Día 41 (continuación/3)
Si alguien me hubiera sentado y hubiera dicho: "Describe a tu alma gemela", nunca habría imaginado a alguien tan extraordinario como tú. Eres un hombre increíble. Hay tanta profundidad en ti. Tantas capaz.
(Ella Frank)
* * *
[Día 41]
POV Alec
Muerdo mi labio antes de preguntarlo. Se me ocurre en el momento en que me dice "Espero ser el único al que abraces desde ahora".
-¿Estás celoso, Magnus?
Siento su rostro tensarse bajo mis manos. Y al instante me siento tonto. ¿Por qué alguien como Magnus, que ha vivido tantos siglos, que ha tenido tantas parejas, que ha amado y sido amado, alguien perfecto en cuerpo y alma, estaría celoso por mí?
Casi me pongo a reír por lo absurdo de eso. Me presiono mis manos sobre su piel una vez antes de soltarlo. Pero entonces las suyas están sobre el mío, acunándolo. -Abre los ojos.
No sé cómo sabe que los cerré. Pero de repente no quiero abrirlos. Sus pulgares acarician mis mejillas y un suspiro se me escapa. -Lo s-siento -mi voz tiembla-, fue una pregunta tonta. Tú no me conoces realmente. Estamos comenzando esta relación. Y...yo ni siquiera conozco a ese hombre...y fue sólo un abrazo, de cualquier manera.
No quería decirlo, pero parece que con Magnus simplemente no puedo guardarme las cosas.
-Abre los ojos -repite, una de sus manos se mantiene en mis rostro, la otra quita las gafas.
Muerdo mis labios antes de hacerlo. No es que haya gran diferencia para mí, pero, por alguna razón, a Magnus le gusta verlos.
Cuando los abro, me quedo sin aliento. Frente a mí...a sólo centímetros está él. Ese rostro perfecto, la piel acaramelada, y esos hermosos ojos verde dorado, sus ojos de gato. Mis manos van, casi sin permiso, hasta ese hermoso rostro. Él se apoya contra mi toque.
-No me gusta hacer esto sin tu permiso -comienza a hablar sin dejar de mirarme, yo siento un nudo en mi garganta, un peso sobre el corazón, y montones de mariposas por estarlo viendo-, pero quería que pudieras ver mis ojos cuando lo dijera. Así como a mí me gusta ver los tuyos cuando quiero leer en ti. Quiero que veas la verdad en mi mirada cuando te digo que, no importa que esto sea reciente para ti, sí me muero de celos al verte abrazar a otro hombre.
POV MAGNUS
"Reciente para ti". Y es así, para él.
Por su rostro cruzan demasiadas emociones. Sus labios se mueven, pero no dice nada, termina por sonreír.
-¿Te diviertes a costa mía? -intento sonar herido, pero mi sonrisa lo arruina.
Él niega, sin despegar su mirada de mí. -Me gusta mucho verte. A veces olvido que por fuera también eres...hermoso.
-Tú eres hermoso -dejo un beso rápido en sus labios, pero él se aparta y vuelve a mirarme-. Y mío.
Él vuelve a sonreír, con esas hermosas mejillas rojas. -¿Por qué tendrías celos por mí? No soy la gran cosa y no conozco a ese chico, además fue sólo un abrazo.
-Uumm... Entonces, ¿estarías bien si en este momento voy y abrazo a aquel tipo? -señalo a alguien que va pasando, ni siquiera me importa quién es.
El ceño de Alexander se fruncé. Niega aunque su mirada no se aparta de mí. -No, pero es diferente.
-¿Por qué es diferente? ¿Tú puedes tener celos y yo no?
-Porque... -él suspira antes de seguir. Y, como lo dije, sus ojos no mienten-, ...yo nunca antes me interesé por nadie, nunca creí conocer a alguien que volviera loco mi mundo, que volteara mi vida, que le diera sentido. Y entonces llegaste tú y fue como si todo se pusiera en su lugar, como si hubiera un desorden del que yo no sabía y lo arreglara tu sola presencia. No me gustan los posesivos, pero me has hecho quererte, o tal vez era inevitable y sólo me negaba a aceptarlo, pero aquello de "ser tuyo" no se siente degradante y mal cuando lo pienso ahora. No eres mi dueño, como yo no sería el tuyo, pero mi corazón lo es, porque soy libre de entregarlo. Y te lo doy a ti. Entonces, si tienes mi corazón, ¿no crees que mis abrazos son tuyos también? Los que realmente importan.
Ya no puedo resistirlo. Quiero verlo, ver sus ojos cuando me mira. Recuperar un poco del pasado. Pero también necesito sentirlo. Abrazarlo, besarlo, perderme en él.
Lo hago.
Cuando nos separamos y él parpadea sé que ya no me ve, pero me siente. Su mano en mi pecho y otra en mi rostro me lo dicen. No pregunto si quiere volver a verme, porque su sonrisa es bastante clara.
-Yo también soy tuyo, Alexander -siempre lo he sido-. También te doy mi corazón y todo de mí.
Él sonríe un poco más y me abraza.
-Pero no abraces a desconocidos.
Él se ríe. -Bien. Entonces tú tampoco.
CONTINUARÁ...
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