sus hombros con su brazo. El joven no pudo evitar fruncir el ceño ante lo que veía y sus hombros cayeron decepcionados, en especial cuando pudo notar que por un segundo los ojos de la chica coincidieron con los suyos y rápidamente desvió la mirada, con la tensión reflejada en su cara. Florian, al darse cuenta, le dio una palmada suave en la espalda para traerlo a la realidad, sonriéndole de manera tranquilizadora cuando obtuvo su atención. Cass, mostrando una pequeña sonrisa, agradeció el gesto.

Una vez estuvieron en una zona mas llana, con algunos árboles alrededor que les diera sombra, Florian procedió a preparar la mesa de picnic mientras Cass ayudaba poniendo los platos y los cubiertos; Damián y Juliana por otro lado se enfrascaron en preparar la comida en silencio, en vez los clásicos bocadillos, Damián había optado por la preparación de algo mas sustancioso, tenía la impresión que lo que ahí se iba hablar necesitaban algo mas que los bocadillos, por lo que se optó por un guiso de carne, patatas y verduras, siendo Damián quién llevaba la voz cantante y Juliana hiciera la función de ayudante. Todo esto en completo silencio sin que ambas parejas cruzaran palabra entre ellos. 

El pequeño, Terapagos como lo había llamado Florian, ajeno a la tensión se podía palparse en el ambiente, se paseaba entre ambas parejas en busca de atención pero principalmente a quién buscó fue a Juliana, pidiéndole cariño con pequeños mordiscos que le daba en los tobillos. Las monerías de aquel pequeño pudieron relajar un poco los hombros de Juliana en cuanto su atención se centró en él y le dedicó varios mimos y arrumacos. Era un Pokémon raro ¡pero era adorable!

Cass, al escuchar ese sonido, alzó la cabeza y la observó desde su posición, quedando sin aliento al contemplar la tierna escena de aquella chica dándole mimos a Terapagos, sin poder evitar que sus mejillas tomaran un rubor al escucharla dar aquella bonita risa, y sintiendo un aleteo en el corazón ¡Arceus, ella era preciosa!  Florian, que se había dado cuenta, le picó suavemente la mejilla sana para volver atraer su atención. Cass, lo miró y al darse cuenta de la guasa que tenía Florian en su expresión, desvió la mirada avergonzado. Florian aguantó una pequeña carcajada, y tomó su mano para guiarlo a curarle la mejilla lastimada, ese color purpura que se había formado empezaba a ponerlo nervioso.

Luego de un rato, los cuatro jóvenes se sentaron a la mesa con sus platos humeantes delante de ellos. Florian y Cass juntos y por otro lado Damián y Juliana, está última intentó mantenerse concentrada en Terapagos que ahora dormitaba en sus brazos.

-Bien, supongo que lo mejor es empezar por el principio...-empezó Florian luego de un rato de incómodo silencio.-Como dije antes, yo soy Florian, vengo de Pueblo Cahíz y soy uno de los campeones de la Academia Uva en Ciudad Meseta. Él es Cass, viene de Villa Versui en la comarca de Noroteo, en Sinnoh, también es el actual...

-...Campeón de la Academia Arándano en Teselia, si, eso lo sabemos.-susurró Juliana un cierto tinte de irritación en su voz.

Cass y Florian intercambiaron miradas entre ellos, un poco desconcertados de que la chica diera esa afirmación tan convencida de ello.

-En realidad, formo parte del Alto Mando de la Academia, hace años que me derrocaron de mi puesto de Campeón.-corrigió Cass con el tono mas suave posible, casi como si temiese asustarla por solo escuchar su voz.

Tanto Juliana como Damián alzaron la cabeza para mirar a los dos hombres con confusión. Hasta donde Juliana sabía, Cass seguía siendo el Campeón Imbatible de su escuela sin haber sido vencido ni una sola vez desde que obtuvo el titulo a los 14 años.

-Vale, nada de esto tiene sentido-dijo Damián pasando su mano por su cabello-¿Qué quiere decir que tú eres uno de los Campeones de Paldea? La Academia que hay en ciudad Meseta es la Academia Naranja, no existe una Academia Uva, y ahora mismo solo hay tres campeonas y son todas mujeres.

-Eso es lo que va a servir de base para explicar lo que está pasando, pero la verdad me resulta fascinante saber de las variantes de cada lado ¿Mencía y Noa son también las otras dos campeonas de vuestra Academia?

-De hecho...si-contestó Juliana dubitativa.

Damián arqueó de nuevo una ceja y se sintió incómodo de que aquel tipo también supiera los nombres de sus otras amigas. Cass fue consciente de este gesto, y le dio un codazo a su compañero.

-Florian, céntrate. Los estás confundiendo mas.-le advirtió en voz baja. Florian, al darse cuenta, se dio un leve golpe en la cabeza, al ver también la expresión de los otros dos.

-Bien, iré al grano y después responderemos a vuestras preguntas como buenamente podamos.-contestó Florian tomando una bocanada de aire.-Estáis en un universo alterno al vuestro. Un mundo que es una versión un poco diferente del que venís vosotros. Un mundo que tiene los mismos lugares y personas que conocéis pero con variantes que pueden marcar la diferencia entre ambos.

Un nuevo silencio se instaló, tan profundo que de lejos podía escucharse el graznar de los Wingull que estaban surcando la costa.

-Creo que los has roto...-susurró Cass preocupado, moviendo la mano para ver si reaccionaban.

Pero antes de que Florian dijera algo mas, una pequeña carcajada salió de manera entrecortada de los labios de Damián.

-¿Acaso esto es una broma...?

-Damián...-susurró Florian.

-¿De verdad esperas que nos creamos una cosa así?-siseó haciendo el amago de levantarse de la mesa, sin embargo, Juliana lo tomó del brazo y le instó a se volviera a sentar.

-Puede...que lo que haya dicho no sea ninguna tontería.-dijo Juliana.

-¿Me estás diciendo que les crees?-preguntó incrédulo.

-Es decir, mírale, prácticamente somos iguales.-señaló Juliana a Florian.-Y este Cass...-dudó unos segundos antes de dedicarle una breve miranda.-No me reconoció cuando me vio, así que está mas que claro que este chico no es el Cass que yo conozco.-Cass, al escucharla, bajó la cabeza y jugueteó con sus dedos bajo la mesa.

-Pero, Juliana, pensar en un mundo alternativo...es de locos-susurró Damián, escéptico pero moviendo sus ojos en dirección a Florian y a Juliana respectivamente, encontrando inquietante que se parecieran tanto como si cada uno fuera una versión del otro.-De hecho, me creo mas que sea que tengas un hermano mellizo perdido por el mundo y se haya juntado con...este tipo por algún extraño motivo.

-Damián, no puede ser mas raro que haber descubierto una máquina del tiempo y de la existencia de una IA tan avanzada como para hacerse pasar por una persona...-susurró Juliana entre dientes, aunque si se paraba a pensarlo, quizá si que era mas raro que todo eso.

Florian, que ya se esperaba una reacción así y que veía totalmente comprensible, decidió que lo mejor era mostrar algo que Damián nunca iba a poder negar. Sacó una Poké Ball bajo la atenta mirada de todos y, antes de que nadie pudiera preguntar, la activó, la lanzó y de su interior salió un Pokémon.

Un enorme Cyclizar metálico púrpura se hizo presente ante ellos, mirándolos con curiosidad mientras Juliana y Damián quedaban ojipláticos.

-¿Que...es...?

-Este es Miraidon.-dijo Florian, lanzando un trozo de pan para que el enorme Pokémon pudiera alcanzarlo al vuelo y comerlo.-Lo encontré herido cerca de la playa de Pueblo Cahiz, antes lo tenías contigo, mas bien, el tu de este mundo lo tenía consigo pero me dejó quedarme con él porque no lo quería. Es el Pokémon Paradox favorito y el orgullo de tu padre, lo tenía en el Laboratorio Cero ¿os suena algo así?

-P...pero...yo no le di a Juliana eso...sino a...espera ¿mi padre...?

Juliana, fascinada, se levantó de la mesa para acercarse a Miraidon, alzando la mano con lentitud para tocarlo. Miraidon, mirándola de una manera en que parecía que supiera quién era ella, permitió que lo acariciara y Juliana quedó sorprendida ante el extraño tacto metálico, era un Pokémon, podía notar su respiración y el calor que irradiaba, pero parecía ser mas bien un robot con forma de Pokémon. Entonces, curioso por ella, Miraidon la olfateó, o al menos, lo hizo cerca de su cintura.

Juliana siguió hacia donde estaba señalando y sacó también la Poké ball de su fiel compañero de aventuras y, al ver la manera expectante con la que Miraidon observaba la poke ball, sonrió y la activó.

Koraidon apareció en escena, mostrando su cuerpo grande y musculoso, y fue el turno de Florian y Cass de maravillarse ante su presencia.

-Ese no es Miraidon...

-No, no lo es...-susurró Florian, levantándose de su sitio e ir a verlo mas de cerca.-¡Oh, Arceus! ¡Es chulísimo! ¡Esta debe ser otra variante que marcan la diferencia entre nuestros mundos! ¿Cómo se llama? ¿Qué tipo de Pokémon Paradox es?

-Se llama Koraidon...-señaló Juliana con una sonrisa.-Aunque la profesora Albora le dio primero el nombre de Reyalado, es un Pokémon que trajo desde el pasado.

-¿Albora? ¿Pokémon del pasado? Así que no solo somos tu y yo, también hay mas gente.-comentó Florian y al ver su expresión de confusión aclaró.-Nosotros no tuvimos una profesora Albora, sino al profesor Turo. Él era el científico que estudiaba a los Pokémon Paradox venidos del futuro, allí es donde trajo a Miraidon y él en principio le dio el nombre de Ferromandra. Y...bueno, era el padre de Damián....

Esto último lo dijo de una manera pausada, dándose cuenta del detalle de lo que esto podía suponer para el chico mas mayor. Todos, al parecer, cayeron en la cuenta de ello pues miraban al joven y su expresión de desconcierto, pero Florian intentó retomar el tema:

-Y por lo que cuentas, vuestra profesora Albora traía los Paradox del pasado.-observó con fascinación como Koraidon frotaba su cabeza de manera afable contra la de Miraidon, el cual, gustoso mordisqueaba juguetonamente las plumas a su alcance.-Es...increíble ¿así es como se veía Cyclizar en el pasado? 

-Koraidon y Miraidon, es fascinante.-comentó Cass acercándose para ver mejor la interacción entre ambos Paradox.

Pero justo entonces, al escuchar su voz, los ojos de Koraidon se alargaron como los de un felino y alzó su cabeza.

-¡Oh no!-exclamó Juliana, al darse cuenta de lo que estaba por pasar, levantándose de su asiento.

Koraidon proliferó un estruendoso rugido tan pronto vio a Cass, casi haciendo temblar la tierra bajo sus pies, y de inmediato tomó su forma de combate, mientras Miraidon daba rugidos intentando apaciguarlo pero su contraparte no parecía ni siquiera escucharlo. Estaba con los ojos fijos en Cass, como si nada más existiera.

-¡¿Que?! ¡Pero ¿por qué...?!-exclamó Cass asustado viendo aquel furibundo Pokémon que no le quitaba la vista de encima. Una mirada que solo podía interpretarse como puro odio. 

Florian, en un intento de protegerlo, se puso delante de él con una Poke ball en la mano dispuesto a entrar en combate o directamente usar a Miraidon, sin embargo, para su sorpresa, Juliana se puso en medio.

-¡QUIETO!-gritó ella con voz de mando.

Koraidon, a pesar de todo el ruido que generaban sus rugidos, se quedó rígido en el sitio al escuchar la orden. Su forma de combate estaba activada y el plumaje de su cabeza vibraba en sintonía con sus emociones, pero sus ojos se enfocaron mas abajo encontrándose con la mirada disgustada de su entrenadora.

-Koraidon, he dicho ¡quieto!-repitió ella, en tono mas bajo pero igualmente demandante.

Ahora el Reyalado estaba confundido, su mirada bailaba entre Juliana y Cass, como si estuviera debatiéndose entre seguir las órdenes o ir a por el chico, sin embargo, no se atrevía a disgustar a Juliana y mucho menos a pasar por encima de ella para llegar hasta Cass. Adoraba a su entrenadora y nunca haría nada para molestarla, aunque todos sus instintos le estuvieran gritando en ese momento que hiciera pedazos aquel humano.

Resignado, Koraidon se obligó a relajarse y volver a tomar su forma habitual, volviendo a sostenerse en sus cuatro patas y con el plumaje relajado, pero mantenía una mirada de disgusto, mirando hacia otro lado, mientras Miraidon se le acercaba con la cabeza baja, dando gruñidos como si estuviera preguntándole si estaba bien.

Juliana, al ver que ya todo estaba bajo control, miró hacia los chicos, y no pudo evitar sentir vergüenza de si misma al ver la expresión de miedo que había en sus caras, en especial de Cass.

-Lo siento, de verdad que lo siento mucho.-se disculpó bajando la cabeza, antes de acercarse a Koraidon y susurrar cerca de su oído.-Koraidon...él solo estaba intentando protegerme.

-¿Protegerte...?-preguntó Florian pero miró a Cass por el rabillo del ojo, que aun estaba recuperando el aliento por lo que acababa de pasar.

Miró entonces a Miraidon. Estaba esforzándose en que la atención de Koraidon volviera a enfocarse en él, frotando su cabeza bajo la de Koraidon intentando ayudar con su malhumor, pero éste se mantenía resoplando, como si aun se estuviera esforzando en mantenerse bajo control. 

Florian también conocía el alcance de la sobreprotección que podía tener Miraidon hacía él, pero juraba que jamás lo había visto teniendo una reacción así de violenta como la que acababa de ver con el Pokémon primitivo. Por un segundo, se preguntó si este Koraidon sería "el otro", el que era violento como también el Miraidon que él conoció, sin embargo, era lógico que no lo era. Su reacción hacia Miraidon fue suave y solo se había puesto violento al escuchar a Cass.

Esto...tenía peor pinta de lo que había imaginado si el amigable Pokémon Paradox reaccionaba de tal manera.

-Cass ¿estás bien...?-preguntó Florian.

-S...si...pero quizá sea mas seguro...devolverle a la Poke ball...

Koraidon, en respuesta gruñó de manera amenazadora, incluso tomando una postura como si fuera a saltar sobre él.

-Koraidon, no...-susurró Juliana dándole un toque, haciéndolo corregir su postura.-No va querer entrar en su Poke Ball ahora...él...mira, solo está preocupado por mi y quiere cuidarme.

-Pero ¿cuidarte de qué? No estás en peligro...-dijo Cass pero al ver la manera en que ella lo miró sintió que se le hundía el corazón, apenas pudiendo susurrar la siguiente frase-N...no estás en peligro, lo sabes ¿verdad?

-Koraidon, no te preocupes por ella, todo está bien.-intervino Florian, acercándose al gran Reyalado, que arañaba la tierra con sus garras tratando de aliviar su ansiedad con ese acto.

Koraidon alzó la cabeza, al parecer acababa de darse cuenta de la otra presencia. Se había centrado tanto en Cass que había obviado todo lo demás.

-Ella está totalmente a salvo y segura con nosotros, incluido con él. No hay nada por lo que preocuparse.-dijo con tono de voz sosegado, apoyando su mano en el hocico de Koraidon.

El aroma de Florian fue captado en las fosas nasales del Pokémon haciendo que mostrara una expresión de desconcierto ¿por qué ese humano olía exactamente igual que su entrenadora?

-Sospechas de quién soy ¿verdad...?-susurró Florian. Koraidon dudó, sin embargo, terminó por asentir lentamente con la cabeza.-Entonces sabes que puedes confiar en mi. Todo está bien.

En respuesta, Koraidon se dejó caer sobre sus cuartos traseros y bajó la cabeza, en actitud de total sumisión. 

Juliana rió.

-Parece que tu Miraidon tiene los mismos puntos que Koraidon si eres capaz de calmarlo tan fácilmente.

Florian sonrió satisfecho, acariciando la cabeza del Reyalado, que ahora estaba mas relajado. Cass, por su lado, observaba la escena desde una distancia segura, temiendo que si se acercaba pudiera volver a provocar la ira del Pokémon primitivo.

-Bien, luego de este intercambio un tanto...violento ¿podéis aclararme un poco todo esto? Porque yo sigo confundido.-dijo Damián mirando alternativamente a Juliana y a Florian, cada vez mas perturbado de ver lo igualitos que son.

-Cuento corto, Damián, ellos dicen la verdad. Estamos en un mundo alterno-dijo Juliana de la manera mas simple, ya sin dudas al respecto mientras volvían a tomar asiento y Florian la imitaba, dejando que ambos Cyclizar Paradox interactuaran entre ellos.-Pero ¿Cómo hemos acabado aquí? Nosotros estábamos en una caverna que había sido infectada por teracristales, vi a este pequeño reflejado, luego hubo una luz y la caverna se derrumbó, creo que fue ahí cuando nos teletransportamos aquí.

-Espera ¿una caverna infestada de teracristales?-preguntó Florian interesado.

-Si ¿no los visteis?

-No, nosotros solo vimos una luz salir de la caverna y luego se vino abajo, no llegamos a ver lo que estaba pasando dentro ¿de verdad había teracristales?

-Si, de hecho, cuando vi a tu Pokémon pensé que había sido también infectado o que era responsable de crearlos.

-Claro, Terapagos puede crear Teracristal pero no ha podido infectar una caverna completa en el poco tiempo que se ha separado de nosotros-señaló Florian al pequeño Pokémon mordisqueaba de manera juguetona los tobillos de Juliana.-Esta mañana tuve una pequeña pelea con él, se enfadó y decidió escaparse a explorar sin nosotros. Supongo que se asustó al verse solo y al ver Juliana reflejada en los teracristales la confundió conmigo y abrió el portal para hacerla llegar hasta él.

-Pero ¿Puede de verdad hacer algo como eso?

-Si ¿no lo sabias?-preguntó Florian inclinando la cabeza a un lado.-Tu también tienes que tener a Terapagos, y ya hizo algo parecido antes, en el Lago Cristalino en Noroteo.

Juliana se quedó mirando por unos segundos a Florian, antes de responder.

-Creo que las variantes aquí son mas...variadas de lo que esperas. Yo hace muchos años que no voy a Noroteo y nunca capturé a ningún Pokémon llamado Terapagos.

-¿Que...? ¿No fuiste al Laboratorio Cero que hay en el fondo del Foso de Paldea?-preguntó Florian.

-Si, si que fui, ahí capturé al otro Koraidon pero no vi a Terapagos.

-No, hablo de lo que hay debajo del Laboratorio Cero. Donde encuentras al profesor Turo...digo a la profesora Albora, hay un ascensor y desde ahí puedes ir mas abajo, más aun que donde estaba la máquina del tiempo.

Juliana lo miró sin entender ¿en serio había mas terreno en el Foso bajando ese ascensor?

-N...no...nosotros nunca hemos usado ese ascensor para ir mas abajo.

Al escucharla, Cass olvidó sus reticencias hacia Koraidon, y se acercó a ellos con apuro en su rostro, volviendo a sentarse en la mesa.

-¿No fuiste nunca allí con la profesora Brie, mi hermana y conmigo?-preguntó Cass con un tono de voz que reflejaba temor.

-No...¿por que debería haber ido allí con ellos? No son de Paldea ni tenían nada que ver con el Foso de Paldea, al menos, tu y Corín.

Florian y Cass, ahora muy desconcertados por lo que escuchaban, se miraron entre ellos.

-¿Esto...qué significa?

-Parece que hubo una desviación del curso de los acontecimientos, generando un futuro distinto...-susurró Cass.

-¿Un qué?-preguntó Damián.

-Parece que algo pasó en vuestro mundo que provocó que las cosas pasaran de manera distinta a las que pasaron aquí.-explicó Florian, intentando pensar en qué punto había ocurrido ese cambio.-Juliana, de casualidad ¿estuviste como alumna de intercambio en la Academia Arándano?

La postura de Juliana se tensó al escucharle decir aquello y Damián, que se había dado cuenta de ello, intervino.

-Lo hizo, y todo lo que necesitas saber es que nada bueno salió de ahí.

Al ver los ojos molestos de Damián y la expresión tensa en el rostro de Juliana, tanto Florian como Cass pudieron adivinar que ahí había ocurrido algo que había sido la causa del cambio de rumbo en los acontecimientos que construían su presente. Pero ese algo parecía que había sido algo terrible. Cass se sintió hundir en su sitio, parecía presentir hacia dónde estaba dirigiéndose aquello y Florian, que también estaba teniendo la misma idea, discretamente le tomó de la mano debajo de la mesa y, sin preguntar directamente a Juliana, empezó a contar su experiencia.

-En mi caso, también fui de intercambio a la Academia Arándano.-empezó diciendo, casi como tanteando el terreno, y al ver que ninguno decía nada, continuó.-Cass en ese momento era el Campeón de la Academia...-de nuevo, ninguna decía nada sin embargo Florian pudo darse cuenta que Juliana torcía el gesto.-Yo participé en la Liga Pokémon de la Academia para enfrentarme a él por petición de Levi. Vencí a todo el Alto Mando y...

-...y él me derrocó.-concluyó Cass, y ambos chicos no fueron ciegos a la manera en que Juliana y Damián los miraron con la incredulidad en sus ojos.-Florian me venció y se convirtió en el nuevo Campeón de la Liga Arándano.

-Pero eso no es posible...tu...-susurró Juliana a duras penas, por primera vez dirigiéndose a Cass y temblando al hacerlo pero la incredulidad era mayor que su temor en ese momento.-¿Él no dio rendición?

-¿Rendición...?-preguntó Cass confundido, y aquello golpeó con fuerza la mente de Juliana.

Florian no se rindió en su combate contra Cass, al contrario que ella...

-¿Tú...te rendiste?-se atrevió a preguntar Cass, ahora interesado y preocupado en saber qué era exactamente lo que sucedió, pero Damián, de nuevo, intervino:

-¿Qué significa eso...? ¿Por qué es tan importante que ganaras ese combate?

-El que yo venciera a Cass fue lo que nos hizo bajar juntos a la parte mas profunda del Área Zero, allí encontramos a Terapagos y, tras una serie de eventos, lo capturamos y volvimos a la superficie.-explicó Florian, también atento a las expresiones de ellos.-Pero por vuestras caras...está claro que vosotros no habéis pasado por eso. Supongo que ahí tenemos el punto de discordia que ha bifurcado el rumbo de los acontecimientos.

-¿Qué fue...lo que te pasó a ti?-preguntó Cass, intentando controlar su propia ansiedad al ver el rostro femenino tensarse al escucharle.

Juliana abrió la boca, sin embargo, ningún sonido salió ella y apartó la mirada, su mente se llenó de desagradables recuerdos y le daba miedo verbalizarlos si eso significaba revivir aquellos momentos de dolorosa e inquietante oscuridad, sobretodo, si uno de sus oyentes era el propio Cass, aunque se tratara solo de una versión alterna de él. 

-Ella se rindió y lo que vosotros contáis no le sucedió a ella.-cortó Damián, advirtiendo de esa manera que no fueran mas lejos que eso.-Ahora lo importante es...si nosotros estamos aquí ¿Cómo vamos a volver?

-No debería haber tanto problema, en realidad, Terapagos debería poder devolveros a vuestro mundo...

-...pero no es algo fácil.-prosiguió Cass.-Terapagos no siempre controla su poder a voluntad, y abrir portales a otras dimensiones suele agotarlo demasiado, quizá no pueda devolveros a casa hasta dentro de unos días.

-¿Unos días? ¡¿Vamos a tener que quedarnos unos días?!-exclamó Damián horrorizado.-Dios, Mencía y Noa...no, olvida eso ¡Noa se va a volver loca si no logra contactar con nosotros!

-Siempre puedes decirle que perdisteis la noción del tiempo porque...esto...Por cierto ¿por qué estáis vosotros en Alola?-preguntó entonces Cass, quién de repente arrugó en entrecejo.

-Vacaciones-contestó Juliana.-Damián vino en busca de ingredientes y yo lo acompañé, solo quería una excusa para venir a Alola de vacaciones ¿Y vosotros?

-Bueno, digamos que lo mismo.-Florian sonrió divertido mirando de reojo la expresión molesta de Cass.-Dado que estáis aquí por culpa de mi Pokémon, puedo ayudaros a conseguir una habitación en el hotel donde nos alojamos.

-Creo que eso es algo que podemos conseguir por nuestra cuenta.-siseó Damián, pero recibió un tirón de Juliana que lo obligó a inclinarse en su dirección.

-Damián, es temporada alta en las islas y estoy segura de que ahora mismo no hay habitaciones disponibles para clientes normales. Nosotros tuvimos que hacer la reserva de nuestras habitaciones con dos meses de antelación y aquí no soy una Campeona para que nos den un trato especial.

-Si, tienes razón, pero podríamos acampar. No sería la primera vez y...

-No os recomiendo hacer eso.-se interpuso Cass.-Estas islas son vacacionales y salvo que vayáis en caravanas a sitios donde lo permitan, el acampar con tiendas está prohibido en todas las islas.

-¡¿Es en serio?!-exclamó Damián.

-...pero de verdad que podemos ayudaros a conseguir una habitación.-señaló Florian.-Yo soy uno de los Campeones de Paldea y puedo hacer influencia para que os den una.

Juliana miró el rostro desencajado de Damián, sabiendo que estaba totalmente en contra de aceptar la ayuda de los chicos y sabía que también lo estaba haciendo por ella, así que tomando las riendas de la situación, contestó:

-Lo agradeceríamos mucho.

-¡Juliana!

-Damián, será solo por unos días y no tenemos otras opciones. No va a matarnos aceptar su ayuda para esta extraña situación. Además, no es como si fuéramos a compartir habitación con ellos.-razonó.

Damián, jorobado porque sabía que ella tenía razón, sacudió la cabeza y resopló, rindiéndose a lo que había.

-Esta bien. Tienes razón, no tenemos otras opciones. Pero lo que si quiero es que Juliana y yo estemos juntos, así que si vamos tener habitación, nosotros la compartiremos.

-¡Ni en broma!-saltó de repente Cass, levantándose incluso de su sitio, pero justo al momento se arrepintió de su arrebato cuando pudo ver la manera en que todo el mundo estaba mirándolo.-Yo...quiero decir...no es apropiado que un hombre y una mujer compartan una habitación si no están casados...

Tanto Damián como Juliana arquearon una ceja mientras que Florian solo pasaba una mano por su rostro, sintiendo vergüenza ajena de sus palabras. Cass no podía ser mas obvio.

-¿Y a ti qué te importa?-cuestionó Damián con un tono irritado.-Por lo que a ti respecta, ni siquiera sabes si Juliana y yo estamos casados.

Aquellas palabras crisparon de manera visible a Cass, tanto que el chef y la de pelo azul se encogieron en el sitio al ver esos ojos dorados afilarse como un Pokémon serpiente a punto de lanzarse sobre una presa y esa sombra oscura cubriendo la mitad de su cara que le daba mayor expresión de amenaza.

-Perdonar a Cass.-intervino Florian tomando a Cass del brazo y obligándolo a volver a sentarse.-Sabéis que viene de un pueblo pequeño con una mentalidad demasiado tradicional. Digamos que no puede evitarlo pero os aseguro que no dará problemas. Tal como habéis pedido, me aseguraré de que estéis juntos en una misma habitación.

-P...pero Florian...-intentó protestar pero acabó callándose cuando Florian, sin una pizca de vergüenza, usó sus dedos para sellar los labios de Cass casi haciendo que formara un pico de Psyduck.

-Ningún problema-confirmó con una sonrisa mientras Damián y Juliana los miraban como si fueran un par de raros.-De todos modos, Juliana, ahora tengo curiosidad. Tú y yo somos la misma persona sin embargo, hemos tenido vivencias diferentes en algún punto del camino así que esto tengo que preguntarlo ¿tu equipo Pokémon es diferente al mío?

Escuchar aquella pregunta pareció entusiasmar a Juliana, que mostró una gran sonrisa llena de ilusión y, al momento, sacó de su cinturón todas sus Poke Ball casi al mismo tiempo en que lo hacía Florian. Ambos mirándose entusiasmados.

Al mismo tiempo, los dos activaron y lanzaron sus Pokéball al aire y una serie de luces blancas salieron de cada una de ellas y varios Pokémon comenzaron aparecer.

Y, como era esperar pero aun así era sorprendente, era ver las diferencias entre su equipo.

-No puede ser ¿Jabari?-exclamaron ambos totalmente fascinados al ver a ambas versiones del susodicho. Florian acercándose al Gardevoir mientras que Juliana se acercaba al Gallade.

-Esto no me lo esperaba. Pensaba que si compartíamos al mismo Pokémon los tendríamos en la misma línea evolutiva.-comentó Florian.

-Yo había pensado en evolucionarlo a Gallade, pero al final acabó evolucionando por su cuenta a Gardevoir antes de que yo consiguiera la piedra Alba.-explicó ella, acariciando uno de los brazos de Gallade, fascinada por lo afiladas que eran las cuchillas.-No me importó, asumí que Jabari solo quería convertirse en Gardevoir, si hubiera querido ser Gallade estoy segura de que habría esperado hasta que consiguiera la piedra.

-Eso es interesante, mi Jabari fue el que se convirtió por su cuenta en Gallade.-explicó por su lado, juntando su mano con la del Gardevoir, encantado de ver que su mirada era idéntica a la de su Gallade, podía reconocer a su compañero perfectamente en él.-Estábamos en un picnic y se fue a dar un paseo con Askari y cuando regresaron, Jabari había evolucionado a Gallade. Por ese entonces, Askari ya era un Meowscarada pero Jabari aun era un Kirlia, y como siempre estaban juntos creo que Jabari quería ser tan alto y fuerte como se había vuelto Askari y él mismo encontró la Piedra Alba para evolucionar.

-Incluso entre nuestros Pokémon existen esas diferencias...

Tanto el Gardevoir como el Gallade se miraban entre ellos, sintiendo curiosidad por el otro, incluso se movían de manera circular para examinarse entre si con mas detenimiento. Aunque pertenecieran a la misma línea evolutiva, eran el mismo Pokémon y estaban curioso al ver las diferencias pero desde luego no parecían disgustados al respecto de lo que veían.

Por otro lado, los Meowscaradas empezaron hacer tonterías, jugando a moverse como si estuvieran mirándose en un espejo. La verdad una visión muy graciosa pero de esperar, Askari siempre estuvo mas inclinado a ser un simpático payasete.

Siguiendo estaban los Arcanine de Hisui, ambos oliendose mutuamente y meneando sus colas, suponía que teniendo conversaciones propias de la especie.

Pero hasta ahí terminaban las coincidencias.

-Vaya ¿tienes contigo a Onikuma?-preguntó Florian al mirar al enorme Ursaluna que, propio de un anciano gruñón, se había tumbado a la sombra de un árbol a echarse una siesta sin importarle nada ni nadie.

-Sabes su nombre, entonces es que tu también lo tienes y le nombraste igual ¿no lo tienes contigo?-preguntó Juliana.

-Bueno, si, pero ahora mismo está en la Caja, tenía que hacer espacio para Terapagos.-señaló un poco avergonzado pero tomando nota mental de volver a rotar su equipo y darle tiempo de calidad a su Ursaluna, aunque también fuera un gruñón era como el abuelo del grupo y todos iban a él en busca de protección y consejo.-¡Genzaidon! ¡Amigo, también estás aquí!

El Cyclizar, un poco confundido por toda la gente nueva que había presente, inclinó la cabeza a un lado al mirar aquel chico que parecía un clon de su entrenadora. Sin embargo, sus ojos se fijaron en la interacción entre Koraidon y Miraidon, casi de inmediato, tomó su forma de montura y, prácticamente tirando al suelo a Florian de un atropello, pasó por su lado para situarse entre las patas de Koraidon y emitir ruidos de motor.

-Auch...si, si que es Genzaidon...-gimió Florian en el suelo con marcas de neumáticos por su cuerpo. Había olvidado que Genzaidon era apegado al Pokémon Paradox, casi como su padre o su hermano mayor al que admiraba, imaginaba que el de Juliana no le haría mucha gracia ver un competidor que conseguía la atención de su héroe.

Se incorporó de donde estaba y entonces, al mirar a Juliana, pudo darse cuenta de que ella se había quedado mirando a los otros integrantes del equipo: Ogerpon y Orochi, su Hydrapple.

Juliana se acercó con cautela al Hydrapple, con un leve temblor en las piernas, mientras conectaba su mirada con la cabeza principal. Se sintió intimidada cuando todas las cabeza de Viborappli se dirigieron a ella a la vez, y prácticamente dio un grito cuando todas abrieron la boca y se abalanzaron sobre ella.

-¡Juliana!-exclamó Damián a punto de correr a socorrerla pero deteniéndose apenas unos pasos después cuando escuchó la risa de su amiga.

-¡JAJAJA! ¡AYUDA!  ¡AYUDA! ¡JAJAJAJAJA! ¡ME HACEN COSQUILLAS!

Damián parpadeó sin saber qué hacer a continuación, si ir ayudarla o simplemente quedarse donde estaba ante la ausencia de verdadero peligro ante el hecho de que las cabezas de los Viborappli mordisqueaban de forma juguetona el cuerpo de Juliana, haciéndola retorcerse de la risa. Pero entonces, se fijó en ese momento que, a una distancia segura, Cass tenía sus brillantes ojos dorados clavados en Juliana y una expresión bobalicona en el rostro. Su expresión se agrió. Conocía demasiado bien el tipo de mirada que aquél estaba dando y no le hacía ninguna gracia que el objeto de ello fuera Juliana, así que, dispuesto a cortar con ello, se acercó a Juliana a grandes zancadas y, deliberada y disimuladamente, puso su cuerpo como muro entre Cass y Juliana.

-¿Esta todo bien, amiga?-preguntó de manera casual.

-Si, todo bien.-asintió ella acariciando la cabeza líder del Hydrapple.-Es solo un Hydrapple, Damián, solo un Hydrapple.-aseguró ella con un asentimiento, recostando su propia cabeza sobre la del líder Viborapple, sintiendo su respiración.

Damián sonrió de manera sincera al verla genuinamente cómoda con aquel Hydrapple y, alegrándose por ella le acarició con mimo la cabeza. Entonces sintió un escalofrío recorrer toda su espina dorsal, la sensación era la misma que cuando se vio indefenso en el Área Zero y su Mabosstiff había resultado herido, cientos de Pokémon salvajes dándoles caza, acechándolos en cada esquina. Miró por el rabillo del ojo, y casi sintió que era llevado a la tumba cuando la mirada de muerte que le dirigía Cass, llena de promesas amenazadoras, era dirigida directamente a él.

-Él es precioso ¿Cómo se llama?-preguntó Juliana a Florian, totalmente ajena a lo que ocurría.

-Orochi, éste lo conseguí mediante intercambio.-señaló Florian acariciando el hocico de una de las Viborapple.-Supongo que tu no lo tienes...

-Bueno, tengo en la Caja un Applin pero nunca llegué a evolucionarlo, y no lo conseguí por intercambio, lo capturé en...bueno...

-Ya, en la Colina Manzanar de Noroteo, entiendo.-encogió de hombros, omitiendo que él también consiguió un Applin en ese mismo lugar.-¿Y qué me dices de Ogerpon?

Juliana miró hacia donde estaba la ogro sintiendo una punzada de contrariedad al verla ahí, curiosa de ver dos versiones de sus amigos, pero cautelosa de acercarse a los humanos desconocidos. Sonrió con nostalgia y con un tono de emoción en su voz dijo:

-Si, la tuve.-dio un suspiro-La tuya es igual de preciosa y simpática que la mía.

Florian achicó los ojos, dándose cuenta de lo que esas palabras parecían significar. Miró hacia donde estaba Cass, el cual aun mostraba una expresión malhumorada. Tenía que hablar con él en cuanto tuviera la oportunidad, porque este asunto parecía ser mas serio de lo que estaban temiendo.

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Lo que quedó de día, se dedicaron a intercambiar información respecto a las diferencias entre sus mundos. Florian y Juliana quedaron fascinados al revisar la Pokédex del otro y vieron las diferencias de los Pokémon Paradox que conocía, habían llegado a pensar que compartirían información del mismo tipo de Pokémon pero en versiones diferentes, sin embargo, fue una sorpresa para ellos darse cuenta que el único parecido que compartían entre sus Paradox era entre Koraidon y Miraidon que eran el ancestro y descendiente de Cyclizar, y Colmilargo y Ferrodada, ancestro y descendiente de Donphan respectivamente. 

También hicieron comparaciones de sus respectivos equipos y para ambos vieron que a pesar de ser la misma personas, sus equipos eran diferentes. 

Cass había quedado relegado de aquellas conversaciones y se sintió un poco excluido. Tanto Damián como Juliana estaban mas centrados en Florian y las historias que podía contar, sin embargo, ninguno de ellos parecía tener interés de cruzar dos palabras con él. Quería formar parte de las conversaciones, también tenía muchas preguntas y quería hacer bromas con ellos, pero luego de todo lo que había pasado, la manera en que había reaccionado Koraidon, la forma en que los Pokémon lo miraban con recelo y, sobretodo y lo que mas le dolía, la manera en que Juliana lo evitaba lo tenían lo bastante acobardado como para mantenerse al margen y no interactuar con nadie. De alguna manera, sentía que su sola presencia arruinaba el buen ambiente, y lo peor es que no sabía por qué y se estaba poniendo muy nervioso por ello.

Se quedó varias veces mirando a Juliana, intentando que sus ojos conectaran, de alguna manera obtener su aprobación para poder acercarse hablar con ella, pero acababa siempre decepcionado cuando, al lograr su objetivo, ella apartaba la mirada. Sus sentimientos hacia él eran bastante evidentes y Cass no podía evitar sentirse herido y confundido al respecto, pero sabía que ahora mismo no podía hacer nada, no con toda esa horda de guardianes protegiéndola, incluyendo a Damián. Al menos, ella iba a quedarse unos días con ellos, quizá podría tener oportunidad de indagar.

-Cass.

El aludido alzó la cabeza, despertando sus cavilaciones, y encontrándose con la expresión de preocupación de Florian, que estaba inclinado sobre él ¿Cuándo se había acercado? Si hace un momento lo había visto hablando con Damián. Al ver la manera en que lo estaba mirando, se hundió en su asiento y no pudo evitar mostrar una expresión melancólica que fue suficiente para que Florian supiera que necesitaban hablar.

-Chicos, voy hacer la llamada al hotel para conseguiros esa habitación, Cass viene conmigo.-anunció Florian en voz alta, tanto Damián como Juliana asintieron sin dudarlo, y volvieron a entretenerse apreciando a los Pokémon que estaban interactuando entre ellos.

Aprovechando esto, Florian tomó a Cass de su muñeca, lo levantó y lo guió en una dirección mas alejada para poder hablar en privado.

Damián vigiló como los otros dos chicos se alejaban, esperando el tiempo suficiente para no verles y aprovechar de tener su propia conversación con Juliana.

-Oye, Juliana. Sabes que no hace falta que hagas nada de esto ¿verdad?

-¿Hacer el qué?

-Ya sabes, aceptar la ayuda de esos dos. 

-Damián, no tenemos otra opción. No es nuestro universo y necesitamos su ayuda para regresar.

-Pero podemos conseguir donde quedarnos por nuestra cuenta; lo hemos hecho cientos de veces. No tenemos que estar mas tiempo del necesario con ellos si no quieres.

Juliana lo miró largamente y, deteniéndose en seguir acariciando a Terapagos, tocó la mejilla de su buen amigo y le acarició con el pulgar.

-Damián, te prometo que estoy bien. Sé que estas preocupado por mi, pero me he visto en peores situaciones y te prometo que puedo con esto.

-Julie...has tenido un ataque de pánico en el momento en que le has visto a él y hace mucho tiempo que no te pasaba. No estás bien con esto.

Juliana apretó los labios al escucharle, sin poder evitar sentir vergüenza por haber sucumbido a la crisis tan fácilmente cuando había hecho tantos progresos años antes para no dejar que la dominaran.

-Pero él no es el Cass que yo conozco y no es justo que tenga que pagar por lo que él me hizo-reflexionó ella, bajando su mano.-No está bien que le hayas golpeado ni que Koraidon haya intentado atacarlo, ni tampoco la manera en que todos mis Pokémon se quedan mirándole. Él no me ha hecho nada y le estamos tratando como si fuera culpable de algo.

-Juliana, puede que esto sea un mundo alternativo pero él sigue siendo Cass, aunque no sea el de nuestro mundo, en esencia si que es el mismo y eso ya nos dice de lo que es capaz de hacer.

-Florian se supone que soy yo y él confía en este Cass.-señaló ella, mirando con seguridad-Ellos han venido a Alola juntos, sin nadie mas. Su relación es cercana y me he dado cuenta de la manera en que Florian cuida de Cass, se puso en medio para protegerlo de Koraidon. Eso es suficiente prueba para mi para saber que no tengo nada que temer con ese Cass.

-¿Estas segura de ello?

-Si no puedo confiar en una versión alterna de mi misma, creo que entonces no habrá nadie en quién pueda confiar. Así que por favor, Damián, tu y todos los demás, ser amables con él, está intentando ayudarnos tanto como Florian. No le pongamos las cosas mas difíciles, por favor.

Damián, sintiendo un revoltijo de desconcierto y malestar dentro de si, se rascó detrás de la nuca, ya no tan seguro de cómo proceder. Por un lado era consciente de que lo que Juliana decía era cierto, pero por otro no estaba convencido del todo.

Juliana, por su parte, se había esforzado en sonar convincente en sus palabras pero la realidad es que otra cosa era la que estaba atormentando su cabeza. Florian y Cass tenían una relación cercana, mientras que ella había cortado el contacto con su Cass le había estado evitando desde hacia años, le había negado cualquier posibilidad de visitarla o de tener un encuentro porque le era imposible encararlo, y ahora estaba siendo testigo de que las cosas podrían haber sido muy diferentes. Ella podría haber salvado a Cass, podría haberle sacado de ese estado de enajenación si hubiera tomado la decisión correcta. Podrían haber vuelto a ser amigos. Todo por una estúpida y cobarde decisión...

Juliana apretó los dientes y sus dedos se clavaron en sus propios brazos, sintiendo la culpa y la frustración devorándole las entrañas. Su relación con Cass podría haberse salvado si hubiera tomado una decisión distinta...

"Esto es tan injusto"

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-Bien, ya estamos a solas, así que...¿Qué es lo que está atormentado esa cabecita tuya?

-¿Eh? ¿A qué te refieres?

Florian rodó los ojos.

-Cass, no intentes hacerte el tonto conmigo ¿Desde cuando Terapagos necesita "recargarse" para abrir sus portales? Has podido engañarlos a ellos porque no saben nada de cómo funciona los poderes de Terapagos, pero Cass, para mi has sido muy obvio que lo que querías era retenerlos aquí. No, mejor dicho, a quien querías retener aquí era a Juliana.

Tras unos segundos de silencio, Cass bajó los hombros:

-¿Tan evidente ha sido?

-¿Hace cuanto que nos conocemos, Cass? He visto cómo has estado mirando a Juliana y cómo ella te mira a ti, puedo sentir la tensión en el ambiente.

-Si, lo sé...-volvió a suspirar y, apoyándose en un árbol como si lo usara para intentar aliviar una pesada carga.-Es solo que....no está bien. No estoy bien con que ella...

Al ver su vacilación, Florian creyó entender por qué le estaba costando trabajo abrirse a él, por  lo que con una sonrisa tranquilizadora, habló:

-Cass, no me molesta que te sientas atraído por ella.-aseguró, haciendo que Cass se le erizara el vello al verse descubierto.

-¡Florian! ¿Cómo es que tu...?

-Vamos, la has estado mirado igual que me mirabas a mi cuando nos conocimos. Créeme, lo sé, estoy muy familiarizado con esos ojos de cachorro.-sonrió de buen humor al ver el sonrojo invadir el rostro del joven-Es que Cass, de verdad, nunca habría esperado ni en un millón de años que de todas las personas del mundo ibas a sentir celos de Damián ¡De todos los que existen, precisamente de Damián! ¿Siquiera te has dado cuenta de cómo has estado mirándolo solo por cuidar a Juliana? Siempre ha sido como mi hermano y estoy seguro que incluso ahora también es como un hermano para Juliana pero lo estás mirado como si fuera otra cosa.

 -Yo...te juro que yo no...-balbuceó el pobre chico de Noroteo, ahora totalmente consciente del vergonzoso comportamiento que había mostrado delante de Florian.-Te prometo que no es nada...Juliana...ella...es verdad pero tu y yo...¡te prometo que yo...!

-Oye, relájate, no estoy enfadado ni te estoy reprochando nada. Siempre he confiado en ti y no voy a sentirme inseguro porque haya aparecido una versión de mi mismo en mujer que te atrae.-se aseguró tomando su mano.-De hecho, si te soy sincero, hasta me enorgullece un poco.

-Espera...¿de verdad?

-¡Si! Es decir ¿Cómo no hacerlo? Me estás demostrando que sin importar el mundo que sea o si soy un hombre o una mujer, siempre vas acabar flechado por mi ¿Cómo no va a gustarme eso? Alimenta mi ego ¿sabes?

-Pfff, eres un idiota.-rió Cass visiblemente aliviado de escuchar aquello, y Florian, al verlo mas tranquilo en ese aspecto, formuló la siguiente pregunta.

-Dime ¿Tanto te molesta que Juliana no esté con el otro tu de su mundo?

Cass, abochornado por tener que reconocer algo como eso, apartó la mirada pero asintió con la cabeza.

-Ella no debería está aquí con Damián...-susurró a duras penas, como si luchara por dejarlo salir.-Debería haber venido a Alola con su Cass y estar teniendo el viaje más increíble de sus vidas hasta ahora, celebrando y yendo a todos los sitios interesantes y divertidos juntos hasta caer rendidos pero...¡maldita sea! Mírala como no se despega de Damián ¡está asustada solo teniéndome cerca y Damián está todo el rato saltando a defenderla! ¡Koraidon, que se supone que es igual que tu Miraidon, ha intentado atacarme en cuanto me ha visto! ¿Qué es lo que mi otro yo hizo para que ella reaccione así? ¿Qué le ha hecho para que la gente que la ama lo odie así?

Comprensivo, Florian asintió. A él tampoco le estaba gustando lo que aquello significaba. A Florian nunca se le pasó por la cabeza sentirse de la manera en que Juliana se siente hacia Cass. No, para él, Cass era el hombre mas bueno y dulce del mundo, la persona en la que mas confiaba y la última a la que debería temer. Si había alguien en este mundo con quién sabría que estaría a salvo era Cass; amable y dulce, pero feroz e implacable cuando se trataba de proteger a quién amaba. Ése era Cass.

Pero Florian también era consciente de cómo había sido Cass en su adolescencia, sobre todo en esa etapa entre el incidente de Ogerpon y la Academia Arándano. Un chico retraído y acomplejado, con tendencias obsesivas debido a su muy baja autoestima que necesitaba siempre demostrar algo, algo que era muy propio de la edad. Ya hacia mucho tiempo que Cass había dejado atrás esa etapa y Florian estaba orgulloso y amaba como loco al hombre en el que se había convertido y que creció a su lado. Pero aun podía recordar esos tiempos difíciles, esa faceta de Cass que llegó incluso a darle miedo por lo fácil que era llevarlo al borde y que pudiera cometer una locura.

¿Y si el Cass de Juliana dio ese paso...? 

-Yo tampoco sé qué es lo que ha pasado entre Juliana y su Cass, pero ha tenido que ser algo muy grave para que no acabarán juntos como nosotros. Llevamos juntos tanto tiempo que se siente tan natural y ellos...

-Algo pasó después de que ella se rindiera en el combate de la Liga Arándano, todo cambió a raíz de lo que pasó en ese maldito combate...-susurró Cass.-Y me asusta preguntar y saber la respuesta porque...¿en qué se supone que me convierte eso a mi? Ya arriesgué tu vida, la de Corín y la de la profesora en el Área Zero por mi propia cabezonería, y siempre me he preguntado qué habría pasado si las cosas no hubiera salido como salieron. Tal vez tu y yo no habríamos vuelto a ser amigos, tal vez incluso tu o todos...-Cass, al ver esa posibilidad rondar su mente no tuvo valor de terminar aquella inquietante frase.-Es por eso que siempre estoy agradecido de que las cosas salieran bien. Eso llevó a que tu y yo estemos aquí ahora pero...veo a Juliana y cómo reacciona conmigo, mientras piensa en su Cass, me pregunto que es eso tan terrible que sucedió, y veo muy real las otras posibilidades que pudieron ocurrirnos a nosotros.

Florian miró largamente a Cass mientras tenía aquel discurso sobre sus preocupaciones, y no iba a mentir, a él también le preocupaba. Él supo que amaba a Cass luego de los eventos del Área Cero, es más, ni siquiera le costaba admitir que ya tenía mariposas en el estómago por él ante la expectativa de volver a verlo cuando le ofrecieron de intercambio a la Academia Arándano, no estaba exactamente enamorado pero si que le miraba de manera especial. Si conocía a Juliana tanto como se conocía a si mismo, entonces ella había tenido que pasar por las mismas emociones hacia su Cass, porque hasta donde habían podido averiguar, el curso de los acontecimientos había sido exactamente el mismo en ambos mundos, pero todo cambiaba drásticamente de rumbo en aquel combate contra el Campeón de la Academia Arándano, concretamente, lo que cambió todo fue una decisión. Florian siguió combatiendo dando hasta el último respiro y ganó, pero Juliana se rindió y algo pasó a partir de ahí.

-Cass...si yo me hubiera rendido en nuestro combate ¿Qué habrías hecho tu?

Cass levantó la cabeza al escuchar su pregunta, casi sorprendido, sin embargo, mas le sorprendió verse con un montón de pensamientos en la cabeza que al mismo tiempo le dejaban la mente en blanco.

-No...no lo sé-admitió-Yo...yo no estaba nada bien en ese momento, Florian. Estaba enfadado, desquiciado y solo quería ganar porque necesitaba demostrar algo, necesitaba demostrarte a ti y a todos que era alguien. Necesitaba que tu me miraras...-suspiró pasando las manos por su cabeza.-Pero no puedo estar seguro de qué habría hecho si te hubieras rendido, solo sé...que no me habría gustado. Me habría sentido humillado pero...-sus hombros se hundieron.-No quiero pensar que pude haber hecho algo terrible, quiero pensar que los pensamientos caóticos que tenía era solo eso, pensamientos caóticos, de esos que solo los piensas pero que nunca llevas a cabo porque tu no eres así de verdad. Pero viendo a Juliana, yo...

-Yo...Cass, si te soy sincero, durante nuestro combate también me vino la idea de rendirme.

Cass levantó la cabeza, mirando a Florian con atención.

-¿De verdad...?

-Fue una decisión difícil de tomar y estaba contra las cuerdas. Askari era el único que quedaba en pie y acababas de dejar fuera de combate a Jabari mientras todavía tenías en pie a Ryujin y Bishamon. Me tuve que hacer la pregunta si realmente valía la pena seguir luchando si eso suponía que Askari sufriera...-suspiró ante aquellos recuerdos.-Estaba preocupado por él, y por ti porque estabas tan atrapado dentro de tu propia cabeza que apenas podía registrar que siguieras vivo mientras luchábamos. Pero al final...decidí que tenia que darlo todo, tenía que sacarte de ahí o no iba a perdonármelo jamás.

-Florian tu...¿por qué no me contaste esto antes...?

-Sinceramente, nunca me lo he planteado. Tomé una decisión en ese momento y tuve suerte de que fuera la correcta, me alegré por ello y luego tuvimos que ir al Área Cero, pasó todo lo demás y ya no pensé en ello, hasta ahora que vi que Juliana tomó la otra opción y las consecuencias fueron muy diferentes.

Cass se quedó en silencio durante unos segundos antes de hacer la siguiente pregunta.

-¿Y qué vamos hacer?

-¿Quieres hacer algo...?

-Yo...si, claro ¿tu no?

-No estoy seguro. Es decir ¿está bien involucrarnos y cambiar en los acontecimientos de un mundo alterno al nuestro?

-Florian ¿no quieres que Juliana esté con su Cass...?

-No me malinterpretes, claro que quiero. Quiero que cada versión mía, sea del universo que sea, esté con la tuya. Pero Cass...creo que esto es algo muy grande como para que nosotros podamos solucionarlo, Juliana se supone que soy yo y yo no puedo entender cómo puede ser que si yo te amo tanto Juliana, en cambio, puede sentir tanto miedo de ti. Es algo que escapa a mi comprensión y no sé si yo podría ayudarla a cambiar eso solo por mi propio deseo cuando ella...bueno, no parece compartirlo.

Cass, con el corazón encogido al escuchar eso, miró hacia abajo.

-Yo...creo que su Cass tiene que estar muy triste.-susurró a duras penas antes de mirar a Florian a los ojos.-Yo...me enamoré de ti cuando era apenas un crío. Te vi y en ese instante sabía que eras mi persona, con quién quería pasar el resto de mi vida.

-Cass...-susurró Florian conmovido, juntando su frente con la de Cass.

-Si el curso de su mundo es como el nuestro, su Cass sintió exactamente lo mismo, amaba a Juliana con la misma intensidad que yo te amaba a ti. Sea lo que sea lo que sucedió en ese combate, si la consecuencia es que Juliana le empezó a temer y se alejó de él, ése Cass debe estar roto de dolor. Yo me volvería loco si no pudiera verte ni estar contigo, pero si supiera que me tienes miedo o que me odias por algo que te hice yo...solo querría morir.

-No sigas por ahí...-siseó Florian enfadándose de repente y apretando el agarre sobre la nuca de Cass al escucharlo.-Yo tampoco puedo soportar la idea de no estar contigo, Cass pero ni siquiera pienses que tu...

-Estoy siendo realista, koibito...-suspiró Cass tomando la mano de Florian.-Te lo dije en su momento; te amo mas que a nada en el mundo y no concibo la vida sin ti. Mi corazón te eligió y te seguirá adonde sea. Por eso, sé cómo debe sentirse ése Cass. Sin Juliana no está completo, está roto y solo querrá volver a ella a cualquier precio. Y yo...si puedo, siento que debo intentar ayudar con eso, porque comprendo mejor que nadie cómo se siente él y yo sé que no podría soportar estar en su situación ¿tu no piensas igual?

Florian sintió su corazón retorcerse de dolor ante el pensamiento, tampoco concebía la vida sin Cass; él era el amor de su vida y su corazón también lo eligió para ser su compañero de vida. Pero no era capaz de entender la diferencia radical de sentimientos entre los suyos y los de Juliana, y le resultaba un terreno desconocido, es desconcertante saber de su otro yo y no estar seguro de cómo proceder.

Sin embargo...¿podría haber una posibilidad al respecto? ¿Podrían ellos hacer algo...?

-Tal vez...quizá tengas razón y podamos ayudarlos.

-¿Lo dices en serio...?-preguntó con los ojos brillantes.

-¡Qué remedio! Ya que están aquí y les has hecho quedarse vale la pena intentarlo. Quizá esto sea el destino, quizá alguien quiso que esto fuera así para corregir el rumbo. Pero también tenemos que tener en cuenta lo que vaya a querer Juliana, la posibilidad de que no quiera estar con su Cass es muy real y tampoco quiero que ella haga algo que no quiere hacer. Si resulta que a pesar de nuestra ayuda ella no quiere darle una oportunidad, daremos un paso atrás ¿de acuerdo?

Feliz por sus palabras y totalmente de acuerdo con él, Cass no pudo resistirse a tomar del rostro a Florian y repartir varios besos por su rostro, en sus párpados, sus mejillas, la punta de la nariz, su mentón y los labios...

-Te quiero, te quiero muchísimo ¡Arceus, te quiero con locura!-repetía con devoción.

-¡Jajaja! Yo también te quiero a ti, aunque si lamento que nuestro viaje haya acabado así, no es lo que habíamos planeado. Lo siento mucho.

-Bueno, sabía que estaba saliendo con un imán para los problemas desde hace mucho tiempo, y como siempre dices; No hay manera de aburrirse contigo, ya había asumido que cosas extraordinarias serían parte de nuestras vidas. Pero, koibito, esta vez ¡te has superado!

-Aun estás a tiempo de echarte para atrás ¿sabes?-sugirió sin embargo su tono de voz no mostraba la mas mínima preocupación por la respuesta.

-¡Pff! Por supuesto eso no va a pasar, estás loco si piensas que voy a dejarte escapar luego de todo este tiempo. No, querido, he elegido este barco y en él voy a quedarme.

-¿Aunque haya una atractiva versión mía a la que estas comiéndote con los ojos?

-¿Acaso estás proponiendo algo indecente, Florian?

-Tal vez...-susurró él frotando su nariz contra la de Cass.-Pero creo que lo haré cuando consigamos reconciliar a Juliana con su Cass, yo también quiero ver a tu otra versión y ver en qué os diferenciáis.

Ambos se quedaron mirando de manera provocativa antes de echarse a reír por sus propias payasadas, y proceder a continuación a juntar sus labios en un beso suave mientras entrelazaban sus manos.

CONTINUARÁ







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