Extra: mi corazón te siente
En esta ocasión parecía que había alguien por quién vencer los miedos, por quién valía la pena enterrar en el olvido todos los tristes recuerdos. Y ese alguien era un hombre, casi un desconocido, que desde hacía unos meses había venido a convertirse en el eje de su vida.
(Nut)
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Nota: voy a empezar con el POV Alec del 30 *No creyeron que no contaría su versión, ¿o sí?* y el extra. El siguiente sería el día 31 ❤🙌 gracias a quien decidió seguir ❤
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[Día 30]
POV ALEC
Si fueron sus palabras, el que me contara su "accidente" y no pudiera con la idea de un Magnus tan destrozado, o simplemente que me parece imposible sacarlo de mi vida, incluso si creo egoísta mantenerlo a mi lado, no lo sé, y tal vez nunca lo sabré.
Pero sus palabras, tan ciertas, tan sinceras, traen un poco de luz a la oscura soledad que empezaba a engullirme al imaginarme diciéndole adiós y seguir, inevitablemente, caminos separados.
Antes dije que sólo doy treinta días por miedo a abrir mi corazón, a acostumbrarme a la persona y salir herido. Ahora sé que treinta días nunca me bastarían con Magnus, incluso cuando me duele no ser suficiente para él, no verlo, o un miedo inmenso me embargue al pensar que un día decida que no lo vale... Sé que ni siquiera una vida con él me bastaría, que si pudiera renacer una y otra vez para encontrarlo de nuevo, lo haría.
Y él parece siempre tener las palabras correctas que derriten mis barreras, aquellas que tanto me cuesta construir y Magnus con un sólo toque o una frase las destruye:
-Ahora sé que lo único que puedo ofrecer y pedir es el presente, Alexander. El pasado es tuyo, mío, una parte nuestra, sólo fragmentos compartidos. El futuro es incierto. Pero hoy, hoy, aquí y ahora, estamos aquí. Dame el hoy, el hoy de cada día mientras dure. Déjame convencerte, intentarlo, caer y levantarnos juntos si hace falta.
Y con Magnus he descubierto tantas cosas, como que puede mezclarse la felicidad y la tristeza en las lágrimas, que entre ellas se escurren y diluyen los miedos. Al menos lo suficiente para querer dar el paso hacia lo incierto.
Puedo imaginar dos caminos. El fácil, decirle que no, y seguir una existencia vacía, pretendiendo -pues ahora reconozco la verdadera felicidad- ser feliz. O dar un paso al vacío y dejarme caer con él, confiando en que juntos podemos disfrutar la caída, que valdrá la pena el golpe, porque la vida es siempre caer y levantarse, y encontrar quien se levante contigo es lo que hace que valga la pena.
¿Y si ese alguien fuera Magnus?
No logro asustarlo haciendo hincapié en que será difícil, y me sorprendo al darme cuenta que no me da miedo cuando habla de amor, me llena de esperanza, de anhelo, y siento que he encontrado algo que siempre me faltó.
Pero, ¿me está pidiendo sólo treinta días más, una corta estadía que alargue esto?
Y entonces él lo dice, hace eco a mis deseos ocultos: una vida.
Y espero no arrepentirme porque no miento cuando él pone su mano en mi pecho: -Te siento. Te siente.
Mi corazón te siente como nunca ha sentido a nadie, porque parece que estuviera destinado a ti.
-¿Hasta mañana entonces?
-¿S-sí? -sale más como una pregunta.
-Espero que sepas en lo que te estás metiendo. Me has dejado convencerte de una vida conmigo y no voy a parar hasta lograrlo, Alexander Lightwood.
No quiero que pares.
-Tengo treinta días más para hablarte de mí, que me hables de ti, y hacerte entender que para el amor todos somos iguales.
Y ahí está la palabra de nuevo: amor.
-Ahora déjame intentar algo.
-¿Q-qué? -estoy temblando, pero él no me dice, no con palabras, lo que quiere, él lo hace.
Me besa.
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* * *
[Extra: mi corazón te siente]
Una de tantas noches, después de hacer el amor, Magnus se levantó de la cama, dejando a su novio durmiendo cómodamente.
Fue hasta la habitación de sus hijos. Revisó que estuvieran bien. Agradeció, por enésima vez, en silencio, a la vida por darle esto: un amor, hijos, una familia a la cual pertenecer, una familia suya.
Volvió a la habitación, pero se detuvo ante la imagen frente a él, pensando, muy a su pesar, en el futuro.
El cazador estaba recostado sobre su estómago, desnudo, una ligera sábana cubriendo su cuerpo, únicamente de la cintura hacia abajo.
Era perfecto. Y valía todo lo que viniera en el futuro, sonrisas y lágrimas.
El brujo, apoyado en el marco de la puerta, observaba con una sonrisa cómo se movía aquella pálida espalda.
-Deja de verme -murmuró, adormilado, el cazador.
-¿Cómo sabes siempre cuando estoy aquí?
-No necesito mis ojos para saberlo. Mi piel, mi cuerpo, mi alma, todo en mí, Magnus Bane, pero sobre todo, mi corazón te siente -aquel joven cazador giró hasta quedar sentado, su mirada azul buscando la verde dorada de su alma gemela.
Magnus sonrió. Su corazón acelerado mientras volvía a su cama, con su Alexander. -Y el mío a ti, mi amor. Aku cinta kamu.
-Aku cinta kamu, Magnus -sonrió Alec, envolviéndolo entre sus brazos-. ¿Recuerdas el mito de Platón? ¿Aquel de las mitades, de los seres que fueron separados y pasan la vida buscándose? No creo que se busquen con la mirada, se reconocen con el corazón, cuando siente la parte de su alma faltante. Tú eres la mía, e incluso si no te veo, te siento. Es así como sé, y siempre sabré, cuando estás aquí.
-Siempre voy a estar -susurró Magnus antes de besarlo.
-Entonces siempre te sentiré.
CONTINUARÁ...
Empezando aquí! ❤ cómo va?
treinta días más...que espero no sean otros 200 capítulos jajaja
el mismo estilo y ritmo de la historia en Tus ojos no me ven, así que no se desesperen y empiecen a hacer dramas.
hasta el siguiente!
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