Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

DIFERENCIAS

Juliana abrazaba la almohada contra su pecho mientras sus ojos se movían de un lado a otro, siguiendo los movimientos de su mejor amigo que se estaba paseando nerviosamente por la habitación con expresión tensa, sin embargo, Juliana se quedaba con los hombros encogidos y el resto del cuerpo quieto y en tensión, como si estuviera a la espera de recibir algún regaño de su parte.  

Florian había cumplido su palabra y había usado su influencia para conseguirles una habitación. Juliana habría estado bien con cualquier habitación, siempre y cuando Damián estuviera con ella, pero por insistencia de Cass, les habían conseguido una que estuviera en el mismo piso en donde estuvieran ellos dos, eso traducía a una bastante mas acomodada de lo normal. A Juliana, en circunstancias normales, estaría un tanto avergonzada de que Florian hubiera tenido usar su nombre para conseguirles aquella habitación en lugar de que ella pudiera hacerlo por si misma, pero aquello no eran circunstancias normales y estaba mucho mas preocupada ahora viendo como su mejor amigo estaba paseándose por la habitación con aquella expresión de tensión en su rostro.

Y Juliana lo conocía demasiado bien para saber cual era el motivo por el cual estaba tan enfadado y era hora de señalar al Donphan en la habitación para poder tener, al menos, una noche en paz antes de empezar a ponerse a trabajar en el lío en el que estaban metidos. 

-Vamos, Damián, deja de poner esa cara...-suplicó Juliana mientras veía a su mejor amigo enfurruñado que, al escucharla, se detuvo de manera abrupta-No es tan malo como te piensas.

-Tengo derecho a que esto no me guste.-susurró entre dientes.-Mira, Julie, entiendo lo que me has querido decir antes; Este Cass no es como el que tu conoces pero yo también puedo sacar mis propias conclusiones de lo que tratan todos estos...universos alternos. Y puedo deducir que a pesar de los diferentes eventos que puedan surgir, las personas son esencialmente las mismas. Este Cass solo te parece diferente porque Florian tomó una decisión diferente a la que tomaste tú y por ello hubo consecuencias diferentes, pero si ambos hubierais tomado la misma decisión, habrías acabado exactamente en el mismo punto y cada uno de los Cass sería exactamente igual...

-Lo sé, de verdad que lo sé.

-¿Entonces porque parece que te sientes...-pensó por un momento en las palabras adecuadas-...tan poco a disgusto con este Cass?

-¿Tan poco a disgusto...?-preguntó ella extrañada por la expresión.

-Juliana, he estado a tu lado por mucho tiempo, junto con Noa y Mencía, hemos estado contigo luego del incidente, durante tu recuperación y te he visto en tu peor momento.-señaló Damián mirando a Juliana a los ojos.-Odiabas a Cass. Te ponías furiosa solo por escuchar una sola referencia de él. Y era lo normal. Él te había herido y te dejó incapacitada por mucho tiempo. Cuando pudiste volver a caminar y a retomar tu vida parecía que poco a poco también ibas superando esos sentimientos. Siempre asumí que tu terapeuta había hecho un gran trabajo para ayudarte a manejar tus sentimientos pero...viendo cómo estas con el Cass de este mundo, a pesar de los sentimientos negativos que despierta en ti, también me he dado cuenta de que tienes una rara predisposición a dejarlo estar cerca.

Juliana, al escucharlo, se crispó ligeramente, tensa porque Damián se hubiera dado cuenta de ese detalle

-Escucha, es porque no es justo que tratemos a este Cass como si hubiera hecho lo mismo que hizo el que yo conozco.-señaló ella.-Si existe un universo alterno cuyo rumbo es distinto al nuestro por una única decisión eso significa que pueden existir cientos de universos alternos además de este y el nuestro que tienen también rumbos diferentes por distintas decisiones.

-¿Eso qué tiene que ver con lo que hablamos?

-Todo. Quizá existe un universo alterno en que yo haya sido la que se enfadó con Cass y lo atacara. Quizá haya otro en el que él haya podido vencerme en nuestro primer combate en Noroteo y se hizo con Ogerpon y fuera yo la que se llenó de rabia por haber sido vencida por un novato. ¡O uno en el que no me mandaran a mi a esa excursión a Noroteo sino a Mencía u a otra persona! Maldita sea, puede que incluso haya un universo alterno en donde yo...haya muerto en aquel combate en la Academia Arándano.

-¡Cállate, no digas semejante cosa!-exclamó Damián, totalmente estremecido de imaginarse tal cosa.-Tu no eres así, Juliana, no habrías hecho daño a ese chico por mas que te hubiera tratado mal en ninguno de los universos posibles, al contrario que él que si fue capaz de hacerlo.

-¡Damián, déjalo ya!-exclamó Juliana, esta vez enfadada, haciendo que Damián diera un bote en el sitio, desconcertado de escucharla alzar la voz-No me retrates como a una santa; no lo soy. Todas las personas tienen un lado oscuro, solo hace falta tener la motivación o las circunstancias necesarias para hacerlo salir y no querer detenerlo. Cualquiera puede sucumbir a eso, cualquiera es capaz de hacer daño.-susurró ella con la mirada apesadumbrada, mientras se tocaba el cinturón en donde solía tener sus Poke ball, gesto que no pasó desapercibido para Damián- Cass...se dio de lleno con ese lado feo de si mismo y yo me convertí en su objetivo porque le hice mirarse al espejo y encontrarse con la imagen de un fracasado. Nunca quise hacerle daño pero hasta yo era capaz de ver cómo su mirada se iba pudriendo conforme pasaban los combates que teníamos y la gota que colmó el vaso fue que Ogerpon me eligiera a mi en vez de a él. 

-¿Y por qué eso es culpa tuya? Ogerpon no era ni consciente de la existencia de Cass como para tenerle en cuenta a él antes que a ti, no hubo relación ni conexión previa entre ellos como para que Ogerpon le diera lealtad sobre ti. Ella te eligió porque hizo una conexión contigo y siempre fue un ser independiente con deseos propios, pudo haberse ido con quien quisiera y no le debía nada a Cass.

-Porque en parte no puedo evitar pensar que tengo responsabilidad en todo esto, Damián.-confesó Juliana apretando las manos sobre su regazo.-Sé que puede sonar raro viniendo de mi, en especial por toda la rabia que solté contra Cass durante el tiempo que estuve en esa silla de ruedas, pero también tuve el tiempo de pensar mucho en todo lo que ocurrió. Cuando estaba herida, estaba convencida de que todo era culpa de Cass, que yo había pagado sus inseguridades, su inmadurez, su mal perder; yo sentía mucho dolor y rabia por estar en esa maldita silla, sin poder viajar, sin poder tener combates, teniendo siempre la mirada compasiva de todo el mundo, odiaba eso y necesitaba culpar de todo a Cass con toda mi alma por haberme arrebatado todo, pero...-un ligero sollozo se escapó de su garganta.-Cuando Ogerpon me abandonó, tuve que replantearme muchas cosas.

Damián mostró una expresión compungida al escucharla y tomó su mano, acariciándola, como muestra de apoyo. Juliana no había sido la mejor persona luego del incidente; quedar incapacitada y atrapada en aquella silla de ruedas sin saber si algún día podría volver a caminar fue un golpe duro para ella hasta el punto en que le agrió el carácter y resultaba muy difícil estar a su lado sin sentir el deseo de dejarla sola. Y por su implicación en todo aquello, la que se llevaba la peor parte del mal genio de Juliana era Ogerpon. La dulce ogro había puesto mucho empeño en apoyarla y colmarla de cariño, como todos, sin embargo, ella era la que mas recibía desplantes y reacciones de enfado desproporcionadas, porque todo empezó con Ogerpon, y lo triste de todo es que ella no era consciente de porqué Juliana parecía culparla, solo sabía que lo hacía. Y un día, Ogerpon simplemente se marchó, incapaz de ser siempre el blanco de la ira de su entrenadora.

-Me sentí igual que debió sentirse Cass. Yo estaba tan metida en mis propios sentimientos de impotencia y rabia que no podía ver que Ogerpon me quería y que intentaba ayudarme. Cuanto mas se implicaba en quererme mas furiosa me sentía con ella y no podía evitar tratarla mal. Y cuando se fue, me di cuenta de que estaba actuando igual que Cass; culpando a otra persona de mis sentimientos.

Damián se quedó en silencio durante unos segundos antes de realizar la siguiente pregunta.

-Entonces, si te diste cuenta de que estabas actuando como Cass ¿por qué entonces dices que te sientes responsable de cómo se dieron las cosas? Cass también podría haberse dado cuenta y haber actuado en consecuencia...

-Porque siempre estuve aceptando los desafíos de Cass aunque me diera cuenta desde el principio del dolor que eso le causaba.-susurró Juliana.-La diferencia de habilidades entre nosotros era abismal, Damián. Yo tenía mucha mas experiencia en batallas que él, que era casi un aficionado. Maldita sea, yo era una Campeona y él era prácticamente un novato. Y simplemente barrí el suelo con él una y otra vez, en su propia casa, delante de su familia y amigos, y quedándome con el Pokémon que él adoraba desde que era un niño y del que yo no tenía ni idea de su existencia hasta ese momento. Pero en vez de pensar que lo sensato sería poner algo de distancia pensé que el no aceptar sus desafíos seria una falta de respeto hacia él, y en cierto modo, fue casi como haber sido una abusona por haber aceptado sus desafíos a sabiendas de que siempre le ganaría y que estaba destrozando su voluntad con cada batalla. Y lo peor de todo es que todo esto vino también por un sentimiento de arrogancia de mi parte.

-¿Arrogancia? ¿Tu siendo arrogante?-preguntó Damián confundido por esa aseveración.

-Si, arrogancia...-admitió Juliana, abrazándose a sus piernas mientras los recuerdos de su excursión en Noroteo cruzaban por su mente.-Soy una ganadora, Damián, estoy acostumbrada a eso desde que me dieron a Askari. Mi primer combate fue contra Mencía, una de las campeonas de Paldea en ese momento, y le gané; yo con tan solo mi Sprigatito le gané a una campeona de la región y me sentí poderosa y capaz de todo. Desde los diez años, he ido ganando las medallas de gimnasio de toda Paldea, me he enfrentado a cada estudiante, profesor y hasta al director de la Academia Naranja, he llegado hasta la Liga Pokémon, me he enfrentado al Alto Mando y a la Super Campeona y les vencí todos consiguiendo mi propio titulo como una de las Campeonas de Paldea. Yo siempre he ganado en cada combate, Damián, tuve algunas derrotas aquí y haya pero, al final del día, siempre conseguía ganar. Y cuando yo ganaba; todos los problemas de todo el mundo se solucionaban. 

-¿Que...?-susurró Damián al escucharla sin embargo en su cabeza enseguida pudo hacerse una idea a lo que ella se estaba refiriendo en cuanto varios recuerdos cruzaban por su cabeza.

-A través de los combates pude detener al Team Star y ayudar a Noa y a sus amigos; a través de los combate te pude ayudar a ti a salvar a Mabosstiff; a través de los combates destapamos todo el asunto de la IA que sustituyó a tu madre, y a través de los combates, puede salvar a Koraidon. Siempre que he combatido y ganado, siempre se solucionaba todos los problemas, todo el mundo era feliz y todos nos volvíamos amigos. Pero con Cass fue todo lo contrario...-gimió Juliana con expresión de dolor en su rostro, al pensar en Cass.-Estaba tan acostumbrada a que todas las cosas se solucionaran cuando yo ganaba un combate que no fui capaz de darme cuenta que lo que estaba haciendo era enterrar a Cass en un pozo cada vez mas profundo. Ese tímido y simpático niño me convirtió en su enemiga porque yo le di motivos para sentirse acomplejado cuando nunca antes se había sentido así. Pero, como siempre, pensaba que si seguía aceptando sus retos y lo daba todo, al final del día, todo se solucionaría y seriamos amigos. Y eso no pasó y yo no era capaz de entender porqué no estaba pasando..."

-Juliana...-susurró apenas Damián, sin saber qué decir mientras su amiga se abrazaba a si misma.

-Y no fui capaz de aprender la lección esa vez, porque cuando fui a la Academia Arándano y le volví a ver, seguí pensando que si volvía a luchar contra Cass y le ganaba, volvería a ser el que era. Acepté el reto del Alto Mando de la Liga Arándano sin pensármelo porque estaba convencida de que era la única manera, pero no funcionó. Cuando pasó ese terrible combate y se me ocurrió sacar a Ogerpon, fue cuando me di cuenta de lo equivocada que estaba, solo viendo la cara de Cass, me di cuenta de lo mucho que había metido la pata en seguir insistiendo en que todo se iba a solucionar si ganaba. Perdía mas a Cass en vez de recuperarlo, cuanto mas luchaba contra él, mas fuera de mi alcance estaba y...mas me odiaba.-esto último Juliana lo dejó salir a modo de sollozo, sintiendo sus extremidades temblar.-Quería ser para Cass lo que Mencía fue para mi, Damián. Una inspiración, ver a un veterano brillar y querer esforzarse para estar a la altura; disfrutando y creciendo. Pero fracasé. Lo único que hice fue que Cass se sintiera miserable y convirtiera las batallas en algo para vengarse de mi...

-Tu no eres responsable de sus sentimientos, Juliana, nunca lo fuiste.-dijo Damián, acercándose a ella.-Escucha, fue él quién insistió en retarte una y otra vez ¿Qué ibas hacer tu? ¿Crees que habría sido mejor rechazar sus desafíos solo por miedo a que él se sintiera mal al perder? Porque te recuerdo que eso es lo mismo que actuar como si sintieras compasión por él, y te hubiera odiado de todos modos si hubiera pensado que rechazabas sus retos porque no le veías suficiente ni para molestarte en tener un combate contra él.

-Cuando Mencía me convirtió en su rival me retó varias veces a lo largo de mi trayecto como entrenadora pero no fue hasta que terminé mi ruta de Gimnasios que utilizó su equipo principal para tener un combate real entre nosotras. Antes de eso, siempre usó un equipo adaptado a mi nivel, uso Pokémon menos fuertes para que estuviéramos en igualdad de condiciones, y eso me hizo querer esforzarme porque sentía que era capaz de vencerla. Yo no tuve esa consideración con Cass. Siempre usé a mi equipo principal contra él y le derroté una y otra vez sin darle siquiera la esperanza de poder superarme.

Damián apretó los labios sin saber cómo contraargumentar aquello. Mencía tenia una peculiar manera de hacer las cosas. Era una amante acérrima de los combates Pokémon y felizmente se pasaría el día retando a todo el mundo, independientemente del nivel o de la experiencia, a tener una batalla contra ella. Y precisamente por ello, Mencía siempre adaptaría a su equipo al nivel que tuviera su contrincante por el simple hecho de estar en igualdad de condiciones y que el combate siempre fuera reñido. A Mencía no le importaba ganar o perder; lo que le gustaba era la emoción del propio combate, incluso si fueran dos pequeños Rattatas de bajo nivel usando solo placaje y ataque rápido, Mencía estaría emocionada dándolo todo.

-No fui la mejor persona cuando estuve convaleciente, sé que Cass me convirtió en esa mujer amargada y furiosa que fue abandonada hasta por su propio Pokémon...pero no puedo evitar sentirme triste y envidiosa de ver a Florian llevarse tan bien con su Cass cuando yo y el Cass que conozco estamos tan alejados; y todo por una sola decisión diferente que tomamos. Es tan injusto, Damián...tan injusto...

Damián bajó sus hombros mientras la escuchaba, asimilando la información.

-Juliana, no sé qué decirte.-admitió Damián, abrumado por todo lo que había escuchado y sin saber ahora cómo proceder ni cómo sentirse.-Le odiabas, con todas tus fuerzas, estuvimos todos ahí para apoyarte en todo tu proceso y tengo la certeza de que le odiabas.

-¡Lo hacía pero también le apreciaba!-exclamó Juliana levantándose del sitio, encarando a Damián a pesar de que él fuera mas alto que ella.-Llegué apreciarlo mucho, Damián, por eso le odiaba con tanta intensidad. Él me había mandado a las puertas de la muerte, me había dejado paralizada en mis piernas, me había quitado la posibilidad de seguir viajando y participando en torneos. Todo porque Cass no pudo manejar su propia envidia hacia mi. Y todo porque yo tampoco fui capaz de detener esto por pensar que las cosas mágicamente se solucionarían. Pero había apreciado a ese niño y estaba tan convencida de que iba a ser mi amigo, alguien tan cercano que yo...

-Juliana

-Tengo que irme.-dijo ella de repente, sorprendiendo a Damián mientras la veía levantarse de donde estaba.

-¿Qué? ¿Irte? Espera ¿qué?-exclamó desconcertado Damián sintiendo a su amiga pasar por su lado.-Juliana ¡espera! ¡Oye, vamos, no...!

-No estoy enfadada contigo, Damián.-dijo ella tomando el pomo de la puerta.-Sé que me quieres, sé que estás preocupado y sé que solo estás intentando cuidar de mi, pero toda esta situación supone mas de lo que piensas. Mas que todo ese odio que viste en ese entonces. Y ahora necesito salir de aquí porque me siento demasiado abrumada como para seguir teniendo esta conversación y creo que me voy a ahogar.

Dicho esto, Juliana salió de la habitación, dejando a su amigo atrás con expresión compungida y en silencio con la mano alzada en ella mientras la puerta se cerraba ante él.

Juliana se abrazó a si misma mientras caminaba por los pasillos del hotel, sintiéndose mal de inmediato por haberle hablado así a Damián, pero no pudo evitarlo, esta situación anormal había vuelto a traer recuerdos que la habían atormentado durante varios años y no estaba segura de poder soportarlo, menos aun luego de haberse abierto con Damián sobre sus propios sentimientos de culpa que no había compartido hasta ese momento. Ahora mismo, Juliana se sentía vulnerable e incluso asustada. 

Ver a Cass, convertido en un adulto, cuando sus últimos recuerdos de él fueron de aquel combate. Un crío de catorce años con la mirada vacía y, al final, desquiciada intentando hacerle todo el daño posible para vencerla. Un monstruo que ella había creado...pero el Cass que había visto hoy era como todo lo contrario; amable y educado, mas parecido al Cass que ella conoció en Noroteo sin el exceso de timidez. Un hombre que le habría gustado ver convertirse.

Florian pudo recuperar a Cass y verlo convertirse en una mejor versión de si mismo, ella fracasó y acabó en un pozo del que a duras penas pudo salir, y jamás tuvo el valor de volver a darle a cara a Cass, ni siquiera cuando él puso todos los medios para volver a ponerse en contacto con ella. Estaba tan amargada con él que cualquier intento de contacto era ignorado a pesar de que Juliana había escuchado muy claramente las disculpas y los ruegos de Cass para que lo perdonara.

¡Todo porque Florian y ella tomaron una única decisión diferente! ¡Esto es una maldita basura! ¡Era injusto!

En medio de su caminata, sus oídos pudieron captar un par de voces familiares que la hizo detenerse justo en la esquina que daba continuidad al pasillo. Se asomó y pudo ver a Florian y a Cass hablando animadamente en medio. Juliana no pudo evitar mirarlos con pena y al mismo tiempo envidia. Ellos parecían ser tan cercanos.

Entonces los ojos de Juliana captaron un detalle inusual, dándose cuenta de que ambos estaban tomados de ambas manos.

Eso la sorprendió, ese era un nivel de cercanía que nunca esperó de Cass, él no hizo contacto físico con ella en ningún momento en todo el tiempo que se conocieron. Si que había ganado valor al crecer.

Entonces otro detalle captó la atención de Juliana y es que Cass parecía estar tirando de las manos de Florian para acercarlo a él. Muy cerca... Eso...era un poco...espera ¿estaba acercando su cara a...?

Apenas tuvo tiempo para pensar cuando se dio cuenta de que Florian la había visto. Juliana se quedó congelada en el sitio al verse pillada, pero el chico, lejos de alterarse, soltó las manos de Cass y lo alejó con un toque juguetón en la frente para confusión del de ojos dorados.

-¿Florian...?

-¿Sabes? Tengo que hacer una llamada. Ya sabes, cosas de campeón de Paldea. Qué cosas ¿no te parece? Somos tres campeones y ¡uf! Parece que soy yo el que se lleva todo el trabajo-dijo Florian de manera torpe mientras se alejaba.

-Espera ¿te llama Ságita? Acordó no molestarte durante nuestro viaje...-arqueó Cass una ceja mientras se cruzaba de brazos.

-Seh, pero tu ya sabes cómo son estas cosas. Un día vas de vacaciones y ¡PUF! De repente tienes visitantes de otro universo, o te llama la gran jefa a que apagues unos fuegos y...

-Florian.

-¿Si...?

-Deja de intentarlo, no te sale.-sacudió la cabeza.

-Si, ya, me he dado cuenta. Pues eso, que me voy convenientemente fuera de escena.-dijo yéndose hacia las escaleras pero justo antes de escapar por ellas, se detuvo-Cass...mucho ánimo, tienes la oportunidad.

Cass, confundido por lo último, vio a Florian bajar por las escaleras casi dando saltitos ¿a qué ha venido todo eso? Y sobretodo ¿desde cuando Florian le hacia el arbok e intentaba crear una mentira de forma tan torpe? Entonces, como si alguien le susurrara al oído, se dio la vuelta lentamente hasta que sus ojos se toparon de golpe con la mirada de Juliana, la cual estaba observando con expresión desconcertada en su dirección, medio escondida en la esquina.

Ambos se quedaron quietos en el sitio.

"Oh, Florian, eres un..."

¡AH!

-No, no, por favor, no salgas corriendo.-rogó Cass cuando vio que Juliana parecía disponerse a huir de ahí.

-N...no iba hacerlo...yo...-mintió ella, mirando hacia los lados con nerviosismo, sin atreverse a enfocarse en él.-Es solo que...bueno, yo...creo que estaba viendo algo que no...

Cass, entiendo a lo que se estaba refiriendo, sintió que sus mejillas comenzaban a arder y una parte de si mismo estaba muriéndose de vergüenza porque ella le hubiera visto en aquella tesitura con Florian. No tenía nada de malo, sin embargo, estos raros y anormales sentimientos que habían surgido por Juliana estaba haciéndole sentir como si estuviera haciendo algo mal de estar haciendo cosas de pareja con Florian delante de ella.

"Es solo porque ella es Florian" se recordó a si mismo "Son una misma persona, es natural que tenga los mismos sentimientos por ella como los tengo por él ¡pero es tan raro!"

-No...no deberías preocuparte por eso, de verdad, no...no ha pasado nada que no debiera estar a la vista.-justificó Cass aunque no pudo evitar pasar su mano por su cara, evidenciando lo abochornado que se sentía de haber sido descubierto por ella.

Por unos segundos, el silencio reinó entre ellos, ambos buscando las palabras para poder decir algo pero sin tener ni idea de que decir, al menos hasta que Juliana pareció encontrarlas.

-Esto...puede que esto te parezca repentino pero...¿te gustaría hablar...un rato?-preguntó ella casi con un hilo de voz debido al nerviosismo.

-¿Uh? E-En serio?

-Si, quiero decir, creo que Damián y yo no te hemos tratado muy bien y...creo que te debo una disculpa.

Conmovido, Cass bajó los hombros y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

-¿Te apetece ir al bar del hotel? Me vendría bien unos tragos, si te apetece podemos ir juntos.

Juliana pareció pensarse la idea, ir a beber la tentaba y el estar en un sitio público la hacía sentir mas segura.

-Si, suena bien ¿guías el camino?-preguntó ella.

-¡Claro! Sígueme.-asintió Cass comenzando a caminar mientras Juliana lo seguía.

Mientras caminaban, Cass reprimió el impulso de caminar al lado de ella entrelazando los brazos, algo que hacia normalmente con Florian, sin embargo, no pudo evitar sentirse muy incómodo de sentirla caminar detrás de él en vez de a su lado, lo sentía demasiado forzado, demasiado antinatural que fueran de aquella manera. Juliana iba silenciosa, mirando al suelo mientras su mente estaba ocupada con miles de pensamientos que a Cass le daba miedo preguntar. Intentó disimuladamente aminorar la marcha para que Juliana pudiera caminar a la par que él pero cada vez que lo hacia, Juliana parecía aminorar también, frustrando el intento de Cass ¡Dios, se sentía tan antinatural estar distanciados de esa manera!

Finalmente llegaron al bar del hotel, un lugar que de verdad hacía justicia con el lujo que mostraban las habitaciones. Pero ni Juliana ni Cass estaban del todo cómodos con lo ostentoso, menos aun cuando veían a tanta gente en las mesas charlando, coqueteando o negociando entre ellos.

-Esto no es como en el Bar Baridad...-musitó Juliana.

-Si, lo entiendo, allí el dueño nos prepararía una mesa, aunque no sé si reaccionaría bien si me viera con alguien que no es Florian.-contestó Cass rascándose la cabeza, haciendo que Juliana lo mirara parpadeante ¿Cómo este Cass sabía que el Bar Baridad era un lugar que frecuentaba? Al ver su expresión, Cass se apresuró en explicarse.-Yo...como sabes soy cercano a Florian, he ido a ese lugar varias veces con él, Damián, Noa y Mencía...imagino que si para ellos el Bar Baridad era su lugar de reunión habitual, entonces en tu mundo también tu y tus amigos lo frecuentáis.

-Oh...si, lo hacemos...-susurró Juliana aun un poco perpleja. Le encontraba el sentido pero le resultaba tan raro comprobar cómo de cercano era este Cass a su versión masculina, tanto como para estar involucrado con su grupo de amigos lo suficiente como para ir con ellos a su lugar habitual. Es decir ¿Cómo podía ser? Cass era de la Academia Arándano, que estaba en Teselia, y por otro lado él vivía en la comarca de Noroteo, en Sinnoh ¿Cuántas veces tenía la oportunidad de hacerse un viaje tan largo hasta Paldea con la suficiente frecuencia como para hablar de manera tan cotidiana del lugar habitual donde pasaba el tiempo Florian y sus amigos?

En ese momento, le vino a la mente el momento en que vio a Florian y a Cass tomados de las manos. Juliana sintió un ligero escalofrío solo al recordarlo y no tuvo manera de poner palabras a esa extraña sensación, sobretodo cuando una idea previa estaba formándose dentro de su cabeza y la cual no podía creer.

Luego de un par de minutos, los jóvenes lograron encontrar una mesa justo en la esquina del bar, les daba algo de intimidad para poder hablar sin que otros clientes pudieran escucharlos, sin embargo, seguía dando una sensación de exposición enorme, por lo que ambos decidieron tomar asiento dando la espalda al resto de clientes para mayor sensación de privacidad.

-Antes de nada, muchas gracias por dar la oportunidad de que podamos hablar-empezó diciendo Cass, distrayendo a Juliana de la incomodidad-Si te soy honesto, no esperaba que fueras a proponer hacer algo tu, sé que puede que yo no sea precisamente tu persona favorita en estos momentos.

-Si, bueno, yo creo que también debo aprovechar este momento para disculparme contigo. Sé que mi comportamiento no ha sido muy amigable, tampoco Damián ni de mis Pokémon, pero tu no tienes...nada que ver, por ello tengo que pedirte disculpas por ello.

-De hecho, de eso justamente quería hablar contigo.-dijo Cass pasando su mano por su cuello, en un gesto de nerviosismo.

-Si, me imagino que ha sido por eso que Florian a hecho todo ese show para dejarnos a solas.-rió ella al recordar la manera en que Florian se había excusado para desaparecer de la escena.

-Bueno, tu eres él, imagino que tú tampoco eres la reina de la discreción.

-No, supongo que no.-Juliana suspiró, queriendo arrancar la tirita de una sola vez.-Entonces ¿Qué quieres preguntarme?

-Bueno, supongo que ambos sabemos lo que quiero preguntar.-dijo Cass mirándola con cierto nerviosismo.

-Si, bueno, es un poco difícil teniendo en cuenta que eres...tu.-suspiró ella haciendo un esfuerzo por reír, pero fue un acto tan improvisado que ninguno sintió nada de humor.-Mi Cass...urg, que raro se siente decir eso contigo delante...-murmuró sintiéndose incómoda, mirando de reojo aquel Cass-Lo siento, sé que no termino de arrancar pero...

-Hey, no te disculpes, puedo entender que todo esto sea tan raro ¡Dios, es raro para mi estar sentado en la misma mesa y hablando con la versión femenina venida de un universo alterno de Florian!. Así tomate todo el tiempo que necesites. Yo no me iré a ninguna parte.

Juliana se quedó en silencio pero contempló aquel Cass con mas detenimiento del que lo había hecho hasta ahora. La última vez que había visto a su Cass él tenía quince años, y solo lo había hecho a través de la ventana de su habitación cuando él fue a llamarla desde fuera de su casa. Pero ¿realmente podía decir que conocía a Cass? Aquella cuestión le hizo frotarse las manos debajo de la mesa. Los únicos recuerdos que tenía de Cass se dividían de su tiempo juntos en el campamento y el tiempo que ella estuvo en la Academia Arándano, y en ambos casos parecía haber estado tratando con una persona diferente ¿Cómo era realmente Cass..?

-Antes de empezar ¿Crees que...podrías contarme algo sobre ti?-preguntó Juliana con un tono de voz casi tímido.

-¿Eh...?

-Yo...hace mucho tiempo que no tengo ningún contacto con mi Cass y...no sé qué ha sido de su vida...de hecho, ni siquiera sé si puedo decir que lo conocía bien antes de que nos alejáramos.

Escucharla decir eso, hizo que a Cass le doliera el corazón.

-¿Cuanto es mucho tiempo...?-preguntó Cass.

-Yo...no he hablado con él desde que tuvimos aquel combate en la Academia Arándano.-contestó ella, Cass, al escucharla, apretó sus manos sobre sus brazos. Eso era mucho tiempo ¿Cómo ha podido sobrevivir aquel Cass separado de Juliana por tanto tiempo? Cass no se imaginaba tener que soportar vivir algo así, de hecho, estaba bastante convencido de que antes se moriría de pena si hubiera estado tanto tiempo sin Florian.

-¿Tu Cass no hizo nada para intentar contactarte...?-preguntó Cass de manera cuidadosa, como si le preocupara que esa simple pregunta pudiera molestarla, pero muy curioso porque según él, si hubiera vivido esa situación se hubiera deshecho en miles de intentos para volver a contactar con Florian, aunque fuera solo para rogarle por una oportunidad de conversación. Algo que le hacia preocuparse aun mas sobre qué tan malo fue la situación que Juliana había vivido...

Juliana no contestó, sin embargo, se encogió en su asiento y apretó los labios. No quería mentirle y decirle que su Cass nunca intentó ponerse en contacto con ella, porque lo cierto es que si lo intentó. Varias veces. Fue mucho mas intenso al principio, cuando ella estaba en el hospital y luego cuando estaba convaleciente en casa; llamadas, mensajes, presentarse en su casa, cartas...luego eso fue disminuyendo pero de alguna manera, Cass siempre la hacia recordar su existencia a lo largo de los años, aun cuando no habían cruzado una sola palabra. Él siempre estuvo buscándola, de una manera u otra.

Cass no fue ajeno a la expresión de Juliana y comprendió que quizá esa no era una pregunta que estuviera preparada para responder en ese momento así que decidió no presionarla y retomó el tema como si nunca le hubiera preguntado eso.

-Yo...no puedo asegurarte que la vida que tengo yo sea la misma que pueda estar llevando tu Cass ahora mismo.-dijo él, rascándose la mejilla-Igual que tu no pareces tener la misma vida que lleva ahora Florian.

-Bueno, no estoy del todo de acuerdo con eso, quiero decir, salvo por tu presencia en su vida, creo que Florian y yo estamos llevando la misma vida. Incluso estamos los dos ahora mismo en Alola de vacaciones, aunque la compañía sea diferente.-rió ella, pero Cass no lo hizo.

-Si, eso es verdad, pero los motivos son diferentes. Y puedo asegurarte que no llevas la misma vida que él-contestó, aunque Juliana pudo sentir que parecía querer decir algo mas con ello, pero Cass creyó prudente no decirle nada aun.-Pero si quieres saber sobre mi vida, no tengo problemas en contestar pero solo ten en cuenta que lo que yo haya vivido hasta ahora no es un equivalente a lo que haya podido vivir tu Cass en tu mundo.

-Pareces estar muy seguro de ello...

-Mucho, Florian tuvo una gran influencia en mi vida, incluso después de la Academia Arándano, si tu no has tenido contacto con tu Cass como yo lo he tenido con Florian después de ese combate...puedo asegurarte que hemos vivido vidas completamente diferentes.

-Supongo que tienes razón, la verdad es que parecéis muy unidos.-murmuró Juliana con un tono de voz nostálgico que a Cass no le pasó desapercibido.-Entonces...¿Es verdad que Florian te venció en ese combate?

-Si, lo hizo y casi pierdo la cabeza por ello.-sonrió Cass, como si recordar aquella vez fuera un recuerdo que le provocaba nostalgia y vergüenza al mismo tiempo-Me había preparado a conciencia; entrenando y estudiando todos los días sin descanso. Soñando con llegar a ser lo bastante fuerte como para poder vencerle...el que me volviera a derrotar, delante de toda mi escuela y no cualquier derrota, me derrocó de mi puesto de Campeón de la Academia Arándano, fue como algo que parecía imposible '¿Cómo había pasado esto otra vez?' Era lo que me preguntaba.

-Eso...debió ponerte furioso...-musitó a duras penas Juliana, sintiéndose muy culpable al pensar en todo lo que debió sentir Cass, porque escuchar ese lado de la historia, luego además de todo por lo que le había hecho pasar, aquella derrota debió ser la gota que colmó el vaso para él. Juliana había sido testigo de cómo Cass se había ido derrumbando conforme pasaba el tiempo, sin embargo, era muy diferente escuchar sobre sus sentimientos de aquel momento de sus propios labios. Una sensación desagradable de culpa oprimió su estómago.

-"Furioso" no es la palabra que usaría para describir cómo me sentía, ni siquiera ahora estoy seguro de encontrar las palabras correctas para definir lo que sentía...-admitió Cass.-Era como sentirlo todo y nada a la vez, como si de repente el estomago se me quedara aplastado o sentir los latidos de mi corazón dentro de mi cabeza. Era como si no pudiera procesar que me hubiera vuelto a derrotar, a pesar de todo lo que había hecho para volverme mas fuerte. El titulo de campeón no significaba nada para mi porque tenerlo era un medio no un fin, y si Florian me había derrotado, ese medio no me había servido para nada.

 Juliana frotó sus menos por debajo de la mesa, bajando la mirada, casi incluso sintiendo el impulso de disculparse con Cass a pesar de no haber tenido nada que ver con su derrota. Pero el hecho es que, en cierto modo, lo había hecho, en otro mundo y con otro nombre, pero lo había hecho y escuchar de boca de Cass cómo eso le hizo sentir no pudo evitar sentirse culpable por ello.

-En el picnic mencionasteis algo sobre el Laboratorio Cero...-dijo ella intentando desviar la conversación a otro tema de interés que no fuera tan incómodo.-¿Puedes contarme sobre eso en detalle?

-Oh, eso...-entendió Cass.-Justo después de que Florian me venciera, el director Mirtilo y la profesora Brie nos convocaron a Levi, a mi hermana, a Florian y a mi para una propuesta. Quería que acompañáramos a la profesora Brie al Área Cero a buscar a Terapagos, al parecer, hay una parte del Libro Purpura escrita por su ancestro que habla de este Pokémon pero que nunca lo llegó a capturar. La profesora Brie estaba convencida de que podría encontrar muchas respuestas con respecto a la teracristalización si lograba hacerse con Terapagos, pero ella no era una entrenadora habilidosa así que necesitaba entrenadores fuertes que la acompañaran en su investigación en calidad de guardaespaldas, supongo. Levi decidió declinar, ahora que había sido derrocado había cosas que poner en orden en el Alto Mando, pero Corín, Florian y yo decidimos ir, aunque cada uno con sus motivos.

Juliana escuchó atentamente a Cass ¿Terapagos aparecería también en el Libro Escarlata o era algo exclusivo de ese Libro Púrpura? Tomó nota mental de investigar eso en cuanto regresara a la Academia Naranja, quizá en su mundo "Terapagos" era otro Pokémon distinto con otro nombre pero siendo un equivalente, igual que con Koraidon y Miraidon.

-¿Qué motivos fueron los tuyos?-preguntó ella, Cass la miró con expresión abochornada de tener que reconocer sus intenciones de ese momento.

-Quería hacerme con Terapagos.-admitió Cass sintiendo que se hundía en su silla, apenas pudiendo creer que aun podía experimentar esos sentimientos de vergüenza hacia si mismo luego de tanto tiempo y mas teniendo que confesarlo a un equivalente de Florian.-No me importaba la investigación de la profesora Brie ni la de su antepasado, tampoco los misterios de la teracristalización. Solo pensaba que Terapagos era un Pokémon Legendario, y de toda la vida se ha pensado que los Pokémon Legendarios eran el equivalente a ser los mas fuertes del mundo. Pensaba, genuinamente, que si me hacia con Terapagos entonces podría vencer a Florian de una vez por todas.

Juliana no pudo evitar sentir un estremecimiento al escucharlo. No era miedo, era otra cosa, como una mezcla de compasión, tristeza, culpabilidad, remordimiento y expectación. La idea de que Cass pudiera seguir queriendo tomar venganza contra ella, aun si hubiera ganado ese combate, le hacía cobrar aun mas conciencia de lo equivocada que había estado durante todo el camino al aceptar los retos de Cass...ganarle no había, al final, servido para nada mas que hacerse un daño mutuo. Y ella no hizo nada para pararlo, a pesar de las oportunidades.

-Pero Terapagos es el Pokémon de Florian...-susurró Juliana con un tono de voz suave.-¿Florian logró capturar a Terapagos antes de que tu pudieras hacerlo?

Cass sacudió la cabeza con una sonrisa.

-No, por una vez puedo decir que yo fui el primero en hacerme con Terapagos, pero Florian se hizo con él después de mi.

Al escucharlo, Juliana abrió los ojos y se quedó mirándolo sorprendida. Cass no pudo evitar dejar escapar una risa al ver su expresión.

-Cuando logramos encontrar y despertar a Terapagos, él de inmediato se sintió atraído por Florian y me volví loco por ello porque pensaba que, de nuevo, Florian estaba siendo elegido sobre mi como si fuera el héroe de una historia al que hasta las leyendas apreciaban. Usé mi Master Ball y logré capturar a Terapagos cuando él estaba distraído.

Juliana lo miró sorprendida por eso último. Al principio estaba sintiéndose mal por él al imaginarse la situación, la desesperación de Cass al ver que Florian, de nuevo, era amado por un Pokémon a primera vista sin consideración a él. Pero lo que Juliana no esperaba escuchar es que Cass se adelantó a cualquier cosa atrapando a Terapagos con nada mas y nada menos que una Master Ball. Esas balls eran difíciles de fabricar, y mucho mas difícil que las dieran a entrenadores, incluso a los mas habilidosos, por norma general, la manera mas conocida por la que alguien se hace con una Master Ball es solo por haber logrado ganar al campeón regional.

-Sin embargo, Terapagos no pareció ser el formidable Pokémon Legendario que esperaba, de hecho, reté inmediatamente a Florian después de la captura y me derrotó enseguida.-suspiró Cass pasándose la mano por el rostro ante la cara de sorpresa de Juliana.-No podía creer que de nuevo me hubiera vencido cuando tenía en mi poder a un supuesto Pokémon Legendario, pero Terapagos parecía ser demasiado débil, apenas pudo resistir los golpes y no era capaz de entender por qué. Entonces, la profesora Brie sugirió usar la teracristalización en Terapagos para que obtuviera su verdadera forma de combate, porque si él era el que producía el fenómeno de la teracristalización, entonces por lógica eso significaba que su verdadero poder solo podía manifestarse a través de dicho fenómeno. Bueno...lo hice; y fue uno de los peores errores de mi vida.

-¿A qué te refieres con eso?-preguntó Juliana con expresión tensa, totalmente atenta a cada palabra que decía Cass.

-Perdí por completo el control sobre Terapagos una vez hice la teracristalización; No solo no obedecía nada de lo que le decía sino que ni siquiera podía hacerlo regresar a la Master Ball, cuando lo intenté, él la destruyó.-el tono de voz de Cass al decir aquello era casi tembloroso como si el propio recuerdo de aquella situación lo hiciera estremecerse y manifestar un temor latente. Juliana no perdió detalle de aquello y se sorprendió de escucharlo ¿estaban hablando del mismo Terapagos que durante el picnic estuvo mordiendo sus tobillos para que le diera mimos?-La explosión de poder de Terapagos estaba destruyendo todo a su alrededor, la caverna se estaba cayendo a pedazos y por primera vez en mi vida sentí mucho miedo.-confesó Cass bajando la mirada.-Me di cuenta en ese momento que todas mis decisiones me llevaron a ese momento, que por mi deseo de ganar había arrastrado conmigo a mi propia hermana y a Florian aquella trampa para Rattatas, y que todos íbamos a morir por mi culpa.

-Oh, Cass...-murmuró ella horrorizada al imaginarse la escena y, sobretodo, ante la expresión de angustia del joven. Que un niño de solo catorce años estuviera en esa situación y con esos pensamientos era estremecedor.

-Eso fue hasta que Florian me protegió y luego tomó las riendas del asunto, pero por primera vez, él no era capaz de ganar la batalla solo. Y entonces me pidió luchar a su lado. Tuve tanto miedo que no pude reaccionar. Por mas que quisiera moverme estaba como paralizado, hasta que su voz se abrió pasó de entre tanto ruido y me dijo 'Te necesito'. Aquello me despertó y me hizo dar un paso adelante-una sonrisa se asomó por el rostro de Cass al decir la última parte.-Aun no puedo poner en palabras lo que fue vivir aquello, pero luchando junto a Florian me sentí capaz de todo, de darlo todo...y como resultado, pudimos derrotar a Terapagos, y Florian lo capturó. Cuando regresamos a la Academia Arándano, finalmente pude disculparme con Florian y le pedí una oportunidad de poder volver a ser amigos...no esperaba que aceptara, pero él lo hizo.

Juliana se quedó callada durante algunos minutos mientras asimilaba lo que Cass le estaba contando; primero que nada, procesar el peligroso viaje a esa zona desconocida del Área Cero y que estuvieron en riesgo real de morir, y segundo que luego de esa experiencia, Florian y Cass hubieran podido reconciliarse y volver a ser amigos.

Para Juliana aquello era increíble, era como escuchar un cuento de hadas; algo irreal, algo de fantasía, algo imposible que ocurriera. Se pasó una mano bajo su pecho y recordó su propio final con su Cass y casi sintió su estomago revolverse. 

Y a pesar de todo; esto era real.

Una decisión que cambió por completo el curso de la historia.

-¿Juliana...?-la voz de Cass la trajo de vuelta a la realidad, haciendo que levantara la cabeza sobresaltada y viera como Cass la miraba con ojos preocupados.

-E...Estoy bien, lo siento, es solo que escuchar todo esto es tan...desconcertante, es como de ficción.-admitió ella mirando para otro lado.

Cass se quedó en silencio unos instantes, dudando sobre si era buen momento para preguntarle a Juliana por su lado de la historia, viendo como parecía haberle afectado lo que acababa de contarle pero entonces escuchó la voz baja de Juliana haciéndose notar.

-Hay una cosa que quiero entender pero nunca pude preguntárselo a mi Cass, así que dado que tu eres él, creo que puedes darme una respuesta.-Cass asintió lentamente, preparándose mentalmente para lo que fuera que lo esperara-¿Cual fue el motivo?

-¿El motivo?-preguntó Cass, inseguro sobre a lo que ella se refería.

-¿Por qué te obsesionaste tanto conmigo, quiero decir, con Florian?-preguntó ella, casi dejando salir la cuestión como una exhalación.-Tu...cuando te conocí eras un entrenador con mucha menos experiencia que yo, pero hacías combates antes de conocerme tanto en Noroteo como en la Academia Arándano, habrías ganado y perdido algunas veces ¿por qué entonces te obsesionaste tanto conmigo como para dar paso a toda esa rabia y querer vencerme a toda costa? 

-Juliana...

-Por favor, necesito saber eso.-suplicó ella, volviendo a colocar su mano sobre la zona que había por debajo de sus pechos, un gesto que, de nuevo, no pasó desapercibido por Cass.-Siempre he pensado que ha sido porque te humillé con todas aquellas derrotas, y necesito confirmar que fuiste capaz de llegar hasta tan lejos porque me odiabas con todas tus fuerzas y convertías ese sentimiento en determinación y...

-Juliana, lo hice porque le amaba.-la interrumpió Cass, y en respuesta, Juliana pareció quedarse congelada en el sitio. Alzó la cabeza, mirando a Cass, como si no hubiera escuchado bien o esperaba que fuera algún tipo de broma extraña.

-¿Que...?

-Le amaba, siempre le he amado.-repitió Cass con una sonrisa triste y un tono de voz suave.-Cuando vi a Florian por primera vez, en el campamento, me enamoré de él a primera vista. Él era tan deslumbrante, tan genial, tan poderoso y ¿para que mentir? Tan guapo y amigable, para un niño como yo en aquel entonces, tímido y muy impresionable, él era un ideal perfecto, y cuando vi su destreza en los combate fue ya un punto sin retorno para mi. Había caído duro por él y no había marcha atrás, y quería impresionarlo a como diera lugar para que también se fijara en mi, por ello me comencé a esforzar en entrenar a mi equipo y a retarlo para poder demostrarle que también podía ser bueno como él.

Juliana tenía los ojos abiertos en puro horror, con la mirada clavada en Cass como si acabara de decirle que había cometido un crimen atroz. Ella sacudió con la cabeza, como si estuviera intentando negar las palabras que acababa de escuchar.

-No...no puede ser, tiene que ser mentira, tienes que estar mintiendo.-dijo ella con un hilo de voz.

-Juliana...

-¡Es mentira! ¿Lo amabas? No, eso es imposible. Cass, vi tu cara, en ese combate, había odio, puro odio, querías destruirle, querías barrer el suelo con él, querías aplastarlo con todas tus fuerzas...

-No le odiaba, Juliana, nunca lo hice por mas que lo pareciera.-insistió Cass manteniendo la calma, siendo consciente de que era algo demasiado difícil para ella el entenderlo.-Lo que viste no era odio; era desesperación.

-¿Desesperación...? ¿Qué quieres decir con eso?

-Estaba desesperado por ser fuerte porque quería que Florian me mirara.-confesó con sus hombros caídos pero sin apartar la mirada de Juliana.-Quería poder tener batallas a su lado, como un compañero, hombro con hombro, para mi ése era mi sueño; ser el compañero de batallas del chico que amaba. Pero cada derrota que tenía con él hacia que ese sueño se viera cada vez mas imposible. Me separaba de él en todo el recorrido de las fotografías de la leyenda del ogro porque esperaba poder sorprenderlo con mis Pokémon cada vez mas fuertes en poco tiempo, pero él seguía venciéndome como si nada, y el que Ogerpon lo eligiera a él como su entrenador en vez de a mi era como la confirmación de que yo era muy poca cosa con nada que ofrecer ¿Cómo iba el chico que me gustaba a tomarme en serio si era tan débil que ni siquiera el Pokémon que tanto admiraba reconocía mi existencia? ¿Qué me hacia diferente de otros entrenadores que se había encontrado a lo largo de su viaje y había derrotado? En el momento en que él se fuera de Noroteo, yo solo sería un recuerdo que se iría borrando de su mente sin nada que lo hiciera mantenerse presente. No era capaz de ver salida a esta frustración, solo podía pensar que el hacerme mas fuerte, vencer a Florian sería el equivalente a ser su igual y por tanto me miraría como un igual...no, solo me miraría. Solo quería que me mirara.-suspiró Cass.

Juliana escuchó cada palabra como si fuera un trozo de hierro golpeándola directamente en el pecho y en la cara; No sabía cómo manejar aquella información, todo ese tiempo, esa horrible situación y ese dolor no venía del odio y la envidia ¿sino por que Cass estaba enamorado...? No, no quería creer tal cosa, no le cabía en la cabeza una posibilidad así...

Pero entonces su cerebro le hizo una nueva jugada, trayendo a su mente recuerdos sutiles de momentos vividos con Cass que le hizo ver la situación desde otra luz. La vez en que Cass se emocionó demasiado por tenerla como compañera en la actividad del campamento a pesar de que acababan de conocerse, las veces en que se entusiasmaba con retarla a combates solo para que pudiera demostrar su valía, la vez en que Cass se puso nervioso solo por darle una indicación en el mapa de su SmartRotom, o la vez en que fueron juntos al festival de mascaras y Cass la halagó por el jibei que su abuela le había prestado. Incluso aquella vez que Juliana le hizo un coqueteo juguetón sobre irse a vivir con él solo para ponerlo nervioso, pero el pobre apenas pudiendo captarlo hasta que fue tarde.

No solo esas ocasiones, sino en la propia Academia Arándano, cuando Cass parecía estar pendiente de cada uno de sus movimientos, sobretodo cuando estaba en los combates con los otros del Alto Mando. O su expresión de pura enajenación cuando estuvieron en ese nefasto último combate.

O la manera desesperada en que él trataba de contactarla luego del incidente; ahora no lo veía solo como algo que tuviera que ver con la culpabilidad o el miedo a las consecuencias.

Si lo miraba todo desde esa otra perspectiva, entonces, la historia cobraba un sentido diferente. Muy diferente.

Mas aun cuando recordó el detalle que vio antes, en el pasillo, con Cass y Florian tomados de las manos, estando tan cerca el uno del otro

-No...puede ser...simplemente no puede...¿tu y Florian entonces...?

Cass por un segundo quiso sonreír, sin embargo, consciente de que no era el momento de mostrar esa emoción, la reprimió, en cambio, se llevó las manos a su cuello y se quitó lo que Juliana le pareció que era una cadenita.

-Te dije antes que aunque ambos estuvierais en Alola, los motivos son diferentes.-dijo Cass antes de dejar aquel objeto sobre la mesa, delante de Juliana. Cuando alejó la mano, Juliana sintió que se le cortaba la respiración al ver que aquella cadena llevaba un anillo. Miró a Cass, como pidiéndole una explicación y él suspiro antes de contestar.-Florian y yo vinimos a Alola de vacaciones como una escapada para celebrar nuestro reciente compromiso.

Los ojos de Juliana se quedaron clavados en el anillo dorado y con una pequeña gema amatista mientras aun intentaba procesar lo que acababa de escuchar.

-Compromiso...-repitió ella en apenas un susurro.-Compromiso...¿de boda?

-Si.

Juliana no pudo procesar bien los siguientes instantes, incluso cuando quiso recordar, le resultaba imposible. Todo se había vuelto un murmullo a su alrededor, todo le daba vueltas, apenas podía escuchar su propia respiración. Toda la información que había recibido había colapsado dentro de su cabeza y no tenia manera de procesarla.

Compromiso...

Compromiso...

Boda...

Anillo...

Manos tomadas...

-¡Juliana, espera!-se escuchó la voz de Cass y un agarre fuerte en la muñeca femenina antes de que Juliana, de repente, se viera entre los brazos del chico y presionada contra su cuerpo

Solo en ese momento, Juliana pareció volver a conectarse con la Tierra de nuevo. Ya no estaban en el bar del hotel, sino que estaban en otro lugar del sitio ¿los pasillos? ¿la recepción? Juliana no era capaz de identificarlo, sintió el golpe de la realidad de manera contundente y solo ahora podía darse cuenta de que estaba hiperventilando mientras Cass hacia todo lo posible para sostenerla y no dejar que se fuera en aquel estado tan alterado.

Por un rato, Juliana forcejeó, intentando liberarse y luchando por respirar, sin embargo, Cass no la dejó ir. La apretó contra si mismo.

-¡Juliana, calma! ¡tranquila!-dijo Cass, luchando también por buscar la manera de tranquilizarla ante aquel ataque de pánico. Entonces recordó la forma en que Damián pudo manejar aquello la última vez. Intentó hacer lo mismo.-Vale, Juliana, escúchame, estás teniendo un ataque de pánico, tu cabeza es un torbellino ¿de acuerdo? Pero tienes que ayudarme a que pueda sacarte de ahí.

-Ah...ah...v...ale...

-Bien, tomaré eso como que me has oído. Así que...Juliana ¿puedes decirme cinco cosas que puedas ver justo ahora?

Al escuchar la pregunta, los ojos de Juliana, aun tensos y temblorosos, se movían inconscientes por el lugar, casi como un movimiento instintivo ante las veces que realizó aquel ejercicio.

-Veo...un pasillo...una alfombra roja...las lamparas...una ventana y...el cielo detrás de la ventana.

-Bien, muy bien ¿Qué cuatro cosas eres capaz de escuchar justo ahora?-preguntó Cass, sintiendo que el cuerpo de Juliana parecía tener menos tensión.

-Me escucho a mi misma...respirar...el ruido del interior de la habitaciones...a alguien duchándose...a dos personas hablando...

-Bien ¿Qué me dices de tres cosas que puedas oler ahora mismo?

-Huelo...la comida que viene del restaurante del hotel...a los ambientadores del pasillo...tu colonia...-susurró, ahora siendo ella la que se agarraba a él como si buscara no caerse al suelo, pero Cass no tenia intención de soltarla por nada en el mundo.

-Bien...dime ¿Qué dos cosas puedes notar al tacto?-preguntó ahora en un susurro.

-Tus brazos rodeándome... y tu aliento en mi oreja.

Cass se ruborizó al escucharla, al no pensar que ella pudiera percibir precisamente esas dos cosas de entre todo lo que podía percibir del entorno, pero sacudió la cabeza, manteniéndose concentrado en lo que hacía y dejar la vergüenza a un lado.

-¿Qué cosa puedes saborear ahora mismo?

-Mi brillo labial...

Cass tomó un momento, acariciando la espalda de ella para ayudarla a relajarla, antes de separarse poco a poco para mirarla a los ojos.

-¿Estas mejor...?-preguntó con delicadeza.

-S...Si, lo siento yo...-dijo ella bajando la mirada abochornada ¡era la segunda vez que le pasaba esto! Maldita sea...

-No te disculpes, no se te ocurra disculparte...-dijo Cass con voz firma, aun sin soltarla. Miró hacia los lados buscando un lugar privado en donde Juliana pudiera sentarse y tomarse un respiro, pero no encontró nada. Solo estaban en medio del pasillo del hotel, si querían un sofá deberían ir a la recepción pero sería demasiado público, o bien entrar en una de las habitaciones pero Cass no creía que fuera inteligente que Juliana estuviera en una habitación porque era posible que se sintiera ahogada por estar encerrada.-¿Te parece bien que salgamos fuera? Creo que un poco de aire fresco nos vendría bien a los dos.

Juliana asintió de manera automática, con la mirada perdida en el suelo. Cass se separó de ella pero la tomó con cuidado del brazo para que se agarrara a él y poder guiarla fuera del hotel.

Cass no creyó prudente alejarla demasiado, por lo que simplemente la guío para que se sentaran en un banco cerca del hotel que tenía vistas hacia el mar y el cielo estrellado. Sentó a ambos sobre la superficie de madera y se quedó en silencio junto a ella durante algunos minutos, dándole el tiempo necesario para que ella pudiera estabilizarse, concentrándose solo en acariciarla con el pulgar el dorso de la mano que se mantenía sobre su brazo.

-Entonces...Florian y tu...estáis comprometidos...os vais a casar...-susurró entonces Juliana, haciendo que Cass tuviera un pequeño sobresalto al no esperar que ella empezara a hablar.

-Si...pero es un compromiso largo. No tenemos intención de casarnos hasta que acabemos nuestros estudios y tengamos algo de estabilidad.-aclaró Cass, casi con un tono de disculpa.

-¿Y hace cuanto...que estáis saliendo?-preguntó Juliana, con la mirada clavada en el suelo.

Cass no estuvo seguro de si era prudente contestar aquello, pero creía que era mejor hacerlo que no decir nada ahora que Juliana acababa de salir de un ataque de pánico.

-...Desde hace seis años.-contestó con cuidado, dándose cuenta de la manera en que Juliana apretó los puños.

-Es decir...al año siguiente de que ocurriera lo del Laboratorio Cero...-dedujo ella luego de un rápido calculo. 

-Si...supongo...

-¿Y cómo surgió...?-se atrevió a preguntar.-¿Cómo puede ser que luego de todo lo que habéis pasado, todo el dolor y los malentendidos...no solo os reconciliaríais para volver a ser amigos sino que, además, acabarais siendo pareja solo un año después?

Cass dudó en contestar, inseguro de cómo Juliana podría manejar esa información luego del reciente ataque de pánico que había experimentado, pero miró sus ojos, apenas luchando por mantenerse en control pero exigentes a tener las respuestas que exigía. Cass, de alguna manera, sentía que debía dárselas, aun sin saber su lado de la historia, sentía que respuestas era lo mínimo que él específicamente le debía. 

-Yo...si te soy sincero yo no buscaba una relación con Florian mas allá de la de ser amigos. Como dices, habían ocurrido demasiadas cosas malas y el hecho de que pudiéramos volver a ser amigos era para en si mismo un milagro. No me creía con derecho ni con motivo de esperar que ocurriera algo mas entre nosotros.-Cass se tomó un momento para suspirar y jugueteó con su anillo de compromiso que colgaba en su cuello.-Pero en el fondo, mis sentimientos por Florian nunca desaparecieron. Aunque estaba contento con nuestra amistad, siempre había ese hueco especial en mi corazón que estaba ocupado por él, y mientras estuvo haciendo el curso de intercambio y convivíamos juntos solo hacia que todo se sintiera correcto y natural. De alguna manera, mientras convivíamos mis sentimientos estaban siendo alimentados sin que me diera cuenta.

Juliana escuchó de manera atenta, respirando profundamente mientras iba asimilando las palabras de Cass y reprimiendo el impulso de ponerlas en duda, mas aun al ver los ojos brillantes del chico, emocionado por sus propios recuerdos.

-Pero llegué a olvidarme que Florian era eso; un estudiante de intercambio y que en algún momento tendría que irse de regreso a su región y entonces ¿Qué pasaría? Tendría que despedirme de nuestra convivencia, de verlo todos los días, de comer juntos, de ir a la habitación del otro hacer los deberes o pasar el rato, de entrenar o hacer actividades juntos en el Biodomo. Entonces seriamos solo amigos a distancia y, siendo honesto ¿Cuánto puede durar algo así? ¿Quién aseguraba que pudiéramos tener el nivel de cercanía que teníamos en ese momento si lo pasábamos a los mensajes de texto o llamadas? Y nuestras regiones estaban demasiado lejos las unas de otras como para pensar en hacer visitas regulares; no era viable. Creo que en ese momento, cuando sabía que Florian tenia que irse, me hizo darme cuenta de que no quería separarme de él; seguía queriéndolo como cuando le vi en el campamento y pensar en ya no estar con él me destrozaba pero aun pensaba que no tenia ningún derecho a proponerle ser nada mas que ser amigos...

-Pero...ahora estáis juntos ¿tu le dijiste algo...?

-Si...se podría decir que si...-rió Cass abochornado.-Fue como una de esas ridículas películas de comedia romántica, en las que el chico espera el último momento para poder declararse justo cuando la chica está por tomar el avión para irse lejos y posiblemente no volver a verse mas. Pero ese idiota de Florian, en cuanto escuchó mi declaración solo me abrazó y me dijo '¿Que tomó tanto tiempo, memo?'. Aaaaah te juro que en ese momento lo habría ahorcado si no fuera porque estaba demasiado aliviado de no haber sido rechazado.

-¿Florian te aceptó así sin mas...?-cuestionó ella, esta vez mirando a Cass y sintiendo un pellizco en el corazón al ver aquella expresión ruborizada y feliz que estaba poniendo.

-Al parecer, Florian hacía tiempo que sabía que estaba loco por él y también se dio cuenta de que tenía sentimientos hacia mi, pero pensó que en esta ocasión tenia que dejarme a mi dar ese paso. No quería volver a ser él quien tuviera que ir un paso por adelante y esperó a que estuviera preparado para hacerlo, y me confesó que empezó a dudar de mis sentimientos por él cuando estuvo a punto de marcharse y yo no hacía ni decía nada al respecto. Mi declaración en medio del pasillo de la entrada de la Academia fue un alivio para ambos y fue un antes y después en nuestra relación. Y bueno, seis años después, aquí estamos con nuestros planes a futuro.

-Esto es...todo esto es....-susurró Juliana pasando la mano por su cabello, intentando asimilar la información.

¿De verdad todo esto era real? ¿En serio en este universo alterno, en que toda la diferencia fue una única decisión, ella acabó siendo pareja de Cass hasta el punto de tener planes de boda? ¿Cómo una única cosa podía haber cambiado tanto el curso de los acontecimientos y acabar de esta manera?

Juliana miró al Cass que estaba a su lado y un pellizco en el corazón se hizo notar cuando lo vio todavía obnubilado por sus recuerdos, con las mejillas ruborizadas y una sonrisa feliz plasmada en su rostro. 

Éste era Cass, el de verdad. 

Éste era el destino que debería haberse dado para ellos dos.

Pero por una única cosa, todo salió diferente.

¿Podría haber acabado saliendo con Cass si no se hubiera rendido en su combate? Juliana podría decir rotundamente que no, sin embargo, ahí estaba la prueba de que la posibilidad si habría sido real. Este Cass no hizo ningún daño a Florian, y Florian mantuvo su determinación de sacar a su Cass de su estado de enajenación apostando todo a una última carta, a Askari, su último recurso y que estaba en las últimas. Pero hizo la apuesta, y ganó.

Ella decidió no hacer la apuesta...y perdió.

-Me hirió...-dijo ella de repente haciendo despertar a Cass de su ensoñación.

-¿Eh...?

-Mi Cass...me hirió...-repitió ella, casi entredientes. Cass no tuvo la oportunidad de preguntar cuando sintió que Juliana tomó su mano y, para su sobresalto, la metió bajo su ropa, haciendo que su palma entrara en contacto con su piel, cerca de sus pechos.

-¡AH! O..Oye, Juliana ¿que...?-se alarmó Cass pero antes de poder terminar la frase, las palabras murieron en su garganta en cuando sintió una textura extraña en su palma ¿Qué era esa extraña sensación...?. 

-¿Lo sientes? Esto fue lo que mi Cass me hizo en nuestro combate.-dijo Juliana sin soltar la muñeca de Cass, el cual la miró consternado.-Ya lo sabes, pero yo no tomé la misma decisión que Florian. No. Yo me rendí, porque puse a Askari por delante de salvar a Cass de si mismo. Cuando me retiré, Cass se volvió loco...empezó a dar órdenes de ataque a sus Pokémon. Golpearon sin piedad a Askari, una y otra vez, incluso cuando estaba en el suelo, siguieron atacándolo. Cass quiso castigarme por retirarme de nuestro combate y lo hizo haciendo el mayor daño posible a mi compañero.

-J...Juliana...

-Esto que sientes...lo hizo su Hydrapple cuando quiso disparar a Askari con su Láser Veleidoso. Me puse en medio del ataque para proteger a Askari...¡y me hizo esto!...

Aquello último prácticamente lo gritó, pero al mismo tiempo, pudo ver que los ojos Cass se abrían consternados y el horror se reflejó en ellos.

-No...no puede ser, dime que no es cierto...-susurró Cass con apenas un hilo de voz y sacudiendo la cabeza.-No puede ser...yo no podía hacerte daño ¡nunca te habría hecho daño! Yo no...

Juliana entrecerró los ojos al escucharlo pero una punzada de contrariedad se hizo presente.

-No lo hizo a propósito, supongo...-admitió ella, soltando la mano de Cass, y haciendo que el contacto entre ellos se rompiera.-Él estaba concentrado solo en atacar a Askari, y desde luego el que yo me metiera en medio del combate no estaba entre sus planes, mucho menos dejarme paralizada.

-¡¿Paralizada?!-exclamó Cass horrorizado.

-Ahora puedes comprender porque yo tengo sentimientos mas complicados hacia mi Cass. Tu puede que estés consiguiendo un final feliz con Florian, pero en mi caso, mi Cass casi acaba con mi vida y me dejó sin poder caminar por varios años, dejándome en la incertidumbre de si algún día podría volver a sostenerme sobre mis dos piernas.

Juliana miró fijamente la reacción de Cass ante sus palabras, contemplando como el espanto y horror estaban reflejados en sus ojos dorados, clavados en ella como si de alguna manera estuviera esperando que ella dijera que era mentira o exageraciones, pero ella no se retractó, lo que hizo que el pozo en Cass fuera aun mas profundo y comenzara a sacudir la cabeza, intentando negar lo escuchado.

De nuevo, una punzada de contrariedad se hizo notar en el pecho de Juliana al ver su expresión. 

Porque esta era la primera vez que Juliana veía la cara de Cass al enterarse de la gravedad de sus heridas...por primera vez, Juliana pudo ver el peso de la culpa reflejado en la cara de Cass...

Pero no en el Cass correcto...se había dejado llevar con quién no debía.

CONTINUARÁ.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro