Megan Gardener

Zack se había despedido con un beso y luego de cinco minutos de que se fuera salí de mi habitación casi corriendo. Mi destino: La habitación de Dante. Tengo que disculparme por haberme enojado con él y casi gritarle. También es una de las pocas personas en las que confió últimamente, además de Karl y Lena, pero es el que podría ayudarme a investigar sobre la supuesta infidelidad de Zack.

Estoy actuando sin pensar antes, no sé si sea buena idea pero sinceramente no me importa.

Abro su puerta bruscamente.

-Necesito tu ayuda- Dije y caí en cuenta que el no tenia camisa, mis ojos bajaron a su abdomen desnudo por un segundo pero le exigí a mi mente concentración- Es sobre Zack- Casi tartamudeo- Creo que me está siendo infiel.

Su sonrisa causa un alivio en mí, ya que creí que podría estar molesto conmigo.

-Soy todo oídos.

Me adentre a la habitación y cerré la puerta detrás de mí, busque las palabras en mi mente para empezar la conversación.

-Bueno, primero, quiero disculparme- Me senté en su cama y hable sin verlo a los ojos, porque aquello me pondría nerviosa- Reaccione mal, no debí gritarte, es que Zack suele enoj...

-Hey, hey, hey- Dijo repetidamente- No debes pedirme disculpas, al contrario, debo ser yo, porque me acerque demasiado y cualquiera pudo malinterpretar la situación.

Entonces, ¿No querías...

- ¿No querías besarme? - Maldije para mis adentros por pensar en voz alta- Me refiero a que si esa era tu intención- Intente explicar tartamudeando pero otra vez me equivoque- No. Quiero decir...

-Entiendo que quieres decir- Dijo riendo- Y no lo sé.

-Vale- Murmure confusa- Como sea, sobre la infidelidad...

-Aja- Me animo a continuar.

-Vi un chupetón en el cuello de Zack mientras discutíamos.

- ¿Discutían? - Pregunto y yo asentí, sus ojos fueron a mis brazos y a mi muñeca. Su mandíbula se tensó- ¿Te hizo daño?

-No mucho- Mentira, si me dolía un poco pero no era lo importante. Se acerco y alzo un poco su mano.

- ¿Puedo? - Su voz suplicante y ronca me causo un cosquilleo. Asentí otra vez.

Toco delicadamente los hematomas y su tacto enciende mis sentidos, es tan suave que parece tener miedo de causarme dolor.

- ¿Me permites matarlo?

-Dante...

-Tengo licencia para matar- Menciono burlón aunque fuera verdad.

-No vas a matarlo.

-No lo defiendas, Megan. Te dejo marcas y tienes dudas de que te fue infiel. ¿Por qué seguir defendiéndolo? – Hablo con semblante serio dejando de lado las burlas.

Me quede callada. Era verdad, en el momento que Zack apretaba mis brazos le deje saber que me hacia daño pero no se detuvo.

¿Por qué lo sigo defendiendo?

-Oye- Dante sostuvo mi cara pero la soltó de inmediato- Perdón. Lo hice otra vez.

Se a que se refiere, pero ya no me importa quien nos vea juntos.

Con cuidado rodee la cintura de Dante con mis brazos, asegurándome de no acercarme a la herida de bala, el correspondió al abrazo. Escuche el ritmo de su corazón, late con fuerza.

¿Es por mí? Dime que es por mí, porque te voy a creer.

Dante se separo un poco de mí, permitiendo que nuestros rostros quedaran muy cerca, mas de lo que estuvimos antes en el campo.

Bésame, hazlo, no me alejare

- ¿Interrumpo algo? - Escuchamos la voz de Lena a nuestras espaldas.

- ¿Es en serio? - Grito Dante y yo me reí nerviosa.

-Ay, no me grites- Dijo Lena indignada- Ya me voy- Mientras cerraba la puerta lanzo besitos en modo de burla.

-Voy a matar a la próxima persona que nos interrumpa, lo juro- Hablo mientras me volvía a sostener el rostro acercándose esta vez más.

Otra vez el sonido de la puerta no nos permitió besarnos.

- ¡Lena! - Gritamos Dante y yo al mismo tiempo.

Pero no era Lena, nuestro grito lo recibió Williams que yacía impactado por el vocifero.

-Discúlpenme por interrumpir.

-Oh, Williams, eres tú- Dije aliviada- No hacíamos nada- Explique tartamudeando.

-Les informo que no es de mi incumbencia y mis labios estan sellados- Hizo una pausa- Pero, señorita Megan, su padre la espera en su estudio.

-Claro- Murmure- Ya voy. Gracias, Williams.

El asintió y cerró la puerta.

-No mates a Williams- Dije mientras me levantaba de la cama y me dirigía a la puerta, pero un impulso me hizo girar y volver a dirigirme a él. Rápidamente plante un beso en su mejilla y susurre:

-Al rato seguimos con la conversación.

Con eso ultimo lo deje solo. De camino al estudio de mi padre una sonrisa se apodero de mi rostro. 

Me gusta este sentimiento, el que me causa Dante.

-Hola padre- Dije burlona al entrar al estudio, donde el yacía sentado frente a su laptop.

-Hola, princesa- Me miro con una sonrisa cálida- ¿Y esa felicidad?

- ¿Qué? Estoy normal. No sé de qué hablas.

-Claro- Entrecerro los ojos y luego volvió a sonreír- Te ves hermosa cuando sonríes.

Eso me hizo sonreír aún más. Con todo lo que ha pasado no me había permitido sonreír de manera sincera.

- ¿Me necesitabas?

-Si, hable con tus compañeros sobre tu progreso en la organización- Se levanto de su silla para acercarse a mi- Así que después de pensarlo bien, lo decidí- Otra vez su sonrisa cálida- Eres oficialmente una agente de la DIESO. Felicidades.

-Gracias- Dije abrazándolo casi chillando de la emoción.

-Sigue así. Lo has estado haciendo muy bien- Dijo luego de separarse- Pero mantente segura, junto a tu equipo, siempre.

-Por supuesto- Hice una pausa- Los guardianes son muy buen equipo.

-Tienes que acoplarte bien a las reglas. Mantenerte en guardia. Recuerda que no soy el único jefe, y a pesar de que seas mi princesa, no tengo favoritismos en la organización.

-Si, papá. Lo tengo claro- Dije antes de volver a abrazarlo con fuerza.

-Deberían celebrarlo- Dijo el después de separarse y dirigirse de nuevo a su escritorio- Tu y los guardianes. Pídanle a Williams una buena botella del almacén y celebren como quieran. Invéntate cualquier cosa, princesa.

-Gracias papá- Le di un beso en la mejilla y luego me fui.

Me encamine hacia la cocina con la intención de pedirle a Margarita, nuestra excelente chef, una cena digna para una celebración, pero ahí estaban los guardianes, cosa que me tomo de sorpresa.

-Qué casualidad- Dije al adentrarme a la cocina y todos centraron la atención en mi- Iba a buscarlos.

- ¿A todos? - Pregunto Lena con una sonrisa pícara, me imagino por la escena de hace unos minutos con Dante.

-Si- Dije sin evitar una pequeña sonrisa que me causo la brillante mirada de Dante- Tengo noticias. Pero primero debo... Margarita- La llame y llego a la cocina unos diez segundos después. Es muy activa a pesar de su edad- Margarita, cariño, necesito que te luzcas con uno de los mejores almuerzos que puedas preparar para nosotros cuatro.

-Claro que sí, de inmediato- Después de guiñarme un ojo se marchó.

Mi trato con los empleados de la mansión siempre ha sido el mismo, amabilidad, confianza y amistad. Suelo conectar mas con los mayores de edad, así como Williams y el Sr. Thomas.

Margarita no se queda atrás, una mujer latina de unos 40 años que ha mantenido su puesto como chef principal durante mas de 10 años aquí en la mansión, es tan buena en su trabajo que solíamos llevarla con nosotros a viajes vacacionales, para que fuera ella que preparara nuestras comidas favoritas ya que siempre se ha apegado muy bien a nuestros gustos culinarios.

-No estoy entendiendo- Dijo Karl.

Observe sus miradas de confusión menos Dante, el yacía con una sonrisa emotiva en la cara.

-Eres agente- Murmuro él.

- ¿Qué? – Pregunto confusa Lena sin entender absolutamente nada.

-Tu padre ya te lo dijo- Continuo diciendo, mientras Karl y Lena se sumergían en el desconcierto- Amados compañeros, os presento a la nueva agente oficial de la DIESO- Anuncio con un terrible acento español.

- ¿¡Qué!?- Gritaron Lena y Karl al mismo tiempo.

-Felicidades- Dijo Lena primero con un abrazo, seguida de Karl.

-Ahora si eres Gamora. Lo mereces en verdad- Karl me abrazo con entusiasmo.

-Si, por fin. Gracias.

Luego de que Karl y Lena se alejaran, Dante empezó a caminar con pasos lentos hacia mí, se detuvo justo en frente y luego de darme una de sus mejores sonrisas, me abrazo.

-Felicidades Darkgirl- Murmuro con voz ronca- Potrei baciarti proprio qui - Dijo en italiano, siendo totalmente consciente de que le entendí.

Hazlo. Quise decir, pero no estaba segura de mis sentimientos ahora mismo, y una parte de mi me gritaba que fuéramos despacio. Involucrando el hecho de que estábamos a la vista de todos, y las muestras de afectos en publico no son de mi completo agrado.

Aleje mi rostro de su pecho con la motivación mental de verlo a los ojos y soportar su mirada, mirada que ya estaba puesta en mis labios.

-A celebrar- Dijo Karl interrumpiendo nuestro pequeño momento.

Me separe de Dante y el carraspeo su garganta.

-A celebrar- Repitió el.

...

Después de almorzar una exquisita comida preparada por Margarita y los demás cocineros, agarramos un lujoso whisky del almacén de la mansión y nos fuimos a el área de la piscina.

Solo cuatro amigos, bajo la luz de la luna y los efectos del alcohol, compartiendo risas y anécdotas. Nada podía ser mejor.

- ¿Nos metemos a la piscina? - Pregunto Lena ebria.

-No traemos trajes de baño- Dijo Karl.

- ¿Y? Esa es la mejor parte.

Los cuatro nos dimos una mirada que no bastaba decir que lo hiciéramos.

Dante y Karl se quitaron la camisa mientras Lena y yo saltábamos a la piscina agarradas de la mano. Karl se lanzo de clavado pero Dante se sumergió despacio.

-Cuidado, herido de bala entrando- Dijo mientras se acercaba a nosotras.

Karl surgió del agua y sacudió el agua de su cabeza haciendo que a todos nos salpicara.

-Wow! El agua esta perfecta.

Eran las una de la mañana y no importaba el ruido que hiciéramos, la piscina esta lo suficientemente lejos de la mansión como para no despertar a nadie con nuestro escándalo.

Me acerque a la orilla de la piscina para servir el whisky en cuatro vasos, seguido de esto se los di a los chicos.

-Hey es para brindar- Le dije a Dante que ya estaba a punto de tomarse su whisky.

-Ah, perdón, perdón- Se disculpo y yo reí.

-Brindemos, por... la organización. No, espera. Por ustedes chicos, por nosotros, por los malditos guardianes de la CIA- Alce mi vaso para chocarlo con los de ellos.

- ¡Salud! - Grito Lena y todos la imitamos.

El fuerte sabor a whisky fino recorrió mi garganta, dejando una pizca de ardor en esta.

De repente, Lena se acerco a Karl, lo tomo del cuello y le planto un beso. Karl impactado se separo un poco, pero no paso ni dos segundos antes de que el la volviera a besar esta vez apasionadamente.

Dante y yo nos quedamos completamente asombrados, y lentamente nos alejamos de ellos. Salimos de la piscina y el frio viento de la noche me arropo. Mi pantalón ancho y mi camisa estaban completamente empapados. Me abrace a mi misma y Dante pareció notarlo.

-Oye, quítate esa ropa, ponte mi camisa- Corrió a buscarla en una de las tumbonas y regreso también con una de las toallas que los empleados dejan bien dobladas en estas.

-Aún ebrio eres caballeroso- Pensé en voz alta, probablemente por mi ebriedad.

Su risa ronca envió una corriente que recorrió todo mi cuerpo.

Entre a uno de los baños que estan en el área de la piscina, que mi padre mando a instalar luego de darse cuenta de que sus hijos tenían que dar un largo recorrido para ir al baño mientras estaban divirtiéndose en la piscina.

Sonreí mientras me quitaba la ropa empapada al recordar cuando André y yo solíamos pasar bastante tiempo en esta área.

La camisa de Dante era lo suficientemente grande para taparme hasta un poco más debajo de los muslos, sinceramente mi altura es muy baja comparándose a la de Dante, así que es muy entendible que su camisa cubra gran parte de mi cuerpo.

Sali del baño y creí que Dante se burlaría de mi pero me miro por unos segundos que sentí eternos, con ojos indescifrables.

-Te ves demasiado tierna- Dijo para luego darme una sonrisa pícara- Y sexy.

-Jodete- Me reí- Esto no es nada sexy. Estoy pequeña.

-Así me encantas- El silencio que hubo después permitió que el calor llegara a mis mejillas- Ahora te sonrojas, Dios, eso da mucha más ternura.

-Ya detente.

-Lo siento- Alzo las manos en muestra de inocencia.

De camino a la piscina, sentí un tipo de chispa cuando nuestras manos rozaron, luego de esto Dante pareció hartarse y termino de entrelazarlas.

¿Cómo cosas así de simples me hacen sonrojar y chillar internamente? ¿Cómo Dante puede causar este tipos de sentimientos inentendibles en mí? ¿En qué momento empecé a enamorarme de este chico?

- ¿Ya no tienes frio? - Hablo el chico que invade mis pensamientos.

-No, ya estoy mejor- Mentí, mis piernas se estaban congelando pero por alguna razón no quiero que se preocupe por mí.

Cuando llegamos a la piscina Karl y Lena estaban afuera secándose con toallas.

-Hey chicos, ¿Dónde estaban? - Karl fue el primero en hablar.

-Por ahí- Respondió Dante.

-Ya es tarde, deberíamos ir a dormir.

Y así hicimos, nos aseguramos de no dejar nada en las tumbonas y nos encaminamos a la mansión. Lena y Karl iban de la mano también, se ven felices juntos.

- ¿Quieres quedarte conmigo esta noche? - Me susurro Dante al oído.

Me detuve en seco.

Me gusta Dante, realmente me gusta, pero el no conoce mis defectos, como el echo de que para el sexo no estoy dispuesta, y me da miedo que se aleje por eso.

-Yo...- Dante se quedo a mi lado sin soltarme la mano, mientras yo buscaba como explicarle- Es que...

-Hey, no hare nada que no quieras- Me dijo sosteniendo esta vez mi rostro- Lo prometo.

Sonreí tímidamente, el volvió a caminar tirándome ligeramente del brazo para yo seguirlo pero no me moví.

- ¿Qué pa...

Lo interrumpí sosteniendo su cabeza y juntando mis labios con los suyos.

Al fin

Nota de la autora💻✍

¿WHAT? Yessir, mis amores, YA HUBO BESO. Dios,  hasta yo me emocione.

Tarde en publicar por la falta de internet, puede que a nadie le importe, pero por favor excusenme :)

Ah y dato importante: La DIESO significa División Internacional Especializada en Seguridad y Operativos Armados

Agradecería que dejes tus comentarios (Con ideas para próximos capítulos o simplemente tu opinión) y tu estrellita, es de mucho apoyo✨

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Autora✒: miss.manrique08

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