El tiempo dejó su huella imborrable, y aunque nuestras vidas son distintas, esta noche todo vale. Tu piel y mi piel, ves que se reconocen, es la memoria que hay en nuestros corazones 🎶

👆 una de mis favoritas (creo que ya lo han notado) ❤

* * *

[Día 53]

POV ALEC

Mis dedos todavía hormiguean por haber sentido la suavidad de los pétalos de las rosas. Casi quiero preguntar de qué color son, pero realmente no importa, no importa lo que no puedo ver. Importa lo que puedo sentir. Y no sólo las flores, es la calidez en mi pecho cuando Magnus está cerca, cuando lo siento mirarme, cuando me habla con tanto amor como ahora, como se calienta cada rincón de mi cuerpo y sé que esto es lo que quiero.

<<Amo que me reconozcas -me había dicho-. Que me sientas.>>

Y lo hago, incluso sin saberlo, lo reconocía. Y quiero sentirlo. De eso se trata todo esto: de sentir.

-Sí -me muero de miedo, pero estoy seguro de mi respuesta-. Siempre sí.

Sí quiero pasar la noche contigo. Quiero sentirte un poco más, que me sientas también.

Una de sus manos encuentra la mía y supongo que no necesito avisar a Izzy, ya que obviamente ella abrió la puerta a Magnus. Sin soltar mis rosas, doy un paso más cerca de él. Tomo una respiración profunda. -¿Nos vamos?

La mano de Magnus presiona un poco fuerte la mía. -Sí -su voz tiembla un poco. Hemos avanzado unos cuantos metros cuando se ríe-. ¿Te parecería tonto si te digo que estoy nervioso?

Mis labios tiemblan en una sonrisa. -No eres el único.

Entonces sus labios están en mi mejilla. -Sé que no. Estamos en esto juntos.

Juntos. Esa es la palabra que me da valor para hacer esto. Para dar este paso.

Tomamos un taxi. No pregunto a Magnus por qué nos estamos transportando así hoy. Disfruto del viaje en silencio, en sus brazos. Sé que no es su loft en cuanto salimos del taxi.

-Renté un lugar -me dice, como si leyera mi mente-, una noche para ti y para mí. Solos. Sólo tú y yo.

Y sé que debo estar sonriendo como tonto cuando entramos. Pero simplemente no puedo evitarlo. Soy una mezcla de emociones mientras alguien nos recibe, hay un "Bienvenidos, señor Bane", y avanzamos por largos pasillos, un elevador. Y yo estoy nervioso, emocionado, asustado, todo a la vez.

Un último clic antes de estar por fin solos. Apenas la puerta se cierra y Magnus toma mis rosas. -Voy a dejarlas en un jarrón, ¿está bien?, espera aquí, por favor.

No pregunto por qué quiere que espere, aun cuando usualmente yo podría recorrer el lugar con cuidado. Sólo espero. Mis manos retorciéndose juntas. Doy un salto cuando siento la mano de Magnus en mi brazo.

-Lo siento -él se disculpa al instante, me guía con él-. Ven, por aquí.

Avanzamos unos pasos más. -Con cuidado. Hay velas.

-¿Velas?

Magnus hace un sonido mientras me hace agacharme. Su mano guía la mía sobre la llama de una, no llega a tocarme, pero siento el calor. Magnus retira nuestras manos, hay otro "Con cuidado" antes de que un olor dulce me inunde.

-Sándalo.

Magnus suelta una risita. -Entre otros.

Pone varias velas frente a mí. Sándalo. Vainilla. Ámbar. Chocolate.

Con cada uno me siento en un nuevo lugar, un paraíso.

-Tal vez esto es demasiado -me dice Magnus, como disculpándose.

-Está bien, me gusta. Huele bien. Ahora que sé en qué concentrarme, lo siento más. Y no hay frío aquí.

Los brazos de Magnus me envuelven. -Nunca habrá más frío para ti.

Busco su rostro con mis manos, acaricio sus mejillas, antes de buscar sus labios con los míos. Magnus me regresa el beso. Su cuerpo se pega al mío y doy otro salto por la sorpresa, antes de comprender que no me está presionando, me está haciendo moverme. Retroceder, sin dejar de besarnos.

Me detengo cuando siento la cama tras mis rodillas. Magnus se separa del beso, su voz ronca mientras me sienta con un "Espera".

Ya no sé qué más esperar, pero estoy sonriendo cuando me siento, y todavía más cuando mis manos encuentran lo que supongo son pétalos de rosas. Llevo uno frente a mi nariz. Huele menos que mi ramo, pero el aroma está ahí.

-¿Te gusta?

Giro mi rostro hacia la voz de Magnus. -Tendrás que decirme qué tanto hiciste porque no puedo verlo y siento que me estoy perdiendo todo. No quiero que te hayas esforzado para nada.

Escucho a Magnus caminar y después siento sus manos en mis rodillas, así que debe estar frente a mí, siento sus ojos clavados en mi rostro. Su voz es dulce, cariñosa, pero firme: -No te estás perdiendo absolutamente nada, Alexander. Quiero que sientas. Y eso estás haciendo. Las velas, su aroma, la calidez. Tú has encontrado los pétalos que yo ya ni recordaba. La música.

Una canción suave, que reconozco por las primeras notas, comienza: Destapa el champagne, apaga las luces, dejemos las velas encendidas, y fuera las heridas...

Tan ad hoc: Ya no pienses más en nuestro pasado, hagamos que choquen nuestras copas por habernos encontrado...

Magnus se sienta entonces a mi lado, algo acaricia mis labios antes de que se abran. Una mezcla dulce y ácida cuando muerdo la fresa con chocolate. Es una explosión dulce y jugosa, que se mezcla con las mariposas en mi estómago y mi piel erizada cuando Magnus comienza a cantar en mi oído:

-Y porque puedo mirar al cielo, besar tus manos, sentir tu cuerpo -una de sus manos me recorre, el cuello, los brazos, el abdomen...-, decir tu nombre, y las caricias serán la briza que aviva el fuego de nuestro amor...

Y tanto como disfruté el sabor de la fruta y sentirme mimado tomándola de su mano, no puedo evitar girar mi rostro y buscar sus labios. Quiero hacer precisamente eso que dice la canción: avivar el fuego de nuestro amor.

Puede ser una llama lenta y nueva, pero no importa, mientras podamos sentirlo.

CONTINUARÁ...

Díganme cómo va esto, porque siento que luego me paso de cursi 🙈

Y AMO esa canción, no sé, me encanta para malec, y me encanta para sus primeras veces, para reencuentros, he perdido la cuenta que las historias en las que la he usado. Es "Luz de día" de Enanitos verdes 😻